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La alheña (lawsonia inermis) es una planta tropical perenne, valiosa por sus grupos de hermosas flores de color rojo, amarillo, rosado o blanco y hojas que se pueden triturar para crear tinte para cabello, tela y piel humana. En los Estados Unidos, se pueden cultivar alheñas (también conocida como mehendi) en el exterior en zonas 9b a 11. También puedes cultivarlas como plantas de interior con grandes cantidades de luz solar y calor. [1]

Parte 1
Parte 1 de 5:

Reunir lo necesario

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  1. No esperes encontrar estas semillas en un centro de jardinería grande en tu localidad. Estos son elementos especiales. Tal vez lo más seguro sea que las encuentres en Internet.
  2. Almacénalas en un contenedor hermético opaco hasta estar listo para sembrarlas. Mantén el contenedor en un lugar fresco y oscuro. Si expones las semillas a la humedad o la luz solar, es posible que germinen prematuramente y se pudran. [2]
  3. Usa toallitas de papel de buena calidad para que no se desintegren cuando las humedezcas.
  4. Haz que las semillas germinen en macetas pequeñas incluso si piensas plantarlas en el exterior más adelante. Asegúrate de que las macetas tengan agujeros para drenaje en la parte inferior.
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Parte 2
Parte 2 de 5:

Hacer que las semillas germinen

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  1. Coloca varias toallitas de papel una encima de otra. El objetivo es crear un cojín grueso y resistente que pueda servir como incubador de semillas. [3]
  2. Rocía agua fresca sobre las toallitas de papel sin saturarlas. Deben estar húmedas, pero manteniéndose lo suficientemente firmes como para alzarlas.
  3. Rocía unas cuantas semillas en el centro de las toallitas húmedas. Coloca una cantidad generosa de semillas, ¡pero no demasiadas! Debe haber varios espacios entre las semillas y las toallitas de papel. Luego, dóblalas por la mitad con las semillas adentro.
  4. Coloca las toallitas dobladas en una bolsa Ziploc. Dóblalas un par de veces más si es necesario para hacer que quepan. Cierra la bolsa y colócala en el refrigerador, el cual replicará las temperaturas de invierno mientras prepara las semillas para la “primavera” y su germinación.
  5. Luego de tres o cuatro días, saca la bolsa del refrigerador, y colócala en un lugar cálido como en la entrada o el alféizar de una ventana donde haya sol. De esta forma, el calor y la luz crearán un estado de condensación que conllevará a la germinación. [4]
    • Deja la bolsa ligeramente abierta una vez que la saques del refrigerador. Esto permitirá la circulación del aire y reducirá las probabilidades de que las semillas se vuelvan mohosas. El objetivo es fomentar un ambiente cálido y ligeramente húmedo dentro de la bolsa.
  6. Revisa las semillas después de una semana. No dejes de revisarlas hasta ver que se hayan convertido en plántulas. Si notas que son blancas, ¡significará que estás progresando! Mientras más cálido sea el entorno, más rápido germinarán. Una vez que las plántulas lleguen a medir 2,5 cm (1 pulgada) de alto, ¡será momento de plantarlas!
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Parte 3
Parte 3 de 5:

