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Isaac Newton dijo una vez que "el tacto es la acción de dar a entender tu punto de vista sin hacer un nuevo enemigo." Tener tacto es justamente eso, tener la habilidad de comunicar tu mensaje claramente y ser sensible a aquellos que te rodean, evitando ofenderlos. Esto no significa que debas ocultar tus sentimientos; solo quiere decir que debes presentar tus ideas de manera que sean atractivas e inofensivas. Si quieres saber cómo tener tecto, lee este artículo a partir del paso 1.
Pasos
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Piensa antes de hablar. Detente a considerar cómo serán percibidas tus palabras y evita hacer comentarios apresurados. Cuando sientas deseos de reaccionar inmediatamente a algo que te diga tu jefe o algún amigo, tómate un momento para organizar tus ideas antes de decir lo primero que se te venga a la cabeza. Pregúntate si es el mejor momento para decir lo que piensas, si puedes esperar un poco para encontrar la mejor manera de decirlo y si crees que las demás personas serán receptivas a tus comentarios en ese momento.
- Aunque el decir lo que piensas te puede llevar a tener ideas interesantes, no está de más tomarte unos minutos para plantear tus pensamientos antes de hacerlo. Por ejemplo, si estás en desacuerdo con algo que ha dicho tu jefe, lo mejor es que pienses en algunos ejemplos que ilustren por qué no estás de acuerdo, en lugar de llegar y decirle que es una mala idea.
- Observa a la gente a tu alrededor. Quizás quieras hacer un comentario sobre lo emocionado que estás por ir a una boda mientras alguien de allí se está divorciando. No es necesario que ocultes tu entusiasmo para siempre, pero tal vez es mejor buscar otro momento para hacer ese comentario.
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Ignora los comentarios negativos. Si alguien hace un comentario negativo en tu presencia, ten tacto y evita involucrarte en la conversación, especialmente si ocurre en el lugar de trabajo y no quieres formar parte de los chismes de oficina. Hay varias maneras de bloquear los comentarios negativos y manejar la situación con tacto. Estas son algunas de ellas:
- Corrige el chisme amablemente. Por ejemplo: "lamento que hayas oído eso sobre Juanita. Cuando hablé con ella comentó que eso de que su despido era solo un rumor."
- Di algo que no te comprometa, como: "no conozco muy bien a Juanito, así es que no tengo idea acerca de qué tan seguido bebe."
- Di algo positivo: "quizás María llega tarde a menudo, pero trabaja muy bien", o "Pedro siempre ha sido muy amable conmigo."
- Cambia el tema: "¿sabes? tu comentario sobre el jefe me recordó algo. Pronto es la fiesta de la oficina ¿verdad? ¿Vas a venir con alguien?"
- Retírate. Si alguien está hablando de manera negativa y la situación no da para más, retírate diciendo que tienes que volver a clases o a trabajar. Es importante no evidenciar que te retiras a causa de la conversación.
- Dile a la persona amablemente que no lo haga. Por ejemplo, "en verdad no me interesan los chismes sobre el vecino" o "preferiría no hablar de eso en la oficina".
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Comienza con un comentario positivo antes de decir algo negativo. Si debes hacerle una crítica a alguien, ya sea un colega o tu mejor amigo, trata de hacerlo de manera que la persona se encuentre más abierta a recibirla. Esto no quiere decir que debas mentirle si las cosas no van bien, sino que debes comenzar resaltando un aspecto positivo para que la persona sepa que te importa. Estas con algunas maneras de hacerlo:
- Si necesitas hacer un comentario negativo a un amigo, dile algo como "creo que eres muy dulce que trates de presentarme a las personas solteras que conoces, pero si lo haces cada vez que salimos, me haces sentir un poco patético".
- Si deseas hacer un comentario negativo a alguien con quien trabajas, puedes decir "realmente valoro todo el esfuerzo que has dedicado a este proyecto, pero creo que puede mejorar aún más si dejas que María te ayude".
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Escoge tus palabras con cuidado. Para tener tacto, una de las cosas más importantes que debes recordar es tener cuidado con las palabras que usas para expresar tus ideas. Puedes decir lo que quieras sin ofender a nadie ni parecer una persona mal intencionada o un sabelotodo. Cuando desees dar una opinión, pregúntate si las palabras que planeas utilizar denotan prejuicios o si son hirientes, condescendientes o inapropiadas para la ocasión. Luego, busca las palabras correctas para expresar tus ideas sin ofender a nadie.
- Por ejemplo, si quieres lograr que un colega trabaje más rápido, no le digas que es demasiado "lento"; pregúntale si se le ocurre alguna manera de hacer el trabajo de manera "más eficiente."
