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El vaginismo es un tipo de disfunción sexual femenina en la que los músculos de la vagina se contraen involuntariamente durante los intentos de coito, causando malestar y dolor. Además de interferir con una vida sexual sana, el vaginismo puede impedir que las mujeres utilicen tampones o se realicen exámenes pélvicos. Las causas del vaginismo varían y vale la pena explorarlas por propósitos de tratamiento. Si bien esta afección puede ser molesta, vergonzosa y estresante, es absolutamente tratable.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Identifica el vaginismo

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  1. El primer y más preocupante síntoma de vaginismo es el dolor durante las relaciones sexuales. [1] Diferentes mujeres experimentan este dolor de diversas maneras: ardor, escozor, presión, desgarro o como si su pareja estuviera “golpeando una pared”. En muchos casos, el dolor y las contracciones musculares involuntarias son lo suficientemente graves como para evitar las relaciones sexuales por completo.
    • Muchas mujeres descubren este problema la primera vez que tratan de tener relaciones sexuales. Esto se conoce como “vaginismo primario”. [2]
    • Otras mujeres desarrollan el vaginismo de manera tardía en sus vidas, el cual se conoce como “vaginismo secundario”. Por lo tanto, es importante que no descartes este síntoma clave solo porque has tenido relaciones sexuales sin dolor en el pasado.
  2. Además del dolor durante las relaciones sexuales, es posible que las mujeres con vaginismo tengan problemas con otros tipos de penetración, incluyendo la inserción de tampones y exámenes pélvicos. Otros síntomas incluyen: [3]
    • Matrimonio no consumado
    • Molestia sexual continuo o dolor después del parto, infecciones urinarias, infecciones de transmisión sexual, histerectomía, cáncer, cirugías, violación o menopausia
    • Dolor sexual continuo de origen desconocido
    • Respiración entrecortada durante los intentos de coito
  3. [4] Las contracciones musculares vaginales y los espasmos son característicos del vaginismo, pero algunas mujeres también experimentan espasmos en las piernas o la espalda baja. Estos espasmos se presentan con mayor frecuencia durante los intentos de relación sexual.
  4. [5] Muchas mujeres con vaginismo caen en un patrón de abstinencia sexual. Evitar la actividad sexual o las relaciones amorosas debido al dolor o vergüenza acerca de tus síntomas es una señal evidente de que debes buscar ayuda médica.
    • Recuerda que esta abstinencia no es tu culpa y es causada por la asociación involuntaria de tu cuerpo del sexo con el dolor.
  5. Haz una cita con tu médico de cabecera o ginecólogo para discutir la posibilidad de vaginismo. Sé claro acerca de la magnitud y la gravedad de tus síntomas.
  6. Tu médico debe realizarte un examen pélvico y verificar si hay alguna molestia o contracción vaginal. Además, probablemente te recomiende exámenes adicionales para descartar otras posibles causas de tus síntomas.
    • El vaginismo puede tener una causa física obvia, como una infección, lesión o nervios hipersensibles en la apertura de la vagina (vulvodinia provocada). [6]
  7. Si todas las otras posibles causas de tus síntomas han sido descartadas, es posible que tu médico te diagnostique con vaginismo primario o secundario. Además, puede describir tu condición como global , si se produce en todas las situaciones que involucran la inserción, o situacional , si ocurre solo en ciertas situaciones (como la actividad sexual intencional). [7]
    • Desafortunadamente, la sexualidad femenina y la disfunción sexual no se entienden por completo. Es posible que te encuentres con un personal médico que descarte tus síntomas o no logre ayudarte. En este caso, sé persistente en conseguir un diagnóstico y tratamiento. Si tu médico no te ayuda, busca otro médico que tenga experiencia en el tratamiento del vaginismo y otras formas de disfunción sexual femenina.
    • Otros diagnósticos posibles son la apareunia, un término general para la incapacidad de tener relaciones sexuales (del cual el vaginismo es un tipo), y la dispareunia, que se refiere en términos generales al dolor durante las relaciones sexuales. [8]
    • Estos diagnósticos ayudarán a tu tratamiento, ya que te darán la oportunidad de juntar un equipo de expertos.
Parte 2
Parte 2 de 3:

