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A pesar de que puede parecer una tarea abrumadora, todo lo que necesitas para elegir el primer colchón del bebé es seguir unas cuantas indicaciones clave. Asegúrate de que el colchón cuente con un sello de certificación y que entre en la cuna adecuadamente y con comodidad. Elige uno que sea firme, que tenga una funda gruesa y que cuente con orificios de ventilación. Para crear un lugar seguro y cómodo donde tu pequeño pueda descansar, una vez que hayas elegido el colchón, únicamente tendrás que ponerle una sábana ajustable y colocarlo en la cuna.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Escoger un colchón que quepa correctamente

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  1. Será necesario que midas la cuna para determinar si un colchón regular se adapta bien o si hará falta uno más chico o uno más grande. Aunque el tamaño de las cunas y de los colchones para cunas están reglamentados por el gobierno central, puede haber ligeras variaciones que impliquen que no todos los colchones queden bien en todas las cunas. [1]
  2. El tamaño reglamentario de un colchón regular para cuna es de 70 cm (27 pulgadas) por 130 cm (51 pulgadas) como mínimo. Es primordial que el colchón entre en la cuna con comodidad. No debe quedar ningún espacio entre el colchón y los lados de la cuna, ya que esto puede suponer que el bebé corra el riesgo de asfixiarse o quedar aprisionado. [2]
    • Si el colchón es muy pequeño, las extremidades o la cabeza del bebé pueden atascarse entre el borde del colchón y la baranda de la cuna.
    • Si es muy grande, no entrará correctamente en la cuna y el bebé podría asfixiarse porque el aire no le llegará fácilmente debido a que el colchón en lugar de quedar plano tomará forma de arco en el centro.
  3. Un colchón demasiado grueso supone un riesgo de asfixia para el bebé, ya que podría hundirse porque la superficie suele ser muy blanda. Se recomienda que el grosor de un colchón para cuna no exceda los 15 cm (6 pulgadas). [3]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Asegurarte de que el colchón es lo suficientemente firme

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  1. Los colchones de espuma suelen ser menos costosos, mientras que los de muelles generalmente cuestan más, pero son más duraderos. [4]
    • Si prefieres un colchón de muelles, elige uno que tenga entre 135 y 150 espirales de un calibre menor a 15,5. [5]
    • Estos datos figuran en el envoltorio. Estas pautas, establecidas por Consumer Reports (revista estadounidense), garantizan que el colchón que elijas ofrece la firmeza adecuada para el bebé.
  2. Para comprobar si el colchón se adapta a la forma de tu mano o si vuelve a su forma original de inmediato, haz presión en diversos lugares incluyendo el centro y los costados. Si el colchón se amolda a tu mano, es muy blando para el bebé. [6]
  3. El colchón nuevo, especialmente si es de espuma, debe ser bastante firme para minimizar el riesgo de asfixia, ya que el bebé podría hundirse si la superficie es muy blanda. Para evaluar la firmeza del colchón reúne 2 cajas rectangulares de leche o de jugo llenas de 1 litro o de un cuarto de galón con fondo plano, 12 CD, una regla y papel plástico para envolver. [7]
  4. Utiliza el marcador para trazar una línea a 40 mm (1,5 pulgadas) del fondo de una de las cajas. Usa la regla para medir. Mide y traza esta línea en cada uno de los lados de la caja de tal manera que se forme un cuadrado alrededor de la base. [8]
  5. Apila cuidadosamente los CD (sin estuche) uno sobre otro y envuélvelos con firmeza. [9]
  6. Coloca los CD que envolviste sobre la parte más blanda del colchón que normalmente suele ser la parte del medio. Pon las cajas una encima de la otra y de costado sobre los CD. La caja en la cual trazaste el cuadrado debe ir debajo. Alinea el borde de la pila de CD con el cuadrado que trazaste en la caja. [10]
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    Fíjate en la parte de las cajas que sobresale. Debe existir un espacio evidente entre la parte de la caja que marcaste con el cuadrado y el colchón. Si no se forma este espacio, será necesario que elijas un colchón más firme por la seguridad del bebé. [11]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Elegir un colchón seguro

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  1. Busca el sello de certificación que confirme que es seguro y que cumple con las normas establecidas por la Comisión para la Seguridad de los Productos de Consumo de los Estados Unidos (CPSC) o por una entidad similar en tu país. Descarta cualquier otro colchón que no cuente con el sello de la CPSC, ya que existe el riesgo de que no sea seguro y de que sea muy suave o muy chico. [12]
  2. La funda del colchón también se conoce como cutí. Las mejores alternativas tienen varias capas de tela plastificada reforzadas con nailon. Además, estos colchones tienen la ventaja adicional de ser impermeables y sumamente duraderos, lo que significa que son fáciles de limpiar y que existen menos probabilidades de que se produzcan rasgaduras o agujeros. [13]
  3. Un colchón de calidad debe contar con pequeños agujeros reforzados en ambos lados que permitan la circulación del aire desde el interior. La ventilación ayudará a que el colchón se mantenga fresco permitiendo la liberación de olores. [14]
  4. Los colchones convencionales pueden contener metales pesados y productos químicos como los retardantes de llama. Si prefieres evitar estos componentes, escoge un colchón orgánico certificado por un tercero como el Greenguard, Oeko-Tex, u otra entidad similar en tu país. [15]
  5. Recuerda que cuando se trata de la cuna del bebé “vacía es mejor”. Aparte del bebé lo único que debe haber en la cuna es una sábana ajustable que cubra el colchón. Evita el uso de protectores de cuna, almohadones, frazadas o juguetes, ya que representan un riesgo para la seguridad del bebé porque podría asfixiarse. [16]
    • Ponle al bebé un mameluco que lo mantenga calentito o ajusta el termostato para asegurarte de que el pequeño estará lo suficientemente abrigado sin una frazada.
    • Si el bebé tiene más de 12 meses utiliza solo una sábana en la cuna.
  6. Se recomienda poner al bebé a dormir siempre boca arriba para disminuir el riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS). Separa el tiempo que debe pasar boca abajo para cuando el bebé esté despierto y tú estés presente para garantizar su seguridad. [17]
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Advertencias

  • Nunca pongas al bebé a dormir en un colchón inflable, sofá, cama de agua o en cualquier otra superficie blanda.
  • Evita comprar un colchón usado. Los fluidos corporales del niño que lo usó anteriormente podrían haber penetrado en el colchón, lo que podría originar el desarrollo de bacterias, moho u hongos. [18]
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