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El pulido de rocas, también conocido como oficio de lapidario, es un pasatiempo que ofrece hermosos resultados. Se puede realizar con el equipo mínimo necesario o adquiriendo un tambor pulidor que permite el tratamiento de varias rocas al mismo tiempo. Luego de leer esta guía, ¡exhibe estas rocas en tu casa para demostrar tu nueva habilidad!

Método 1
Método 1 de 2:

Pulir con papel de lija

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  1. Puedes pulir cualquier roca que quieras, pero algunas tienen ciertas características que las hacen más fáciles de pulir. Entre estas rocas tenemos las rocas “suaves” o menos duras, como el ónice, la caliza o la calcita. Las rocas más duras toman más tiempo para pulir, pero resultan ser productos más brillantes que sus contrapartes más “suaves”. [1]
    • Para determinar si una roca es “suave”, ráyala contra otra roca. Si la rayadura es calcárea, entonces se trata de una roca “suave”.
    • También elige rocas con una forma redondeada, sin protuberancias o hendiduras.
  2. Si tu roca está sucia, lávala bien con agua y jabón. Usa un cepillo de cerdas o escobilla para quitar cualquier suciedad o resto resistente. Cuando hayas acabado de lavar tu roca, sécala con pequeños toques. [2]
  3. Si quieres que tu roca sea más redonda, usa un martillo o cincel pequeño para moldearla. Usa lentes o gafas protectoras para evitar cualquier trozo que salga volando hacia tus ojos. También usa guantes de seguridad, si lo deseas. Pica cualquier parte saliente o que sobresalga de la superficie de la roca. [3]
    • Si estás satisfecho con la forma de tu roca, no te preocupes por este paso.
    • También puedes frotar la roca contra un bloque de concreto para romper cualquier protuberancia.
  4. El número 50 (o grano 50) se refiere al tipo de lija más áspero o grueso y resulta genial para dar más forma a las rocas. Usa la lija sobre cualquier protuberancia o bulto que quieras alisar. Si estás satisfecho con la forma de tu roca, dale un pulido completo con lija de grano 50 para alisar toda la superficie de forma pareja. [4]
  5. Toma la roca y frótala con lija número 150. La lija de grano 50 puede dejar rayaduras en la roca, así que usa lija de grano 150 para alisar estas imperfecciones y borrarlas.
  6. Pule toda la roca con papel de lija de grano 300 o 600, especialmente las rayaduras. Este tipo de lija es fino y no crea rayaduras, pero puede corregir cualquier imperfección que deje una lija de otro número. [5]
  7. Cuando hayas pulido tu roca según los primeros pasos, usa un trozo de cuero con pulidor de metal. Compra un empaque o frasco de pulidor y un trozo de cuero en la ferretería o busca si tienes estos materiales en tu casa. Unta el cuero un par de veces con pulidor y pule la roca. De esta manera, obtendrás un hermoso brillo. [6]
    • No compres pulidor de color o mancharás tu roca.
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Método 2
Método 2 de 2:

