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Muchos adultos creen que los adolescentes se lastiman para llamar la atención, pero no es cierto. Si tu hijo adolescente se corta, te está pidiendo ayuda a gritos por un problema mucho más profundo. Es importante que puedas detectar las señales de advertencia para que puedas ayudarlo. Empieza buscándolas y conversando con él con honestidad y compasión. Si descubres que se corta, ayúdalo a recibir tratamiento y a aprender formas más saludables de lidiar con sus sentimientos.

Método 1
Método 1 de 3:

Detectar los signos

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  1. Los adolescentes que se cortan a menudo se sienten deprimidos, ansiosos y muy estresados. Si el estado de ánimo o autoestima de tu hijo ha empeorado, no necesariamente significa que se corte, sino que debes estar atento a otros signos que indiquen un problema. [1]
    • Por ejemplo, si tu hijo parece más retraído de lo normal, no parece disfrutar hacer muchas cosas o dice que se siente abrumado, podría correr el riesgo de cortarse. También podría lucir deprimido, triste o desanimado y con falta de energía para hacer cualquier cosa.
    • Considera si tu hijo adolescente está molesto y cómo lidia con la ira. Los adolescentes que se lastiman a veces lo hacen como una forma de lidiar con los estados de ánimo negativos, incluida la ira. [2] Pregúntate qué habilidades usa tu hijo para lidiar con los problemas cuando se siente angustiado. Por ejemplo, ¿con frecuencia se va solo y luego regresa como si estuviera bien? Esto podría indicar que ha hecho algo para lidiar con este sentimiento, y es importante que haga algo saludable.
  2. Todas las personas se cortan y arañan de vez en, pero si parece que tu hijo adolescente se corta con frecuencia o si parece que sus heridas nunca se curan, es posible que se esté cortando. Asimismo, podría inventar un montón de excusas con respecto al origen de las marcas. [3]
    • Por ejemplo, podría decir algo como “Me arañé los brazos paseando por el bosque” o “El gato de mi amigo me arañó”.
    • Las marcas que parecen hechas adrede, como filas de rasguños paralelos, por lo general son una clara señal de que tu hijo se corta.
    • También debes mantenerte pendiente de tejidos sangrientos o vendas en la basura.
  3. Se pueden usar todo tipo de cosas para cortar o arañar la piel: cuchillos, hojas de afeitadora, imperdibles, clips e incluso las uñas. Si notas que tu hijo tiene varios objetos filudos en su dormitorio o mochila, eso podría ser una señal de que se corta. [4]
  4. Si tu hijo adolescente usa pantalones largos y camisetas de manga larga cuando hace calor, es posible que intente ocultar los cortes en sus brazos y piernas. Otras señales de advertencia podrían ser el uso de pulseras que ocultan sus muñecas y negarse a cambiarse en el vestuario. [5]
  5. Si tu hijo dice que se corta o lastima, aunque sea como broma, debes tomarlo en serio. Este es un indicio de que el comportamiento está en la mente de tu hijo por alguna razón. [6]
    • Si tu hijo menciona este tema, úsalo como una oportunidad para entablar una conversación. Pregúntale si conoce a alguien que se lastime y qué opina al respecto. Esto puede darte una mejor idea de si tu hijo corre riesgo de cortarse.
  6. Los cortes no son la única forma de autolesión que los adolescentes pueden usar para lastimarse. También pueden quemarse, hacerse moretones o hacer ejercicios en exceso. [7] Presta atención a evidencia de estos tipos de autolesión.
    • Por ejemplo, podrías notar una marca de quemadura en el brazo de tu hijo, moretones en sus piernas o que está deshidratado y adolorido por hacer demasiados ejercicios.
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Método 2
Método 2 de 3:

