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En Romanos 6:18, el apóstol Pablo indica “Habiendo sido liberados del pecado, ahora son ustedes esclavos de la justicia” (NVI). El concepto de estar libre de pecado puede ser confuso, ya que todos los seres humanos son imperfectos e inevitablemente cometen pecados. Estar libre de pecado no quiere decir que nunca volverás a pecar de nuevo, sino que tu alma puede estar libre del cautiverio en el que el pecado podría atraparte.
Pasos
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Define el pecado. En un sentido más amplio, el pecado se refiere a cualquier cosa que carece de la santidad de Dios. Por lo general, la manera más fácil de ubicarlo son las acciones, pero los pecados también pueden estar en los pensamientos y las actitudes. [1] X Fuente de investigación
- Se considera que ciertas acciones son pecados, pero el deseo de realizar esas acciones también es pecaminoso. Por ejemplo, querer cometer adulterio es un pecado al igual que cometerlo.
- Sin embargo, la tentación no es un pecado. Si estás en una situación comprometedora en la que hay alguien que te parece físicamente atractivo, es posible que sientas la tentación de reaccionar ante esa atracción. Hacerlo en la realidad y, como resultado, cometer adulterio, o imaginar el acto de cometer adulterio sin ni siquiera cometerlo es un pecado. No obstante, sentirse tentado a hacerlo no lo es.
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Acepta la naturaleza pecaminosa de la humanidad. Aunque los seres humanos fueron creados a imagen y semejanza de Dios, la caída de Adán y Eva (los primeros seres humanos) significó la caída de toda la humanidad. Como consecuencia, los seres humanos son pecaminosos por su propia naturaleza.
- En otras palabras, no es necesario que te enseñen cómo pecar. El pecado ya está firmemente fijo dentro de ti, en el centro de tu ser desde el momento de tu nacimiento.
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Debes comprender el significado del sacrificio de Cristo. Cuando Jesús murió en la cruz, llevó consigo los pecados de la humanidad. El sacrificio de Cristo contrarrestó la deuda del pecado original.
- En el Antiguo Testamento, los sacrificios animales se usaron como una manera de arrepentirse de los pecados de la carne. Sin embargo, incluso estos sacrificios fueron imperfectos, así que la mancha del pecado original todavía permanece en los seres humanos. Como Hijo de Dios e Hijo del Hombre, Jesús se convirtió en el sacrificio perfecto, capaz de liberar el alma de los seres humanos de las cadenas y el castigo del pecado original.
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Debes saber qué significa estar “libre de pecado”. Aceptar a Cristo y liberarse del pecado no quiere decir que nunca harás nada malo de nuevo. El sacrificio de Cristo liberó tu espíritu de las cadenas del pecado. Tu carne (es decir, tu cuerpo, tu mente y tu corazón) todavía tendrá que lidiar con el pecado día a día.
- Tu alma puede estar libre de pecado aunque tu cuerpo todavía peque. Sin embargo, estar libre de pecado en tu alma quiere decir que también debes buscar la libertad en tu cuerpo, aunque no lo puedas lograr de manera permanente.
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Acude a Cristo. Como se mencionó anteriormente, Jesús salvó el alma de las consecuencias del pecado al sacrificarse en la cruz. Sin embargo, debes tomar una decisión a conciencia para aceptar el ofrecimiento de salvación antes de que tu alma realmente esté libre.
- Si todavía no lo has hecho, pídele a Cristo que entre en tu vida, perdone tus pecados y te libere.
- Este es un primer paso fundamental. Sin confiar en que Cristo te liberará de tu pecado original, todavía estarás cautivo en el pecado en todas sus formas.
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Ama a Dios más que al pecado. [2] X Fuente de investigación Hacer lo correcto por sentido del deber es legalismo y no es lo que Dios quiere. Dios quiere tu amor. Si llegas a amar a Dios más que tus pecados y los placeres temporales que esos pecados te brindan, empezarás naturalmente a alejarte de tu naturaleza pecaminosa.
- Concéntrate en hacer buenas obras (las obras del Espíritu) antes de preocuparte por no realizar actos maliciosos de la carne. Cuando fijes tus ojos sobre lo que es bueno, es menos probable que te dirijas hacia lo malo.
- Cuando abordes un pecado específico o una tentación, supera ese mal con algo bueno. Por ejemplo, haz algo bueno por alguien que amas en vez de simplemente decirte que debes dejar de enojarte con esa persona. Reaccionar al impulso de hacer algo bueno puede distraerte con más eficacia de lo que sería un impulso para hacer el mal que el hecho de no hacer nada.
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Debes reconocer la gravedad de tu pecado. [3] X Fuente de investigación Los pecados normalmente se arraigan en la vida de una persona de manera que hacen que le sea difícil reconocerlos. Es posible que te digas que un pecado en particular no es nada más que un “mal hábito” y, como tal, no es tan serio. Liberarte de ese pecado y estilo de vida puede suceder solamente una vez que reconozcas la gravedad de tus pecados.
- Todos los pecados son malos y carecen de la santidad de Dios. Esto incluye las mentiritas y los asesinatos más espantosos.
- Los grupos de apoyo sobre la adicción normalmente les piden a sus miembros que empiecen admitiendo su adicción. Una persona no puede solucionar un problema hasta que admita que lo tiene. De la misma forma, solo puedes alejarte del pecado admitiendo los pecados que has cometido.
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Promete resistirte al pecado en tu corazón. Prométele a Dios que evadirás deliberadamente el pecado y buscarás el bien. Inevitablemente, a veces arruinarás las cosas, pero la intención de permanecer en el camino correcto debe ser firme y sincera.