Usar un tambor pulidor

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  1. Los tambores pulidores son geniales para dar a las rocas un brillo más definido que el que se obtiene a mano y para pulir varias rocas a la vez. Puedes adquirir estos tambores en línea en sitios especializados o en Amazon. Ten presente que el precio de estos dispositivos varía mucho según la calidad, así que compra uno que se ajuste a tus necesidades. Compra también arenilla o gravilla de tipo áspero o grueso (grano 80), medio (grano 220) o fino (grano 400) para pulir rocas.
    • Un tambor pulidor barato y de plástico es una buena opción si solo lo vas a usar unas pocas veces. Consigue uno más caro si este será tu nuevo pasatiempo.
  2. Antes de empezar a pulir tus rocas, clasifícalas por la dureza y forma de su superficie. De esta manera, pondrás rocas similares en el tambor. [7]
    • No pongas rocas de diferente dureza en el tambor, ya que las rocas más duras desgastarán y rayarán las rocas más “suaves”. Tampoco pongas rocas de forma diferente, como rocas aserradas con redondeadas, ya que las rocas más redondas se pulirán más rápido que las de forma irregular.
    • Coloca rocas de diferentes tamaños. Así obtendrás un moldeado más uniforme.
  3. Antes, lava tus rocas con agua y jabón. Cuando estén limpias, echa las rocas de dureza y forma similar. Luego, sácalas del tambor y pésalas. Después de pesarlas, regrésalas al tambor.
  4. Pesa 450 g (1 libra) de arenilla o gravilla por cada 450 g (1 libra) de roca que haya en el tambor. Luego, echa agua al tambor hasta que alcance el fondo de la capa superior de rocas. Tapa el tambor y enciéndelo. Déjalo que funcione durante 24 horas y luego ábrelo para verificar el progreso de tus rocas. Después, vuélvelo a tapar y reinicia el tambor. [8]
    • Pule las rocas durante 3 a 7 días haciendo verificaciones cada 24 horas para comprobar que todo funciona correctamente.
    • La arenilla o gravilla gruesa se utiliza para alisar la forma de las rocas. Para rocas más redondas, solo tomará alrededor de 3 días. Para rocas aserradas, tomará alrededor de 7 días emparejar toda su superficie.
    • Verifica cada 24 horas para comprobar el progreso de tus rocas. Luego de verificar, decide si estás listo para el siguiente paso o si prefieres dejar que tus rocas se pulan durante un día más.
  5. Luego de 3 o 7 días, saca las rocas del tambor y ponlas en una sartén o superficie plana. Limpia la arenilla de las rocas y también el interior del tambor. No dejes pasar la arenilla o gravilla por el fregadero, ya que se pondrá dura y tapará el desagüe. En vez de eso, échala a la basura. [9]
    • Lava bien tus rocas y el tambor hasta que queden impecables. Dejar pequeños trozos de gravilla gruesa puede afectar la siguiente parte del proceso.
  6. Retorna las rocas limpias al tambor. Coloca la misma cantidad de gravilla media que de gravilla gruesa. Llena el tambor con agua hasta que alcance el fondo de la capa superior de rocas. Tapa el tambor y enciéndelo. Deja que el tambor funcione durante 4 o 5 días y verifica cada 24 horas.
    • Luego de 4 o 5 días, detén la máquina y ábrela. Pon las rocas en un contenedor y limpia la gravilla.
    • Nuevamente, asegúrate de limpiar bien las rocas y el contenedor. Recuerda echar la gravilla a la basura y no por el fregadero. [10]
  7. Devuelve las rocas limpias al tambor. Coloca la misma cantidad de gravilla fina que de gravilla gruesa y media. Echa agua hasta que alcance el fondo de la capa superior de rocas. Tapa el tambor y empieza el proceso. El ciclo tomará alrededor de 7 días. Verifica el progreso cada 24 horas. [11]
    • Esta es la última fase en la que usarás arenilla o gravilla, así que no cortes el proceso hasta que estés satisfecho con la suavidad de la superficie y brillo de tus rocas. Tal vez tengas que limpiar tus rocas para ver el brillo durante el proceso de verificación.
  8. Lava bien tus rocas y el tambor pulidor. Asegúrate de quitar toda la gravilla de las grietas y rendijas del tambor, ya que puede afectar el rendimiento futuro del aparato. Cuando hayas retirado toda la gravilla de tus rocas, ¡verás que están completamente brillantes! [12]
  9. En ocasiones, las rocas “suaves” no obtienen el brillo que esperas solo mediante el pulido. Para dar un toque final a tus rocas que las deje más brillantes usa un trozo de cuero con pulidor. Unta un poco de pulidor en un trozo de cuero y frótalo contra la roca, cubriendo toda su superficie. ¡Así obtendrás el brillo que esperas de tu roca! [13]
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Consejos

  • Para obtener rocas que puedas pulir, ve a la playa o compra rocas semipreciosas.
  • Recuerda limpiar muy bien el tambor pulidor o se atorará y dejará de funcionar con eficiencia.
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Advertencias

  • No dejes pasar la arenilla o gravilla por el fregadero, ya que se solidificará y será una pesadilla limpiarlo después.
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