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Un perro puede enfermarse en algún momento. Luego de llevarlo al veterinario para que lo examine, llévalo a casa para cuidar de él. El veterinario puede darte medicamentos para que se los administres y puede decirte cómo monitorear su salud. Más allá de observar los signos de mejora, tendrás también que cuidar del perro y hacer que esté cómodo durante su recuperación. De esta manera, se relajará y el proceso de curación se acelerará.

Parte 1
Parte 1 de 2:

Monitorear la salud del perro

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  1. Sigue las instrucciones de dosificación del veterinario para asegurarte de que el perro reciba el medicamento regularmente. Si necesitas algo que te ayude a recordar, crea un cuadro marcador simple y anota cuándo le has dado el medicamento. Si debes darle el medicamento dos veces al día, es más efectivo darle cada dosis en intervalos de 12 horas. Por ejemplo, dale una dosis a las 8 a. m. y la otra a las 8 p. m. También debes preguntarle al veterinario si el medicamento se le debe dar con las comidas. [1]
    • Hacer un cuadro de cuándo toma el medicamento puede ser especialmente útil si compartes las tareas del cuidado con un compañero. De esta manera, sabrás si la otra persona ha tratado al perro.
  2. La conducta de un perro dice mucho sobre cómo se siente físicamente. Tendrás que asegurarte de que su salud mejore gradualmente y de que responda al tratamiento. Por ejemplo, debe empezar a prestarte atención, mover la cola y levantarse para saludarte. También es un buen signo que reaccione para empezar a pedir comida.
    • Si notas que el perro se vuelve menos interactivo (simplemente permanece echado), es posible que empeore y que necesite atención médica. [2]
  3. Si vomita y no toma agua, entonces debes asegurarte de que no se deshidrate. Después de que vomite, deja de darle de comer de 12 a 24 horas, pero sigue dándole agua. [3] Si tampoco es incapaz de retener líquidos, comunícate con el veterinario inmediatamente.
    • Prepárate para decirle al veterinario cuántas veces ha vomitado el perro en un periodo de tiempo específico. Sin embargo, si ha vomitado una vez y ha vuelto a comer y a beber, probablemente no sea motivo de alarma. [4]
  4. Tendrás que seguir al perro hasta el patio para ver qué es lo que defeca. Si bien puedes prever que tenga un poco de diarrea a causa de la enfermedad, comunícate con el veterinario si observas volúmenes grandes de diarrea acuosa. También debes verificar si hay sangre en sus heces (otra razón para ver a un veterinario). Es posible que el perro necesite atención complementaria intensiva, como líquidos por vía intravenosa. [5]
    • Incluso si el perro tiene un poco de diarrea, asegúrate de ofrecerle mucho líquido. Asegúrate de que tome más líquido del que pierda.
  5. Mira las encías del perro, las cuales deben estar húmedas y ser de color rosa. Si están secas, puede estar deshidratado. También puedes levantar el pescuezo del perro y dejarlo caer. Si está hidratado, debe volver inmediatamente a su posición original. Si está deshidratado, la piel caerá lentamente al cabo de unos segundos, en vez de volver a su sitio de inmediato. La deshidratación en un perro enfermo es motivo de preocupación, así que lleva a tu perro al veterinario.
    • Si notas que el perro está deshidratado, puedes tratar de ofrecerle líquido. Si lo toma, sigue observando si presenta signos de deshidratación. Sin embargo, si no puede retener los líquidos, busca atención médica inmediatamente. El perro puede necesitar medicamentos líquidos por vía intravenosa para evitar el daño a los órganos. [6]
  6. La respiración del perro puede decir mucho sobre cómo se siente. Si está adolorido, puede respirar pesadamente o jadear. Toser y respirar pesadamente son signos de una infección torácica. También debes revisar sus encías si su respiración produce movimiento torácicos exagerados. Las encías deben ser de color rosa y estar saludables, pero si se ven pálidas o azuladas, ponte en contacto con un veterinario. Es posible que el perro no reciba suficiente oxígeno y puede tener problemas respiratorios. [7]
    • Cuenta cuántas respiraciones toma el perro en un minuto (lo normal es de 20 a 30) y mantén un registro de cada hora. Si el índice se incrementa de forma constante, entonces su estado se deteriora y es necesario que llames a un veterinario. [8]
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Parte 2
Parte 2 de 2:

Cuidar a un perro enfermo

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  1. El perro enfermo debe tener algún sitio en el que pueda echarse y descansar. Puede que le guste una cama acolchada (como un puf) o una alfombra de piel de oveja que sea suave y que sirva para apoyarse. Prepara un área de descanso en un lugar tranquilo para que nadie lo moleste. Si el perro es pequeño o tiembla y tiene escalofríos, cúbrelo con una manta o dale una bolsa de agua caliente envuelta en una toalla (para que no se le escalde la piel).
    • Si es propenso a vomitar o a mojar un poco la cama, puedes poner una almohadilla para cachorros sobre la cama para absorber los fluidos corporales. Estas también evitan que el perro se recueste en la suciedad.
    • El perro debe cambiar de posición regularmente si no se mueve mucho. Para prevenir las llagas por presión, haz que el perro descanse sobre su lado opuesto cada hora, si no duerme.
  2. Si al perro se le permite beber, asegúrate de que tenga un tazón de agua al alcance para que pueda beber sin levantarse. Puede ser una buena idea colocar varios tazones de agua alrededor de la casa. Esta medida puede recordarle que debe beber y puede evitar la deshidratación. Si el perro se mantiene hidratado, también tendrás que llevarlo al baño regularmente, como cada cuatro horas.
    • Si el perro tiene diarrea, debe ser capaz de ir rápidamente al área asignada como baño, sobre todo si no puede salir. Asegúrate de que tenga una trampilla, deja una puerta abierta o ponle toallas sanitarias para cachorros para que pueda evacuar fácilmente sin sentirse avergonzado.
  3. Si el perro ha vomitado, no le des nada de 12 a 24 horas. De esta manera, su estómago tendrá la oportunidad de descansar. [9] Cuando esté listo para comer, dale comidas pequeñas frecuentemente. Es posible que debas dividir su ración diaria en seis porciones más pequeñas, dándoselas cada dos o tres horas a lo largo del día. Si no come bien, trata de calentar la comida un poco y dale de comer con la mano. Recuerda llevarlo al baño después de que coma.
    • El veterinario puede recomendar una dieta especial para el perro enfermo. Por ejemplo, los perros con nauseas o diarrea deben comer una dieta blanda y fácil de digerir como pechuga de pollo cocida o pescado blanco con arroz blanco hervido.
  4. El perro enfermo puede ensuciarse con orina o heces. Esto no solo hará que esté incómodo, sino que la orina puede quemarle la piel (escaldadura de orina). Si se ensucia, dale un baño en la cama. Remoja un paño en agua limpia y lávale el pelo, refrescándolo y enjuagándolo en agua limpia hasta que el paño salga limpio. Si moja la cama constantemente, ponle una capa de vaselina en la piel del vientre y asegúrate de lavar el área con frecuencia.
    • Si usas toallas sanitarias para cachorros, recuerda cambiarlas cuando se ensucien.
    • Es probable que el perro no se acicale con frecuencia mientras esté enfermo. Usa bolas de algodón húmedo para mantener sus ojos limpios y sin secreciones.
  5. Es comprensible que se sienta vulnerable cuando está enfermo. Sin embargo, si actúas calmadamente cuando estás cerca de él, puedes hacer que se sienta tranquilo. Acarícialo suavemente para relajarlo. Si parece mejorar, cepíllalo o acicálalo para mejorar su estado de ánimo y su autoestima.
    • El perro debe estar en un sitio caliente y cómodo en el que pueda descansar. Revísalo periódicamente para hacerle saber que estás cerca y que lo cuidas.
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