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Enseñar a nadar a un adulto puede constituir tanto un desafío como una actividad extremadamente gratificante. Es necesario que converses con el aprendiz antes de abordar las razones por las que desea aprender a nadar en este momento de su vida. Además, debes conocer cualquier posible temor subyacente a la natación y programar un cronograma razonable para llevar a cabo las mejoras esperadas. Comienza por dejar que el aprendiz se adapte a estar en el agua, se moje el rostro y aprenda a flotar. Luego, debes enseñarle algunos de los movimientos básicos proporcionándole instrucciones claras y concisas además de comentarios positivos. De esta manera, tus alumnos aprenderán a nadar sin ayuda en muy poco tiempo.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Prepararte para las lecciones

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  1. Algunas personas desean aprender a nadar por razones generales de seguridad. Otras lo desean para que puedan ingresar con sus hijos a la piscina de manera segura. Es probable que otras deseen hacerlo para vencer un miedo cuya presencia persiste desde la infancia. Al comprender estas razones, podrás determinar cómo proceder con las lecciones y en qué habilidades debe concentrarte. [1]
    • Por ejemplo, si la persona desea aprender a nadar para acompañar a sus hijos en la piscina, es probable que tenga que invertir más tiempo en perfeccionar un estilo libre, ya que esta es la mejor manera de comunicarse con alguien que necesita ayuda dentro del agua.
    • Si tu estudiante se siente más cómodo con este estilo, podrás ayudarlo a sentir que va alcanzando sus objetivos más rápidamente.
  2. Pregúntale a la persona si posee alguna experiencia previa en natación. Si la persona ya cuenta con un poco de experiencia, debes pedirle que te demuestre algunas de sus habilidades. [2]
    • Pregúntale al aprendiz sobre los estilos con los se siente más o menos cómodo para que puedas desarrollar su confianza en consecuencia.
  3. Debes analizar los resultados finales que la persona espera lograr y elaborar un plan razonable para alcanzar esos objetivos. Debes conversar con el aprendiz sobre la frecuencia con la que se van a reunir para que reciba lecciones cada semana y si debe nadar por su cuenta como “tarea”. Además, debes proporcionarle un cronograma con varias metas importantes de natación. [3]
    • Por ejemplo, podría resultar útil planificar realizar una vuelta completa sin ayuda a lo largo de la piscina en una fecha determinada.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Superar el miedo al agua o a ahogarse

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  1. Es muy probable que la razón por la que un adulto no ha aprendido a nadar hasta ahora se deba al miedo al agua o a ahogarse. Si este es el caso, es importante que el aprendiz comparta esta información contigo para que sepas cómo adaptar tus estilos de enseñanza. [4]
    • Por ejemplo, es probable que tengas que pasar más tiempo ayudándole a acostumbrarse a quedarse solo en el agua, o simplemente a mojarse el rostro si le tiene miedo al agua.
  2. Si una persona le tiene miedo al agua, normalmente se le suele decir que no tiene nada que temer. Debido a que esta persona sí tiene miedo, es probable que pierdas credibilidad ante sus ojos si simplemente le dices que no tenga miedo. Debes desarrollar su confianza fuera del agua (donde se siente más cómodo) para ayudarle a confiar en ti y sentirse más seguro al seguir tus instrucciones dentro del agua. [5]
    • Debes comenzar las lecciones fuera de la piscina para ayudarle a aprender cómo estirarse correctamente antes de las clases de natación.
    • Asegúrate de dejar que el aprendiz descanse si luce demasiado nervioso o ansioso.
  3. Pídele que ingrese en el extremo poco profundo de la piscina y que permanezca de pie en el agua hasta el tobillo. Puede caminar, chapotear, quedarse quieto, o realizar movimientos con los que se sienta más cómodo. Deja que se quede todo el tiempo que desee. [6]
    • Como alternativa, el aprendiz puede sentarse sobre el borde de la piscina y colgar sus piernas en el agua.
    • Una vez que se sienta más cómodo, pídele que se agache y salpique agua hacia su rostro. La mayoría de su cuerpo aún debe encontrarse fuera del agua, pero mojarse el rostro en este punto puede resultar muy útil para superar el miedo.
    • Es probable que los niños necesiten más supervisión en esta área. Sin embargo, como el aprendiz es un adulto, puedes darle libertad para que se mueva como desee y realice movimientos con los que se sienta más cómodo.
  4. Muchos aprendices adultos pueden presentar un ligero temor al agua, por lo que nunca aprendieron a nadar cuando eran más jóvenes. Trata de que se den cuenta de que su cabeza flota en el agua, ya que esto puede aliviar el estrés de inmediato en algunas personas. [7]
    • Coloca la mano varios centímetros debajo del rostro en el agua y pídele al aprendiz que haga que su rostro llegue a la mano sin ejercer fuerza, simplemente debe dejar que el rostro se desplace hacia abajo. Pronto se dará cuenta de que esta operación es imposible.
    • Puede resultar beneficioso que les expliques a los aprendices adultos la lógica detrás de cómo funciona la flotabilidad. A menudo, si les brindas más información, esto puede resultar reconfortante para ellos.
  5. Una de las primeras cosas que deben hacer los nadadores adultos es sentirse cómodos colocando sus rostros dentro del agua. Una vez que realicen esto, el resto del aprendizaje se desarrollará con mayor rapidez. [8]
    • Trata de hacer que el aprendiz cante dentro del agua. Esto hará que expulse aire en el agua y le mostrará cómo se siente la exhalación de burbujas mientras su rostro se encuentra bajo el agua.
  6. Pídele al aprendiz que contenga la respiración y luego baje lentamente la cabeza de manera que su boca se encuentre bajo el agua. El nivel del agua debe encontrarse entre la boca y la nariz. Recuérdale que puede respirar por la nariz incluso si su boca se encuentra sumergida. Pídele que permanezca en esa posición por unos momentos mientras se adapta a respirar por la nariz. [9]
    • A medida que se siente más cómodo con este procedimiento, puedes pedirle que se tape la nariz y baje la cabeza un poco más, solo por unos instantes cada vez. Con el tiempo, continuará bajando para sumergir la cabeza por completo bajo el agua.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Dar instrucciones

