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En clases de Literatura de la escuela se suele enseñar la lectura profunda. Dominar este arte permite que te conectes más plenamente con cualquier cosa que leas. La meta es pensar críticamente y desarrollar una comprensión más profunda del texto y de su relación con otros textos y con preguntas filosóficas más generales. [1]

Parte 1
Parte 1 de 3:

Enfocar en el texto

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  1. Cuando hagas una lectura profunda, empieza con el texto mismo. Si bien es probable que ya estés familiarizado con el autor, para leer profundamente debes revisar preliminarmente el texto de manera aislada. [2]
    • Trata de hacer a un lado cualquier cosa que sepas de la historia o del trasfondo del texto. Al menos para las primeras lecturas, no tengas en cuenta ningún texto exterior.
    • Si el texto es breve, es mejor leerlo al menos 3 o 4 veces. Léelo todo una vez, como harías normalmente, para una mejor comprensión. Entonces estarás listo para sumergirte en una lectura profunda.
  2. Después de una lectura integral rápida, debes tener una idea general acerca de qué trata el texto que acabas de leer. Es probable que debas anotar algunas palabras que describan la idea o el tema principal del texto. [3]
    • Es probable que notes también la repetición de una imagen o de una idea en particular a lo largo del texto. Una imagen recurrente puede tener un significado simbólico. Anota también esta información.
  3. Si el texto es corto, puedes tomar notas durante la segunda lectura integral. Si es largo, puedes tomar notas a medida que lo leas la primera vez. Lee lentamente y haz anotaciones en el texto durante la lectura, subrayando las palabras clave y escribiendo notas en los márgenes. [4]
    • Si algo es confuso para ti o no tiene sentido, coloca un signo de interrogación al lado de la línea. También puedes anotar un pensamiento o una pregunta que tengas al respecto.
    • Escribe notas en los márgenes (o en una hoja de papel aparte si lees un libro de la biblioteca) acerca de tus pensamientos y de tus reacciones con respecto al texto a medida que leas. Imagínate que entablas una conversación con el autor del texto.
    • Ten cuidado de no resaltar o subrayar demasiado. Si piensas que todo es importante, detente y lee todo de nuevo para hallar el propósito de la obra antes de que empieces a anotar.
  4. A medida que leas, el texto hará que te sientas de una manera determinada. Presta atención a cómo te hace sentir el texto y ahonda en la razón por la que te afecta de esa manera. También puedes escribir notas si eso saca a relucir cosas de tu propia vida. [5]
    • Por ejemplo, si lees un pasaje acerca de una mujer joven que asiste a la universidad por primera vez, esto puede hacer surgir recuerdos de tus primeros días en la universidad. Dependiendo de cómo fue esta experiencia para ti, el pasaje puede hacer que te sientas triste, ansioso o nostálgico.
    • Algunos pasajes que leas pueden despertar sentimientos de enojo o de resentimiento basados en tus creencias religiosas, políticas o éticas. Anótalos también. Más tarde, cuando pongas la obra en contexto, puedes evaluar las intenciones o las razones del autor para incluir esos pasajes en el libro.
  5. Tener que adivinar el significado de una palabra puede destruir tu comprensión del texto. Especialmente si lees algo escrito hace siglos, las palabras usadas pueden tener significados distintos a los de ahora. Asegúrate de especificar el significado basado en el contexto de la obra. [6]
    • Algunas palabras también pueden tener significados distintos dependiendo del contexto en que se usaron. En algunas disciplinas, como Sociología o Derecho, puedes encontrar palabras comunes que sean términos del arte y que tengan un significado especializado dentro de ese campo.
    • Haz una lista de las palabras que no conozcas para que puedas buscarlas luego. Esta medida también te ayudará a aumentar tu vocabulario.
  6. En este punto, debes tener una reacción general al texto como un todo. Te puede haber gustado o disgustado, o quizás tengas una reacción emocional a la materia en cuestión. En algunos casos, quizás te sorprenda haber disfrutado leer algo que normalmente no te habría interesado. [7]
    • Puedes usar el razonamiento deductivo , el razonamiento inductivo o una mezcla de los dos. Toma nota del proceso y de los motivos detrás del razonamiento cuando pienses en cómo reaccionar al texto o a partes de este.
    • Ahonda en tu reacción y piensa en la razón por la que la tuviste. Por ejemplo, quizás te hayas relacionado personalmente con la materia. Puede ser algo que conozcas bien o por lo que tengas sentimientos fuertes.
    • Si la reacción está basada en algo exterior al texto, como sentimientos o creencias personales, quizás debas ponerla a un lado mientras analices el texto mismo. Puedes retomarla más tarde al poner en contexto la obra.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Analizar el texto

