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Un buen apodo es como una tarjeta de presentación. Dice quién eres, y rápidamente te individualiza y separa de las personas con el mismo nombre. Ya sea que trates de adoptar un nuevo apelativo por razones prácticas o simplemente por diversión, aquí encontrarás cómo elegir un apodo basado en tu propio nombre y hacer que funcione bien.

Método 1
Método 1 de 2:

Considera las opciones

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  1. Piensa en los nombres cortos que puedan estar escondidos en el interior de tu nombre. Por ejemplo, el nombre Catalina contiene el apelativo Cata. Igualmente, Alfredo contiene Al, Alf y Fred. Estos nombres a su vez pueden contener otros apodos, tales como Alfie (para Alf). Muchas personas eligen un apodo basado en su propio nombre porque es fácil para ellos y para otros recordarlo.
    • Los apellidos también pueden ser una buena fuente dónde buscar apodos. Por ejemplo, las personas cuyo apellido empieza en Villa, como Villanueva, Villalobos, Villalta, Villar, a veces eligen acortarlo y usar solo Villa. Un solo apellido también puede ser un apodo.
    • Considera las combinaciones de letras en tu nombre que contengan apelativos que sean fáciles de pronunciar. Alguien llamada Rosa María puede elegir ser llamada Rosy o Mary o Rosemary.
    • Los apodos basados en el nombre se pueden escribir como quieras. Del nombre Gabriela se desprenden Gaby o Gabi. La pronunciación es más importante que la ortografía.
  2. Si te has ganado una reputación por hacer algo bien, esto te puede sugerir un buen apodo. Una persona muy inteligente puede ser apodada “genio”, otra muy trabajadora puede ser llamada “hormiguita” y una con el pelo algo desordenado puede ser apodada “chascona” o “chascosa”. Para asegurarte de que el apodo que elijas tenga referencias sobre tu propio nombre, puedes buscar unos que tengan la primera letra de tu nombre o que rimen con él.
  3. Los lugares en que creciste y también aquellos donde vivieron tus ancestros pueden sugerir buenos apodos. Las personas con ancestros mexicanos son llamadas “cuates” en otros países, así como los costarricenses son llamados “ticos”. Una conexión fuerte con alguna cultura ancestral también puede sugerir apodos que signifiquen lo mismo que el nombre pero en otra lengua o tradición cultural.
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Método 2
Método 2 de 2:

Elige el apodo perfecto

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  1. Escribe todos los nombres que se te ocurran y luego dilos en voz alta. Preséntate usando cada uno y luego piensa en cómo te suenan. Si tienes problemas para elegir, tómate un tiempo y vuelve a pensarlo en un día o dos. El objetivo es encontrar el nombre que más te guste y un par de alternativas más.
  2. Con tus apodos favoritos en mente, háblales a las personas que te rodean y pregúntales qué les parecen. Es difícil que un apodo sea pegajoso si a las personas no les gusta. Pídeles a tus amistades que te llamen usando tu apodo preferido. Si se ven bien dispuestos, es muy probable que los nombres peguen. Si no les gusta la idea, entonces intenta con las alternativas que aún tengas en mente.
  3. Ahora que ya encontraste un apodo que les agrade a tus amigos, úsalo cuando te presentes ante los demás. Pídeles a tus profesores y empleadores nuevos que lo usen para dirigirse a ti. Considera la posibilidad de utilizar ese apelativo en las redes sociales como Facebook. Tu nuevo apodo pegará rapidísimo.
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Consejos

  • Es muy difícil que convenzas a tus padres de que te llamen por tu nuevo apodo todo el tiempo. Ellos te criaron desde pequeño y, por lo tanto, siempre te llamarán usando el nombre que les agrade. No hay mucho que hacer al respecto, así que es mejor no preocuparte por ello.
  • Adoptar un nuevo apelativo toma su tiempo, tanto para decidirte por uno como para convencer a las personas que te conocen para que lo usen. Ten paciencia y no te enojes si alguien que te conoce desde hace tiempo se olvida de usar tu nuevo apodo.
  • Por ejemplo si tienes de apellido Ojeda ponte Dda o Jeda o Jed.
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Advertencias

  • Los nombres demasiado grandiosos (como "Dragón") rara vez son pegajosos porque la gente se siente tonta usándolos. Por otro lado, un nombre muy ridículo (como "Monstruo") puede ser contraproducente y pegar demasiado rápido creando situaciones incómodas. Elige nombres que fluyan en la conversación sin llamar demasiado la atención.
  • Si tus amigos ya tienen un apodo para ti, puede ser muy difícil cambiarlo. Si es un nombre feo o hiriente, diles cómo te sientes al respecto en vez de simplemente tratar de reemplazarlo con otro.
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