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Los bolígrafos tienen una tinta fluida que resiste a secarse y es maravillosamente sensible a distintos niveles de presión. Por desgracia, también suelen dejar de funcionar de manera repentina. En caso de que hayas tratado de garabatear en círculos en una hoja de papel borrador y no hayas tenido éxito, aún no pierdas la fe en tu bolígrafo. Prueba con un truco simple para hacer que la tinta vuelva a fluir (por ejemplo, calentar la plumilla o sumergirla en un disolvente doméstico). Sin embargo, ten en cuenta que los bolígrafos no siempre se pueden salvar y, por ende, quizás sea necesario que reemplaces el bolígrafo o el cartucho en caso de que estos trucos no funcionen.

Método 1
Método 1 de 3:

Usar el calor para revivir el bolígrafo

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  1. En caso de que te preocupe quemarte a ti o el bolígrafo, calienta la tinta con agua caliente . [1] Calienta un poco de agua hasta que hierva en una tetera o en una olla en la estufa y luego viértela en una taza. Coloca el bolígrafo con la punta hacia abajo en el agua por alrededor de 5 minutos y luego pruébalo en una hoja de papel.
    • En caso de que el bolígrafo tenga algún componente de metal, sécalo muy bien para evitar la corrosión. Asimismo, puedes desarmar el bolígrafo y tan solo remojar el cartucho en caso de que no quieras mojar el barril del bolígrafo.
  2. Calienta el bolígrafo con una secadora de cabello o pistola térmica para manualidades para hacerlo de una forma más suave. En caso de que te preocupe que una llama abierta o el agua hirviendo sean muy fuertes, calienta la plumilla y el cartucho usando una secadora de cabello a una configuración alta de calor. Si quieres calentarlo de una forma un poco más potente, también es posible usar una pistola térmica para manualidades o una pistola para repujar. Calienta la plumilla del bolígrafo por unos segundos a la vez y luego haz el intento de escribir con él. [2]
    • Evita usar una pistola térmica industrial, ya que estas adquieren un calor externo y es probable que derritan el bolígrafo.
  3. Crea una llama con un encendedor, un fósforo o una vela y luego coloca apenas la punta del bolígrafo en la llama durante unos segundos. Muchas veces, el calor derretirá la tinta pegoteada cerca de la punta y hará que el bolígrafo vuelva a funcionar. [3]
    • Ten cuidado de no quemarte ni derretir el bolígrafo. Sujeta apenas la punta de la plumilla contra la llama y evita hacerlo por más de 2 o 3 segundos.
    • En caso de que te preocupe derretir el barril del bolígrafo, quítale primero el cartucho. Esto hará que sea más fácil calentar tan solo la plumilla del bolígrafo.
    • Garabatea de inmediato un papel para hacer que la tinta se mueva y revisa si el bolígrafo funciona.

    Consejo: también puede ser útil envolver un poco de papel de aluminio alrededor de la punta del bolígrafo para aislarlo de la llama. Sin embargo, es posible que tome más tiempo para que la tinta se caliente lo suficiente como para que empiece a fluir de nuevo. [4]

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Método 2
Método 2 de 3:

Usar disolventes para hacer que la tinta fluya

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  1. Si bien esto podría sonar repugnante, la saliva puede funcionar como un lubricante o un disolvente suave para ayudar a desobstruir la punta del bolígrafo. En caso de que estés indeciso en cuanto a lamer de verdad la plumilla del bolígrafo, colócate un poco de saliva en la yema del dedo o en una servilleta y sumerge allí la punta del bolígrafo. Luego, garabatea sobre un trozo de papel para ver si puedes hacer que la tinta fluya. [5]
    • En general, la tinta de un bolígrafo no se considera tóxica y, por ende, no debes preocuparte por enfermarte al lamer el bolígrafo. Los componentes ligeramente tóxicos, de haberlos (por ejemplo, los glicoles), están presentes en cantidades tan pequeñas que no serán dañinos. [6]
  2. En caso de que un poco de tinta se haya secado en el bolígrafo, quizás puedas hacerlo arrancar si la raleas un poco usando alcohol isopropílico . Vierte un poco de alcohol en una taza o tazón y sumerge allí el bolígrafo. Luego, garabatea sobre una hoja de papel para ver si puedes hacer que vuelva a fluir. [7]
    • En su mayoría, los bolígrafos tienen una tinta a base de aceite. Esta es parte de la razón por la que es tan difícil sacar manchas de bolígrafos de la ropa. Los disolventes (por ejemplo, el alcohol) son mejores que el agua sola para ralear la tinta a base de aceite.
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    Prueba con acetona en caso de que el alcohol no funcione. La acetona es un disolvente más agresivo que podría desobstruir el bolígrafo en caso de que el alcohol no sea lo suficientemente fuerte. Sumerge la plumilla del bolígrafo en un poco de quitaesmalte a base de acetona y fíjate si esto funciona. [8]
    • Debido a que la acetona libera gases fuertes, siempre debes usarla en una zona con buena ventilación.
    • Trata de sumergir únicamente la punta del bolígrafo en la acetona, ya que esta puede dañar muchos tipos de plástico. [9]

    Consejo: en caso de que no tengas a la mano alcohol ni acetona, el querosene, el aguarrás mineral sin olor o el aceite viscoso volátil como el WD-40 podrían servir.

