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Los niños son naturalmente curiosos e inquisitivos. Hacer preguntas es una gran manera para que los niños interactúen con su entorno y desarrollen habilidades de pensamiento crítico. [1] Si bien a veces puede ser un desafío seguir el ritmo de las preguntas de un niño, crea un entorno en donde se sienta seguro de hacer preguntas y ser curioso. Alienta a los niños a hacer preguntas en diferentes entornos, incluyendo el hogar, la escuela, los centros religiosos o espirituales, cuando están con otras personas, en eventos y en situaciones confusas.

Método 1
Método 1 de 3:

Hacer preguntas en casa

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  1. Los adultos por lo general suelen ver el mundo a través de ojos “bien sazonados”, mientras que los niños ven y experimentan cosas por primera vez. Esto hace que el niño tenga curiosidad, asombro y admiración. [2] Los niños por lo general hacen preguntas debido a la curiosidad y no para molestar. Alienta a tu hijo a hacer preguntas y ser curioso al responderle con cosas como “¡Vaya! Esa es una muy buena pregunta. Eres un niño bastante curioso” y luego la respuesta. Esto le ayuda al niño a verse como un preguntón.
    • Ve las respuestas de un niño como una oportunidad para relacionarte con él acerca de algo que le interesa.
  2. ”. Si bien esta pregunta por lo general es frustrante para los adultos, es importante para los niños saber por qué ciertas relaciones de causa y efecto suceden. Por ejemplo, si le pides a tu hijo que haga algo, es posible que sienta la curiosidad de saber por qué es importante hacer esa tarea o comportarse de cierta manera. Permítele a tu hijo el espacio para preguntar “¿por qué?”. [3]
    • Es importante que los niños sepan por qué suceden las cosas, por qué tienen que estar seguros, por qué aprender es importante, etc. Recuerda que ganar información es importante para tu hijo.
    • No te sientas mal si conoces la respuesta. Si tu hijo te hace una pregunta que no puedes respondes, está bien decir “La verdad es que no lo sé”. Continúa esta frase alentando a tu hijo a encontrar la respuesta o decirle que lo averiguarán juntos, de tal manera que puedas demostrarle a tu hijo qué recursos están disponibles para responder sus preguntas y cómo usarlos.
  3. Si te pones nervioso o te molestas fácilmente por las preguntas de tu hijo, es posible que empiece a pensar que no quieres responderle o que hacer preguntas no está bien. Concéntrate en mostrarle a tu hijo que las preguntas importan al darle respuestas alentadoras. Esto alentará a tu hijo a hacer preguntas libremente y sentirse bien con ser curioso. [4]
    • Si tu hijo te hace una pregunta durante un momento incómodo, prométele respondérsela luego. Asegúrate de hablar con él más adelante. Establece un recordatorio en tu teléfono si es necesario.
  4. Hazle preguntas a tu hijo para que él tenga un ejemplo de cómo hacerlas. Si tu hijo te hace una pregunta, hazle una a él también. Esto puede ayudarle al niño a pensar críticamente o encontrar una respuesta creativa. Hacer preguntas de nuevo puede ayudar a fomentar un mejor desarrollo social, emocional y cognitivo. [5]
    • Empieza a preguntarle a tu hijo. Hazle preguntas acerca de actividades específicas. Si está jugando con trenes, pregúntale “¿Por qué usas trenes? ¿Para qué usamos los trenes? ¿A dónde se van los trenes?”.
    • Si tu hijo te pregunta “¿Por qué ese niño está llorando?”, respóndele “¿Qué crees que pasó que hizo que ese niño se sienta triste?”. Puedes seguir esa pregunta con “¿Qué cosas te hacen sentir triste?”.
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Método 2
Método 2 de 3:

Establecer un entorno seguro para el aprendizaje

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  1. Asegúrate de que el niño sepa que hacer preguntas está bien y que nadie lo criticará o juzgará sus preguntas. Es especialmente importante para los niños tímidos o inseguros saber que no existe “pregunta mala”. Desalienta la retroalimentación o las modificaciones a las preguntas. Recuérdale al niño que está bien hacer preguntas cuyas respuestas desconocen. [6]
    • Los otros niños pueden decir “Esa es una pregunta tonta”. Redirige su atención y asegúrale que todas las preguntas son respetadas.
  2. Los niños por lo general son recompensados por tener la respuesta correcta y no por hacer preguntas. Cambia el enfoque para alentarlo a hacer preguntas. Dale recompensas por hacer preguntas, incluso si la recompensa es solo un halago verbal. Los niños pueden aprender que abordar temas mediante la curiosidad es recompensado, y que las recompensas no solo se dan por buenas notas en los exámenes o notas altas. Esto puede fomentar el pensamiento de mayor nivel y la comprensión. [7]
    • Por ejemplo, dile “Me encanta que hagas preguntas. Veamos esto más a fondo” o “¡Vaya! ¡Esa es una muy buena pregunta!”.
  3. Es posible que los niños tengan problemas para elaborar una pregunta al principio. Está bien. Dales tiempo para pensar y tener ideas. Puedes designar un tiempo específico de preguntas en donde los niños tienen que pensar en preguntas que quieren hacer. [8] You can designate specific “Question Times” when children think of questions they may want to ask.
    • No establezcas un límite de tiempo en el proceso al principio y deja que el niño tenga tiempo para elaborar sus preguntas.
  4. Por lo general, los niños preguntan cosas que los adultos consideran inapropiadas o hacen preguntas vergonzosas, sobre todo en público, como “¿Por qué esa niña está en una silla de ruedas?” o “¿Por qué ese hombre tiene un color diferente de piel?”. No te avergüences o calles a tu hijo por hacer este tipo de preguntas. [9] Esto puede hacer que el niño se sienta culpable o avergonzado por hacer una pregunta. En su lugar, responde con sinceridad sin que el niño se sienta mal por hacer esa pregunta.
    • Puedes decir “Algunas personas lucen diferente a ti. ¿Te has dado cuenta de que algunas personas tienen lentes, algunas el cabello rizado y otras ojos de diferentes colores? Cada persona es única. El color de la piel es una forma en que las personas lucen diferente a ti, pero eso no las hace diferente de ti en el interior”.
  5. Si bien puedes pensar que dar ejemplos puede ayudar a un niño a formular preguntas, en realidad puede configurar al niño a seguir una ruta específica. Lo que quieres es que se plantee preguntas originales sin ponerse límites. Es posible que tu hijo tenga problemas para elaborar preguntas, y eso está bien. Si necesita ayuda, puedes decirle “Tus preguntas pueden empezar con qué , cuándo y cómo ”. [10]
    • También puedes decir “Quiero escuchar lo que quieres preguntar. Tus preguntas no tienen que seguir ninguna pauta. Siéntete libre de hacer las preguntas que piensas”.
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Método 3
Método 3 de 3:

Trabajar en grupos para generar preguntas

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  1. El trabajo grupal puede alentar a los niños a trabajar juntos, tener ideas entre sí e incrementar la creatividad. Está bien que los grupos avancen a un ritmo diferente. Si un grupo tiene problemas para tener ideas, no lo presiones. Recuérdale de la actividad y mantenlo enfocado en la tarea. [11]
    • Alienta a cada niño a contribuir al grupo sin ejercer presión en los niños. No hagas que la participación requerida se base en puntos de participación. Esto puede causar estrés extremo para los niños ansiosos y tímidos. [12]
  2. Cuando se les presenta un nuevo tema, pregúntales a los niños qué preguntas les gustaría que les respondas al término de la unidad. Alienta a los niños a hacer uso de los materiales y ser curiosos acerca de nuevas cosas. [13]
    • Por ejemplo, si estás enseñando una unidad acerca del proceso científico, es posible que los niños pregunten “¿Cuándo podré usar eso?”, “¿Esto me ayudará a entender la ciencia mejor?” o “¿Puedo utilizar eso en otras áreas de mi vida?”.
  3. A los niños les encanta los juegos, así que permite un tiempo para las preguntas dentro del juego. Deja que los niños se emocionen acerca de hacer preguntas. Juega con las preguntas. Trata de resolver un problema con el grupo al permitirles hacer preguntas. [14]
    • Algunos ejemplos incluyen “¿Puedes hacer que las preguntas cerradas sean preguntas abiertas?”, “¿Puedes hacer que una oración sea una pregunta?” o “¿Cómo puedes obtener más información al hacer una pregunta?”.
  4. A medida que surgen las preguntas, la tendencia natural en los niños es proporcionar una respuesta. Desalienta estos comportamientos y fomenta la colaboración y elaboración de preguntas. Pon cuidadosamente a los niños de nuevo en el camino. [15]
    • Puedes decir algo como “Todavía no estamos en la parte de responder preguntas. Ahora estamos enfocados en hacer solamente preguntas”.
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