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Ya sea que estés lejos de casa o que no toleres el colchón, algunas veces necesitas buscar un lugar en el piso. Para dormir en el piso es necesario que te acostumbres, pero es mucho menos difícil de lo que crees. Para tu comodidad, necesitas una buena base para acostarte y una almohada fina para apoyar la cabeza. Luego de añadir más acolchado para superar el dolor, pronto podrás sobrevivir a las fiestas de pijamas, a los viajes de campamento y a cualquier otro momento en el que no puedas conseguir un colchón.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Instalar una cama

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  1. Las alfombras y los tapetes suaves son más cálidos que otras superficies y proporcionan una mayor amortiguación. Usar estas superficies es similar a acostarse en un colchón. Probablemente se te hará más fácil quedarte dormido y experimentarás menos rigidez al despertarte. [1]
    • Dormir en una superficie dura es posible si no tienes ninguna otra opción pero poco probable. No es muy distinto de dormir en una alfombra, pero tómate un tiempo adicional para preparar la ropa de cama.
  2. Escoge algo que te proporcione mucha amortiguación, como un edredón o una bolsa de dormir. Si no tienes nada lo suficientemente grueso, apila un par de mantas. Prueba la colchoneta para asegurarse de que te proporcione suficiente respaldo para la espalda.
    • En algunas partes del mundo, las personas duermen en el piso usando esterillas aislantes. Las esterillas tatami son buenas para el uso reiterado, pero las esterillas de masaje, los futones e incluso las esterillas de yoga también funcionan.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Si tienes puntos de presión y te mueves constantemente, eso hará que te despiertes durante la noche, por lo que no podrás dormir bien.

    Alex Dimitriu, MD

    Profesional de medicina del sueño y psiquiatría
    El Dr. Alex Dimitriu es el propietario de Menlo Park Psychiatry and Sleep Medicine, una clínica con sede en el Área de la Bahía de San Francisco que cuenta con experiencia en psiquiatría, sueño y terapia transformacional. Alex obtuvo su doctorado en Medicina en la Universidad Stony Brook en 2005 y se graduó del Programa de Residencia de Medicina del Sueño en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford en 2010. Profesionalmente, Alex tiene doble certificación en psiquiatría y medicina del sueño.
    Alex Dimitriu, MD
    Profesional de medicina del sueño y psiquiatría
  3. Solo necesitas 1 almohada buena. Escoge una almohada que sea cómoda cuando te acuestes en la misma. Asegúrate de que sea delgada para que no te levante demasiado la cabeza. Si lo hace, hará que el cuello y la espalda se desalineen y las consecuencias las sentirás por la mañana. [2]
    • Apilar almohadas no es recomendable porque tiene el mismo efecto que usar una almohada gruesa. Apílalas solo si hace que te sientas más cómodo mientras duermes.
    • Si en algún momento te quedas sin una buena almohada, puedes usar el brazo como una. No es la posición más cómoda, pero funciona en situaciones de urgencia.
  4. Una vez que tengas la base preparada, completa la cama con algunas capas superpuestas. Lo que necesites depende del calor que sientas. Los pisos suelen ser mucho más fríos que un colchón, así que considera la posibilidad de tener al menos una manta caliente o un edredón grueso. [3]
    • No subestimes las bolsas de dormir. Son una fuente de calor y confort tanto si estás en el desierto como si estás en una fiesta de pijamas.
  5. Este es el momento de poner las almohadas más gruesas. Identifica cualquier punto en el que te sientas incómodo en el piso. Los puntos más comunes son las rodillas y las caderas. Desliza la almohada debajo de ti para aumentar la amortiguación. [4]
    • Ten cuidado de no levantar demasiado el cuerpo. Desliza el borde de la almohada debajo de la parte que necesitas amortiguar. Asegúrate de tener el cuerpo alineado con la cabeza para proteger la columna vertebral.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Meterte en la cama