Ten en cuenta las causas del vaginismo

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  1. Muchas mujeres con vaginismo pueden encontrar el origen de sus síntomas en los sentimientos de ansiedad, miedo y estrés. Estos pueden ser más profundamente arraigados o simplemente estar relacionados con factores normales de la vida, como la falta de sueño y el exceso de estrés en el trabajo. [9]
  2. Las mujeres con vaginismo son más propensas que otras a sentir una negatividad profunda con respecto al sexo y la sexualidad. [10] Estos sentimientos pueden remontarse a la infancia o pueden estar relacionados con un evento traumático en particular.
    • Cuando las creencias subyacentes negativas sobre el sexo comienzan a una edad temprana, otro posible componente del vaginismo entra en juego: la falta de educación sexual adecuada.
  3. Se estima que las mujeres con vaginismo tienen el doble de probabilidades de tener un historial de interferencia sexual en su niñez. [11] Se cree que los eventos contribuyen a los traumas en un rango de leve a severo, e incluyen los siguientes: [12]
    • Abuso sexual por alguien familiar
    • Asalto sexual
    • Trauma pélvico
    • Violencia doméstica
    • Experiencias sexuales tempranas altamente negativas con un compañero sexual
  4. Si tienes vaginismo secundario y situacional, es posible que pueda estar arraigado a problemas con tu pareja sexual o romántica. Estos problemas pueden incluir la falta de confianza, el miedo al compromiso o la falta de preocupación acerca de volverte demasiado vulnerable o abrirte al dolor y la decepción.
  5. Una serie de condiciones pueden provocar o aumentar los síntomas del vaginismo. Esto es particularmente probable si tu vaginismo apareció después de un periodo de actividad sexual normal. Las posibles condiciones médicas que pueden contribuir al vaginismo incluyen:
    • Infecciones de las vías urinarias y otros problemas urinarios
    • Infecciones de transmisión sexual
    • Cáncer de los órganos sexuales o reproductivos
    • Endometriosis
    • Enfermedad inflamatoria pélvica
    • Vulvodinia o vestibulodinia
      • Los procedimientos médicos que involucran órganos reproductores femeninos, como las histerectomías, también pueden causar vaginismo.
  6. [13] Para muchas mujeres, el inicio del vaginismo secundario está relacionado con el parto. Esto es más probable si fue muy difícil o provocó alguna lesión de los órganos sexuales. Otras mujeres tienen vaginismo debido a los cambios hormonales y la sequedad que normalmente se produce durante la menopausia.
    • El vaginismo secundario también puede ser el resultado del miedo a tener hijos o pasar por el trabajo de parto. [14]
  7. Algunas mujeres nunca saben por qué tienen vaginismo. No tienen causas físicas y ninguna causa no física conocida.
    • Algunos estudios incluso sugieren que los síntomas del vaginismo son parte de los mecanismos generales de defensa que se desencadenan en situaciones amenazantes. Esto sugiere que no necesariamente debe verse como una disfunción sexual. [15]
Parte 3
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Trata el vaginismo