- También, si deseas informar a tu jefe que vas a renunciar a tu trabajo, no es necesario que digas "soy demasiado inteligente para trabajar con estas personas"; es mejor decir algo como "esta compañía no es el lugar más apto para mí."
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Escoge el momento con cuidado. Escoger el momento oportuno es la mitad de la batalla a la hora de tener tacto. Quizás quieras decir algo de lo más amable, pero puedes arruinar por completo una situación social si lo dices en un momento inoportuno, y al final puedes terminar hiriendo los sentimientos de alguien sin querer. Antes de hacer un comentario, pregúntate si es el mejor momento para hacerlo y si las personas presenten sabrán comprenderlo. Quizás sea mejor esperar otro momento para tener una respuesta más positiva, aún si te mueres por decir lo que estás pensando.
- Por ejemplo, si tu amiga Linda está emocionada por contarle a todo el mundo que acaba de comprometerse, quizás debas esperar unos días antes de dar la noticia de tu embarazo, de modo que ella pueda disfrutar la atención por un rato. No querrás que tu amiga sienta que arruinaste su momento.
- También, si tu jefe está intentando terminar una larga presentación al final de un día de trabajo, quizás no sea el mejor momento para preguntarle sobre un informe relacionado a otro tema. Solo lograrás confundir a los demás y tu jefe estará demasiado concentrado en la presentación como para prestar atención a tus consultas; si esperas al día siguiente, probablemente estará más dispuesto a conversar al respecto.
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Rechaza invitaciones de manera cortés. Si alguien te invita a hacer algo, encuentra la manera más amable de rechazar la invitación, aún si en el fondo solo quieres decir "¡claro que no!". Ya sea que te inviten a la fiesta de alguien que a penas conoces o que te pidan trabajar hasta tarde un viernes por la noche, en lugar de negarte de inmediato y demostrar enojo y preocupación, tómate el tiempo de decir que te encantaría ir, seguido de una breve disculpa o explicación por no poder hacerlo. Así lograrás darte a entender sin ofender a nadie en el proceso.
- Por ejemplo, si el jefe te pide que trabajes en otro proyecto y simplemente no tienes tiempo, puedes decir "gracias por pensar en mí y darme esta oportunidad, pero sigo trabajando en esos otros dos proyectos que me asignó y no dispongo del tiempo para un trabajo adicional. Pero me encantaría ayudarle con algún proyecto similar en el futuro".
- Si un amigo te invita a una excursión (y realmente no es algo que te interese), dile algo como "la excursión suena muy interesante, pero prefiero descansar este fin de semana. Tuve una semana muy agotadora y necesito reponerme. ¿Te parece si bebemos algo el próximo viernes?".
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No reveles demasiada información personal a gente que no conoces bien. Las personas que no tienen tacto tienden a contarle sus asuntos personales a todos los que les rodean. Si deseas actuar con tacto, no puedes ir por la vida contándole a todo el mundo acerca de tu ruptura más reciente, sobre el sarpullido que tienes o sobre tus problemas personales. Solo lograrás que la gente que no te conoce bien se sienta incómoda y jamás serán amigos; intenta ser consciente de si las personas desean oír más o si ya has dicho demasiado.
- Esto también se aplica a la hora de revelar información personal de otras personas. Si te encuentras con un amigo de confianza y otros amigos no tan cercanos, no hables acerca de un tema privado de tu amigo delante de otras personas; quizás él te contó acerca de su complicada relación con su madre en un momento de confianza, pero de seguro no querrá que todo el mundo se entere.
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Asegúrate de que tu lenguaje corporal sea acorde a tus palabras. Es genial si puedes darte a entender de manera cortés y amigable, pero si tu cuerpo expresa algo diferente, las personas captarán lo que realmente piensas. Si le dices a alguien algo importante en forma delicada, asegúrate de hacer contacto visual, mirar a la persona a la cara y no inclinarte ni mirar al suelo. Préstale atención y demuestra que te importa. Es difícil que alguien te tome en serio si le dices que está haciendo un buen trabajo y luego miras a otro lado.
- Las acciones dicen más que las palabras, así es que asegúrate de que tu lenguaje corporal no exprese algo distinto de lo que intentas decir.
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Considera el punto de vista de otras personas. Otro aspecto importante del tacto es saber ponerse en el lugar de los demás. Aunque es importante dar a conocer tus ideas, también debes comprender que no todos ven las cosas de la misma manera. Es más probable que alguien te escuche y te tome en serio si logras hacerle saber que lo entiendes.
