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Conocer tu tipo de piel es esencial para tener un cutis saludable e impecable. Saber tu tipo de piel te permite elegir los productos adecuados y personalizar una rutina de cuidados para la piel que sea más adecuada para ti. Los principales tipos de piel son seca, grasosa, mixta, normal, propensa al acné y sensible. Tal vez te preguntes cómo vas a hacer para diferenciar todos esos tipos. Pero no hay de qué preocuparte. Existen formas sencillas de determinar cuál es el tuyo.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Preparar tu piel

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  1. Retira cualquier residuo de maquillaje de tu rostro con un desmaquillante. Así también eliminarás la suciedad y el aceite de tu rostro. [1]
  2. Lávate el rostro . Moja tu rostro con agua tibia y luego vierte un poco de un limpiador facial suave en la palma de tu mano. Con las yemas de los dedos, masajea suavemente tu rostro, asegurándote de cubrir todas las zonas con agua y jabón facial. Enjuágate bien el rosto con agua tibia o fría y luego sécate dando toquecitos con una toalla o toallita limpia. [2]
    • Evita lavar demasiado tu rostro porque esto puede secar la piel, irritarla o incluso aumentar la producción de aceite. [3]
  3. No apliques ningún producto, incluso los hidratantes o los tratamientos localizados para el acné, por 1 hora. También evita tocarte el rostro. [4]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Examinar tu piel

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  1. Espera 1 hora luego de lavarte el rostro y después da toquecitos por tu zona T con un pañuelo desechable. Mira el pañuelo para determinar si ha salido con aceite. Si es así, tienes piel grasosa o mixta. [5]
    • La zona T abarca la frente y la nariz. A esta región se le llama la zona T debido a que el puente de la nariz forma la base de la “T”. La parte de la frente por encima de las cejas forma la parte superior de la “T”.
  2. Si tienes piel seca, tu rostro se sentirá tenso después de limpiarlo, mientras que la piel grasosa se sentirá más limpia después de lavarla. La zona T se sentirá limpia si tienes piel mixta, pero las mejillas se sentirán tensas. La piel sensible reaccionará a determinados limpiadores presentando sarpullido o picazón. [6]
    • Si tu piel es sensible, tu rostro desarrollará sarpullido, picazón o enrojecimiento después de emplear algunos productos faciales.
    • La piel grasosa volverá a sentirse grasosa a lo largo del día.
    • Si notas que tu piel no entra en ninguna de dichas categorías y no presenta zonas problemáticas, ¡felicitaciones! Tienes piel normal, lo que demanda pocos cuidados.
    • Puedes desarrollar espinillas o acné a cualquier edad, sobre todo si tu piel es grasosa.
  3. Si notas zonas rojizas y escamosas en todo tu rostro, es muy probable que tengas piel seca o sensible. Si tu rostro brilla por completo, tienes piel grasosa. Una combinación de ambos tipos indica que tienes piel mixta. [7]
  4. Si tu piel es normal, los poros serán visibles pero no grandes. Aléjate del espejo unos pasos hacia atrás. Si aún notas tus poros, tienes piel grasosa. Si tus poros no se ven para nada, tu piel es seca. [8]
    • La piel mixta es cuando tienes poros de más de un tamaño en tu rostro, lo que resulta en una combinación de piel seca, grasosa y normal. [9]
  5. Si esta se arruga con facilidad tras aplicarle presión, tienes piel seca o mixta. La piel grasosa se sentirá lisa.
  6. Si aún no sabes cómo determinar tu tipo de piel, el dermatólogo resolverá tus inquietudes. Él puede prescribirte algunos medicamentos de venta libre y realizar procedimientos para tratar tu piel seca, grasosa, sensible, mixta o propensa al acné si lo demás no da resultado.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Tratar tu piel

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  1. Aplica una crema sin fragancias en las zonas secas de la piel. No te excedas con el jabón al ducharte y utiliza agua tibia, no caliente. [10]
    • La piel también puede producir dermatitis. Si es así, trata las zonas problemáticas con un ungüento de hidrocortisona.
  2. Aplica un limpiador facial suave con agua tibia para lavar tu rostro por 30 segundos a 1 minuto. Trata las zonas problemáticos con productos faciales que contengan peróxido de benzoilo, ácido salicílico o ácido glicólico. Compra una muestra pequeña antes de probar dichos tratamientos localizados o almohadillas medicadas para probar cuál es más eficaz en tu rostro. [11]
    • También puedes utilizar papel absorbente para retirar el aceite excesivo de tu rostro. Presiónalo contra la zona grasosa por 15 segundos. De este modo, absorberás el aceite y reducirás el brillo de tu rostro.
    • No evites los hidratantes. Incluso la piel grasosa necesita hidratación, solo utiliza un hidratante libre de aceite.
  3. Lava tu rostro con un limpiador suave sin fragancias y evita los jabones con químicos agresivos. Consume más alimentos con ácidos grasos esenciales (como el salmón, la linaza y los frutos secos) o toma un suplemento de aceite de pescado. Así hidratarás tu piel sin añadirle aceite. [12]
  4. Elige un limpiador facial suave sin fragancias o químicos añadidos para no irritar la piel. Hidrátala para evitar que se rompan las zonas secas. Prueba cualquier producto para la piel antes de utilizarlo aplicando una cantidad pequeña detrás de la oreja y luego al costado del ojo. Después observa su reacción de la noche a la mañana. [13]
  5. Mantente hidratado . Debes tomar agua si quieres un cutis saludable. La piel produce más sebo (aceite) cuando está deshidratada para mantenerse lubricada. Si te mantienes hidratado, tu piel te lo agradecerá.
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Consejos

  • Los factores como el ambiente, la alimentación, los niveles de estrés y los productos que utilizas pueden afectar tu piel. Esto a su vez puede hacer variar tu tipo de piel, así que tenlo en cuenta.
  • Durante la pubertad y la menopausia, los niveles hormonales también pueden afectar tu piel.
  • Exfóliate la piel 1 o 2 veces a la semana para retirar las células muertas, destapar los poros y hacer que estos se vean más pequeños.
  • Una de las mejores cosas que puedes hacer por tu piel es mantener una dieta y estilo de vida saludables .
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Advertencias

  • Nunca laves demasiado tu rostro, ya que esto despoja a la piel de sus aceites naturales y la seca. No te laves más de 3 veces al día y siempre aplica un hidratante en las zonas que lo necesiten.
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