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En los últimos años, a muchos investigadores y consumidores, por igual, les ha empezado a preocupar las posibles consecuencias para la salud que conlleva estar expuesto al bisfenol-A (BPA). El BPA es un químico que se encuentra en una gran variedad de productos plásticos, aunque cada vez se pueden encontrar más con el sello “libre de BPA”. En general, puedes evitar los plásticos que lo contengan si lees las etiquetas y puedes reducir las posibilidades de estar expuesto a este químico si cambias algunos productos y hábitos. Sin embargo, también debes estudiar el problema por ti mismo y decidir cuán importante crees que es evitar el BPA y cuán seguros crees que podrían ser los plásticos “libres de BPA”.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Identificar los plásticos con BPA

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  1. Muchos productos de plástico, especialmente los que se usan para el alimento, la bebida o los juguetes de los niños, llevan una etiqueta numérica que te dirá si contienen BPA o no. En la parte inferior del producto, busca un número del uno al siete (1 a 7) que esté rodeado por un triángulo hecho de tres flechas (que se conoce comúnmente como el “símbolo de reciclaje”). [1] [2]
    • Los objetos que tengan los números 3, 6 y especialmente 7, son lo que tienen más probabilidad de contener BPA. Los que tienen los números 1, 2, 4 o 5 usualmente no lo contienen.
    • Una etiqueta que diga “libre de BPA” en el producto o empaque junto con uno de los números de reciclaje “más seguros” será tu mejor opción para evitar este químico.
  2. El BPA se utiliza para darle un poco de “elasticidad” a los plásticos rígidos a fin de disminuir las rajaduras y rupturas. Este tipo de plástico se hace típicamente de policarbonato. Si el artículo tiene un número de reciclaje de “7” o tiene una marca que diga “PC”, será de policarbonato y es más probable que contenga BPA.
    • Si un producto de plástico es rígido y transparente (por ejemplo, un recipiente reutilizable para guardar alimentos), es muy probable que sea un policarbonato que podría contener BPA.
    • Los plásticos más blandos, flexibles y opacos normalmente no son policarbonatos y es menos probable que contengan BPA. Sin embargo, siempre revisa la etiqueta.
  3. El BPA se ha utilizado desde fines de 1950, así que hay una clara posibilidad de que tu taza con boquilla de la infancia y que los recipientes antiguos para guardar alimentos de la abuela tuvieran BPA. Asimismo, es menos probable que estos productos más antiguos tengan etiquetas de identificación.
    • A varias personas les preocupa mucho que los bebés estén expuestos al BPA. En 2012, la Administración de alimentos y medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) prohibió el uso de este químico en biberones y tazas con boquillas para niños y en Europa fue antes. Si tienes biberones más antiguos, asume que tienen BPA y deséchalos. [3]
    • Los rayones, el desgaste general y la exposición repetida al calor provoca que los productos plásticos liberen mayores cantidades de BPA. Esta es otra razón para desechar los productos más antiguos y con mucho uso que pudieran contener dicho químico. [4]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Limitar una posible exposición al BPA

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  1. Antes de que se adoptara este material de forma generalizada, todo, desde los biberones hasta los recipientes para mezclar, se hacía con materiales como vidrio, cerámica y acero inoxidable. Conforme la preocupación con respecto al BPA y otros químicos que se encuentran en el plástico ha ido aumentando, así también, el mercado de los productos de alimentos y bebidas hechos con recipientes alternativos que no despidan materiales potencialmente dañinos. [5]
    • Por ejemplo, si incluso te preocupan los biberones libres de BPA, hay opciones más recientes de vidrio que incluyen una manga de silicona en la parte exterior que reduce las probabilidades de que se rompan.
    • Sin embargo, ten presente que muchas latas de metal que se utilizan para alimentos y bebidas (como los frijoles y la cerveza) contienen un revestimiento de resina que tiene BPA. Al parecer, el consumo regular de alimentos que provienen de estos recipientes sí aumenta los niveles de BPA en la sangre, al menos de manera temporal. [6] Por lo general, las latas no tienen marcas que indican el uso (o la ausencia) de algún revestimiento de BPA, pero es posible encontrar listas de fabricantes que, al menos, dicen no utilizarlo. [7]
    CONSEJO DE ESPECIALISTA

    Kathryn Kellogg

    Especialista en sostenibilidad
    Kathryn Kellogg es la fundadora de goinzerowaste.com, un sitio web de estilo dedicado a desglosar la vida ecológica en un simple proceso paso a paso con mucha positividad y amor. Es autora de 101 Ways to Go Zero Waste y portavoz para una vida sin plástico para National Geographic.
    Kathryn Kellogg
    Especialista en sostenibilidad

    Utiliza recipientes de vidrio con tapa a presión para almacenar tus alimentos. Kathryn Kellogg, autora de 101 Ways to Go Zero Waste afirma: "Puedes conseguir recipientes de vidrio con tapas de silicona y bambú, pero incluso si son de plástico, no entrará en contacto con tus alimentos. Como puedes ver a través del vidrio, será más probable que recuerdes lo que hay en el refrigerador y comas los alimentos antes de que se dañen. Asimismo, los recipientes durarán mucho tiempo si los cuidas bien".