- Por ejemplo, si quieres pedirle a María que te ayude con otro proyecto, es mejor comenzar con algo como "sé que tienes mucho trabajo en este momento, pero..." Si solo llegas y dices "oye, ¿puedes quedarte hasta tarde y ayudarme a terminar esto?", seguramente María creerá que eres insensible.
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Considera las diferencias culturales y trata de ser sensible a ellas sin que te lo pidan. En este mundo hay muchas diferencias de índole cultural que merecen respeto y que se basan en el lugar de origen de las personas, en su crianza, tal vez en su historia racial o incluso en la generación a la que pertenecen. Algo que se acepta normalmente en una cultura puede ser considerado un insulto en otro contexto, así es que asegúrate de ser sensible a las a estas diferencias antes de hacer un comentario.
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Sé discreto. Tal vez debas hacerle una corrección a un colega durante una presentación o avisarle a tu amigo que tiene un pedazo de espinaca entre los dientes. En lugar de decírselo en frente de otras personas, intenta hacerlo en privado. La discreción es una parte importante del tacto, pues te ayudará a saber lo que debes decir en determinadas circunstancias. Es una habilidad esencial, tanto en el mundo profesional como social.
- Por ejemplo, si tú y tu socio lograron un aumento (pero nadie más lo obtuvo), lo mejor es no alardear en frente de todos. Puedes celebrarlo en privado más tarde.
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Sé gentil aunque te sientas irritado. Mantén la calma y habla con amabilidad y honestidad. Asume lo mejor de los demás. Aunque te mueras por decirle a un amigo lo que piensas verdaderamente sobre su comportamiento o por gritarle a un colega que está a punto de arruinar un proyecto, busca la manera más amable posible de decirlo hasta que encuentres el momento apropiado para expresar lo que sientes en verdad. No es necesario decir algo que puedes lamentar más tarde solo por la ira del momento.
- Por ejemplo, si alguien te regala un suéter horrible, dile: "gracias por el regalo, me halaga que te hayas acordado de mí."
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Demuestra empatía. Mira a tu alrededor antes de hacer un comentario y pregúntate qué tan bien lo recibirán las personas presentes. Es importante ponerse en el lugar de los demás antes de expresar tus opiniones políticas, religiosas o de otro tipo. Aunque no siempre puedes saber lo que piensan los demás antes de hablar, lo importante es tener una idea del modo de pensar y de las experiencias de la gente que te rodea, para así evitar ofender a alguien.
- Por ejemplo, si a Roberto lo despidieron y tu acabas de obtener un ascenso, quizás no sea el mejor momento para hacer alarde de ello.
- Si una persona de las que te rodea es un cristiano devoto, no es el mejor momento para decir que consideras que las religiones son inútiles.
- Si alguien tuvo un largo día en el trabajo, no esperes que te ayude a resolver un gran conflicto personal. Ten un poco de paciencia.
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Aprende a escuchar activamente. Esta es una parte esencial del tacto. Hay una gran diferencia entre lo que alguien te dice y lo que realmente piensa, así es intenta ponerle atención para captar el mensaje. Si tu amigo te dice que ya superó su ruptura y que está listo para salir de fiesta contigo, pero sus ojos y sus gestos indican lo contrario, busca la manera de decirle que está bien si no desea salir.
- Prestar atención a los verdaderos sentimientos de las personas te ayudará a responder con más tacto. Por ejemplo, si tu colega está teniendo problemas con un proyecto y teme pedir ayuda, pon atención a algunas pistas, ya sea que te hable en tono nervioso, que tartamudee o que sea repetitivo. Intenta averiguar si está tratando de pedirte ayuda.
- Escuchar a los demás de manera activa también te ayudará a saber cuando una persona esté bloqueada y no quiera oír nada más acerca de un tema. Si intentas dar una crítica a un colega que ya se siente alterado, sabrás por sus palabras que ya no quiere escuchar nada más; termina la conversación con sutileza para retomarla más tarde.
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Sé respetuoso. El respeto va de la mano con el tacto. Si realmente quieres actuar con delicadeza, debes tratar a las personas con respeto. Esto significa esperar a que terminen de hablar y no interrumpir, prestarles atención cuando intentan decirte algo y preguntarle a una persona cómo se siente antes de darle una mala noticia. Trata a cada persona con amabilidad y preocupación y comprende que es importante ser justo con todos los individuos que te rodean, aún si no gozan de tu simpatía.
- Ser respetuoso es un asunto de decencia. No digas malas palabras en frente de los ancianos ni uses palabras indecentes delante de personas que no conoces bien. Esto es de mal gusto y estarás demostrando que careces de tacto.
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