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Ponerle fin a un matrimonio no es nada sencillo, pero es más difícil mantenerte en una relación que ya no deseas. Por suerte, la figura del divorcio en la ley mexicana ha existido desde el siglo XIX y se ha adaptado a los tiempos modernos. En las siguientes líneas encontrarás lo que necesitas saber para pasar a una nueva etapa de tu vida.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Prepararse emocionalmente

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  1. Si estás pensando en divorciarte y no te has decidido por completo, hazte las preguntas adecuadas: ¿eres feliz en tu matrimonio? ¿Amas aún a tu pareja? ¿Existe violencia en tu relación?
    • No te dejes llevar por las actitudes anticuadas, del tipo “una buena mujer jamás abandona a su marido”, pero tampoco por el dolor del momento.
  2. Tanto si existe una razón para separarte de tu pareja, como si simplemente ya no la amas, sé congruente con tus sentimientos. Está bien querer estar soltero de nuevo, en cualquier momento de tu vida.
  3. Incluso si has sido objeto de maltrato o te diste cuenta de una infidelidad de parte de tu pareja, es más saludable empezar con madurez y decisión el proceso de separación, que darle vueltas una y otra vez a las razones o episodios de tu sufrimiento.
  4. Si tú y tu pareja son dueños de una propiedad, quizá quieras quedarte para no perderla, pero si él o ella no desea abandonarla, hazlo tú. De otro modo, solo prolongarás una situación que puede conducirte a conductas autodestructivas, tensión y agresividad.
  5. Lo más importante, de acuerdo con los expertos, es dejarles en claro que no es culpa suya. Dales la oportunidad de decidir con quién desean quedarse durante el proceso y respeta su decisión, por más difícil que pueda ser.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Hacer el trámite legal

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  1. En sí, la emisión de los documentos que necesitas cuesta poco más de mil pesos, pero vas a requerir un abogado y quizá fondos adicionales para trámites derivados, como puede ser la escrituración de una propiedad. [1]
  2. El Instituto Nacional de las Mujeres, el IMSS, el ISSSTE y ciertas organizaciones civiles cuentan con diversos programas para apoyarte si estás en una situación personal o económica difícil. A través de ellos puedes obtener asesoría legal e información detallada sobre lo que debes hacer.
  3. La legislación al respecto se encuentra en el Código Civil de tu entidad. En general, no obstante, existen en México tres tipos de divorcio: el administrativo (conocido coloquialmente como exprés), el voluntario y el necesario.
    • El divorcio administrativo se solicita ante un juez del Registro Civil, cuando se cumplen una serie de requisitos. Los principales son que tú y tu pareja deseen ambos divorciarse y no hayan tenido hijos.
    • También es necesario que estén de acuerdo sobre la forma en que se repartirán los bienes (si están casados por bienes mancomunados ) y haber estado junto al menos durante un año.
    • El divorcio voluntario procede si tienes hijos menores de edad, o si no estás de acuerdo con tu pareja sobre cómo se repartirán los bienes.
    • Es necesario que entregues ante un juez de lo familiar una solicitud de divorcio y un convenio que detalle quién se hará cargo de los hijos, donde vivirá cada cónyuge mientras se efectúa el proceso, la pensión que dará uno al otro, de ser necesario, y la forma en que verán los hijos al padre que no tenga la patria potestad.
    • El divorcio necesario tiene lugar si tú lo demandas, aunque tu pareja no esté de acuerdo, siempre que él o ella hayan incurrido en cualquiera de las causales previstas por la ley, como puede ser abandono de hogar, violencia, adulterio, alcoholismo, enfermedad contagiosa, la separación durante un cierto tiempo, o la negativa a contribuir a los gastos de los hijos. [2]
  4. En la mayoría de los casos, las cosas no se desarrollan de manera sencilla, así que no te mantengas en una situación precaria “solo mientras”.
    • Soluciona tus necesidades básicas. No confíes en que pronto recibirás una pensión, aun si tienes derecho a ello: mejor da los primeros pasos hacia la independencia emocional y económica.
    • Ten en cuenta los plazos que tomará el proceso. Un divorcio administrativo es rápido (de entre 15 y 30 días), pero el divorcio voluntario puede tardar de dos a tres meses y el necesario más de un año.
    • Si tú o tu pareja faltan a las juntas de aveniencia que fija el juzgado, el proceso se retrasa varias semanas. Procura no ser tú quien lo haga y haz lo posible para que tu pareja también asista.
    • Haz sacrificios. Ya sea por tu propio bienestar o el de tus hijos, no te aferres a bienes materiales que podrían no ser tan importantes al final. Si has perdido su confianza, no trates de manipularlos para ganar la patria potestad, ni de obligarlos a pasar tiempo contigo. Es mejor reconstruir esa relación con paciencia.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Dejar ir el pasado

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  1. Si te cuesta admitir o lidiar con tus emociones, no te avergüences de consultar a un psicólogo. También existen programas institucionales, universidades y asociaciones civiles que pueden brindarte esta clase de apoyo; por ejemplo, a través de grupos de ayuda de personas que hayan pasado por lo mismo.
  2. La mejor manera de seguir adelante en concentrarte en tus propios proyectos. Enfócate en lo que puedes hacer para mejorar la vida de tus hijos. Si tienes tiempo, búscate un hobby: las actividades artísticas como la pintura son una buena manera de lidiar con las emociones.
  3. Como en todo, después de un divorcio es mejor mantener una actitud de apertura hacia el futuro, que sentir que han pasado los mejores años de tu vida. Es más fácil que encuentres así el final del periodo de duelo.
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Consejos

  • Apóyate en tus seres queridos. Es comprensible que necesites un tiempo para ti solo, pero tampoco te aísles demasiado. Tus amigos o familiares te conocen y harán lo posible por distraerte. Si crees que te hará bien, pasa un tiempo en casa de tus padres: estén juntos o divorciados como tú, apreciarás mejor sus esfuerzos y puedes sacar partido de su experiencia.
  • Vive tu duelo. Es normal experimentar sentimientos de angustia e ira, como también tratar de reprimirlos. Sin embargo, cada emoción es un paso de tu mente para curarse a sí misma: no temas sentir esas emociones ni hallar maneras de expresarlas.
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Advertencias

  • No te involucres con una nueva pareja si aún estás en periodo de duelo o en medio del proceso legal. Además de que puedes confundirte, podrías reproducir patrones indeseables de conducta, e incluso ocasionarle más sufrimiento a los otros involucrados en el proceso, tanto como a ti mismo.
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