Plantar las plantas

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  1. Estas plantas crecen en medios de cultivo con un pH de 4,3 a 8. Agrega un material orgánico, como estiércol para jardín, para fomentar su crecimiento. [5]
  2. Puedes plantar varias plántulas en una sola maceta (el número exacto dependerá del tamaño de la misma). No obstante, asegúrate de dejar suficiente espacio entre las plántulas para que puedas sacarlas y transferirlas más adelante.
    • Incluso si piensas en transferirlas al suelo más adelante, haz que germinen en macetas. Podrás transferirlas al suelo sin problemas después de 5 meses aproximadamente si deseas.
    • Mantener las plántulas inmaduras en una maceta te permitirá protegerlas de diferentes factores. Podrás llevar las macetas al interior si es necesario cuando las plantas sean lo suficientemente fuertes como para soportar lluvias y vientos fuertes, entre otros.
  3. Estas plantas no llegan a sobrevivir en el exterior si la temperatura se encuentra por debajo de los 11 °C (50 °F). Si tienes una en el interior, mantenla en un lugar cálido y soleado como en el alféizar de una ventana.
    • Incluso si se trata de una planta de interior en una maceta, puedes dejarla en el exterior bajo el sol, donde la temperatura sea cálida.
    • Si quieres protegerla de una helada inesperada a principios de temporada, llévala al interior a principios de otoño.
    • Mantenla en el inferior hasta que llegue la primavera, que es cuando el peligro de olas de frío disminuye.
  4. Las plantas de alheña crecen en el exterior en estas zonas. Si las cuidas, espera que lleguen a medir unos 2,4 m (8 pies) de alto después de 5 años. [6]
    • Si vives en los Estados Unidos, descubre en qué zona vives al consultar el mapa de las zonas de rusticidad del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
  5. Si plantas alheña en el exterior, asegúrate de que tenga suficiente espacio para crecer hacia arriba y hacia los costados mientras madura. [7]
  6. No la plantes en un lugar muy transitado en el suelo ya que los transeúntes podrían pincharse con las espinas. Una planta de alheña madura puede servir como una barrera natural de seguridad para mantener a los intrusos alejados. [8]
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Parte 4
Parte 4 de 5:

Regar adecuadamente

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  1. Las plantas de alheña crecen en un clima caluroso y son bastante tolerantes a las sequías unas vez que se establecen. Permite que el suelo se seque por completo y, luego, empápalo con agua de una sola vez. [9]
  2. Estas plantas prefieren estar en condiciones secas. Si el suelo está constantemente húmedo, es posible que las raíces se pudran o se vean infestadas por insectos pequeños. [10]
  3. Después de regar, el agua en exceso debe drenar de la maceta. Coloca un plato debajo de la planta para recolectar el excedente y vacíalo después de regar.
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Parte 5
Parte 5 de 5:

Alimentar las plantas

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  1. Si las expones al frío, podrían dañarse o morir. [11]
  2. Si tienen áfidos, rocíalas con una solución de jabón mezclado con agua para matarlos. Si hay insectos pequeños, ve a un centro de jardinería de buena reputación que pueda recomendarte un insecticida adecuado para matar estos bichos sin dañar las plantas. [12]
    • Si notas que hay áfidos o insectos pequeños, poda los tallos y las hojas afectadas. Luego, deshazte de estas partes de inmediato. [13]
  3. Para maximizar el crecimiento de las flores y hojas, aplica un fertilizante. Úsalos siempre a un grado de disolución recomendado o menor. Nunca apliques más fertilizante de lo recomendado, sobre todo en las plántulas y plantas jóvenes. Consigue un fertilizante de 1-2-1 de nitrógeno, fósforo y potasio (NPK) para fomentar un crecimiento equilibrado. [14]
    • Lo ideal es fertilizar las plantas perennes establecidas de una sola vez en primavera, cuando notes que el nuevo crecimiento comience a surgir. Fertilizar en exceso podría quemar o matar las plantas. [15]
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Consejos

  • Para agilizar el proceso de crecimiento, inicia con plantas pequeñas en lugar de semillas.
  • Para facilitar la germinación, asegúrate de que las semillas estén en un entorno cálido. Mientras más abrigadas estén, más rápido germinarán.
  • Las plantas tardarán un par de años en madurar lo suficiente como para producir flores hermosas y aromáticas de color blanco, rojo, rosado o amarillo.
  • Solo se pueden usar las hojas de una alheña madura como tinte. Sabrás que una planta ha madurado cuando empiece a producir espinas.
  • No apresures el proceso de germinación. Mantener las semillas húmedas cálidas es el paso más importante.
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Advertencias

  • Las plantas maduras son espinosas. ¡Ten cuidado!
  • ¡Nunca riegues las plantas de alheña en exceso!
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