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Si tienes los pies cansados y adoloridos luego de estar parado por un largo día, ¡es probable que quieras conseguir un poco de alivio! Los remedios caseros simples (como un baño en agua tibia, los masajes de pie y los medicamentos para el dolor de venta sin receta) te ayudarán a calmar parte del dolor, y también puedes probar algunos ejercicios de estiramiento para aliviar el malestar. Si es posible, evita pararte en el mismo lugar por periodos prolongados, para así evitar el dolor. Asimismo, elige un par de zapatos cómodos y resistentes que te queden bien y te brinden soporte.

Método 1
Método 1 de 4:

Usar remedios caseros

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  1. Llena una tina pequeña con agua tibia o usa un dispositivo de spa para los pies. Agrega sales de baño, como la sal de Epsom, u otro tipo de limpiador para pies si lo deseas, luego reposa los pies en el agua por 20 a 30 minutos.
    • El agua tibia podría ayudar a aliviar el dolor.
    • No te remojes los pies si tienes diabetes. Como diabético, serás más propenso a desarrollar problemas e infecciones en los pies.
  2. El hielo puede ser útil si está inflamado o lesionado. Es probable que la piel esté caliente al tacto si está inflamado. Envuelve hielo con un paño u otra tela delgada, y colócatelo en los pies por 15 a 20 minutos. Puedes repetir este proceso por 2 o 3 veces al día, según sea necesario. [1]
    • Nunca coloques el hielo directamente en la piel, ya que puede causarte una quemadura por congelación.
  3. Siéntate y coloca un pie sobre la otra rodilla. Aplícate una cantidad pequeña de loción en las manos y frótate el pie, masajeando el metatarso, el talón y los dedos de los pies. Usa los pulgares para presionar más profundo en los músculos del pie, y frota con un movimiento circular. [2]
    • Mueve los dedos del pie de un lado a otro con delicadeza usando los dedos de la mano, para estirar los músculos.
    • Repítelo en el otro pie. Si tienes alguien dispuesto a ayudar, ¡incluso puedes pedirle que te masajee los pies!
  4. Los AINE comprenden a los analgésicos como la aspirina, el ibuprofeno y el naproxeno sódico. Estos pueden aliviar el dolor, en especial si tienes los pies un poco hinchados luego de haber estado parado todo el día.
    • Consulta con un doctor sobre los AINE que sean adecuados para ti. Si las versiones de venta sin receta no bastan, consulta sobre los medicamentos de venta con receta.
    • Siempre lee el recipiente para conocer las dosis recomendadas.
  5. Los analgésicos solo son medicamentos para el dolor. Estos no ayudan a reducir la inflamación, pero pueden brindar alivio, sobre todo si no puedes tomar AINE por motivos médicos. [3]
    • Revisa el recipiente para conocer las dosis recomendadas.
    • El paracetamol es un medicamento común para el dolor de venta sin receta. No lo mezcles con alcohol. Asimismo, ten en cuenta que este medicamento está presente en varias mezclas de medicamento de venta sin receta, como los fármacos para el alivio del resfriado. Siempre revisa los recipientes para no sufrir una sobredosis de paracetamol.
    • No excedas los 4000 mg de paracetamol en 24 horas y evita usarlo por más de 3 días seguidos. [4]
  6. Estos medicamentos funcionan de maneras diferentes. Algunos contienen analgésicos, como el ingrediente que se encuentra en la aspirina. Algunos te distraen generando una sensación diferente en los pies, como los que los enfrían con mentol o eucalipto. Otros crean una sensación de quemazón leve que reduce el dolor. [5]
    • Puedes conseguirlos en la farmacia de tu localidad.
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Método 2
Método 2 de 4:

Estirar los músculos

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  1. Siéntate en el piso o en la cama con las piernas estiradas delante de ti. Coloca una toalla o una venda grande alrededor de un pie, apuntando al metatarso. Jala la toalla hacia ti para estirar los músculos en el pie. [6]
    • Mantén esta posición por 30 segundos y repítelo en el otro lado. Haz 3 series de este ejercicio.
  2. Siéntate en una silla y coloca un objeto redondo debajo del pie, como un rodillo para pies, una botella con agua o incluso una lata de sopa. Coloca el arco sobre el objeto por unos segundos (presionando de forma suave) y luego ruédalo sobre este último, yendo de un lado a otro. Sigue rodando de un lado a otro por un minuto. [7]
    • Cambia a otro pie cuando termines.
  3. Siéntate en una silla y coloca un paño debajo de tus pies. Trata de recoger la toalla solo con los dedos de los pies. Deja el talón en el suelo mientras lo haces. Solo levantarás los dedos de los pies para elevar la toalla de 2,5 a 5 cm (1 o 2 pulgadas) por encima del suelo. [8]
    • Luego de levantar la toalla, suéltala y vuelve a recogerla. Hazlo como mínimo 10 veces con cada pie.
    • Este ejercicio también aumentará la flexibilidad.
  4. Párate mirando a la pared. Colócate a 30 cm (1 pie) de ella con los pies separados a la altura de los hombros. Coloca las manos en la pared y da un paso atrás con una pierna, estirándola cuando lo hagas. Dobla un poco la rodilla de la pierna delantera hasta que sientas que el músculo de la pantorrilla se estira en la otra pierna. [9]
    • Estira de nuevo la pierna delantera y repite el ejercicio 10 veces en cada lado.
    • También puedes avanzar un poco con la pierna delantera, lo que doblará la trasera un poco.
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Método 3
Método 3 de 4:

Adoptar medidas preventivas

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  1. Si te inclinas hacia un lado o el otro, podrías tener una mala circulación en los pies, lo que causará más dolor y rigidez. Pregúntale a tu jefe si puedes mover las cosas del piso (como los cables o las alfombras pequeñas), de modo que te pares en una superficie plana. Asimismo, verifica tu equilibrio a lo largo del día para garantizar que deposites tu peso en ambos pies. [10]
  2. Este tipo de calcetines brindan soporte adicional para los tobillos. Estos son ajustados alrededor de los pies y pueden prevenir el dolor. [11]
    • Puedes conseguirlos en las farmacias, en internet o en las tiendas de suministros médicos.
  3. Si tienes ampollas, usar dos pares de calcetines podría ser la solución. Esto brinda un acolchado adicional, lo que puede reducir las probabilidades de desarrollar ampollas. Podrías necesitar una talla mayor para el segundo par, de modo que te quede mejor sobre el primero.
    • Si quieres usar dos pares de calcetines, pruébalos con zapatos para determinar cómo te quedan.
  4. Estas alfombrillas también se conocen como alfombrillas antifatiga y cubrirán las áreas grandes del piso. Estas brindan acolchado para los pies y las piernas, lo que te dará un poco de alivio para un largo día. [12]
    • Si no tienes una alfombrilla acolchada en el trabajo, pregúntale a tu jefe si puedes conseguir una. Podrías decirle “¿Puedo conversar con usted por un minuto? Me preguntaba si podría considerar colocar alfombrillas antifatiga detrás del mostrador. Estas no cuestan mucho y evitan que los empleados se cansen rápido, ya que les brindan acolchado. ¡Esto significa que podremos trabajar más duro para usted!”.
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Método 4
Método 4 de 4:

Elegir calzado que dé soporte

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  1. Incluso si te han medido en el pasado, es una buena idea que lo vuelvan a hacer. Los pies pueden cambiar con el tiempo, y si compras la misma talla de zapato que siempre usas, podrías lastimarte más los pies. [13]
    • Ve a una tienda de zapatos que se especialice en medir pies y encontrar la talla correcta. Haz que te midan una vez al año para conocer tu talla de zapatos.
    • Algunos quiroprácticos y osteópatas podrían tener una selección de zapatos especiales para ayudarte con el soporte.
  2. Siempre colócate los zapatos y camina con ellos por la tienda antes de comprarlos. Asegúrate de que no te aplasten los dedos de los pies y que tengas un espacio de 0,6 a 1,3 cm (de 0,25 a 0,5 pulgadas) entre los dedos y la punta del zapato. [14]
    • Compra zapatos luego de un día de trabajo. Tus pies se hinchan a lo largo del día, por lo que necesitarás zapatos que sigan quedándote cómodos al final del día.
    • Una vez que compres un par, será una buena idea que camines un poco con ellos puestos antes de tratar de trabajar con ellos. De este modo, podrás determinar si te causan dolor o si rozan un punto determinado.
  3. Los arcos altos pueden causar dolor si los pies no tienen un soporte apropiado. Cuando vayas a una tienda de zapatos, pídele al encargado que te ayude a encontrar zapatos con arco alto, y debes sentir menos dolor al usarlos. [15]
    • Para determinar si el zapato le dará soporte al arco, retira la plantilla, si es posible, y sostenla contra el pie. Si coincide con el contorno del pie, es probable que sea una buena talla. De lo contrario, podrías tener que conseguir otro par. [16]
    • Si no quieres comprar zapatos nuevos, busca plantillas hechas para personas con arcos altos.
  4. Si notas que tus zapatos no son tan cómodos como te gustaría, las plantillas pueden ayudar con este problema. Estas pueden elevar los talones o brindar más acolchado, según sea necesario. Algunas tiendas incluso ofrecen máquinas que analizarán tus pies para que puedas comprar la mejor plantilla. [17]
    • Si no tienes acceso a este tipo de máquinas, mira la parte inferior de los zapatos. Si tienes un andar normal, se usarán en el centro del talón y en el centro del metatarso. Si están más cerca del borde exterior o del borde interior, consigue plantillas que te ayuden a corregir el problema.
    • Puedes conseguir plantillas en internet, farmacias o algunas tiendas de zapatos.
  5. Las plantillas pueden ayudar, pero si sigues teniendo mucho dolor, podrías necesitar zapatos diseñados especialmente para ti. De este modo, te brindarán soporte de toda manera y sin crear puntos de presión. [18]
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Advertencias

  • Si tienes un dolor de pie constante o uno nuevo, tendrás que acudir al doctor. Podrías tener una enfermedad que requiera atención médica.
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