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Winston Churchill dijo una vez “Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema”. [1] Si sientes que no te agrada el tema de conversación que tienes o sientes que la persona con la que hablas está incómoda, hay varias maneras de cambiar la dirección de la conversación.

Método 1
Método 1 de 3:

Buscar la transición a un nuevo tema

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  1. Si sabes que estarás en una situación en la que tendrás que hablar con muchos desconocidos, piensa en 2 o 3 temas para charlar antes de llegar al lugar.
    • Escoge temas que sean de interés para muchas personas. Los pasatiempos, los deportes y los aparatos tecnológicos son buenas opciones para empezar.
  2. Debido a que a las personas les gusta hablar de sí mismas, concentrarse en la otra persona puede hacer que sea más sencillo cambiar el tema.
    • Escoge un tema que sepas que es importante para tu interlocutor. Algunos ejemplos incluyen los pasatiempos, los eventos próximos o un proyecto del trabajo.
  3. Esta manera sutil de cambiar el tema se puede usar sin importar con quién hables. Busca un aspecto específico de las joyas, del calzado o de la ropa de la persona, y di algo agradable al respecto. [2]
    • También puedes explayarte en este nuevo tema al pedir más información acerca del producto o de la característica que estás elogiando. Por ejemplo, “¿En dónde conseguiste ese maravilloso bronceado?”.
  4. Si hay una pausa en la conversación, cambia el tema completamente en vez de volver a él o de tratar de hacer la transición a otro tema de forma gradual.
    • Haz una pregunta “que inicie la conversación”, como “¿Cuál es el trabajo más raro que has hecho?” o “Si pudieras salir a cenar con tres personas, ¿quiénes serían?”. [3]
  5. Cuando decidas cambiar el tema de la conversación, piensa en la relación que tienes con la persona con quien hablas. ¿Tratas de cambiar el tema con un colega, con alguien a quien acabas de conocer o con tu suegra? Mientras más fuerte sea la relación que tengas con la persona, más flexibilidad tendrás al escoger un tema. [4]
    • Con los desconocidos, limítate a las charlas triviales. Debido a que no conoces a la persona, no tienes cómo saber qué temas pueden ser sensibles para ella. El clima casi siempre es un tema seguro.
    • Si tratas de conocer a alguien, intercambia información. Por ejemplo, pregunta a la persona por qué está en la conferencia en la que se acaban de encontrar. [5]
    • Con amigos o colegas, puedes intercambiar opiniones. Si quieres cambiar de tema, da tu opinión acerca de un tema relacionado. Por ejemplo, si tu amigo se está quejando de la comida del restaurante que escogiste y deseas cambiar de tema, pregunta algo como “¿No es un poco inusual esta música?”.
    • Con amigos y familiares cercanos, puedes hablar de sentimientos. Este es el tema de conversación más íntimo, pero las emociones son un tema válido si tratas de hablar de otra cosa con tu cónyuge o con tu hermana. Pregunta cómo se siente la persona con respecto a algo que hablaron en una conversación previa.
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Método 2
Método 2 de 3:

Usar una distracción externa

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  1. Habla del lugar en el que están (de la decoración, del paisaje, del evento, de la ciudad, etc.).
    • Haz que tu interlocutor piense. Pregunta “¿Cuántas personas crees que haya aquí?”.
    • Menciona algo poco usual en el ambiente. Por ejemplo, “¿Ves ese perro enorme por allá?”.
  2. Otra manera de cambiar de tema es incluyendo a una nueva persona en la conversación. Puedes presentar a tu interlocutor a alguien que conozcas o puedes pedirle que te presente a alguien.
    • Si ninguno de los dos conoce a alguien en el evento, sugiere ir juntos a un grupo animado y presentarse.
  3. Puedes decir a la persona que regresarás si deseas seguir hablando con ella. Algunos minutos aparte te puede dar una razón espontánea para cambiar de tema.
    • Usa una excusa común. Ve al baño, acércate al bufet o sal algunos minutos a tomar aire fresco. [6]
  4. Puedes pedir a un amigo que te llame a una hora específica con una “emergencia” potencial. También hay aplicaciones que pueden automatizar el proceso.
    • Esta puede ser una técnica particularmente útil en una primera cita.
    • Puedes continuar con la conversación, pero la interrupción provee un espacio que te permite cambiar de tema.
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Método 3
Método 3 de 3:

Cambiar la conversación sutilmente

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  1. Puedes cambiar el tema de conversación de manera sutil en lugar de hacerlo abruptamente diversificando paso a paso a partir del tema del que hablas en este momento.
    • Usa la “asociación de palabras” para pasar de un tema a otro. Por ejemplo, si has estado conversando por mucho tiempo de snowboarding, puedes hablar del clima del norte, que finalmente puede hacer que pases a hablar del clima del sur.
  2. Puedes construir un puente entre un tema y el otro poniéndote de acuerdo con el orador y usando la palabra “pero” para hablar de un nuevo tema.
    • Por ejemplo, si no deseas escuchar más de coches, puedes decir “Me encantan los coches veloces; pero, estoy más interesado en correr velozmente”. [7]
    • Otras palabras o frases de transición son “Eso me recuerda que…” y “A propósito…”.
  3. Permite que el interlocutor te ayuda a cambiar el tema de conversación. Escucha cuidadosamente lo que está diciendo y haz preguntas que dirijan la conversación hacia otro tema.
    • Haz que tus preguntas sean abiertas. Esto significa que no se pueden responder con sí o no. Empieza la pregunta con quién, qué, dónde, cuándo, por qué o cómo para obtener una respuesta más detallada. [8]
  4. Quizás la conversación se ha ido por la tangente. Reintroduce un tema anterior diciendo algo como “Estoy muy interesado en lo que hablamos hace un rato, ¿me puedes decir más?”.
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Advertencias

  • Evita hacer de ti mismo el tema de conversación muy pronto.
  • Lo más seguro es no ofrecer un consejo a menos que la otra persona lo pida.
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