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El pavlova es un postre hecho con merengue, frutas frescas y crema batida. La leyenda dice que fue creada en homenaje a la bailarina rusa Anna Pavlova cuando visitó Australia y Nueva Zelanda a principios del siglo veinte. Este postre es ideal para un día de verano. Empieza a leer el paso 1 para aprender cómo hacerlo.

Ingredientes

Para la base

  • 4 claras de huevo
  • 1 taza de azúcar glas
  • 1 cucharadita de vinagre blanco
  • ½ cucharada de maicena
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla

Para la cubierta

  • 1 taza de crema espesa
  • 1 cucharada de azúcar
  • 2 tazas de frutas cortadas, como fresas o kiwis
Parte 1
Parte 1 de 3:

Prepara el merengue

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  1. El pavlova necesita pocos ingredientes, pero todos son importantes. No debes sustituir ninguno de los ingredientes, porque la consistencia del postre depende completamente de la interacción entre los mismos.
  2. Precalienta tu horno a 135 ºC (275 ºF). Coloca una rejilla en la parte baja del horno.
  3. Coloca una hoja grande de papel manteca en la bandeja. Luego traza un círculo que tenga las mismas dimensiones que un molde de 23 cm (9 pulgadas) de diámetro. Colocarás el merengue en este círculo de papel, para luego hornearlo. [1]
  4. Si quieres, puedes agregar una pizca de sal.
  5. Separa la clara de la yema de huevo . Es muy importante que las claras no tengan rastros de yema, porque si no el merengue no va a endurecerse.
    • Asegúrate de colocar las claras en un tazón limpio de metal. Los rastros de agua y el aceite son capaces de cambiar la textura del merengue.
    • Guarda las yemas para utilizarlas en otra receta o prepara un omelette con ellas.
  6. Puedes utilizar una batidora eléctrica durante 5 minutos a máxima potencia o un batidor manual hasta que las claras se esponjen.
  7. Sigue batiendo las claras de huevo y echa el azúcar por cucharaditas. Sigue agregando el azúcar hasta que no tengas más y hasta que las claras se hayan endurecido.
  8. Echa el vinagre y la esencia de vainilla sobre las claras de huevo batidas y continúa batiéndolo todo hasta que haya quedado completamente incorporado. El vinagre ayudará a que el merengue se endurezca más por fuera y se mantenga suave por dentro.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Hornea el merengue

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  1. Aplánala bien con una cuchara. El merengue deberá tener el diámetro de un plato grande.
  2. Los pavlovas tienen un pozo pequeño en el centro y es aquí donde va la crema y la fruta. Imagina que estás haciendo un círculo con forma de nido.
    • Si tu merengue tiene forma de óvalo en vez de círculo, no te preocupes demasiado. La forma no es tan importante, siempre y cuando la cubierta se quede en su lugar.
  3. Coloca el merengue en el horno y cocínalo durante 60 a 70 minutos o hasta que se vuelva crujiente. No dejes que se dore demasiado; deberá tener un color blanquecino por fuera cuando esté listo.
  4. Colócalo sobre una rejilla para que se enfríe. Luego ponlo en un plato y prepara la cubierta. Deja que el merengue se enfríe por completo antes de terminar de preparar el postre.
    • Algunas tradiciones dictan que hay que voltear el pavlova y decorar la base, porque este lado es más suave. En realidad, esto sirve para “corregir” cualquier error. De cualquier modo, el centro del pavlova dejará de ser crujiente porque le pondrás crema batida y fruta encima.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Termina el pavlova

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  1. Bate la crema y el azúcar hasta que se esponjen. Corta las fresas y los kiwis, además de cualquier fruta que desees añadir. Si todavía tienes tiempo, averigua más sobre el origen de este postre y decide de una vez por todas quién lo inventó.
  2. Distribúyela de manera uniforme por el borde del merengue. Luego utilízala para rellenar cualquier grieta y cubrir otras imperfecciones.
    • También puedes darle sabor a la crema; intenta colocar una cucharadita de esencia de vainilla, agua de rosas , jugo de naranja, de limón o extracto de almendras.
    • Aunque la crema batida es la cubierta tradicional, puedes utilizar otras variedades de crema como la crema pastelera. Los tradicionalistas se ofenderían, pero tú puedes hacer lo que quieras.
  3. [2] Coloca los trozos de fresa y kiwi sobre la crema batida en un patrón bien organizado. Otra tradición popular es echar un chorrito de jugo de maracuyá sobre el pavlova.
    • Otras cosas que puedes usar son: una variedad de bayas, cerezas picadas, albaricoques, mangos o duraznos, chocolate amargo rallado o una mezcla de chocolate y frambuesas.
  4. La belleza del plato solo será percibida por su creador. Todos los demás querrán comer este plato. No te sorprendas si desaparece rápidamente.
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Consejos

  • Una variación muy delicada es crear cuatro pavlovas pequeños en vez de uno grande. Solo coloca cuatro cucharadas grandes en el papel manteca y cocina como describe la receta, aunque solamente durante 50 minutos. Tendrán la apariencia de “nubes” pequeñas que no tienen el pozo central del pavlova grande. Por eso, es mejor servirlos con un poco de crema y un puré de bayas (o coloca la crema a un lado del plato). Es un postre ideal para bodas, banquetes o fiestas de coctel; sin embargo, tendrás que ajustar la cantidad de ingredientes según el número de porciones que quieras preparar.
  • Utiliza huevos a temperatura ambiente para obtener los mejores resultados.
  • Es mejor comer el pavlova el mismo día que lo preparaste; suele remojarse muy rápido y tener un sabor desagradable si lo dejas en el refrigerador por mucho tiempo.
  • En Australia, este plato es conocido como “pav”.
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Advertencias

  • Si el merengue se quema, retira las partes quemadas y luego cúbrelas con crema. Si el pavlova se desinfla, úntalo con abundante crema y coloca mucha fruta encima. Aunque el pavlova ideal tiene forma simétrica y no tiene imperfecciones, no habrá ningún problema a menos que seas un chef. La mayoría de la gente no se dará cuenta.
  • Un pavlova puede sufrir de los siguientes “accidentes”: dorarse demasiado, quemarse en el horno o desinflarse porque abriste la puerta del horno antes de tiempo. Si está demasiado dorado, tendrá una consistencia gomosa. A algunas personas les gusta esto, solo asegúrate de colocarle bastante crema y frutas.
  • Si tu pavlova se ha quemado o se ha desinflado demasiado, bótalo y comienza de nuevo. Si no tienes otra opción y todo ha salido mal, ve al supermercado y compra un pavlova en la sección de repostería.
  • Nunca preguntes quién inventó el pavlova si tienes invitados australianos o neozelandeses. Empezarás una discusión terrible.
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