Hablar con tu hijo adolescente

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  1. Si crees que tu hijo adolescente se corta, no te asustes: por lo menos, no frente a él. Tómate el tiempo de recuperar la compostura y dejar que tus sentimientos se calmen un poco. Espera para hablar con tu hijo hasta que te hayas tranquilizado. Si entras en pánico o le gritas, solo harás que se sienta avergonzado o se ponga a la defensiva, y eso no será productivo para ninguno de los dos. [8]
    • Es normal que sientas muchas emociones negativas si descubres que tu hijo se corta. Podrías sentirte asustado, enfadado, confundido y triste a la vez. Estos sentimientos son válidos, pero no es buena idea que te desquites con tu hijo.
    • Recuerda que tu hijo adolescente no se corta para molestarte. Está lidiando con sus propios sentimientos dolorosos o incapacidad para lidiar con sus sentimientos. Una estrategia calmada y compasiva funcionará mejor con él.
  2. Sé directo. Dile algo como “He notado que tienes muchos rasguños en los brazos estos días. ¿Te estás cortando?”. [9]
    • Usa un tono cálido y amable. Si suenas acusatorio, tu hijo podría molestarse o ponerse a la defensiva.
    • Si tu hijo admite que se corta, formúlale preguntas complementarias para comprenderlo mejor, como “¿Qué hace que quieras cortarte?”, “¿En qué te ayuda?” y “¿Cómo te sientes después de cortarte?”.
  3. Haz que tu hijo se sienta comprendido y amado, no juzgado. Escúchalo y haz todo lo posible por comprender sus razones. Di algo como “Sé que te debe estar costando mucho ahora”. [10]
  4. Desde luego, sus cortes te afectan profundamente, pero hacer que se sienta peor no resolverá nada. No digas nada como “He sido un pésimo padre para ti” o “¿Cómo me pudiste hacer esto?”. [11]
    • No es tu culpa que tu hijo se corte. No obstante, si sigues los pasos correctos, puedes ser parte de la razón por la que deje de cortarse.
  5. Asegúrate de que tu hijo sepa que lo amas y apoyas, pase lo que pase. Enfatiza que no debe sentirse culpable o avergonzado por pedir ayuda. [12]
    • Dile algo como “Quiero ayudarte a sentirte mejor como pueda. Si alguna vez necesitas algo o si solo quieres hablar, puedes recurrir a mí”.
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Método 3
Método 3 de 3:

Ayudarlo a tu hijo adolescente

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  1. Es difícil aceptarlo, pero la decisión de cortarse o no es solo de tu hijo. Alguien que quiere lastimarse siempre encontrará una manera de hacerlo. En lugar de tratar de controlarlo, concéntrate en apoyarlo y ayudarlo a tener un mejor estado de ánimo. [13]
    • Posiblemente aun así quieras guardar con llave las afeitadoras y cuchillos, pero debes tener en cuenta que probablemente no puedas deshacerte de todos los objetos filudos de la casa.
  2. Saca una cita con un profesional de la salud, como el pediatra de tu hijo adolescente. Esa persona puede evaluar su salud y derivarte a un terapeuta o psicólogo para que tu hijo siga un tratamiento. [14]
  3. Dile a tu hijo cómo el hecho de hablar con un terapeuta le ayudará a aprender a lidiar con sus emociones de una manera más saludable. Usa un tono positivo y casual. No hables de la terapia como un tipo de castigo ni hagas que tu hijo se sienta culpable por necesitarla. [15]
    • Si alguna vez has acudido a un terapeuta, díselo a tu hijo adolescente. Esto le ayudará a normalizar la idea.
    • Tal vez también quieras ir con él a la terapia, pero asegúrate de permitirle guiar las sesiones.
  4. Saber a diario cómo le va a tu hijo pidiéndole que te muestre sus cortes te permitirá asegurarte de que no se infecten. También podría disminuir sus ganas de cortarse, porque saben que tendrán que mostrárselas a alguien de forma habitual.
  5. Siéntate con tu hijo y haz una lluvia de ideas sobre algunas formas en que puede lidiar con sus sentimientos en lugar de cortarse. Ofrécele un apoyo práctico o emocional como puedas. [16]
    • Por ejemplo, ofrécele salir a caminar cuando tenga que hablarte de un problema o haz que realice menos tareas domésticas si se siente abrumado con las tareas escolares.
  6. Esta autolesión es más común en adolescentes que de lo que muchas personas podrían pensar. De hecho, aproximadamente un tercio a la mitad de los adolescentes admiten lastimarse de alguna manera. [17] Hay varias razones por las que los adolescentes pueden lastimarse, incluidas las siguientes: [18]
    • Angustia emocional . Podría usar los cortes como una manera de aliviar el dolor, combatir la insensibilidad emocional o para “sentir algo”, distraerse del dolor emocional o incluso para distraerse de los pensamientos suicidas.
    • Un trastorno recurrente . Las personas que corren más riesgo de lastimarse son las que padecen un trastorno alimenticio, trastorno de desarrollo o antecedentes de un trauma.
    • Características de personalidad . Los adolescentes que se cortan suelen ser impulsivos, tienen reacciones emocionales fuertes, bastante intensidad emocional y se comportan evasivos.
    • Factores medioambientales . Los adolescentes que se autolesionan tienen mayores probabilidades de ser víctimas de acoso escolar y de tener amigos que se corten.
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