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Los accidentes ocurren, en especial cuando hay niños en casa; por ello, siempre es una buena idea estar preparado. Un kit de primeros auxilios siempre será útil y, si le enseñas a tu hijo a usarlo, esto hará que pueda emplearlo para atenderse en caso de una emergencia. Si tienes un kit de primeros auxilios bien surtido para tu hijo, esto hará que estés más tranquilo y que tus familiares y tú se preocupen menos si alguien sufre una lesión. Puedes comprar kits elaborados previamente en las tiendas o en Internet. No obstante, si preparas tu propio kit, esto garantizará que tenga todo lo que tu hijo podría necesitar en una emergencia.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Diseñar el kit

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  1. Al escoger el recipiente del kit de primeros auxilios de tu hijo, deberás tener en cuenta la forma y el momento en los que sea más probable que lo use, y el lugar en donde lo guardarás. Si vas a crear un kit de primeros auxilios que tu hijo pueda llevar a la escuela, cerciórate de que quepa en su casillero o el compartimiento del armario. Si vas a preparar un kit para la casa, cerciórate de que no sea tan grande o engorroso como para que tu hijo no pueda sacarlo de donde esté guardado. El tamaño adecuado del recipiente será el de una caja de zapatos que pueda contener los artículos que el niño necesite. [1]
  2. Los kits de primeros auxilios pueden tener muchos tamaños y estar hechos de diversos materiales. Para escoger el material adecuado, nuevamente deberás tener en cuenta la forma en la que tu hijo lo usará. Si quieres que lo tenga a la mano en todo momento, podrías conseguir uno hecho de plástico resistente, así será lo suficientemente flexible como para caber en una mochila o una bolsa de dormir hacinadas. Si deseas conservar el kit en casa, escoge un material más resistente, como el metal, el estaño o el plástico duro. Estas son algunas consideraciones adicionales: [2]
    • Cerciórate de que el recipiente sea a prueba de agua, así ninguno de los objetos en su interior se dañará.
    • Ten en cuenta el uso de un recipiente con una asa, así el niño podrá llevarlo de un lado a otro con más facilidad.
    • Cerciórate de que el recipiente no esté hecho de un material tan pesado que el niño no pueda levantarlo cuando esté lleno.
    • Los recipientes transparentes harán que sea más sencillo mantener un control de los artículos que deberán reabastecerse.
  3. Deberás cerciorarte de que ningún niño pequeño de la casa dañe el contenido del kit cuando no lo estén usando. Este es el motivo por el cual será vital que la caja tenga un cierre. Asimismo, un cierre o un seguro garantizarán que el kit no se abra con facilidad al transportarlo. El niño deberá ser capaz de abrir el cierre con rapidez durante una emergencia. Busca un recipiente que tenga el mismo tipo de cierre que el de las loncheras de los niños. Es probable que no usen el kit con mucha frecuencia; por ello, también es una buena idea que practiques con tu hijo abriendo este seguro, así recordará la manera de abrirlo en una emergencia. [3]
  4. El kit debe tener una etiqueta que señale claramente que se trata de un kit de primeros auxilios para niños. Pinta la caja de un color brillante (en especial, de rojo) para lograr que el kit resalte en un casillero o un armario hacinados. Asimismo, deberás pintarle o colocarle un símbolo que indique que deberá usarse para dar primeros auxilios. Esto suele señalarse con un símbolo médico o una cruz (por lo general, de color blanco y sobre un fondo rojo, o viceversa). [4]
    • Será importante que etiquetes el kit para niños a fin de diferenciarlo de los kits para adultos. También deberás colocar una etiqueta con el nombre del niño (p. ej., KIT DE PRIMEROS AUXILIOS DE KATIE).
    • Puedes mantener los kits de primeros auxilios para adultos en un lugar elevado de la casa al que los niños no puedan acceder, y cerciórate de que tenga un seguro o un cierre más avanzado para que no puedan abrirlo.
  5. Además de abastecer el kit con artículos de primeros auxilios, también será una idea grandiosa que incluyas los números telefónicos que tu hijo podría necesitar en caso de una emergencia. Reúne los teléfonos de la sala de emergencias local; el 911; del centro de control de intoxicaciones; tu información de contacto y el teléfono de un vecino, familiar o amigo de confianza. Cada teléfono deberá estar señalado claramente debajo del nombre del lugar o la persona a los que pertenezcan.