- Si no puedes hacer esta promesa, es posible que tengas que averiguar en tu alma. Si tu deseo por resistirte al pecado todavía no es sincero y esa falta de sinceridad te hace dudar, órale a Dios, pidiéndole que te dé el corazón y la mente correctos para abandonar tu estilo de vida pecaminoso y llevar una vida en el Espíritu.
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Arraiga la Palabra de Dios en tu mente. Uno de los poderes más grandes que tienes contra el pecado en tu vida es la Palabra de Dios. Estudia las Sagradas Escrituras a menudo. Tu meta debe ser la pureza de la comprensión en vez de la simple memorización.
- Una comprensión exhaustiva de la Palabra de Dios puede ayudarte a identificar el pecado con más facilidad y prepararte para las tentaciones y las trampas que te podrían llevar ahí.
- Además, estudiar la Biblia a menudo también puede fortalecer tu fe y hacer que estés más informado sobre las promesas de Dios. A medida que tu comprensión del amor de Dios aumente, tu deseo por amar las cosas que Dios ama también aumentará, haciendo que te sea más fácil resistirte al mal.
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Ora con sinceridad y devoción. Pídele a Dios que guíe tus pasos y te ayude a evadir el pecado. Ora de esta manera constantemente, independientemente de que te estés o no frente a una tentación en la actualidad.
- La oración en todas sus formas es una herramienta que combate el pecado, aunque no ores específicamente para ser fuerte contra la tentación. Por medio de la oración, puedes comunicarte con Dios, lo cual te permite crecer en tu relación con él. A medida que tu amor por Dios se profundiza, por lo general tu interés en el pecado desaparecerá con más eficacia.
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Debes estar atento al movimiento del pecado en tu vida. Cada persona tiene sus flaquezas y ellas podrían variar de una persona a otra. Identifica las tuyas al buscar las señales de pecado en tus propias acciones y pensamientos.
- Los pecados habituales normalmente son los más difíciles de identificar, aunque sean con los que más te sientes familiarizado. Dicho esto, por lo general puedes ubicarlos al buscar pensamientos y acciones que abren una brecha entre tú y Dios.
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Huye de la tentación. No pongas a prueba tu fe al poner adrede tu alma en el camino del mal. Cuando veas que la tentación está por venir, evádela en vez de confrontarla.
- Al final, la meta es evadir el pecado, así que cualquier paso que sigas para alcanzar esa meta es un buen paso que seguir. Para ese final, es más prudente evadir la tentación de pecar completamente cuando hacerlo sea posible, ya que confrontar la tentación solo aumenta tu riesgo de caer en ella.
- Por ejemplo, si ibas a prepararte para un examen importante y por casualidad encuentras una copia de la hoja de respuestas, tener esa hoja a lo largo del examen hará que sea más probable que la uses. Deshacerte de ella o devolverla al profesor elimina la tentación de que hagas trampa en el examen; de este modo, te asegura que no lo hagas.
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Camina solo y con los demás. Tu compromiso de llevar una vida libre de pecado debe ser personal. Charlar con personas que puedan ayudarte a mantenerte comprometido puede ser beneficioso, pero también debes estar preparado para caminar lejos de la multitud.
- Seguir a la multitud te meterá en problemas, aunque parezca que la multitud está conformada por personas religiosas o con buenas intenciones. Todas las personas tienen defectos. Debes poder ver y seguir el camino que Dios ha puesto frente a ti, aunque nadie más lo esté siguiendo.
- Por otro lado, pasar tiempo con personas que comparten tus creencias puede ser algo bueno, porque pueden ayudarte a mantener tu responsabilidad. También puedes usar estas relaciones humanas para mejorar tu comprensión de Dios por medio de conversaciones y actos de amor. [4] X Fuente de investigación
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Arrepiéntete inmediatamente. Cuando cometas un pecado, arrepiéntete inmediatamente y con sinceridad. No te demores ni pierdas tiempo tratando de justificar tus acciones.
- Aunque tu alma ya haya sido liberada de las cadenas del pecado original, solo puedes liberar tu espíritu y conciencia de tus propios pecados al llevárselos a Dios y pedirle perdón. En tu arrepentimiento, también debes pedirle que te dé fuerzas para alejarte del mismo pecado en el futuro.
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Niégate a darte por vencido. Independientemente de cuántas veces caigas, debes levantarte y seguir intentándolo. La lucha contra tu pecado en tu vida no es un problema que solo sucederá una vez. Es algo contra lo que tienes que enfrentarte toda la vida.
- La buena noticia es que es una lucha que no tienes que enfrentar solo. Dios ha liberado tu alma del pecado y no te abandonará en tus esfuerzos por resistirte al pecado de la carne. La victoria final le pertenece a Dios y, siempre y cuando te aferres a Él, experimentarás el beneficio de esa victoria.
- Hazte recordar la recompensa que está esperando por ti al meditar con frecuencia sobre la promesa de la salvación que Dios te ha hecho. El pecado podría parecer un recurso muy atractivo y de satisfacción inmediata, así que pensar solo en el presente puede hacer que te sea difícil resistirte al pecado. Cambia tu enfoque a un recurso de satisfacción aún más grande que está esperando por ti en el futuro. [5] X Fuente de investigación
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Referencias
- ↑ http://www.gotquestions.org/free-from-sin.html
- ↑ http://www.greatbiblestudy.com/sws_breaking_power_sin.php
- ↑ http://www.gty.org/resources/sermons/TMC110/Breaking-Free-from-Sin
- ↑ http://www.gci.org/disc/temptation
- ↑ http://www.amazingfacts.org/media-library/book/e/83/t/tips-for-resisting-temptation.aspx
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