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  1. Cuando examinas la forma y la estructura básicas de un texto escrito, toma en cuenta cómo afectan a la narración de la historia. Pregúntate si la historia se pudo haber contado en otro formato y cómo se hubiera podido contar desde una perspectiva distinta.
    • Por ejemplo, tal vez leas profundamente un poema épico. El poema cuenta una historia, pero el hecho de que esté escrito en forma de poesía y no de prosa puede restarle en vez de aumentarle valor a la historia.
    • También puedes tomar en cuenta si esa forma o estructura particular es poco popular o poco común. Si el texto está escrito en alguna forma rara, esto puede hacerlo menos accesible y restarle valor a la historia o al mensaje que el autor trata de transmitir.
    • Toma en cuenta también cualquier alteración o diferencia entre el uso de la forma del autor y la forma tradicional. Cualquier desviación del estándar puede buscar establecer un tono determinado o puede tener un propósito dentro de la escritura misma. Si notas esta desviación, piensa en si ayuda o daña al texto.
  2. Los grandes autores tienen un estilo personal que incorporan a sus obras. Fuera de eso, un estilo particular puede adaptarse más a un tipo de historia que a otro. La puntuación, la extensión de las oraciones y la estructura del párrafo son partes del estilo del escritor. [8]
    • Por ejemplo, Ernest Hemingway escribió oraciones directas y concisas. Su estilo de escritura se adapta bien a las historias llenas de acción que escribió. No obstante, este estilo puede no funcionar bien en una novela de romance.
    • Puedes presuponer que cada aspecto del estilo de escritura del autor ha sido escogido cuidadosa y deliberadamente para que sirva a la historia en conjunto. Pregúntate cómo funciona el estilo con la materia y el tema de la obra misma.
  3. Los poetas y los escritores de ficción en prosa son más propensos a usar patrones y repeticiones para reforzar los temas de la obra o hacer que se destaquen detalles particulares. Los patrones también se pueden usar para inducir un estado de ánimo específico en el lector.
    • Cuando identifiques patrones, pregúntate por qué el autor empleó ese patrón particular. Determina si realmente sirve al fin que el autor buscaba o si es una distracción.
    • Tal vez también notes patrones en la escritura de no ficción, en términos de un elemento o un suceso particular que aparezca una y otra vez.
  4. De manera particular, si el autor ha usado un término poco usual o anticuado, piensa en la razón por la que prefirió esa palabra en vez de cualquier otra. [9]
    • Por ejemplo, imagina que hagas una lectura profunda de un pasaje en el que el protagonista haya entrado a una biblioteca. El autor se refiere a los volúmenes en los estantes como "tomos" en vez de "libros". Esta palabra produce una imagen completamente distinta en la mente de la mayoría de los lectores. Pregúntate si esa imagen es coherente con la atmósfera general del libro mismo.
    • La elección de palabras y el lenguaje en el diálogo se usan para crear personajes y para contarte algo acerca de sus personalidades. En un buen texto, los personajes no hablarán de la misma manera. Cada uno tendrá su propio ritmo y manías verbales, tal y como las personas reales. Piensa en cómo el lenguaje de los personajes ayuda a que estos se vuelvan personas y en si son dinámicos o planos.
  5. Por lo general, la sintaxis es la manera en que un texto escrito está organizado usando la gramática y la puntuación. Lo notarás más cuando leas en voz alta que cuando leas en silencio. Leer fuerte un pasaje te da una mejor idea del ritmo y del flujo de las palabras. Solo asegúrate de prestar atención a la puntuación para que sepas cuándo hacer pausas. [10]
    • Si notas cualquier estructura inusual de oraciones, piensa en cuál es el efecto que se busca en el lector.
    • También puedes notar un cambio abrupto en la estructura de las oraciones, como una oración de una palabra. Por lo general, el cambio busca enfatizar o dirigir tu atención a algo. Piensa acerca de dónde está puesta tu atención y en la razón por la que eso puede ser importante.
  6. De manera particular, si lees poesía o ficción, es una persona la que te cuenta la historia. Quién la cuenta y por qué puede crear un impacto en esta (y cuáles son sus limitaciones). [11]
    • Si lees una historia escrita en primera persona, piensa en el narrador y en sus razones para contar esta historia. Separa los aspectos de la historia que sepa a ciencia cierta de otras partes que sean solo sus especulaciones o conjeturas. Pregúntate si el narrador es confiable y la razón por la que sí o no.
    • Si lees algo escrito en tercera persona, determina si el narrador está limitado o es omnisciente. Si tienes a un narrador omnisciente en tercera persona, toma en cuenta si conocer los pensamientos y las motivaciones internos de todos los personajes ayuda o entorpece la historia.
    • También puede ayudarte a hacer este análisis imaginar que la historia se cuenta desde un punto de vista distinto. Por ejemplo, ¿qué tan diferente sería la historia de "El gran Gatsby" si se contara desde el punto de vista de Daisy?
  7. Las preguntas que empiezan con "cómo" y "por qué" son algunas de las preguntas más valiosas a medida que exploras un texto más minuciosamente con una lectura profunda. No creas ni confíes en algo solo porque te lo haya dicho el autor (o el narrador). [12]
    • No te preocupes por tener la respuesta "correcta" a estas preguntas. Aunque puede haber una interpretación de un texto que se acepte de manera común (o incluso universalmente), no significa que sea la única correcta, siempre que puedas respaldar la tuya con información del texto.
    • Puedes tener acceso a la interpretación del autor y a qué es lo que buscaba cuando escribió el texto que has leído. Sin embargo, esta interpretación no es la única. Está muy bien que extraigas del texto algo distinto a lo que el autor buscaba.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Poner el texto en contexto