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  1. Acuéstate de costado con la cabeza cerca de la almohada. Tira de la almohada hacia ti para que esté firmemente contra el hombro. Luego, coloca la cabeza en la almohada, comprobando dos veces la sensación que produce en el cuerpo. Asegúrate de que la cabeza se levante ligeramente del piso y que la columna vertebral se curve de forma natural. [5]
    • Esta es una posición de partida básica. Si eres más propenso a dormir boca arriba o boca abajo, date la vuelta cuando te hayas instalado.
  2. A veces la almohada o la ropa de cama se sale de su sitio en los pisos descubiertos. Cuando te pongas de costado, levanta el brazo y ponlo alrededor de la almohada. El brazo proporciona cierta estabilidad, lo cual te permitirá moverte sin tener que reacomodar la ropa de cama cada vez que lo hagas. Pon los brazos en una posición más cómoda cuando termines de acomodarte.
    • Para dormir boca abajo, mantén los brazos en la misma posición. Levanta el otro brazo hasta el otro lado de la almohada.
    • Si duermes boca arriba, pon los brazos a los costados después de echarte mirando al techo.
  3. Acostarse boca arriba mantiene la columna vertebral contra el piso, haciendo que la espalda, el cuello y los hombros estén alineados. Debido a esto, a menudo es la forma más sencilla de ponerte cómodo. La desventaja es que el piso ejerce más presión sobre las articulaciones, lo cual a veces causa dolor. [6]
    • Reduce la posibilidad de padecer dolor con las almohadas. En esta posición, puede ser beneficioso tener una almohada debajo de las rodillas.
    • La posición para dormir es una preferencia personal, así que la posición boca arriba no es para todos. Si no estás seguro de cómo debes acostarte, pide consejo a un médico o a un experto del sueño.
  4. Date la vuelta y acomódate para que tengas el cuerpo recto, alineado con la cabeza. Tanto la posición de costado como la posición boca abajo carecen de algún tipo de apoyo para la espalda. Con las precauciones adecuadas, estas posiciones a veces pueden reducir la cantidad de dolor de espalda que se produzca al dormir en el piso. [7]
    • Para dormir de costado, sube un poco las rodillas en dirección al pecho. Coloca una almohada entre ambas para separarlas y considera la posibilidad de ponerte otro cojín debajo de la cintura.
    • Si duermes boca abajo, piensa en la posibilidad de ponerte un cojín debajo del estómago.
  5. Usa la mano libre para mover la almohada hacia donde más necesites reforzar el cuerpo. Elimina la mayor parte de las molestias dándoles más respaldo a las rodillas. Mueve la almohada hasta que se sienta lo suficientemente cómoda para dormir. [8]
    • Si estás de costado, desliza la almohada entre las rodillas para evitar que se toquen. Coloca el otro extremo de la almohada a la altura del pecho. Úsala para levantar el pecho según sea necesario.
    • Si estás boca arriba o boca abajo, pon la almohada debajo de las rodillas para evitar que se aplasten contra el piso. Esta medida eleva un poco la mitad inferior del cuerpo de modo que la columna vertebral se mantenga alineada.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Prevenir el dolor

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  1. Los puntos más comunes de dolor que se producen al dormir en el piso son articulares (por ejemplo, el coxis, los omóplatos y las caderas). Coloca una almohada pequeña o una toalla doblada en los lugares en los que sientas incomodidad. La amortiguación adicional a menudo hace la diferencia entre una buena noche de sueño y una mañana dolorosa. [9]
    • Tener una amortiguación adicional es importante si estás acostumbrado a dormir en un colchón. Los dolores articulares disminuirán a medida que te acostumbres a estar en el piso.
  2. Si planeas dormir en el piso más de una vez, tómatelo con calma. Coloca algunas mantas para que tu cuerpo tenga la sensación de estar en un colchón. Pon toda la amortiguación que necesites para que puedas aguantar toda la noche. [10]
    • Para acostumbrarte aun más a dormir en el piso, quita algunas de las mantas cada dos noches. Con el tiempo, podrás dormir en el piso con un mínimo de amortiguación.
  3. Acostúmbrate a dormir en el piso reduciendo gradualmente el tiempo que pases en un colchón. Programa una alarma por aproximadamente 2 horas antes de que debas levantarte. Acuéstate en el piso cuando la alarma suene. La mayoría de las veces, estarás tan cansado que te dormirás enseguida. [11]
    • Se trata de que te acostumbres a la experiencia. Dormir en el piso es distinto a dormir en un colchón blando. Pasa gradualmente más horas de la noche en el piso para que el dolor disminuya.
  4. La única manera de que te sientas cómodo durmiendo en el piso es practicando. Lo más probable es que te sientas incómodo o incluso adolorido al principio. El dolor desaparece cuanto más practiques. Si tienes una actividad importante, como una fiesta de pijamas o un viaje de campamento, trata de practicar en casa para que puedas pasar mejor la noche. [12]
    • Consigue el equipo que piensas llevar a la actividad, como una buena manta, tu almohada favorita o una bolsa de dormir.
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Consejos

  • Los pisos son espacios muy fríos. Los pisos de madera, de azulejos y de concreto serán mucho más fríos que las alfombras, así que coloca muchas mantas.
  • Para evitar que la esterilla o el futón se deslicen en el piso descubierto, coloca un tapete o un objeto similar debajo.
  • Mucha gente afirma que dormir en el piso alivia el dolor corporal y de espalda. Esto solo funciona cuando eres cuidadoso con tus necesidades. Identifica las partes del cuerpo que te duelan y amortígualas en consecuencia.
  • Practica todo lo que puedas para que te acostumbres cada vez más a estar en el piso. Si estás acostumbrado a los colchones, dormir en el piso será extraño al principio; sin embargo, te acostumbrarás rápidamente.
  • Sé creativo con los suministros. Hasta los objetos más simples como esterillas y toallas pueden ayudarte a dormir bien.
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Advertencias

  • Dormir en el piso no es apropiado para todos. Si duermes en un colchón especial, no trates de dormir en el piso. Habla con un médico y sigue sus recomendaciones para proteger tu salud.
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Cosas que necesitarás

  • bolsa de dormir o esterilla
  • mantas
  • almohada delgada
  • almohadas pequeñas o mantas dobladas

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