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  1. Mantén las instrucciones cortas y agradables. Debes evitar sobrecargar al aprendiz con demasiada información mientras se concentra en mejorar sus habilidades de natación. [10]
    • En lugar de proporcionarle al aprendiz una multitud de cosas a tener en cuenta, trata de que se enfoque en una o dos instrucciones a la vez.
    • Intenta decirle algo como “Eso estuvo genial, pero esta vez, vamos a concentrarnos en empujar el cuerpo con fuerza desde la pared y patalear un poco”.
  2. Enséñale primero a nadar con el estilo de espalda . Debes comenzar con un método fácil de aprender, como el de espalda. Esta técnica se basa en gran medida en la propia flotabilidad del cuerpo y no requiere una gran cantidad de movimientos sofisticados que necesitan mucho tiempo para perfeccionarse. Una vez que el aprendiz adulto haya aprendido a flotar sobre su espalda, puedes comenzar a enseñarle los movimientos de brazos y piernas. [11]
    • Pídele que se sostenga contra la pared detrás de su cabeza mientras flota sobre su espalda. Luego, pídele que patalee. Esta es una manera excelente para que se acostumbre a los movimientos.
    • Una vez que se sienta cómodo con esta operación, puede tratar de patalear mientras flota lejos de la pared.
    • Por último, enséñale a balancear cada brazo hacia atrás por encima de su cabeza y hacia el agua para completar el método de espalda.
  3. Enséñale el estilo libre . Este es uno de los estilos de natación más comunes, por lo que constituye un excelente punto de partida para principiantes adultos. Una vez que el aprendiz haya dominado el pataleo mientras se sostiene de la pared, puedes comenzar a enseñarle las técnicas de respiración adecuadas. Pídele al aprendiz que coloque el rostro en el agua, gire la cabeza hacia la derecha y respire. Luego, pídele que gire la cabeza hacia abajo y exhale bajo el agua. Por último, pídele que gire la cabeza hacia la izquierda y vuelva a exhalar. Haz que practique estos movimientos una y otra vez hasta que se sienta cómodo. [12]
    • A continuación, trata de agregar los movimientos de brazo enseñándole a patalear mientras coloca un brazo sobre su cabeza en el agua a la vez. Una vez que haya dominado esto, debe comenzar a sincronizar la respiración con los movimientos del brazo.
  4. Debes mostrarle los movimientos tú mismo, para que el aprendiz cuente con algo sobre lo cual trabajar. Puedes mostrarle algunos movimientos de natación básicos, que incluyan el estilo de pecho , el de mariposa, la brazada de costado , y la de espalda básica. [13]
    • Cuanto más cómodo se sienta el aprendiz con estos estilos, más seguro se sentirá dentro del agua.
    • Los adultos disfrutan especialmente de la estructura y la forma, por lo que aprender métodos formulados para nadar puede ayudar a muchos de ellos a sentirse más seguros y capaces.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Interactuar con aprendices adultos

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  1. A menudo puede ser sencillo terminar proporcionando instrucciones orientadas a niños durante las clases de natación para adultos. Sin embargo, recuerda que los aprendices adultos pueden sentirse ansiosos o incómodos, y lo último que necesitan es que los trates como niños por encima de todas las cosas.
    • Debes felicitarlos cuando lo merecen, explicarles amablemente cómo pueden mejorar lo ya han aprendido y siempre tratarlos con respeto y consideración.
    • Además, debes darles tiempo para que comprendan las instrucciones, formulen preguntas y aprendan a su propio ritmo.
  2. Cada persona aprende y reacciona de manera diferente a los diversos estilos de enseñanza. Debes observar a tus aprendices y verificar cómo parecen aprender mejor. Luego, debes adaptar tus instrucciones para que se ajusten mejor al ritmo de cada persona. [14]
    • Por ejemplo, algunos aprenden mejor observando a otra persona realizar los movimientos, mientras que otros necesitan hacer y recibir comentarios.
  3. Evita concentrarte en lo que el aprendiz está haciendo mal. En vez de eso, debes alentarlo diciéndole lo que está haciendo bien y dándole consejos sobre cómo mejorar lo que ya ha aprendido. [15]
    • Si el aprendiz tiene problemas con un estilo en particular, trata de decirle algo como: “¡Tus movimientos de cabeza de lado a lado son excelentes! Ahora, concentrémonos en mantener los brazos rectos durante todo el recorrido”.
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