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  1. Un terapeuta puede ayudarte si tu vaginismo es causado por problemas emocionales o psicológicos. Esto se debe a que la conciencia de la propia condición produce miedo y ansiedad antes del coito, lo cual da inicio a un ciclo vicioso que agrava los síntomas. [16] Los sentimientos de depresión, aislamiento y baja autoestima también son efectos comunes del estigma de la disfunción sexual.
    • Los resultados del tratamiento son mucho más positivos cuando la mujer y su pareja sexual están motivados, son cooperativos y acuerdan en disminuir los conflictos de la relación. Por lo tanto, la evaluación psicológica de una pareja es un gran comienzo del tratamiento. [17]
    • Si tu vaginismo está relacionado a problemas de ansiedad o un trauma sexual anterior, un terapeuta puede ayudarte a lidiar con estos problemas para que puedas empezar a seguir adelante.
    • Un tipo particular de terapia, la terapia cognitivo-conductual (TCC), puede ser especialmente útil para algunas mujeres. La TCC se enfoca en la relación entre los pensamientos y las conductas. Un terapeuta cognitivo-conductual puede ayudarte a cambiar tus pensamientos y comportamientos en relación a la abstinencia a las relaciones sexuales. [18]
  2. Un tratamiento para el vaginismo se conoce como “terapia de exposición” e involucra la desensibilización gradual de la penetración. [19] La exposición a la penetración asistida por un terapeuta es un tratamiento eficaz, incluso para las mujeres con vaginismo de toda la vida. [20] Las técnicas para la exposición por lo general implican ejercicios de penetración vaginal usando dilatadores.
    • Este es el mismo método que se utiliza para el autotratamiento, con la adición de un guía que te pueda ayudar a continuar por tu cuenta con confianza y éxito. [21]
  3. Pídele a tu médico que te recomiende a un fisioterapeuta que tenga experiencia tratando el vaginismo y otras formas de disfunción sexual femenina. Debido a que los músculos del suelo pélvico juegan un papel tan importante en el vaginismo, la terapia física es una de las mejores opciones de tratamiento. Tu fisioterapeuta puede:
    • Enseñarte técnicas de respiración y relajación
    • Ayudarte a aprender la contracción muscular del suelo pélvico para controlar los músculos de la zona
  4. [22] Los ejercicios de Kegel están diseñados para ayudar a controlar los músculos del suelo pélvico. Para hacer un ejercicio de Kegel, solo tienes que contraer los músculos que usarías para detener el flujo de orina, aguantar durante unos segundos y luego relajarte. Trata de hacer unas 20 contracciones a la vez, tantas veces como sea posible.
    • Algunos médicos recomiendan hacer ejercicios de Kegel con un dedo dentro de la vagina (puedes introducir hasta 3, de manera gradual). Usar tus dedos te permite sentir la contracción muscular con el fin de poder controlar mejor tus movimientos.
  5. Tu médico te puede recomendar dilatadores vaginales para que uses en casa. Estos son instrumentos en forma de cono que se colocan la vagina. Se van haciendo más grande progresivamente, lo que permite que los músculos de tu vagina se estiren y estén acostumbrados a la penetración.
    • Para empezar, puja como lo harías si estuvieras defecando. Esto ayuda a agrandar la abertura vaginal. A continuación, introduce tus dedos (no los dilatadores todavía) en tu vagina, sin dejar de pujar.
    • Cuando empieces a utilizar los dilatadores, déjalos en tu vagina durante 10 a 15 minutos. Los músculos de tu vagina se acostumbrarán a la presión. [23]
    • Si tienes un cónyuge o pareja, es posible que desees pedirle ayuda para insertar los dilatadores. [24]
  6. Las mujeres con vaginismo tienen que ser pacientes y tratar opciones de tratamiento antes de volver a tener relaciones sexuales. Si tratas de ser sexualmente activa de inmediato, puedes experimentar dolor o molestia, y esto te prepara para un ciclo de dolor y ansiedad que empeora el vaginismo. Es vital que tengas una pareja paciente y que te brinde su apoyo.
    • Cuando trates de tener relaciones sexuales, ve de a poco, usa bastante lubricante y experimenta para encontrar las posiciones más cómodas.
    • Los médicos por lo general sugieren que las mujeres sostengan el objeto penetrante y lo coloquen parcial o completamente en su vagina, como lo harían con los dilatadores vaginales. Esto se aplica de la misma manera a los penes, consoladores y vibradores. [25]

Consejos

  • Algunas mujeres se sienten tan avergonzadas de su condición que no buscan ningún tratamiento para el vaginismo. Si te sientes así, recuerda que el vaginismo no es tu culpa y que la condición es muy tratable. Encuentra a un médico comprensivo y un buen terapeuta y trabaja en conjunto con ellos para tener una vida sexual saludable.
  • Algunos médicos y sitios webs pueden recomendarte medicamentos, incluyendo anestésicos locales, para tratar el vaginismo. Sin embargo, por lo general esta no es una buena idea, ya que los anestésicos locales adormecen el dolor extremo, pero no hacen nada para resolver el problema en sí y pueden hacer que se te haga más difícil superar la condición.

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