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¿La personalidad acosadora de alguna otra persona te hace sentir que no vales nada? ¿Malinterpretas las bromas de las personas y las consideras insultos sutiles? La mayor parte del tiempo, la forma en la que una persona actúa guarda poca relación con tu personalidad. Esta está más relacionada con la forma en la que criaron a esa persona, la forma en la que lidia con los problemas emocionales u otras variables como su estado de ánimo, su nivel de energía o su salud. Es importante tenerlo en cuenta si notas que te culpas por cosas que están fuera de tu control. Para dejar de tomar las cosas personalmente, considera los factores situacionales así como las motivaciones y las experiencias de la otra persona. Mejorar tu autoconfianza y comunicarte de forma asertiva es esencial para poder lidiar con los comentarios de las otras personas.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Mejorar tu autoconfianza

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    Escribe una lista de tus fortalezas. Las opiniones y los comportamientos de las personas son simplemente eso. Nos volvemos más susceptibles a las opiniones de alguien si nos sentimos inseguros y si consideramos que la mayor parte de nuestro valor propio depende de las opiniones y las acciones de los demás. Cuando confías en tus capacidades, es menos probable que el comportamiento grosero o la opinión negativa de otra persona te afecten. Sentirte orgulloso y seguro de tus propias habilidades es más importante que las opiniones superficiales de los demás.
    • Escribe una lista de tus fortalezas y capacidades para que recuerdes cuáles son tus puntos positivos. [1]
    • Elabora una lista de las cosas o los momentos de los que te sientes orgulloso. Recompénsate por estas cosas buenas. Piensa en el tipo de habilidades que has demostrado durante estos momentos. ¿Cómo puedes llevar a cabo más cosas de este tipo? Esto ayudará a desarrollar tu autoconfianza.
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    Elabora una lista de metas. Tener metas por las cuales trabajar te da un sentido de valor propio y de propósito. Esto incluye a las cosas en las que te gustaría mejorar o progresar.
    • Ahora toma cada meta y divídela en pasos más pequeños. ¿Cómo puedes empezar a trabajar para alcanzar esa meta? ¿Qué pequeña acción podrías realizar ahora?
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    Recuérdate cómo ayudas a los demás. Contribuir con los demás y ayudarlos se siente muy gratificante y te brinda un sentido de propósito. Esto contribuye en gran medida con los sentimientos de autoconfianza. Recuérdate los beneficios y contribuciones que has brindado a las personas que te rodean.
    • Considera hacer trabajo voluntario en un hospital, un evento escolar, una organización humanitaria local o una página web como wikiHow.
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    Recuérdate que no necesitas la aprobación de nadie. Si eres sensible en especial a la forma en la que las personas te tratan y sueles reaccionar de forma exagerada, es probable que te tomes muy en serio el rechazo. Te preocupa haber hecho algo malo cuando percibes algún tipo de disgusto y quieres solucionarlo. Sin embargo, es importante que comprendas que el simple hecho de que alguien esté molesto contigo no significa que hayas hecho algo mal. En muchos casos, esto significa que la persona está molesta consigo misma y espera que te des cuenta por ti mismo (lo cual es imposible).
    • Considera jugar a la terapia del rechazo para aumentar levemente tu tolerancia al rechazo.
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    Rodéate de personas positivas. Desarrollarás más confianza en ti mismo y serás más feliz si pasas tiempo con personas que te tratan bien.
    • Elimina a las personas tóxicas de tu vida. Estas son las personas que te tratan mal o que hablan sobre todos sus problemas, pero no te escuchan para ayudarte. [2] [3]
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    Cuida tu físico. Tómate un tiempo para cuidarte a ti mismo aseándote y vistiéndote para lucir lo mejor posible. Mantén tu ropa limpia y usa prendas que te queden bien. Arroja las prendas viejas que no te quedan, están gastadas, descoloridas, etc.
    • Mantén una buena postura, ya que puede mejorar tu estado de ánimo.
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    Sé amable con los demás. Ser amable con los extraños hace que los demás se sientan bien. Escucha realmente a las demás personas, haz actos de generosidad al azar y busca formas de hacer que las demás personas sonrían. Terminarás sintiéndote un poco mejor.
