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Nada altera más los nervios que una bisagra chirriante. Luego de un tiempo, la tierra y la mugre se acumulan en la bisagra, desgastando el metal y haciéndolo pegajoso. Mantener en buen estado las bisagras de la puerta y eliminar los chirridos y la pegajosidad requiere solo unas cuantas herramientas y unos minutos de tu tiempo. Aprende cómo adquirir los productos correctos y hacer el trabajo correcto.

Método 1
Método 1 de 2:

Lubrica la bisagra

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  1. El lubricante usado en las bisagras de la puerta debe ser capaz de penetrar la mugre y cubrir el interior de la bisagra para mantenerla funcionando efectivamente. Es importante comprar una lata o contenedor con una boquilla delgada que te permita acceder al área de la bisagra. Pregunta en una ferretería cercana por un lubricante en aerosol económico. Te presentamos algunas variedades y marcas buenas:
    • Los lubricantes de silicona en aerosol como Blaster o Tri-Flow son los lubricantes más comunes y fáciles de usar para engrasar las bisagras de las puertas.
    • La grasa de litio es efectiva y resistente al polvo y está disponible en grandes cantidades en la mayoría de tiendas de autopartes. Se usa principalmente para autopartes, pero sirve también en otras situaciones.
    • Los aceites comestibles como el de oliva, de canola o de coco también pueden usarse en un apuro para lubricar bisagras pegajosas. Si la puerta funciona relativamente bien pero chirrea, es una manera eficaz de reparar el chirrido. Los aceites comestibles tienden a atraer polvo y mugre, por lo que son menos recomendables que la silicona u otras variedades de lubricante.
  2. Cada bisagra consiste en la bisagra en sí y en la clavija usada para unir las dos secciones de la bisagra, es decir, la puerta con la pared. Busca la clavija circular ubicada entre las placas planas de la bisagra. Esta clavija mantiene unidas ambas placas y debe retirarse para lubricar la bisagra efectivamente.
  3. Abre la puerta y tira de la clavija sin sacarla por completo de la bisagra. En algunas bisagras, quizás puedas retirarla con los dedos, pero es probable que necesites unas pinzas grandes para mover la clavija en sentido antihorario y quitarla. Ten cuidado de no arañarte los nudillos.
    • Algunas clavijas pueden estar oxidadas o ser difíciles de retirar. Si tienes problemas para aflojarla, puedes usar un destornillador o un poco de PB blaster (inhibidor de oxidación) para aflojar la clavija. Lee las instrucciones siguientes para obtener información más específica de cómo lidiar con clavijas atoradas.
  4. Luego de quitar la clavija de la bisagra, aplica el lubricante de tu elección directamente sobre esta, además de en la bisagra misma para lubricarla completamente. Aplica una capa delgada de lubricante en la clavija y rocía o gotea un poco en la bisagra. Puedes añadir más si es necesario.
  5. Si la puerta sigue chirriando cuando la abres y la cierras, quita la clavija nuevamente y aplica un poco más de lubricante. Sigue intentando hasta que el chirrido desaparezca. Cuando estés conforme con el funcionamiento de la puerta, empuja la clavija a su posición y comprueba que esté asegurada.
  6. Limpia el exceso de mugre, las gotas de aceite y el polvo del área de la bisagra y déjala limpia. La acumulación de mugre es lo que hace que la bisagra chirríe en primer lugar, por lo que es importante que la limpies mientras tienes la oportunidad.
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Método 2
Método 2 de 2:

Quita las clavijas pegajosas

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  1. Si te cuesta quitar la clavija de una puerta pegajosa, empápala de lubricante penetrante hasta 12 horas antes de intentar quitarla. El WD-40 es otro producto usado comúnmente para este propósito. Rocía una cantidad generosa de un aerosol penetrante en la bisagra y deja que repose.
    • Muchas personas comienzan por forzar la clavija con un martillo, pero si está muy oxidada, esto puede dañar la madera de la puerta, romper la bisagra y dejarte con un trabajo de reparación más pesado en las manos.
  2. Luego de dejar que remoje, usa el extremo de un destornillador para darle golpecitos a la clavija a través de la bisagra, empujándola suavemente. Esta puede ser una forma más efectiva de quitar la clavija de la bisagra para lubricarla.
    • Usa algo lo suficientemente pequeño para empujar la clavija. La punta de unas pinzas o incluso una pluma fuente u otra herramienta delgada son apropiadas para el trabajo. Encuentra algo del tamaño aproximado de la bisagra con la que trabajas.
  3. Rueda la clavija en una superficie plana para ver si está doblada y examínala en busca de signos de deterioro. Si está muy oxidada y doblada, es mejor pasar un poco de tiempo enderezándola y limpiándola antes de reinstalarla para evitar las puertas chirriantes en el futuro.
    • Si está doblada, enderézala poniéndola en un piso de cemento y golpeándola con un martillo para devolverle su forma.
    • Usa un paño de esmeril para lijar la clavija y quitar el óxido. Esto ayuda a que la clavija entre con mayor soltura, crea menos resistencia y reduce la probabilidad de chirridos.
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Consejos

  • Siempre comienza con una cantidad pequeña de aceite y auméntala si es necesario. ¡Es mucho más fácil añadir aceite que quitar el exceso!
  • Si tienes piel sensible, considera usar guantes descartables al realizar este trabajo.
  • Reemplaza las bisagras oxidadas. Solo empeorarán y se desgastarán más.
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Cosas que necesitarás

  • Aceite lubricante con una boquilla apropiada
  • Toallas de papel o trapos
  • Martillo
  • Destornillador

Acerca de este wikiHow

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