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Cuando limpias los cascos de un caballo, debes retirar lodo, plantas y cualquier piedra atrapada en la parte inferior de los cascos. Esto se realiza con una herramienta llamada limpiacascos. Limpiar los cascos es una habilidad muy importante y debe realizarse todos los días antes y después de montar para mantener al caballo en buen estado y evitar que se quede cojo. Si no se limpian los cascos y una piedra se atasca en ellos, es posible que el peso del caballo empuje la piedra a través de la planta, lo cual puede tener consecuencias graves. Si sigues estos simples pasos, puedes aprender a limpiar los cascos de tu caballo correctamente y prevenir que se lastime.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Alistar tu caballo para limpiar los cascos

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  1. Antes de empezar, necesitas asegurarte de que el caballo esté calmado. También debes asegurarte de que no quiera pasear. Necesitas empezar en un área tranquila, ya que no es posible hacer que tu caballo se pare en 3 patas si hay mucha agitación alrededor.
    • Lo mejor es atar a tu caballo. Asegúrate de que la cuerda que lo sujeta no esté muy ajustada. De esta manera, si el caballo entra en pánico, no se lastimará el cuello al ajustarse contra la brida.
    • Asegúrate de que la cuerda no sea muy corta, ya que podría causar incomodidad o pánico. También asegúrate de que la cuerda no esté demasiado larga, ya que el instinto de pastoreo podría surgir y hacer que el caballo pierda el equilibrio si agacha su cabeza. [1]
  2. Cuando te acerques al caballo, preséntate y hazle saber al caballo que tienes buenas intenciones. Acarícialo con cuidado en su cuello y hombros y háblale con suavidad. Debes estar de pie cerca de su hombro en un lado y voltear tu cuerpo en dirección a su cola. En el caso de que sea posible que el caballo te patee, asegúrate de que tu cuerpo esté en una posición cómoda y segura.
    • Cuando te pares al lado de tu caballo, coloca la pierna que esté al lado exterior ligeramente delante de la otra para tener un mejor equilibrio y poder maniobrar con mayor eficacia. [2]
    • Forma una rutina con el caballo para que reconozca lo que vas a hacer. Esto hará que sea más fácil para ti, ya que es probable que el animal coopere.
    • Una buena idea es empezar con la pierna frontal para que puedas evaluar el ánimo del caballo mientras estás lejos del extremo posterior, el cual es más peligroso. [3]
  3. Una vez que estés firmemente de pie junto al caballo, pasa tu mano hacia abajo de su pierna y dale una palmada en la parte posterior de su pierna. Esto debe advertirle al caballo lo que vas a hacer, lo cual le dará tiempo para enderezarse. Debes asegurarte de que tu caballo lo haga, ya que si las otras tres patas no están bien posicionadas, entonces no podrás limpiar su casco.
    • El caballo no levantará su pata si siente que no tiene buen equilibrio, así que dale la oportunidad de acomodarse. [4]
  4. Una vez que esté posicionado, dale tiempo al caballo para que levante la pata. Puedes apretar un poco la pata por encima del espolón, que es la articulación que está encima de los cascos, en caso el caballo no levante la pata automáticamente a la primera orden. [5] Ten paciencia y sé cuidadoso, ya que es posible que tengas que convencerlo si el caballo no responde.
    • Si aún así no levanta la pata, apóyate con suavidad en su hombro. Esto ayuda algunas veces a que pase su equilibrio al otro lado. Ten cuidado de hacerlo despacio para que pueda desplazar el peso.
    • Si todos los otros intentos para que levante la pata fallaron, aprieta con cuidado su castaña, la cual es la parte dura y ovalada encima de la rodilla en el interior de la pata. Sé cuidadoso y espera un segundo a que la pata se levante. Debes dejar de apretarla tan pronto como obtengas una respuesta.
    • Si nada más funciona, háblale y haz sonidos de chasquido con tu boca para asegurarte de que te preste atención. Si un caballo normalmente obediente no levanta la pata, verifica si tiene cojera.
  5. Una vez que hagas que levante la pata, sostén el casco con una mano. Si intenta retirar la pata o bajarla, toma la punta del casco y levántalo hacia el codo. Sostén el casco con la mano más cercana al cuerpo del caballo para que la mano más lejana sostenga el limpiacascos. Esto te permite colocar tu cuerpo en la mejor posición contra el caballo y sentir los movimientos que el caballo realiza.
