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En un mundo que parece cada vez más pequeño, las personas están constantemente expuestas a diversas ideas. No es posible que estés de acuerdo con todas las personas que se crucen en tu camino. En algunos casos, puedes estar en total desacuerdo con sus opiniones. A pesar de los distintos puntos de vista, aun así puedes encontrar cosas en común con la otra persona. Puedes debatir tu punto de vista respetuosa y civilizadamente. Además, si es necesario, quizás debas evitar discutir con la persona del todo. Un desacuerdo no siempre debe ser desagradable y, en algunos casos, puede ser educativo.

Método 1
Método 1 de 3:

Comprender la opinión de la otra persona

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  1. Escucha lo que tiene que decir . Aunque la tensión puede ser alta cuando hay algún desacuerdo y es posible que te mueras de ganas de explicar tu posición, escuchar a la persona explicar su punto de vista ayudará a mantener la conversación en calma. Además, podrás entender mejor su punto de vista.
    • Enfócate en lo que la otra persona dice en vez de en planificar la respuesta a su argumento.
    • Responde las preguntas. Analiza lo que diga más profundamente para comprender sus creencias. Puedes decir algo como “¿Cómo llegaste a creer eso?” o “¿Tus padres tenían la misma opinión?”.
    • La conducta no verbal es una parte significativa de escuchar activamente. Mantener el contacto visual, asentir con la cabeza y dirigir el cuerpo hacia la persona comunica interés y respeto hacia esta.
  2. Las personas suelen tener puntos de vista distintos porque han tenido experiencias de vida distintas que las han moldeado. Si puedes ponerte en el lugar de la otra persona, es posible que puedas comprender mejor por qué piensa así. [1]
    • Practica la empatía . Piensa en cómo sería ser la otra persona y trata de comprender cómo es que adquirió su punto de vista. Por ejemplo, tu amigo puede estar en contra de ampliar las prestaciones sociales porque su madre tuvo dos trabajos para poder mantenerlos y no tener que depender de los cupones de alimentos. Tu amigo ha tenido la experiencia de ver que es posible tener éxito sin depender de la asistencia social y eso ha determinado su punto de vista.
    • Parafrasea. Repite lo que la otra persona te ha dicho usando palabras ligeramente distintas para demostrarle que la escuchas, así como para clarificar lo que escuchas. Por ejemplo, si dice algo como “Crecí siendo pobre y me fue bien sin ayuda”, puedes decir algo como “Eso suena a que fuiste muy autosuficiente”.
  3. Piensa en si hay puntos en el argumento de la otra persona que tengan en común. Hazle saber cuáles son para determinar el terreno común.
    • Por ejemplo, es posible que estén en contra del aborto y que hables con alguien que está a favor. Esta persona puede decir que desearía que hubiera una mejor educación sexual en las escuelas para que los chicos entiendan el riesgo y el impacto del embarazo adolescente, y es posible que estés de acuerdo. Puedes decir algo como “Estoy de acuerdo con que necesitamos hacer un mejor trabajo enseñándoles a los adolescentes sobre los peligros del sexo sin protección y el riesgo del embarazo”.
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Método 2
Método 2 de 3:

Estar en desacuerdo con integridad

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  1. Permanece calmado . Piensa en el desacuerdo como una conversación para intercambiar puntos de vista y no como una discusión en la que debas ganar. Resiste la tentación de levantar la voz. Tan pronto como las cosas se ponen acaloradas y emocionales, las personas se aferran más a sus ideas y es menos probable que se pongan de acuerdo en algo. [2]
    • El secreto para permanecer calmado es mantener la respiración normal y la relajación corporal. Respirar profundamente con el diafragma (de modo que el vientre, no el pecho, se expanda cuando inhales), puedes estimular al sistema nervioso parasimpático, lo cual es relajante. Evita aguantar o acortar la respiración, hacer pausas o apretar las manos o la mandíbula (o cualquier otra forma de tensión muscular).
    • Cuando una conversación se convierte en una discusión, se termina la lógica o el razonamiento, y se vuelve una pelea que alguien debe ganar. Si tratas de convencer a una persona de algo que no cree, discutir con ella no ayudará. Solo se convencerá más de su posición. [3]
    • Pide a la otra persona que baje la voz si las cosas se acaloran. Puedes decir algo como “Miguel, ¿podrías bajar la voz? Solo tenemos un desacuerdo, no quiero que se convierta en una pelea”.
  2. El hecho de que una persona no esté de acuerdo contigo no significa que sea inferior a ti o que no se merezca un trato justo. Si se te hace difícil respetar su punto de vista, piensa en cómo pudo haber adquirido esa opinión.
    • No la insultes ni la menosprecies. No des golpes bajos ni dejes que la conversación se vuelva una discusión emocional. Trata de ser civilizado.
    • Respeta sus ideas. Reconoce que sus ideas contienen puntos válidos, aunque no estés de acuerdo con estos. Puedes decir algo como “Creo que tienes razón cuando dices que…” o “Tu comentario hace definitivamente que reflexione”. [4]
  3. En situaciones en las que debas interaccionar con una persona después de un desacuerdo (reuniones familiares o diálogos laborales), es posible que sea beneficioso mantener una relación civilizada recordando que el desacuerdo no tiene que ver con la persona, sino con el tema. Trata de expresarlo durante la conversación. Esta medida les ayudará a ambos a no ponerse emotivos.
    • Puedes decir algo como “Pedro, quiero decirte desde el principio que mi desacuerdo sobre cómo manejaste este proyecto no tiene que ver con tu trabajo. Eres un buen trabajador y valoro tu contribución a la empresa. Creo que tomaste este informe en un sentido equivocado y quería saber tu punto de vista”.
    • Otra manera en la que puedes expresarlo es mostrando un interés en la persona que no esté relacionado con el tema de la discusión. Pregúntale sobre su día, su trabajo, su familia, etc.
  4. Un argumento emocional es un argumento débil. Decir algo como “No me agrada porque es cruel” se basa en un sentimiento no en un hecho. En cambio, decir algo como “No me agrada porque me ha acosado en tres ocasiones distintas” es algo concreto y te ayuda a darle profundidad al argumento. [5]
    • Asegúrate de que los hechos provengan de una fuente adecuada. No todos los sitios web creados son iguales. Cuando extraigas hechos de Internet, asegúrate de que procedan de fuentes confiables . Un método es verificar si puedes obtener la misma información de tres fuentes distintas.
  5. En muchos casos, una discusión no tiene que ver con quién eres como persona, simplemente es una opinión o una creencia. Intenta distanciarte (y distanciar a la otra persona) de lo que piensas y sientes con respecto a un asunto. Es solo un aspecto de lo que eres, no todo. [6]
    • Los desacuerdos no dañarán necesariamente la relación que tienes con la otra persona, sobre todo si debates de manera respetuosa y no dejas que las emociones intervengan. [7]
    • Por supuesto, las cosas son distintas si una persona discute contigo acerca de quién eres (por ejemplo, sobre tu sexualidad o religión). Este es un ataque personal y probablemente no algo en lo que te debas involucrar. Puedes decir algo como “No estoy defendiendo mi fe ante ti, eso es algo muy personal y no una materia de discusión”.
  6. Cuando defiendas tu opinión, asegúrate de usar expresiones en “primera persona” no en “primera persona del plural”. Aunque conozcas a otras personas de la comunidad que estén de acuerdo contigo, el uso de expresiones en “primera persona del plural” puede hacer que el oponente sienta que es víctima de una confabulación. [8]
    • Por ejemplo, quizás seas un participante activo de la comunidad LGBTQ y que hables de los jóvenes trans con una persona. Si bien decir algo como “Creemos que se margina a los jóvenes trans y que necesitan apoyo extra” puede ser una declaración verdadera, puede sonar mejor que digas algo como “Sé que la comunidad trans se esfuerza mucho en llegar a los jóvenes trans, porque necesitan mucho apoyo”. Si guardas alguna relación con una comunidad, es mejor recurrir a esta para ganar experiencia y no a un ejército silencioso que pueda respaldarte.
  7. Cree en la integridad de tu opinión. No te eches para atrás solo porque alguien esté en desacuerdo contigo. Aunque algunas veces puede ser muy difícil hablar de lo que crees, no temas compartir tu verdad. Respira profundamente y sé valiente. [9]
    • No reprimas los sentimientos por una cuestión de cortesía. Puede que seas el tipo de persona que no desea agitar el barco o remover la olla, pero es bueno que expreses tu desacuerdo de vez en cuando. De lo contrario, es posible que toda esa frustración salga de golpe en una gran explosión. [10]
    • Si reconoces que hablar es difícil para ti, las personas pueden darte más espacio para que te expreses. Puedes decir algo como “Normalmente no participo en diálogos como este porque algunas veces se me hace difícil expresas mi ideas, pero quería decir…”.
  8. Si parecen dar vueltas (o que no van a ningún lado), es posible que ambos deban dejarlo así. Dejen el asunto con una sonrisa y cambien de tema.
    • Puedes decir algo como “Bueno, ha sido interesante tener esta conversación contigo, pero no creo que estemos logrando ningún progreso en cuanto al tema. ¡Podríamos presentarnos a las elecciones con este tipo de antecedente!”.
    • Si la otra persona insiste en continuar con la conversación, puedes decir algo como “¿Podemos dejarlo para otro día? Creo que ahora estamos dando vueltas en círculos. Tal vez en otro momento”.
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Método 3
Método 3 de 3:

Evitar o abandonar las discusiones

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  1. No necesitas defender tu punto de vista todo el tiempo. Puedes estar cansado o sentir que la conversación con esta persona nunca va a ningún lado, así que puedes tomar la decisión de cambiar de tema y no abordar el tema polémico. [11]
    • Por ejemplo, si un tío conservador quiere destruir tus creencias liberales por enésima vez y nunca es una conversación agradable, puedes decir algo como “Hablemos de otra cosa que no sea de política hoy, ¿qué te parece tío Roberto? He oído que estás remodelando tu cocina. ¿Cómo va eso?”. La mayoría de las veces, las personas captarán la indirecta de que no deseas hablar de algún tema.
  2. No siempre es necesario que intervengas en cada discusión. Por ejemplo, si estás en una cena familiar y alguien expresa una opinión con la que no estás de acuerdo, no es necesario que intervengas. Solo deja que la persona diga su opinión y pasa a otra cosa. [12]
    • Presta atención a tu entorno y al ambiente. Fíjate si tienes una discusión acalorada en un momento inapropiado (como delante de los niños en una cena familiar) o en la casa de otra persona, o si hay transeúntes que se vean obligados a presenciar la discusión y se sientan incómodos.
    • Si hablas con alguien de forma personal y menciona un tema polémico, puedes dejar que hable al respecto sin responderle. Escucha educadamente y asiente con la cabeza. Si te pregunta qué es lo que piensas, pero no quieres involucrarte, puedes encogerte de hombros y decir algo como “No lo sé”. [13]
  3. Si la persona te critica o te dice cosas ofensivas, deja la conversación inmediatamente. No dejes que se convierta en una pelea.
    • Si te sientes incómodo con el lenguaje que usa la otra persona (por ejemplo, si dice muchas obscenidades o si usa un lenguaje racista o intolerante), puedes decir algo como “Mira, me gusta hablar de este tema contigo, pero debes dejar de decir groserías”.
    • Si la discusión se intensifica hasta un nivel demasiado incómodo para ti, puedes levantar la mano, decir algo como “Bueno, creo que tenemos que terminar esta conversación. Será mejor que me vaya antes de que las cosas empeoren” y alejarte de la otra persona.
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