  2. Incluso si un producto de plástico se comercializa como “apto para el microondas” o “apto para el lavaplatos”, las temperaturas elevadas debilitan este material y facilitan la liberación de químicos como el BPA. Usar químicos fuertes o restregar y utilizar abrasivos, lo que causa rayaduras, podría provocar el mismo problema. [8]
    • Si quieres disminuir las posibilidades de estar expuesto al BPA, usa platos aptos para el microondas de cerámica o vidrio para calentar alimentos. No pongas comida o bebidas calientes directamente en un recipiente de plástico. Además, lava los artículos de este material a mano, con un detergente suave, agua tibia y un cepillo o un trapo no abrasivo. Desecha los plásticos rayados, decolorados, desteñidos o deformados o los recipientes para alimentos que se han utilizado por bastante tiempo.
  3. En especial si tienes niños pequeños, sabes que los recipientes para alimentos y bebidas no son los únicos plásticos que llegan a la boca. Chupar, masticar o, sí, tragar artículos de plástico, como los mordedores y los juguetes, podría exponer a la persona al BPA.
    • Nuevamente, el aumento en la preocupación del público por lo que podría contener el plástico ha causado que resurjan los artículos para bebés, los juguetes y otros productos hechos de materiales tradicionales no plásticos. Los bloques de madera sin tratar y sin revestimiento son tan divertidos como los de plástico.
    • En especial si se trata de niños pequeños, busca juguetes hechos de madera, algodón, lana, entre otros, sin revestimientos. Prueba un paño congelado a modo de mordedor en lugar de uno de plástico. No dejes que tu hijo pequeño muerda el control remoto de la televisión, el celular, entre otros.
  4. Este químico no se usa directamente en los selladores y las resinas, pero puede aparecer como un resto del proceso de fabricación o generarse en cantidades mínimas a causa de la degradación de otros materiales que se encuentran en los selladores. Las pruebas indican que cualquier exposición al BPA será temporal (normalmente, menor a tres horas) y 50 000 veces menor al límite que define una exposición de riesgo. [9] [10]
    • La conclusión, al menos en la medida en que las investigaciones actuales indican, es la siguiente: es posible que estés expuesto a cantidades mínimas de BPA por periodos cortos de tiempo después de hacerte trabajos dentales. Sin embargo, los riesgos comprobados para la salud de no tratar las caries u otros problemas dentales sobrepasan de lejos las inquietudes sobre las pequeñas cantidades de BPA.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Examinar el problema

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  1. Sin que esta sea una lección de química, quizás sea suficiente decir que el bisfenol A (BPA) es un aditivo químico industrial. Le da una fuerza flexible a una gran variedad de plásticos policarbonatos, así como a las resinas epoxi en artículos como los revestimientos de latas y selladores dentales. [11] [12]
    • Lamentablemente, también se ha demostrado que, cuando se ingiere en una cantidad suficiente, el BPA es un “disruptor endocrino” que imita al estrógeno. En realidad, las preguntas son “¿Cuán dañino es el BPA para nosotros?” y “¿Cuánto BPA se necesita para provocar efectos que podrían ser negativos?”.
  2. La FDA de Estados Unidos tiene claro el asunto: “los usos aprobados del BPA en la actualidad en recipientes y empaques de alimentos son seguros”. Además, para tener las cosas más en claro, dice: “¿El BPA es seguro? Sí”. [13] Básicamente, la FDA (y los fabricantes de plásticos) alegan que, aunque el BPA puede provocar problemas de salud, la cantidad que se ingiere proveniente de los productos es mucho menor al límite de riesgo.
    • Sin embargo, los activistas en contra del BPA y algunos investigadores no están tan seguros al respecto. Ellos alegan que, como este químico imita a la hormona estrógeno, incluso pequeñas cantidades pueden afectar el desarrollo cerebral, conductual y reproductivo, en especial en fetos, bebés y niños pequeños. Además, la exposición al BPA podría estar relacionada con la obesidad e, incluso, con algunos tipos de cáncer. [14] [15]
    • En esencia, los que están en contra del BPA indican que la FDA lo aprueba no porque se haya demostrado que es “seguro”, sino solo porque “no se ha comprobado que no lo es” en la medida que se requiere para convencer a la organización.
  3. En respuesta a la presión de los consumidores, muchos fabricantes de plásticos se han apurado por retirar el BPA de sus productos. A menudo este químico se reemplaza con el bisfenol S (BPS) o alguno similar. Lamentablemente, cada vez hay más pruebas de que el BPS (y otros químicos similares) también podrían provocar efectos similares que el BPA en el cuerpo humano. [16] [17]
    • Un estudio de 455 productos plásticos descubrió que casi todos, incluidos los que decían “libre de BPA” contenían alguna cantidad de químicos que imitan al estrógeno.
    • En pocas palabras, si crees que hay motivos para preocuparte por el BPA y quieres evitarlo, sería mejor reducir el contacto con todos los plásticos (en especial los policarbonatos). Nuevamente, estudia el problema y toma la mejor decisión para ti y tu familia.
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