    • Puedes colocar un ícono o una foto pequeños para cada lugar o persona. Esto será de utilidad para lograr que tu hijo encuentre el teléfono que necesite con facilidad en una situación de emergencia estresante.
    • Revisa los íconos y la lista de teléfonos con el niño que vaya a usar el kit, así reconocerá a los contactos y sabrá cómo marcar los números telefónicos y a quién llamar en determinadas situaciones.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Abastecer el kit

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  1. Deberás elaborar una lista con todos los artículos que desees colocar en el kit de primeros auxilios. Además de ayudarte a abastecer el kit al inicio, esta lista también te permitirá mantener un control de los artículos ya usados que deban reabastecerse y las fechas de caducidad, y te ayudará a saber qué artículos o medicamentos faltan. También deberás revisar la lista con tu hijo cuando abastezcas el kit y hablarle sobre cada artículo, su finalidad y la forma de usarlo. [5]
  2. Mantén todos los vendajes en una misma sección del kit. Si tu kit no cuenta con divisiones integradas, coloca todos los vendajes en una bolsa plástica transparente y escribe la palabra “VENDAJES” en ella usando un marcador permanente. También puedes colocar recipientes plásticos más pequeños dentro del kit de primeros auxilios y, de igual forma, tendrás que usar un marcador permanente en el recipiente de los vendajes. La Cruz Roja recomienda incluir los siguientes tipos de vendajes en los kits de primeros auxilios: [6]
    • 2 apósitos absorbentes (de 10 x 20 cm o 5 x 9 pulgadas);
    • 25 vendajes adhesivos de diversos tamaños;
    • 5 gasas esterilizadas (de 8 x 8 cm o 3 x 3 pulgadas);
    • 5 gasas esterilizadas (de 10 x 10 cm o 4 x 4 pulgadas);
    • 1 rollo de gasa;
    • 1 rollo de cinta adhesiva médica;
    • un rollo de venda de 8 cm (3 pulgadas) de ancho y otro de 10 cm (4 pulgadas) de ancho para envolver las muñecas, los codos, los tobillos o las rodillas lesionados;
    • 2 vendajes triangulares;
    • pedazos de algodón esterilizados e hisopos.
  3. Este kit estará dirigido a un niño, por lo que no deberás incluir ningún implemento que pueda ponerlo en un mayor peligro. Por ello, quizás tengas que revisar los implementos recomendados teniendo en cuenta la edad o la capacidad de tu hijo. Estos lo ayudarán a eliminar los residuos y alistar la herida para vendarla. Nuevamente, deberás mantenerlos en el mismo lugar dentro de tu kit, en una bolsa o un recipiente plásticos transparentes etiquetados, para que así tu hijo pueda usarlos con facilidad. Estos son algunos implementos médicos recomendados: [7]
    • tijeras pequeñas afiladas con puntas redondas que sean seguras para niños;
    • pinzas;
    • 2 pares de guantes que no sean de látex;
    • 1 termómetro oral sin mercurio;
    • 1 mascarilla para RCP (con una válvula unidireccional);
    • 1 compresa fría instantánea;
    • 1 compresa caliente instantánea;
    • desinfectante para manos;
    • 5 paquetes de toallitas antisépticas o un antiséptico en aerosol (solo para limpieza exterior);
    • bolsas plásticas de cierre hermético (para desechar los residuos médicos).
  4. Hay otros artículos que se recomienda colocar en un kit de primeros auxilios, lo que dependerá del tamaño del recipiente y el lugar en el que se usará. Por lo general, estos estarán dirigidos a los niños mayores, ya que muchos de ellos podrían hacer que los niños pequeños corran peligro. Estos son algunos artículos adicionales para el kit: [8]
    • agua potable esterilizada;
    • protección para los ojos;
    • solución esterilizada para lavarse los ojos;
    • manta isotérmica preembalada;
    • férulas de aluminio para dedos;
    • alfileres (para sujetar las férulas y los vendajes con facilidad);
    • jeringa de cocina u otro dispositivo de succión (para lavar las heridas);
    • ungüento antibiótico (uno que tenga ingredientes como la bacitracina o la mupirocina);
    • loción de calamina (para las picaduras o el contacto con hiedra venenosa);
    • crema, ungüento o loción de hidrocortisona (para la comezón);
    • linterna y baterías adicionales.