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  1. Cada autor que se siente a escribir algo (ya sea una obra de no ficción, un poema o un trabajo de ficción) tiene una razón para hacerlo. Este tiene información que desea transmitirte o una historia que desea contar. [13]
    • Algunas veces, el verdadero propósito del autor se encuentra oculta en la misma escritura. Por ejemplo, los escritores de ficción pueden usar una alegoría o una sátira para enfatizar una idea política o decir algo acerca de la sociedad.
  2. Comprender quién era el autor y el periodo de tiempo en el que escribió puede ayudarte a analizar mejor el texto y colocarlo en contexto con otras obras. [14]
    • El trasfondo del autor puede ser importante al evaluar tu propia reacción a la obra. Por ejemplo, las actitudes históricas con respecto al género, a la sexualidad y a la religión pueden parecer extrañas o incluso ofensivas para los lectores de la época actual.
    • Como parte de tu investigación del trasfondo del autor, también debes tratar de averiguar qué otros autores se asociaron con él. Es probable que debas leer algunas de las obras de estos para entender mejor cómo se desarrolló y evolucionó el estilo del autor.
  3. A menudo, textos diversos toman ideas, imágenes y temas de otras obras que se publicaron antes. Si lees algo que se ha escrito más recientemente, quizás también encuentres conexiones con películas o programas de televisión. [15]
    • Piensa en el propósito detrás de esas conexiones. Evalúa si el autor ha incluido intencionalmente esa conexión o si solo es algo circunstancial.
    • Algunas veces, los autores hacen conexiones con obras preexistentes como una forma abreviada de crear un estado de ánimo o una imagen particular en la mente del lector. Por ejemplo, si lees un cuento acerca de un científico loco que diseña un parque temático, uno de los personajes puede mencionar la película Parque jurásico. Si estás familiarizado con esta película, entonces tendrás una imagen completamente formada en tu cabeza que no haya salido de la mente del autor.
  4. Un texto que sea candidato para una lectura profunda generalmente es uno que hable de un aspecto particular de la existencia y de la condición humana. Luego de haber ahondado en el texto, tráelo de vuelta al mundo y piensa en cómo contribuye a la comprensión humana. [16]
    • Pregúntate qué es lo que el texto en conjunto hace que pienses o que te cuestiones. En algunos casos, puede ser que después de leer el texto te quedes con más preguntas que respuestas.
    • Si se te ha asignado que escribas un ensayo u otro trabajo acerca del texto, este tipo de pensamiento a gran escala puede ayudarte a encontrar el tema del trabajo.
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