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    Sonríe. Te sorprenderán las reacciones de los demás. Nunca sabes qué tipo de día está teniendo alguien ni qué tipo de efecto podría tener una simple sonrisa en una persona.
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    Sé creativo. Haz cosas. Hacer y crear cosas se siente bien. ¡Es increíble sostener un producto terminado que tú has creado y que nunca antes ha existido! El enriquecimiento y la alimentación de tu mente se desarrollan por sí solas y notarás que estás interesado en nuevas cosas que provocan un interés intrínseco, a diferencia de los intereses externos por el dinero o el prestigio.
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    Acude a un consejero de salud mental . Si consideras que respondes de una forma demasiado sensible a los comentarios de otras personas, podría ser de ayuda hablar con un consejero. Esta persona te puede ayudar a identificar los problemas que causan tu hipersensibilidad. También pueden sugerirte estrategias para afrontar tus problemas cuando interactúas con personas negativas.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Comunicarte de forma asertiva

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    Exprésate. Cuando sientas que otra persona está siendo grosera o irrespetuosa, díselo. Por ejemplo, si una persona hace bromas groseras de forma constante, hazle saber lo que sientes. Ella podría no darse cuenta de lo hiriente o agresiva que luce ni de la forma en la que sus comentarios te afectan.
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    Usa frases en primera persona. Las frases en primera persona expresan que estás dispuesto a asumir la responsabilidad de tus propios pensamientos y comportamientos. Esto centra el enfoque en ti y en tus sentimientos para que la otra persona no sienta que la estás atacando. [4] La comunicación no violenta puede ser una técnica útil.
    • Esta no es una frase en primera persona: “¡Eres muy grosero y estás tratando de herirme a propósito!”.
    • Esta es una frase en primera persona: “Me siento herido cuando dices cosas como esa”.
    • Esta también es una frase en primera persona: “Me siento triste porque siento que ya no pasamos mucho tiempo juntos y me gustaría verte más seguido”.
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    Conversa de forma calmada. Lo más probable es que atacar a la otra persona no sea muy productivo. En lugar de ello, mantente calmado y explica que estás tratando de entablar el diálogo. Debes comunicar cómo te sientes, en lugar de pelear con la otra persona.
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    Usa un lenguaje corporal apropiado. Cuando te comuniques de forma asertiva, préstale atención a la postura en la que mantienes tu cuerpo. Mantén un tono de voz calmado y un volumen neutral. Mantén el contacto visual. Relaja tu cara y la posición de tu cuerpo.
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    Reconoce si la conversación no produce buenos resultados. La mayoría de las personas responderán de forma constructiva a las frases en primera persona y a las conversaciones tranquilas y no agresivas. Algunas personas podrían molestarse, así que si la conversación no da buenos resultados, es el momento de alejarse. Puedes volver a intentarlo más tarde o simplemente distanciarte de esa persona.
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    Ten en cuenta que algunas personas son abusivas. Ellas pueden emplear tácticas de abuso emocional , como humillarte, culparte de todo o negar tus sentimientos. Podrías sentirte asustado, exhausto, incómodo, amenazado o mal contigo mismo cuando estás cerca de esta persona. Si este es el caso, esta persona es altamente tóxica y debes cortar todo contacto con ella de inmediato.
    • Si no estás seguro de tu situación o si tienes una discapacidad (p. ej., autismo) que afecta tus decisiones sociales, pide consejos. Cuéntale a una persona de confianza e investiga sobre el abuso en Internet.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Analizar la situación

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    Evalúa la situación. En ocasiones, nos tomamos las cosas personalmente y nos culpamos por el mal comportamiento de otra persona. Por ejemplo, un niño molesto y agitado podría gritarte “¡Has arruinado todo!” porque elegiste un pastel inadecuado para la fiesta de un niño de 12 años. Es importante evaluar la situación y reconocer que lo más probable es que el comportamiento cruel del preadolescente se deba a las hormonas, los cambios en su vida o su propia incapacidad para controlar sus respuestas emocionales cuando sus expectativas no se cumplen. Probablemente guarda poca relación con la elección del pastel o su crianza.
