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Después de pasar un tiempo en la escuela secundaria, es probable que repentinamente te encuentres con una cantidad abrumadora de materiales que debes llevar. Antes de que te des cuenta, tu mochila se puede convertir en un caos total. Tomarte diez minutos para organizarla puede ahorrarte mucho tiempo más tarde cuando necesites buscar un lápiz o una asignación. También puedes evitar los dolores potenciales en la espalda al deshacerte de cosas que no necesitas.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Ordenar la mochila

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  1. Antes de empezar a organizarla, debes revisar qué artículos ya tienes y qué condiciones hay en el interior. Es probable que tengas bolígrafos, marcadores, resaltadores y carpetas de los años anteriores. Incluso puedes tener papeles sueltos adicionales que puedes volver a usar el próximo año.
    • También debes aprovechar este tiempo para limpiar la mochila. Puedes aspirarla o simplemente ponerla al revés sobre un bote de basura y sacudirla.
    • También asegúrate de revisar la condición de la mochila. Si tiene algún desgarro o si es muy pequeña, quizás debas comprar una nueva.
  2. Por ejemplo, clasifica los libros de texto, las carpetas, los cuadernos, los instrumentos para escribir, los artículos misceláneos y colócalos en montones distintos. Luego, revisa los montones y tira lo que no necesites. Puedes deshacerte de cualquier papel de cuaderno usado, trozos de lápices, bolígrafos vacíos, cintas para el cabello rotas o cualquier otro objeto inservible que encuentres.
    • Este también es un buen momento para hacer una lista de los artículos que tienes y de los que necesitas. Esta acción hará que sea más sencillo comprarlos después, ya que no tendrás que tratar de recordar qué comprar.
  3. Si tienes carpetas, trata de organizarlas con pestañas y divisores. Puedes clasificarlas por tema, capítulo o función. Por ejemplo, etiqueta cada carpeta con las nuevas clases del año (como Ciencia, Estudios Sociales o Inglés). También puedes poner todos los bolígrafos, los lápices y los resaltadores en un estuche o en una bolsa. De esta manera, no comprarás artículos que no necesitas.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Preparar la mochila

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  1. Antes de cada año escolar, la escuela debe proveerte una lista de los artículos que necesitas para el grado en el que te encuentras. Si no recibes una antes de que el año escolar empiece, normalmente puedes encontrar estos materiales en una tienda de suministros (como Office Max o Staples). Los artículos más comunes para la escuela secundaria incluyen bolígrafos, lápices (número 2), cuadernos, papel suelto de hoja ancha, una carpeta de tres aros, tijeras y cinta adhesiva. [1]
    • Otros materiales que quizás debas incluir son una unidad flash USB, una calculadora TI, fichas, una agenda semanal y una grapadora. [2]
  2. No debes sobrecargar la mochila, así que trata de poner solo las cosas esenciales cuando puedas. Por ejemplo, tener una carpeta dividida en varios temas te ayudará a ahorrar espacio y a evitar llevar varias carpetas. También debes tratar de llevar dos lápices y dos o tres bolígrafos, además de un resaltador y de tu agenda semanal. De esta manera, puedes dedicar el resto del espacio a los libros de texto y a los cuadernos.
    • Tendrás una mejor idea de qué necesitarás exactamente cada día después de la primera semana de clases.
    • Si tienes dinero para el almuerzo, trata de guardarlo en un bolsillo interior. Si no tienes uno en la mochila, trata de mantenerlo en un monedero o en una billetera. Esto te permitirá guardar el dinero seguramente, de manera que no tengas que buscarlo durante la hora del almuerzo.
    • Si tienes un horario en bloque con distintas clases en distintos días, trata de separar los materiales en montones marcados. Por ejemplo, puedes marcar todas tus cosas para un día con un color específico, como rojo, y para otro azul. Luego, puedes cambiarlos en la mochila cuando sea necesario. [3]
  3. Ahora es el momento de la verdad. Debes asegurarte de que puedas meter todo en la mochila y aún ser capaz de cargarla. Lo más probable es que tengas un casillero en el que puedas guardar algunas cosas, pero aún tendrás que ser capaz de llevar todo a y desde la escuela todos los días. Pon la carpeta, los cuadernos, los libros de texto y el estuche para lápices en la parte principal de la mochila (en ese orden). Luego debes poner cualquier material adicional en los bolsillos frontales.
    • Por ejemplo, la calculadora, la cinta adhesiva, la grapadora, los marcadores y los resaltadores, si no caben en el estuche, pueden ir en los bolsillos frontales.
    • Los bolsillos frontales de la mochila también son un buen lugar para guardar artículos como humectante labial, pañuelos de papel, mentas o cualquier otra cosa que quieras llevar.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Mantener la mochila

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  1. Es importante para la comodidad y la salud que te asegures de que la mochila no se haga muy pesada a medida que progresa el año escolar. Por ejemplo, si añades constantemente asignaciones, proyectos, refrigerios y suministros escolares adicionales, la mochila ganará peso. Si notas que es difícil levantarla o que las tiras tiran fuertemente de tus hombros, probablemente sea tiempo de limpiarla y reorganizarla.
    • La mochila no debe tener más del 10 o 20 % de tu peso. Por ejemplo, si pesas 54 kilos (120 libras), la mochila no debe tener más de 5,4 kilos (12 libras). [4]
  2. No debes tener cualquier cosa en la mochila, sino lo que es absolutamente necesario (como libros escolares, implementos para escribir y asignaciones actuales). Esto no solo ayudará con el peso de la mochila, sino que también hará que te mantengas organizado. Por ejemplo, probablemente no necesites conservar asignaciones devueltas, proyectos o instrucciones para las tareas que ya terminaste. Aunque los papeles en sí no pesan mucho en sí mismos, pueden añadir mucho peso si guardas muchos.
    • En vez de eso, mantén una carpeta en casa para todos los papeles devueltos. Incluso puedes organizarla por temas. De esta manera, si el profesor solicita una asignación antigua, sabrás exactamente en dónde está y cómo encontrarla.
  3. No tienes que hacerlo todos los días, pero debes tratar de limpiarla cada dos semanas o cada mes. Es difícil mantener todo ordenado y organizado cuando vas de una clase a otra todos los días. Puedes empezar a tirar los lápices y los bolígrafos directamente en la mochila y meter los papeles en los libros en lugar de en las carpetas. Para evitarlo, trata de tomarte una hora o dos al final de la semana (o cada dos semanas) para limpiar la mochila.
    • Debes sacar todas las cosas y revisarlas. Tira o archiva los papeles innecesarios, la basura, la comida vieja, y los bolígrafos y los lápices rotos. Asegúrate de que las asignaciones o los papeles estén en las carpetas pertinentes. Además, si puedes, organízalos por fecha.
    • También puedes lavar o aspirar la mochila en este momento.
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Consejos

  • Recuerda llevar papel rayado adicional en caso de que se te acaben.
  • Trata de no llenar totalmente la mochila. Si tienes dificultades para cerrarla, probablemente haya un problema.
  • Asegúrate de tener una carpeta para cada tema. Necesitarás una para las revisiones recientes y una para estudiar para los exámenes.
  • Si deseas, también puedes organizar el casillero.
  • Siempre pon los libros grandes antes y luego los más pequeños.
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