  5. Podrías colocar medicamentos en el kit de primeros auxilios, lo que dependerá de la edad de los niños que vayan a usarlo. Si optas por hacerlo, deberás mantenerlos separados de los vendajes y los implementos, y tendrás que etiquetar el recipiente o la bolsa pequeña para indicar que tiene medicamentos. Asimismo, deberás incluir una taza dosificadora para todo medicamento líquido y tener en cuenta la opción de colocar una etiqueta en cada medicamento con la dosis requerida. Estos son algunos medicamentos que se recomienda incluir: [9]
    • medicamentos para el dolor y la fiebre, como la aspirina, el paracetamol o el ibuprofeno;
    • medicamentos antihistamínicos para tratar las alergias y la hinchazón;
    • anticongestivos para aliviar la congestión nasal;
    • medicamentos contra las náuseas para aliviar el mareo por movimiento y otros tipos de náuseas;
    • medicamento contra la diarrea;
    • antiácidos para el malestar estomacal;
    • laxantes para el estreñimiento;
    • dosis pequeñas de todo medicamento de venta con receta que el niño consuma;
    • autoinyector de epinefrina (si es necesario).
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Enseñarle a tu hijo sobre el Kit

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  1. Deberás cerciorarte de que tu hijo conozca la ubicación del kit en caso de que ocurra una emergencia. Él deberá ser capaz de acceder al kit con facilidad, así no tendrá que buscar por todas partes para encontrarlo. Designa un área que esté claramente definida y que sea visible y constante; así ubicar el kit se volverá algo rutinario. También deberás colocar el kit en un punto de la casa que esté fuera del alcance de todo niño pequeño. [10]
  2. Cuando abastezcas el kit con artículos de primeros auxilios, deberás revisarlos uno por uno con tu hijo. Explícale en qué consiste cada uno y cómo deben usarse. Hazlo con calma y procura no asustarlo. Ten en cuenta que si le brindas este conocimiento, esto será de utilidad para lograr que sienta menos miedo en las situaciones de emergencia. Evita abrumar a los niños pequeños revisando de 1 a 3 artículos al día. [11]
  3. Incluso si revisan los objetos con cuidado y le brindas instrucciones al niño, es probable que la ansiedad provocada por una situación de emergencia haga que olvide la forma de usarlos. Para que lo recuerde, puedes crear un folleto con fotos de cada artículo. Puedes crear un pictograma imprimiendo imágenes de Internet, así le mostrarás de forma gráfica cómo deberá usar cada artículo del kit. Revisen el pictograma al detalle antes de colocarlo en el kit de primeros auxilios. Puedes crear folletos con pictogramas para cada sección del kit (p. ej., vendajes, implementos, medicamentos, etc.).
  4. Para cerciorarte de que aprenda sobre el kit y sus artículos, hagan un juego de rol de algunas situaciones, así comprobarás que tu hijo haya entendido. Pídele que te muestre la forma correcta de usar cada artículo del kit. Deberán hacerlo en un entorno tranquilo y sin interrupciones. ¡Vuélvelo divertido imaginando que tu hijo es el médico y tú eres el paciente! [12]
  5. Usa la lista del kit para supervisar su contenido con frecuencia. Deberás revisar el kit luego de cada uso para supervisar lo que se haya agotado y que tengas que reabastecer. También deberás revisar los medicamentos y los ungüentos para cerciorarte de que aún no se haya pasado de su fecha de caducidad. Si algo ha caducado, retíralo, deséchalo de forma apropiada y reabastece el kit con un artículo nuevo. Deberás revisar de forma minuciosa todo artículo que sea reutilizable, así garantizarás que esté en buenas condiciones y que no se haya dañado luego de usarlo. [13]
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Advertencias

  • Cabe señalar que deberás llevar al niño al hospital luego de haber usado el kit de primeros auxilios. Esto permitirá que el médico pueda evaluarlo y garantizar que no corra ningún peligro y que todos los sistemas de su organismo estén en buenas condiciones.
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