    • Esto también le ayuda al caballo a sentir confianza, ya que sabe exactamente dónde estás y se siente más seguro. [6]
    • Algunos caballos son más felices si no sostienes la cuartilla, la cual es el área debajo del espolón y por encima del casco. [7]
  6. Una vez que tengas el casco del caballo apoyado en tu mano y el caballo se relaje, puedes liberar la fuerza de tu agarre en la pata. Ya no tienes que jalarla con fuerza una vez que se relaje en esa posición. Tan pronto lo haga, solo necesitarás un esfuerzo mínimo, ya que para sujetar la pata necesitarás muy poca fuerza.
    • Si te relajas, es menos probable que estampe su casco en el suelo.
    • Una vez que el caballo esté parado tranquilamente en 3 patas, puedes comenzar a limpiar su casco.
    • "No" jales la pata del caballo hacia ti. Debes mantenerla en su lugar natural. Si la jalas de una manera no natural, le causarás un dolor fuerte al caballo. [8]
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Limpiar el casco del caballo

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  1. Una vez que tengas el casco del caballo en tu mano, puedes comenzar con el proceso de limpieza. Utiliza tus dedos o un cepillo en lugar del limpiacascos para comenzar con el retiro de cualquier material en la ranilla, la cual es una calza en forma de v o triángulo que se proyecta desde el talón del caballo hacia la cabeza. La ranilla es una parte sensible del casco que tiene un suministro de sangre y terminaciones nerviosas. Se debe tratar como cualquier otra parte sensible del caballo y con cuidado.
    • La ranilla a veces suelta pedazos. Si se ve raída y desigual, jala un poco cuidadosamente con tus dedos. Si no sale, probablemente son piezas de la ranilla y debes dejar que salgan por su cuenta.
    • Si es necesario, llama a un herrero cualificado o recortador de cascos para que lo haga por ti. Si la ranilla está descascarada, nunca te veas tentado a cortarla tú mismo. Fácilmente puedes ir muy profundo y cortar tejido vivo, lo cual causará luego que tu caballo se vuelva cojo. [9]
  2. Al limpiarlo, utiliza la punta del limpiacascos para soltar con cuidado cualquier piedra y sacarla. Nunca hundas la punta en la planta o el casco. Solo debes usar la punta para sacar las piedras. Utiliza el borde del limpiacascos para soltar la suciedad, el lodo y los escombros. Trabaja con movimientos continuos hasta que puedas ver la muralla que forma el casco del caballo.
    • Lo mejor es trabajar desde el talón hasta la punta para evitar dañar accidentalmente el área del talón o clavarte con el limpiacascos.
    • Siempre debes trabajar con el limpiacascos lejos de la ranilla. Esto significa que debes empezar cerca de la ranilla y luego alejar el limpiacascos. Esto evita que atravieses por accidente la ranilla con el limpiacascos.
    • Nunca apliques presión hacia el casco. Siempre debes usar un movimiento como si limpiaras o pasaras una tela de manera paralela al casco para evitar el riesgo de penetrarlo. [10]
  3. Mientras limpias el talón debes ver el estado de la muralla, la cual es una capa de piel dura que rodea el interior de la pared del casco. [11] La muralla del casco debe verse seca y libre de grietas o secreciones húmedas.
    • Si ves grietas, fisuras o una secreción, ya sea en forma de pus o una secreción blanca de mal olor, contacta a tu veterinario de inmediato. [12]
  4. Estas áreas están a lo largo de la grieta de la ranilla y alrededor del área de la línea blanca. Es posible que rocas pequeñas se atasquen en estas áreas, lo cual puede ser irritante y causar serios daños si no se revisa. También verifica si hay candidiasis, caracterizada por un polvo blanco descascarado en el casco o ranilla del caballo. Se descascarará cuando lo rasques con el limpiacascos. Es una enfermedad común y mortal en caballos causada por condiciones húmedas o lodosas en pasturas o establos. [13]
    • Al igual que con la muralla, necesitas verificar si la ranilla se ve seca y si salen secreciones o materiales malolientes. Coloca tu palma sobre la ranilla para verificar si no está caliente. Una ranilla tibia y blanda es una señal de infección interna, la cual necesita atención veterinaria inmediata. [14]
  5. Una vez que hayas sacado todos los escombros del casco y hayas verificado el estado de la muralla y la ranilla, necesitas verificar que el casco esté en buenas condiciones. Verifica la suela del casco, la cual debe ser dura y cóncava. También debes verificar que el casco esté equilibrado y que no es necesario un recorte. El caballo debe ser capaz de pararse de manera uniforme en todos los cascos en contacto con el piso.
