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Si tu hijo está enfermo, es posible que necesite tomar un medicamento recetado por un doctor o uno de venta libre. En cualquier caso, tu hijo podría rehusarse a tomar el medicamento debido a la vía de administración, al sabor o a otras razones. Si tienes dificultades para darle el medicamento a un niño reacio, hay varias cosas que puedes hacer.

Método 1
Método 1 de 2:

Administrar un medicamento líquido

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  1. El farmacéutico puede añadirle un sabor, como chocolate, sandía, cereza u otro de los sabores favoritos de tu hijo, a muchos medicamentos en forma de jarabe por un pequeño costo adicional. [1]
    • Este método puede funcionar incluso para los medicamentos de venta sin receta médica que ya tienen un sabor particular, en caso de que tu hijo prefiera otro sabor.
  2. No necesitas una receta médica para conseguir una jeringa sin aguja en una farmacia. Otra opción es emplear un gotero. Coloca al niño en posición sentada e introduce la jeringa o el gotero con la dosis apropiada en su boca, entre los dientes o encías. Presiona el aplicador lentamente para verter las gotas con cuidado en la parte posterior de la lengua o en la mejilla.
    • No utilices una cuchara para este método. Asimismo, evita echar un chorro del medicamento en la parte posterior de la garganta, ya que esto podría causar atragantamiento. Por el contrario, procura aplicar un chorro del medicamento en un lado de la boca
  3. Utiliza las tazas o cucharas medidoras que suelen incluirse en los medicamentos líquidos para separar las dosis y administrarlas a lo largo de un periodo extendido. Conversa con el médico y el farmacéutico antes de implementar este método. Es necesario que administres la dosis recetada por completo a fin de tratar la enfermedad, pero puedes hacerlo en pequeñas cantidades y con mayor frecuencia de modo que tu hijo no tenga que tomar el medicamento de una sola vez. [2] [3]
    • Un ejemplo de este método sería el siguiente: en lugar de administrar 1 cucharada (15 ml) del medicamento cada 12 horas, puedes administrar 2 cucharadas (de 7,5 ml cada una) seguidas en el intervalo indicado.
    • Ten en cuenta que es posible que tu hijo piense que este método prolonga la desagradable experiencia de tomar un medicamento, por lo que empeoraría la situación.
  4. Pregúntales al médico y al farmacéutico si el medicamento puede administrarse antes de comer o beber. Si es posible administrar el medicamento junto con la comida, podrías mezclarlo con una taza de pudín, yogur o jugo con la finalidad de que el niño lo tome. También puedes darle a tu hijo alguno de sus bocadillos o bebidas favoritos, como un tazón de helado, una fruta o un yogur, luego de administrarle el medicamento. Indícale desde un inicio que le darás dicho premio si toma el medicamento. [4] [5]
    • Si mezclas el medicamento de tu hijo con las comidas o bebidas, asegúrate de que tu hijo lo ingiera todo.
    • En caso de que el medicamento no pueda mezclarse con alimentos o bebidas, pregúntale al médico y al farmacéutico cuánto tiempo debes esperar entre la administración del medicamento y la siguiente comida o bebida.
  5. Preséntale el medicamento como algo que le ayudará y pregúntale en qué forma (taza, jeringa) y sabor lo preferiría. Este método le dará al pequeño una ligera sensación de control sobre la situación. [6] [7]
    • No permitas que tu hijo controle la conversación diciendo que no quiere tomar el medicamento. Si sucediera, puedes redirigir el tema diciendo algo como “Quieres mejorarte para poder jugar con tus amigos, ¿verdad?”.
  6. Si ningún método funciona, es posible que debas aplicar algo de fuerza física. Por lo general, necesitarás que alguien te ayude. Primero, coloca al niño en el regazo de una persona, quien debe sujetarlo para que se quede quieto y erguido (no inclinado hacia atrás). La otra persona debe utilizar una mano para abrir la boca del pequeño (jalar la mandíbula hacia abajo) y la otra mano para colocar la jeringa entre sus dientes y administrar el medicamento en la parte posterior de la lengua. Asegúrate de mantener su boca cerrada hasta que pase el medicamento.
    • Puedes decirle a tu hijo que la próxima vez pueden colaborar si no quiere que vuelvas a forzarlo. Asimismo, considera darle un refuerzo positivo, como un abrazo y un premio (yogur, una película, una calcomanía, entre otros).
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Método 2
Método 2 de 2:

Administrar un medicamento en forma de pastilla

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  1. Uno de los métodos consiste en colocar la pastilla en la parte posterior de su lengua y hacer que el pequeño tome agua o alguna de sus bebidas favoritas, como un jugo de fruta. Dile que pase el jugo rápidamente y se concentre en únicamente en su sabor.
    • Mantén su cabeza derecha o ligeramente inclinada hacia adelante. También puedes utilizar un sorbete para facilitar el proceso.
  2. Este método te permite dividir la dosis de modo que sea más fácil de pasar. Utiliza un cuchillo o un partidor de pastillas para dividirla en dos o cuatro partes. También puedes pulverizar la pastilla entre dos cucharas y mezclarla con una pequeña cantidad de su alimento favorito que no necesite masticarse (p.ej. helado, pudín, yogur, etc.).
    • Es más sencillo pulverizar una pastilla si la mojas con una o dos gotas de agua y la dejas reposar por 5 minutos.
    • No intentes este método con una cápsula de liberación prolongada o una pastilla con cubierta especial. Conversa con el médico y el farmacéutico si tienes alguna duda.
  3. Conversa con el médico y el farmacéutico antes de hacerlo. El contenido de este tipo de medicamentos puede pasarse sin necesidad de masticar y suele tener un sabor amargo, por lo que será mejor que lo mezcles con algún alimento dulce que le guste al niño (puré de manzana, yogur o productos similares).
    • Este método puede ser algo desordenado y sucio. Asegúrate de tener una superficie de trabajo despejada y seca donde colocar los líquidos a fin de no desperdiciarlos.
  4. Los niños de 8 años o más que no pueden o no quieren tomar pastillas pueden practicar cuando no están enfermos o fastidiados. Proporciónale un pedazo pequeño de caramelo para chupar. Utiliza un producto que se derrita rápidamente para evitar la posibilidad de que se atore en su garganta.
    • Ve utilizando dulces cada vez más grandes hasta llegar a las lentejas de chocolate, como los M&Ms. Si el dulce es muy pegajoso, puedes aplicarle una capa delgada de mantequilla.
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Consejos

  • Si tu hijo se resiste o tiene problemas con un tipo de medicamento, pregúntale al médico si hay alguna otra presentación. Además de las pastillas o los líquidos, también podría haber presentaciones masticables o solubles.
  • Siempre conversa con el médico respecto al cuidado de la salud de tu hijo.
  • Consulta con el farmacéutico para conseguir mayor información sobre los medicamentos, su interacción con otros medicamentos y sus efectos secundarios.
  • Pide que le coloquen tapas a prueba de niños a los frascos de medicamento en la farmacia.
  • Guarda todos los medicamentos fuera del alcance de los niños.
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Advertencias

  • Asegúrate de que el contenido de los frascos de medicamento esté indicado correctamente en la etiqueta, y que esta corresponda con lo recetado por el médico.
  • Muchos de los medicamentos de venta sin receta médica son muy fuertes para los niños. Asegúrate de revisar las dosis específicas para niños.
  • Utilizar la fuerza para administrar un medicamento a un niño debe ser solo un último recurso. Quizá sea mejor que llames al médico antes de hacerlo.
  • Nunca cambies un medicamento, la dosis o la vía de administración sin antes conversar al respecto con el médico y el farmacéutico.
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