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A la hora de ayudar a los niños pequeños con sus tareas, la paciencia de muchos padres sale volando por la ventana. Quizás tu hijo tenga dificultades para sentarse quieto, concentrarse o comprender temas nuevos o difíciles. Ten en cuenta que, si muestras que le temes al proceso de la tarea, tu hijo sentirá lo mismo. Aprende a ser paciente con tu hijo pequeño mientras hace la tarea al utilizar técnicas útiles para prevenir la frustración, crear un sistema viable y ayudarlo a aprender a trabajar de forma independiente.

Método 1
Método 1 de 3:

Lidiar con tu impaciencia

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  1. La impaciencia puede acecharte cuando quieres ayudar a tu hijo pequeño a hacer su tarea. En estas situaciones, puedes utilizar técnicas que te ayuden a conservar la calma en el calor del momento. Antes de irritarte con él, simplemente cierra los ojos y cuenta hasta 10. [1]
    • Si necesitas más tiempo, márchate para "ir al baño", por más que no lo necesites.
  2. La respiración profunda es un gran ejercicio para practicar en momentos de impaciencia. Además, puedes hacerlo en cualquier momento y en cualquier lugar. Haz inhalaciones profundas y limpiadoras por la nariz por unos segundos. Contén la respiración por un segundo. Luego, libera lentamente el aire por la boca.
    • Prueba la respiración profunda cuando sientas impaciencia y observa cómo te relajas y recuperas el control. [2] Enfócate en llevar el aire al abdomen, no al pecho.
  3. Recitar una frase tranquilizadora en voz alta o en tu mente puede ayudarte a controlar la ira o impaciencia antes de que las cosas se salgan de control. Puedes decir algo así como "Esto también pasará" una y otra vez hasta sentirte más capaz de lidiar con tu hijo con calma. [3]
  4. Los niños pequeños son más propensos a tener rabietas cuando tienen que lidiar con temas difíciles. Los motivos varían desde tener hambre hasta cansancio, pero algunos simplemente las tienen cuando no quieren trabajar duro. El truco para calmar una rabieta es no ponerse nervioso ni ser arrastrados a una pelea. [4]
    • Procura estar tranquilo y relajado durante la rabieta. Esto ayudará a tu hijo a calmarse antes. Coloca una mano en su hombro o espalda para ofrecerle tranquilidad. Ignora su comportamiento defensivo y niégate a decir algo hasta que cambie su actitud.
    • En el caso de un niño más grande, considera la posibilidad de dejar el área o la sala.
  5. Los niños pequeños tienen dificultades para enfocarse en su trabajo después de un largo día en la escuela. Programa pausas para tu hijo y para ti para usar el baño, tomar un refrigerio o recomponerse después de una tarea muy difícil. [5]
    • Incluso quizás sea útil que le permitas hacer otras actividades después de clases antes de comenzar la tarea por la noche.
    • Identifica qué funciona para tu hijo en particular. Por ejemplo, quizás necesite hacer actividad física antes de comenzar la tarea o precise pausas breves y activas.
  6. Procura dar el ejemplo de buenas habilidades de atención y concentración al ocuparte de tu trabajo mientras tu hijo hace su tarea. Esto ayuda a establecer el buen ejemplo de que incluso los padres tienen tareas que hacer. Además, serás menos impaciente si usas el tiempo de tarea de tu hijo para hacer algo constructivo.
    • Puedes pagar las facturas, escribir la lista del supermercado o el menú de la semana, o leer un libro durante el tiempo de las tareas. [6]
    • Eso también ayudará a mantener el ambiente calmo, dado que ambos estarán ocupados con una tarea.
  7. Si sientes que te vuelves impaciente de manera regular durante el horario de la tarea de tu hijo pequeño, quizás necesites un refuerzo. Algunos padres simplemente tienen más dificultades para ayudar y guiar a los niños pequeños que no saben cómo estudiar de forma apropiada.
    • Si tu impaciencia se debe a que el trabajo es muy difícil o toma mucho tiempo, quizás te ayude hablar con el profesor de tu hijo para reducir las tareas o ser más realista con las mismas. [7]
    • Si no puedes explicar los conceptos que tu hijo necesita comprender o el niño tiene muchas dificultades, considera la posibilidad de contratar a un tutor con experiencia en dicha área o haz que tu hijo sea evaluado para detectar posibles trastornos de aprendizaje.
    • Si tu hijo tiene hermanos mayores, evalúa si pueden ayudarlo. Los conceptos estarán más frescos en su mente.
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Método 2
Método 2 de 3:

Desarrollar un sistema

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  1. Puedes preservar tu paciencia en el horario de la tarea si te aseguras de que tú y tu hijo estén en la misma página. Siéntate con él y hablen acerca de lo que tiene que hacer en el año escolar. Luego, traza un plan para que pueda completar las tareas asignadas y abarcar otro conjunto de habilidades importantes en el plazo específico. [8]
    • Piensa qué ha funcionado en el pasado o que podría haber sido útil para sus hermanos a esa edad.
    • Incluye a tu hijo en el plan, hablándole acerca del horario en que prefiere hacer la tarea y qué recursos le resultan más útiles.
    • Asegúrate de que sepa qué esperar cada tarde con respecto al cronograma de tareas escolares.
  2. Tú y tu hijo serán menos propensos a frustrarse si saben qué esperar. Establece un cronograma constante para la tarea los días de semana y los fines de semana. Procura respetarlo tanto como sea posible. De esta forma, tu hijo tendrá una estructura con respecto a su horario de trabajo al igual que en la escuela. [9]
  3. En especial para los niños pequeños, la hora de hacer la tarea podría requerir mucha orientación. Sitúalo en un entorno en que puedas supervisar su trabajo. El lugar debe ser lo suficientemente tranquilo para que pueda concentrarse. [10]
    • Un lugar popular en muchas casas para la tarea escolar es la mesa del comedor o la cocina. Asegúrate de que el lugar esté bien iluminado, que tenga todos los elementos necesarios y que esté libre de distracciones, como el televisor y los juguetes. Pídeles a los familiares que se mantengan alejados del lugar durante el horario de la tarea siempre que sea posible.
    • Evita comer refrigerios durante el horario de la tarea. Guárdalos para antes o después de las tareas.
  4. Tú y tu hijo serán menos propensos a volverse impacientes con los proyectos grandes si los desglosan en partes más manejables. Planifica los deberes de cada noche (o semana) y pregúntale a tu hijo cuál cree que es la mejor forma de dividir las tareas grandes. [11]
    • Trabajar en un aspecto de un proyecto a la vez reduce la frustración y construye la confianza mientras avanzan.
  5. Si no tienes un talento natural por la enseñanza, quizás te resulte difícil explicar conceptos nuevos a un niño de primer grado o de preescolar. Reduce las posibilidades de impacientarte con tu hijo al tener guías prácticas a mano para ayudarlo a aprender temas nuevos.
    • Averigua qué habilidades está aprendiendo y busca libros, juguetes y videos en línea que lo asistan. Busca en internet recursos útiles con videos educativos de diversas materias. [12]
    • Cada niño tiene su propio estilo de aprendizaje, así que usar distintos métodos de aprendizaje podría ayudar a un niño que aprende mejor a través de los enfoques prácticos o auditivos. [13]
    • Asiste a la noche de orientación para padres para comprender mejor las expectativas del profesor con respecto a los deberes. También puedes aprovechar para hacer cualquier pregunta que tengas.
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Método 3
Método 3 de 3:

Fomentar la independencia de tu hijo

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  1. Los niños pequeños están acostumbrados a que sus padres se precipiten por ayudarlos cuando sienten confusión o temor. Procura que esto no se convierta en un hábito durante la hora de las tareas. Tu hijo quizás necesite que le leas las instrucciones, pero permite que primero haga el intento de completar cualquier problema por cuenta propia.
    • Si te pide ayuda, dile "Déjame ver cómo lo intentas primero". Si te hace una pregunta sobre algo, dile "¿Qué es lo que crees?".
    • Al revisar lo que haya hecho, no revises y corrijas todo su trabajo. Asegúrate de que lo comprenda y sugiere que lo revise. Sin embargo, nunca corrijas su trabajo por él. Los profesores necesitan medir la comprensión de tu hijo, no la tuya.
    • También puedes revisar la tarea después de que el profesor la chequee y marque las correcciones.
  2. Si bien los educadores creen que la participación de los padres es esencial para que los estudiantes prosperen, notan que los niños cuyos padres ofrecen más ayuda suelen tener un rendimiento más bajo. Muéstrale cómo aprender por cuenta propia, en vez de trabajar en exceso y hacer el trabajo por él. [14]
    • Por ejemplo, muéstrale cómo usar recursos para revisar su trabajo o encontrar las respuestas.
  3. Los niños necesitan ver que sus padres están orgullosos de sus logros, así que asegúrate de felicitar a tu hijo por sus esfuerzos positivos con una tarea. También puedes exhibir sus proyectos de arte o excelentes calificaciones en exámenes. [15]
  4. A medida que tu hijo comience a aprender a hacer la tarea, reduce lentamente el tiempo que pasas asistiéndolo. Permite que desarrolle algo de autonomía con la tarea.
    • Retrocede un poco y permite que se acerque cuando tenga preguntas. Revisa su trabajo solo cuando termine, en vez de hacerlo durante el tiempo en que trabaje. Además, dale más espacio físico al llevar tu trabajo a otra área o permitirle trabajar en su habitación u otro lugar.
    • De todas formas, permite que esté en el área general o que puedas ver cómo está de manera periódica. Los niños trabajan mejor cuando saben que sus padres están cerca. [16]
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