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    Evita exagerar la situación. En ocasiones, podríamos interpretar demasiado una situación basándonos en nuestras experiencias o supuestos anteriores sobre las personas. [5] Esto hace que exageremos una situación sin analizar los hechos de forma sincera. Trata de analizar la situación de manera crítica.
    • No saques conclusiones precipitadas.
    • No conviertas la situación en algo catastrófico. Esta es la idea de que es el “fin del mundo”. ¿En verdad las cosas son así de malas?
    • Deja de pensar que las cosas “siempre” o “nunca” te ocurren.
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    Pide una aclaración. Si escuchas un comentario que te parece ofensivo o grosero, considera pedirle a la persona que te aclare qué quiso decir. Es probable que haya expresado de forma incorrecta lo que quiso decir o podrías haber escuchado mal. [6]
    • “¿Podrías explicármelo? No estoy seguro de haber entendido”.
    • “No entendí muy bien. ¿Podrías explicármelo con otras palabras?”.
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    Bríndale a los demás el beneficio de la duda. Si tienes el hábito de tomar las cosas personalmente, esto significa que eres propenso a asumir que una persona dirige algún tipo de agresión hacia ti cuando en realidad solo podría estar bromeando o podría haber tenido un mal día. Podría ser tu instinto el que te hace reaccionar agitado, pero detente por un segundo. Quizás no se trata de ti.
    • Recuerda un mal día que hayas tenido en el pasado. ¿Es posible que esta persona esté teniendo un día como ese?
    • Reconoce que podrían considerar el evento como un error. Todos decimos cosas de las que nos arrepentimos y esta podría ser una de ellas.
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    Determina qué es lo que te produce sensibilidad. Es probable que tengas algunos desencadenantes a los que seas muy sensible. Por ejemplo, podrías ser muy sensible con tu ropa porque tu mamá siempre criticaba lo que usabas cuando eras pequeño. [7]
    • Si identificas tus desencadenantes, podrías reconocer que estás tomándote las cosas muy personalmente.
    • También puede ser de ayuda informar a las personas sobre tus desencadenantes. “Preferiría que no hagas bromas que digan que soy una bruja. Mi nariz y mi rostro son algo delicado para mí, por lo que me molesta un poco”.
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    Redirige tu atención. Cuando te tomas las cosas personalmente, centras tu atención en lo que sientes, en lugar de lo que la persona ha dicho o hecho. Estos sentimientos pueden intensificarse si te obsesionas con ellos. Es probable que incluso repitas una y otra vez lo que le habrías dicho a esa persona si pudieras. Esto se conoce como ahondar. Hay muchas estrategias que pueden ayudarte a dejar de ahondar en un problema. Algunas de ellas incluyen a las siguientes: [8]
    • Haz ejercicios de plenitud mental. Vive el presente, lo que te alejará de los momentos anteriores en los que estás ahondando.
    • Da una caminata. Cambia de paisaje para distraer tu mente y olvidar el problema.
    • Reserva un tiempo libre de preocupaciones. Date 20 minutos para no preocuparte por ningún problema. Cuando culminen esos 20 minutos, haz alguna otra cosa.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Comprender las motivaciones de las otras personas

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    Considera las emociones de la persona. Algunas personas pueden reaccionar de forma agresiva a ciertas situaciones o pueden comportarse mal después de un mal día. En dicha situación, su hostilidad se refleja en todo aquel que se cruce en su camino y no tiene nada que ver contigo. El comportamiento abusivo no guarda relación con el abusado.
    • Por ejemplo, el empleado de una tienda podría lucir desanimado o ser cruel contigo. En lugar de tomártelo personalmente, recuérdate que “Esta persona solo está teniendo un mal día y quiere irse a casa. Probablemente tiene que lidiar con clientes groseros todo el tiempo. No es necesario que me lo tome personalmente...”. Incluso podrías decir algo agradable como “Espero que tengas una buena noche”, con una sonrisa. Podrías hacer que se sienta un poco mejor. Pero incluso si esto no marca ninguna diferencia en su día, sabes que has hecho tu mejor esfuerzo para mejorar la situación.
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    Observa cómo la persona trata a los demás. Ella podría molestar o insultar a todos los que ve. Algunas personas simplemente son hostiles. Pregúntate:
    • ¿Cómo interactúa esta persona con los demás?
    • ¿Esta persona actúa así con todos?
