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Cuando te lesionas y la piel se rompe, la sangre del área lesionada se endurecerá hasta formar coágulos para detener el sangrado . Este proceso, llamado coagulación, requiere de un equilibrio específico de plaquetas y otros componentes en la sangre para funcionar apropiadamente. Hay algunos equipos especiales de primeros auxilios que pueden estimular la coagulación a fin de reducir la pérdida de sangre después de una lesión grave. Por otra parte, si tu sangre no coagula lo suficiente como para detener rápidamente el sangrado después de lesiones menores, habla con un doctor lo más pronto posible. [1]

Método 1
Método 1 de 3:

Acelerar la coagulación con caolín y zeolita

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  1. Las lesiones por accidentes, por violencia o por ataques de animales, así como las heridas sucias con objetos extraños, requieren primeros auxilios inmediatamente y atención médica profesional. Esto se debe en parte a que la coagulación es insuficiente para detener el sangrado de la hemorragia y de otras lesiones mayores, aunque tengas sangre saludable. [2]
    • Si eres capaz de ver los músculos o el tejido graso, o si eres incapaz de juntar los bordes de la herida por medio de presión suave, ve a un hospital.
    • Otras razones por las que una herida se debe considerar grave incluyen la cercanía a una articulación o a los genitales, un patrón irregular de piel rota, un flujo continuo o latente de sangre, o un empalamiento con algo visiblemente sucio.
    • Reduce el sangrado para transportar a una persona lesionada aplicando un vendaje compresivo y, si es necesario, un torniquete .
  2. El caolín es un mineral que se usa para reducir la pérdida de sangre producto de lesiones mayores, incluyendo las que provienen de un combate. Usa un apósito que esté impregnado de caolín para aplicar un vendaje de presión a la herida. La presión contrarresta la presión sanguínea que de otro modo empujaría la sangre hacia fuera del cuerpo, mientras que el caolín induce el inicio del proceso de coagulación. [3]
    • Ten apósitos tratados con caolín en el botiquín de primeros auxilios de tu auto o para llevar en un botiquín de primeros auxilios cuando pases tiempo en áreas remotas. Puedes encontrarlos en una tienda de suministros especializados o en línea.
  3. Otro producto de primeros auxilios usado para tratar las lesiones que implican hemorragia mayor son las bolsas pequeñas de malla que contienen el mineral zeolita. Cuando se activan, estas bolsas no solo cubren una herida grande y aplican presión uniforme a lo largo de esta, sino que la zeolita hace que la sangre del área empiece la coagulación y puede acelerar el proceso. [4]
    • Las bolsas de malla llenas de zeolita se pueden comprar de vendedores especializados en primero auxilios. Serán más fáciles de encontrar en línea que en tiendas.
    • Estos productos están diseñados para ayudar en el tratamiento de heridas grandes. Además, están diseñados para estabilizar a las víctimas heridas y transportarlas a un centro médico.
    • QuikClot es un producto que contiene zeolita y que detiene el sangrado rápidamente.
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Método 2
Método 2 de 3:

Diagnosticar un trastorno hemorrágico

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  1. El signo más revelador de que la sangre no coagula lo suficientemente rápido es el sangrado excesivo. Un corte o un rasguño pequeño no debe tardar más de diez minutos en dejar de sangrar, y es normal que tarde entre uno y nueve minutos. Si sigues sangrando después de diez minutos, visita a un doctor lo más pronto posible. [5]
  2. Además del sangrado excesivo después de una lesión menor, otros síntomas también pueden indicar la presencia de un trastorno hemorrágico. Estos incluyen a hematomas inesperados o repentinos, orina roja o rosada, y heces negras o sanguinolentas. Las manchas oscuras en el vómito (que parecerán granos de café) también pueden indicar un trastorno de coagulación. Si tienes cualquiera de estos síntomas, visita a un doctor lo más pronto posible. [6]
    • El vértigo recurrente o persistente, los dolores de cabeza y los cambios en la visión pueden indicar un trastorno hemorrágico. También pueden ser indicadores el dolor articular, el sangrado en las encías o los periodos menstruales irregularmente intensos o de larga duración.
  3. El doctor tendrá que realizar pruebas sanguíneas para determinar si tienes un trastorno hemorrágico. Además de evaluar el contenido de tu sangre (como la cantidad de plaquetas y de proteínas), el doctor también ordenará una prueba para determinar la efectividad del proceso de coagulación de tu sangre. [7]
  4. Puede haber una causa subyacente grave para un trastorno hemorrágico que requiera tratamiento. También hay tratamientos que ayudan a remediar los síntomas de un trastorno hemorrágico directamente. Sigue las instrucciones del doctor con respecto a cualquier tipo de tratamiento para un trastorno de este tipo. [8]
    • Las opciones potenciales de tratamiento incluyen inyecciones de vitamina K, transfusiones de plasma o de plaquetas, o medicamentos.
    • Si se te diagnostica un trastorno hemorrágico, probablemente debas tomar medicamentos para asegurar que tu sangre pueda coagular cuando sea necesario.
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Método 3
Método 3 de 3:

Tomar en cuenta los factores relacionados

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  1. El alcohol reduce la “adherencia” de las plaquetas en la sangre, lo cual hace que sean menos capaces de agruparse para formar un coágulo sanguíneo. De hecho, la afirmación de que el alcohol con moderación es “bueno para ti” se basa en este efecto. Sin embargo, si tienes un trastorno que hace que tu sangre coagule lentamente, beber alcohol puede empeorar este síntoma. [9]
    • Si bien es poco probable que una o dos bebidas alcohólicas de vez en cuando tengan un efecto en la capacidad de coagular de tu sangre, beber con frecuencia o intensamente puede ponerte en un riesgo mayor.
  2. 2
    Consulta con un doctor acerca del consumo de aspirinas y AINE. La aspirina se recomienda comúnmente como una manera de reducir el riesgo de ataque cardíaco y de derrame cerebral, pero también puede diluir tu sangre, haciendo que sea más difícil la coagulación. Los AINE son medicamentos antiinflamatorios no esteroides, como el ibuprofeno. Estos están disponibles de venta libre y suelen usarse para aliviar el dolor. Si notas que tu sangre no coagula bien o que los hematomas aparecen fácilmente después de que empiezas a tomar aspirinas o AINE, habla con un doctor acerca de las ventajas y de las desventajas de seguir tomando estos medicamentos. [10]
    • Si el doctor te ha recomendado tomar aspirina, no dejes de tomarlas sin antes consultarlo.
  3. 3
    Evita los suplementos y los alimentos que puedan diluir tu sangre. Los suplementos dietéticos comunes (como el aceite de pescado, la coenzima Q10 y la vitamina E) diluyen la sangre y hacen que la coagulación sea más difícil. Consulta con un doctor o con un farmacéutico si tomas medicamentos anticoagulantes.
    • Adicionalmente, los alimentos que pueden tener el mismo efecto incluyen a las pasas, las ciruelas pasas, las cerezas, los arándanos, las moras, las uvas, las fresas, las mandarinas, las naranjas, las cebollas, el aceite de oliva, el ajo, el jengibre, el té verde, la papaya y las semillas de calabaza.
    • Las hierbas comunes que pueden diluir tu sangre incluyen a la canela, el curri, la pimienta de cayena, el pimentón, el tomillo, la cúrcuma, el orégano y la menta. [11]
    • Hay otros alimentos que pueden disminuir el sangrado, como las verduras de hoja verde, el brócoli, el apio y la zanahoria. [12]
    • Comer piña algunos días antes de una cirugía puede reducir el sangrado y la formación de hematomas después de la operación.
  4. Para algunas personas, el riesgo de coágulos sanguíneos es más peligroso que la pérdida sanguínea potencial causada por una coagulación lenta. De hecho, los coágulos que protegen tu cuerpo de perder sangre cuando te lesionas pueden ser mortales cuando se forman en una arteria o en una vena. En parte por esta razón, nunca debes tomar medidas para ayudar a tu sangre a que coagule sin consejo médico profesional . [13]
  5. Si experimentas una pérdida de sangre peligrosa, hay algunos medicamentos que se usan exclusivamente para el tratamiento de emergencia. Por ejemplo, los medicamentos antifibrinolíticos evitan que los coágulos de sangre se disuelvan y pueden prevenir la pérdida de sangre durante una cirugía o luego de una lesión grave. Si tienes una situación de emergencia, no dudes en buscar atención médica, ya que hay medicamentos disponibles que pueden ayudar a que tu sangre coagule mejor. [14]
    • Estos medicamentos los administran profesionales médicos, así que busca tratamiento inmediatamente.
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