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La piel seca y áspera de los pies puede convertirse en algo más que un problema estético. El pie está formado por un complejo sistema músculo-esquelético que soporta el peso del resto del cuerpo durante toda la vida. Con el cuidado adecuado, además de lucir unos pies estupendos en sandalias, podrás aliviar el dolor de rodillas, caderas y espalda. Hay muchos tratamientos distintos que puedes probar para reducir la sequedad y la aspereza de los pies. Si no ves resultados después de varias semanas, tal vez debas acudir a un médico que pueda evaluar cuál es el problema de raíz. Sin embargo, cuando la sequedad y la aspereza de la piel de los pies no aparecen como efectos secundarios de otra enfermedad subyacente, los tratamientos caseros suelen ser muy eficaces.

Método 1
Método 1 de 3:

Cuidar tus pies

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  1. Aunque pasar mucho tiempo en una piscina clorada o en un baño caliente no es bueno para la piel, es aconsejable dejar los pies en remojo durante 15 minutos antes de hidratarlos o exfoliarlos. Una vez que tus pies se hayan recuperado y no estén secos ni ásperos, no tendrás que seguir dejándolos en remojo para tratarlos.
    • El contacto prolongado con el agua caliente elimina la grasa natural de la piel, y el calor reduce la hidratación de las capas superficiales, causando sequedad, por lo que deberás reducir al mínimo la frecuencia de tus baños calientes.
    • No pongas los pies en remojo más de tres veces a la semana si no quieres hacer que la piel se seque más aún en lugar de mejorar.
    • Puedes preparar distintas mezclas para remojar tus pies como, por ejemplo:
      • una mezcla con bicarbonato sódico, agua y un chorro de vinagre en un cubo de agua templada [1]
      • jabón suave (perfumado si quieres) en un cubo de agua templada
      • medio vaso de sales de Epsom en una bañera de agua templada [2]
      • un cuarto de un vaso de vinagre blanco en un cubo de agua templada
      • un cuarto de un vaso de jugo de limón para disolver las células muertas y la piel seca [3]
  2. La exfoliación mecánica consiste en eliminar la capa superficial de piel muerta para tratar las capas que hay debajo. Puedes utilizar una piedra pómez, un cepillo duro o una esponja de luffa después de suavizar las capas superficiales de la piel poniendo los pies en remojo. [4]
    • Puedes adquirir una piedra pómez en cualquier farmacia o en la zona de cosméticos y parafarmacia de algún centro comercial.
    • No necesitas un tipo específico de cepillo duro. Incluso un cepillo de la sección de limpieza doméstica te servirá, siempre y cuando lo uses solo para exfoliar tus pies.
    • Es aconsejable dejar los pies en remojo en agua templada o darse una ducha templada de entre 10 y 15 minutos de duración antes de realizar la exfoliación.
  3. Una vez que hayas eliminado la capa superficial de células muertas, habrá llegado el momento de devolverle a la piel su hidratación. Hidrata tus pies inmediatamente después de ducharte o dejarlos en remojo utilizando un producto sin alcohol para retener la humedad que hay en la piel y permitir que penetre hasta las capas más profundas. [5]
    • Las cremas untuosas, como la de Eucerin y Cetaphil, funcionan reteniendo la hidratación en la piel. Otros productos con lanolina funcionan de la misma forma. El aceite de oliva ejerce el mismo efecto sobre la piel y es algo que, probablemente, suelas tener en la despensa de la cocina. Utiliza solo un poco, frotando y masajeando la piel para extenderlo.
    • Hay otros productos hidratantes que son absorbidos por la piel y actúan sobre a dermis. El aceite de coco tiene muchas propiedades beneficiosas, incluyendo su eficacia como agente antibacteriano y antifúngico. Si te lo aplicas en los pies, hidratarás la piel seca, favorecerás la regeneración de las zonas agrietadas y evitarás posibles infecciones. [6] [7]
    • Los productos con alcohol pueden resultar menos grasos al tacto, pero pueden resecar la piel.
    • Después de hidratar tus pies, ponte un par de calcetines de algodón para evitar que el producto se quede en el pie en lugar de transferirse al piso o a la suela del zapato.
  4. Si estos remedios no surten efecto después de su uso repetido durante unas semanas, tal vez debas acudir a tu médico. Probablemente te realicen pruebas para comprobar si sufres hipotiroidismo en el caso de que la sequedad de la piel se extienda a los brazos y a las piernas también. [8]
    • Si tu piel seca no responde a las medidas tomadas en casa, es posible que tu médico te recomiende algún producto de venta libre que contenga ácido láctico o una combinación de ácido láctico y urea. Estos ingredientes ayudan a que la piel retenga mejor la hidratación.
    • En el caso de que exista una enfermedad más seria, es posible que sea necesario utilizar ungüentos o cremas con receta médica para evitar que la piel se agriete o se reseque en exceso.
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Método 2
Método 2 de 3:

Hacer cambios en el estilo de vida

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  1. La piel utiliza los líquidos del cuerpo para mantenerse hidratada y nutrida. Cuando te hidratas, el agua que entra en el organismo es utilizada para realizar las todas las funciones prioritarias, como la actividad del flujo sanguíneo, antes de llegar a la piel. Bebiendo al menos ocho vasos de 225 ml (8 onzas) al día, mantendrás la piel de todo el cuerpo hidratada y evitarás que se seque fácilmente. [9]
    • Intenta evitar el alcohol y la cafeína siempre que sea posible, ya que estas sustancias pueden aumentar la sensación de picor de los pies secos. [10]
  2. Los diuréticos utilizados para disminuir la cantidad de agua en el cuerpo y los retinoides tópicos u orales utilizados para tratar el acné pueden causar sequedad en la piel de forma temporal. [11]
    • Si la sequedad en la piel aparece como efecto secundario y persiste durante más de dos semanas, habla con tu médico sobre la posibilidad de cambiar de medicación.
  3. Los calcetines de algodón permiten que el pie respire y se secan rápidamente cuando sudas. Si el sudor queda atrapado en la piel, aumentará el riesgo de perder hidratación y de que los pies se resequen. [12]
    • Cámbiate los calcetines todos los días o después de sudar (por ejemplo, después de hacer ejercicio o de un largo paseo). Lávalos bien después de cada uso.
    • Duerme con calcetines después de aplicarte hidratante en los pies todas las noches.
  4. Evita utilizar el mismo par de zapatos todos los días. Los pies necesitan respirar para retener la hidratación, así que intenta utilizar sandalias durante el verano u otros zapatos abiertos con cámaras de aire. Durante el invierno, evita utilizar botas gruesas cuando estés en zonas de interior en el trabajo o la escuela, y lleva un par de repuesto de material más ligero y transpirable para cambiarte. [13]
  5. Los jabones agresivos no limpian mejor que otros más suaves con la piel. Sin embargo, resecan la capa superficial de la piel, haciéndola más propensa a agrietarse y empeorando el problema. Los jabones agresivos eliminan la grasa natural de la piel, dejando sensación de tirantez y sequedad. [14] [15]
    • Muchos dermatólogos recomiendan usar jabones con un alto contenido en glicerina, como las pastillas de glicerina pura y las pastillas de jabón elaboradas con ingredientes naturales. Puedes encontrar este tipo de jabones en la mayoría de las farmacias y las tiendas de productos naturales. [16]
  6. En lugar de darte una ducha o un baño caliente, utiliza una temperatura templada y limita la duración a menos de 10 minutos bajo o dentro del agua. El agua caliente y el nivel bajo de humedad en el aire reducen la hidratación de la capa superficial de la piel, causando sequedad y tirantez. [17]
    • Un buen método consiste en elegir una temperatura que resulte agradable y no llegue a enrojecer la piel para ducharnos o bañarnos.
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Método 3
Método 3 de 3:

Comprender la importancia del cuidado de los pies

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  1. La piel, el órgano más extenso del cuerpo, es resistente y elástica. Tiene la función de proteger el organismo de las bacterias, los virus y los hongos. Cuando aparecen grietas y lesiones en la piel, los agentes infecciosos pueden penetrar en el flujo sanguíneo. Además, la piel cumple una función termorreguladora, lo cual quiere decir que se encarga de mantener la temperatura corporal a un nivel óptimo para el correcto funcionamiento del organismo. [18]
    • La piel es muy sensible, lo cual nos permite percibir distintos tipos de sensaciones que el cerebro se encarga de interpretar. Ni los pies ni ninguna otra parte del cuerpo permanecen adormecidos o insensibles de forma natural.
    • Todos los días se generan nuevas células de la piel. El cuerpo elimina entre 30 000 y 40 000 células de la piel de todo el cuerpo al minuto todos los días. [19] Las células muertas se encuentran en las capas superficiales de la piel, que pueden ser entre 18 y 23. [20]
    • La capa más superficial de la piel, formada por células muertas, se llama "epidermis". Esta capa de la piel es muy delgada en algunas zonas del cuerpo (como, por ejemplo, en los párpados) y bastante gruesa en otras (como, por ejemplo, en la planta del pie). Cuando las células envejecidas de la epidermis se caen, crecen nuevas células debajo.
  2. La sequedad excesiva de la piel se llama "xerosis". La piel afectada adquiere un tono más claro que el resto del pie y suele resultar áspera al tacto. Puedes experimentar los siguientes síntomas: [21]
    • picor
    • grietas
    • enrojecimiento
    • grietas profundas en el talón
    • descamación
    • Tanto el talón como la bola del pie, zonas que mantienen más contacto con el piso, corren mayor riesgo de sufrir sequedad y aspereza. Por lo tanto, también es mayor el riesgo de sufrir grietas y descamación en estas zonas del pie.
  3. La piel de la planta de los pies puede volverse seca y áspera por una serie de razones distintas, incluyendo: [22]
    • la edad : la edad y los desequilibrios hormonales causados por el envejecimiento (debido a procesos como el de la menopausia) hacen que la piel pierda elasticidad y lípidos, aumentando el riesgo de sufrir deshidratación y sequedad.
    • el clima : vivir en una zona de clima seco puede reducir la hidratación de la piel y causar sequedad. Además, el aire acondicionado elimina la humedad del ambiente, reduciendo la hidratación natural de la piel. Las condiciones climáticas propias del invierno también pueden resultar dañinas para la piel.
    • ciertas enfermedades de la piel : la dermatitis atópica y la psoriasis son enfermedades que pueden producir sequedad y aspereza en las áreas afectadas de la piel.
    • el cloro : nadar o bañarse en piscinas con una alta concentración de cloro puede causar una disminución de la hidratación natural de la piel.
    • ciertos problemas de salud : las personas diabéticas suelen tener la piel de los pies muy seca, por lo que ven aumentado el riesgo de sufrir infecciones en esta zona del cuerpo. Los problemas circulatorios pueden reducir la hidratación de las células de la piel y aumentar el riesgo de sufrir otras complicaciones. [23] Si sufres de diabetes y tienes los pies secos, acude al médico o al podólogo para que te indique cómo cuidar tus pies.
  4. Prevenir siempre es mejor que curar. Es más fácil mantener los pies bien cuidados que revertir los efectos de la sequedad y las asperezas. Aquí tienes unos cuantos consejos para mantener unos pies sanos y suaves: [24]
    • Conforme vayas aumentando de edad, deberás ir cuidando cada vez más tus pies, utilizando los tratamientos ya mencionados en este artículo.
    • Si nadas con regularidad en una piscina clorada, toma precauciones para cuidar la piel de tus pies. El cloro elimina la hidratación de la piel y causa sequedad. [25]
    • Limita la duración de tus duchas y baños al tiempo necesario para lavarte bien, pero no te excedas nunca. Dúchate en lugar de bañarte para reducir el riesgo de eliminar la hidratación natural de la piel. Hidrátate siempre (con una hidratante sin alcohol) después de cada baño o ducha.
    • Si sufres de dermatitis atópica o psoriasis, presta especial atención al cuidado de la piel de tus pies para evitar en lo posible la aparición de grietas y la descamación.
    • Si sufres de diabetes, examina tus pies todas las noches para asegurarte de que no haya grietas. Puedes reducir el riesgo de sufrir complicaciones relacionadas con la diabetes cuidando tus pies y evitando que se sequen. [26]
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Consejos

  • Si utilizas aceite de coco, tal vez necesites aplicártelo solo dos o tres veces a la semana para hidratar y mantener la elasticidad de la piel de los pies y los talones.
  • Una vez que tus pies se hayan recuperado, continúa hidratándolos después de cada baño o ducha para evitar que el problema de sequedad vuelva a aparecer.
  • Ten en cuenta que la salud de los pies está relacionada con la salud general. Tus pies son un buen reflejo de tu estado de salud en general.
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Advertencias

  • Si eres diabético, es fundamental que cuides tus pies. La diabetes dificulta la circulación sanguínea en los pies. Esto quiere decir que una simple grieta en la piel o un pequeño corte pueden derivar en una infección algo difícil de curar.
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