    • ¿Qué es lo que dicen sus palabras en comparación con su tono de voz?
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    Considera las inseguridades de la persona. ¿Podría hacerla sentir amenazada de alguna forma? Si es así, no te sientas mal por ser la increíble persona que eres. Piensa en qué puedes hacer para que esta persona se sienta mejor consigo misma.
    • Hazle un cumplido a esta persona, si es posible, o pregúntale si le gustaría hablar sobre alguna cosa.
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    Considera las habilidades que la otra persona tiene para controlar sus emociones. Ten en cuenta que la otra persona podría tener malas habilidades de comunicación y de control de emociones. Algunas personas no aprenden a comunicarse de forma eficaz o a expresar y controlar sus emociones. Es importante recordarlo, ya que te ayuda a ser paciente y mostrar empatía, casi de la misma forma en la que lo harías con un niño pequeño que aún no ha aprendido a controlar y expresar sus emociones.
    • Imagina que hay un niño interior comportándose mal, ya que la persona no ha aprendido a lidiar con los problemas de una forma madura. Es mucho más fácil ser paciente y comprensivo si visualizas a un niño en proceso de aprendizaje como el responsable de ese comportamiento.
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    Reconoce las experiencias de la otra persona. Algunas personas carecen de ciertas habilidades y normas sociales o cuentan con algunas diferentes. En ocasiones, una persona puede dar la impresión de ser extraña o incluso un poco grosera, cuando en realidad no pretende serlo. Algunas personas actúan de cierta forma y no saben cómo las personas perciben sus comportamientos. No se trata de un comportamiento frío o grosero dirigido a ti. [9]
    • Por ejemplo, una persona de una cultura diferente que es un poco más reservada puede lucir fría o distante.
    • Otras personas, como las que sufren de autismo, pueden no conocer ciertas señales sociales o las entonaciones de los discursos. Ellas pueden lucir como insensibles o groseras cuando no pretendían serlo.
    • Algunas personas pueden no darse cuenta de que su comportamiento “bromista” no es muy bien recibido por los demás.
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    Identifica si las críticas son constructivas. Las críticas constructivas son sugerencias que buscan ayudarte. No son críticas de tu valor propio o de tu personalidad. Para la persona que realiza la crítica, es fácil señalar las áreas que necesitas mejorar, pero en ocasiones, ella olvida mencionar lo brillante que eres. Las críticas constructivas deben brindar formas claras y específicas en las que debes mejorar. Esto es lo opuesto a las críticas no constructivas, las cuales pueden ser simplemente comentarios negativos que no ofrecen ninguna forma de mejorar.
    • Por ejemplo, imagina que has trabajado las últimas semanas para preparar un proyecto importante para tu jefe. Haz hecho tu mejor esfuerzo y te sientes bien con el resultado final. Lo envías, esperando el elogio que sientes que mereces; sin embargo, recibes una lista de cosas que debes mejorar. Es probable que te sientas desanimado, ofendido o poco apreciado. Podrías considerarlo como una crítica en lugar de un intento sincero por parte de tu jefe de mejorar tu trabajo.
    • Esta es una crítica no constructiva: “El artículo está mal hecho y cuenta con malas referencias. Al segundo tema le falta contenido”. Este comentario no ofrece ningún método para mejorar.
    • Esta es una crítica constructiva: “El artículo que escribiste necesita algunas referencias más y debes extender el segundo tema. Por lo demás, luce bien”.
    • Esta definitivamente es una crítica no constructiva: “Este es un artículo muy mal escrito”.
      • Escuchar críticas no constructivas puede herirte. Piensa nuevamente en las habilidades de esta persona para controlar sus emociones e interactuar con otros.
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    Haz preguntas cuando recibas críticas. Cuando escuches una crítica, en especial si la crítica no ofrece comentarios constructivos, pregúntale a la persona qué quiso decir. Esto le demuestra que valoras sus opiniones y es una forma discreta de mejorar su capacidad para brindar una crítica constructiva.
    • Por ejemplo, si tu jefe dice “Este es un artículo muy mal escrito”, puedes decirle “Me gustaría escuchar más detalles sobre lo que no te gusta del artículo. Trabajemos juntos para mejorarlo”.
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