    • Verifica si hay arañazos o grietas en el casco. Si el caballo duda en pisar con un casco, podría ser una señal de dolor o incomodidad. Si lo observas, presta mucha atención a esa pata cuando revises el casco. [15]
  6. Si tu caballo tiene herraduras, asegúrate de que los seguros, los cuales son los clavos que sujetan las herraduras, no se hayan levantado. Es muy probable que lo sepas si los seguros cortan tu mano. Intenta sacudir la herradura para asegurarte de que no está suelta. Coloca el casco en el suelo con cuidado.
    • Si la herradura está suelta, contrata a un herrero cualificado para que la reemplace lo más pronto posible. Coloca una bota o venda en una herradura floja para mantenerla en el lugar hasta que llegue el herrero.
    • A algunos caballos les va mejor con herraduras y a otros les va mejor sin nada. Encuentra un herrero cualificado para debatir qué es mejor para tu caballo.
  7. Si el casco de tu caballo está extremadamente seco, se siente áspero en general o necesita un acondicionamiento, puedes añadir un poco de acondicionador para cascos. Existe una gran variedad de marcas de acondicionador para cascos o ungüentos, como el ungüento equino Drawing Salve de Squire o Hoof maker, los cuales pueden ayudar a rejuvenecer el casco de tu caballo. [16]
    • Puedes hacer tu propio acondicionador para el casco de tu caballo con aceite de coco. También puedes añadir un cuarto de aloe vera y otro de glicerina a dos cuartos de aceite de coco para obtener un acondicionador más intenso para los cascos de tu caballo. [17]
    • Si tu caballo tiene una infección u otras bacterias en su casco, también puedes comprar pomadas como Ichthammol para ayudar a aliviar el dolor, reducir la inflamación y matar los gérmenes. [18]
  8. Una vez que completes el examen total de una pata, necesitas repetir el mismo procedimiento en cada pata. Cuando limpies los cascos traseros, párate al lado del cuarto trasero del caballo con tu espalda hacia la cabeza del caballo y en dirección a su cola. "Nunca" te pares directamente detrás del caballo. Si te patea, podrías terminar gravemente herido.
    • Ten cuidado de no sorprender al caballo. Debes pasar tu mano a lo largo de su espalda, sobre el cuarto trasero y continuar hacia abajo por la pata trasera hasta el espolón. Pídele al caballo levantar la pata trasera de la misma manera que lo hiciste con la pata delantera. Debido a que estás parado al costado del caballo, en caso te patee, simplemente debes soltar el casco y no saldrás lastimado.
    • Debes intentar verificar las patas en el mismo orden cada vez que lo hagas. [19]
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Consejos

  • Siempre debes mantener tu cabeza fuera del camino en caso tu caballo decida patear.
  • En el caso de un caballo joven o con malas experiencias en el manejo de cascos, intenta usar primero un cepillo con cerdas para almohazar e incorpora gradualmente el uso del limpiacascos. Es posible que necesites limpiarle los cascos unas cuantas veces para que se acostumbre.
  • No aprietes muy fuerte la castaña. Esto puede hacer que se salga y causar sangrado. Asimismo, puede ser bastante doloroso para el caballo.
  • También puedes verter un poco de peróxido en el área del casco para limpiarlo completamente.
  • Si el caballo empieza tranquilo pero luego se incomoda, siempre debes terminar en una nota positiva y a tu favor. Los caballos tienen una memoria excelente, especialmente cuando sienten ansiedad. Si aprende que puede hacer que te detengas al brincar un poco, lo intentará todas las veces.
  • Si se agita durante el proceso, háblale con una voz baja, lenta y calmada. Esto le mostrará que tú no tienes miedo y que, por lo tanto, él tampoco debería.
  • No te molestes en intentarlo si el caballo no está preparado para pararse de forma calmada. Puede ser peligroso.
  • Si el caballo no está acostumbrado a que manipulen sus patas, pide la ayuda de una persona más experimentada. Un caballo nervioso puede ser un caballo peligroso. Son animales grandes y sienten miedo al igual que los humanos.
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