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Método 3
Método 3 de 3:

Mover la tinta atascada usando la fricción y la gravedad

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  1. Raspa la plumilla sobre una superficie de goma para hacer rodar la bola. Si garabatear en un papel no funciona, en ocasiones puedes hacer que una bola atascada se mueva si frotas el bolígrafo sobre una superficie de goma. Garabatea sobre un borrador de goma o incluso sobre la suela de tu zapato. [10]
    • Como alternativa, a algunas personas les resulta útil garabatear sobre una superficie de vidrio (por ejemplo, un espejo de mano) para hacer que un bolígrafo atascado vuelva a arrancar. [11]
  2. En ocasiones, un bolígrafo dejará de funcionar debido a que hay un espacio o burbuja entre la tinta en el cartucho y la plumilla. Sujeta el extremo del bolígrafo que esté opuesto a la plumilla y sacúdelo firmemente varias veces, como si agitaras un termómetro anticuado de vidrio. Al terminar, garabatea para ver si funciona. [12]
    • Asimismo, puedes hacer el intento de golpetear el bolígrafo con firmeza sobre una superficie dura (por ejemplo, el borde de una mesa o escritorio).

    Consejo: puedes hacer que la tinta no fluya en dirección opuesta a la plumilla si guardas los bolígrafos con la punta hacia abajo en una taza o portabolígrafos.

  3. En caso de que el cartucho del bolígrafo sea lo suficientemente ancho, quizás puedas empujar la tinta hacia abajo en dirección a la plumilla. Desenrosca el barril del bolígrafo y retira el cartucho. Luego, retira la tapa del extremo del cartucho. Empuja un hisopo de algodón dentro del cartucho y aplica una presión suave sobre el líquido dentro. Vuelve a armar el bolígrafo y pruébalo nuevamente. [13]
    • En caso de que el cartucho sea muy estrecho como para que quepa un hisopo de algodón, utiliza un objeto más pequeño (por ejemplo, un sujetapapeles).
    • En caso de que el hisopo se manche con tinta, tíralo de inmediato a la basura de forma que la tinta no se propague ni manche nada.
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Consejos

  • Existen algunos bolígrafos más sofisticados con cartuchos que se pueden reemplazar o volver a llenar. En caso de que estés determinado en conservar tu bolígrafo, pero simplemente no logres hacer que la tinta fluya, busca en línea o acude a una tienda local de artículos de oficina para ver si es posible comprar un repuesto. Ten cuidado de comprar uno que esté diseñado para tu tipo de bolígrafo.
  • Algunos bolígrafos o cartuchos nuevos tienen una tapa pequeña de plástico sobre la plumilla para protegerla y evitar las filtraciones. Ten cuidado de quitársela de forma que el bolígrafo pueda escribir.
  • Es posible que algunos de estos trucos te sean de ayuda, pero no existe ningún método completamente confiable para hacer que un bolígrafo vuelva a funcionar. En caso de que tu bolígrafo siga siendo testarudo y no puedas reemplazar el cartucho con facilidad, quizás sea momento de conseguir un bolígrafo nuevo.
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Acerca de este wikiHow

Resumen del artículo X

Para que un bolígrafo seco arranque, primero hierve un poco de agua y transfiérela a una taza. Luego, coloca el bolígrafo con la punta hacia abajo en el agua y déjalo reposar durante 5 minutos. El agua caliente aflojará la tinta y hará que vuelva a fluir. Puedes lograr el mismo efecto calentando la punta de la pluma con un secador de pelo o calentando cuidadosamente la punta con un encendedor durante unos segundos. También puedes hacer que un bolígrafo arranque sumergiendo la punta en alcohol o acetona. El solvente disolverá cualquier obstrucción para que la tinta pueda volver a fluir. Otra opción es frotar la punta sobre algo de goma, como un borrador o la suela del zapato. A veces, la fricción es suficiente para que la pluma vuelva a funcionar. O puedes agitarlo y golpearlo sobre una superficie dura para mover la tinta hacia abajo en el cartucho en caso de que haya espacios o burbujas que impidan que fluya. Recuerda guardar los bolígrafos con la punta hacia abajo para que la tinta no se salga. Si quieres más consejos sencillos sobre cómo hacer que un bolígrafo seco arranque manualmente, ¡sigue leyendo!

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