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El polvo en el aire de tu casa puede generar problemas respiratorios y alergias en todos los miembros de la familia. La presencia del polvo en el aire puede deberse a algunas razones, como el desgaste de los filtros de aire o los ventiladores sucios. Por suerte, existen varias formas eficaces de minimizar el polvo y purificar el aire. Para evitar que el polvo se acumule, filtra el aire, limpia tu casa de forma adecuada y controla tu ambiente. De hecho, con una combinación de estos métodos, podrás mantener el polvo al mínimo en tu casa.

Método 1
Método 1 de 3:

Filtrar el aire

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  1. El aire de tu casa puede llenarse de mucho polvo si los filtros del sistema de calefacción y aire acondicionado están viejos y sucios. Cámbialos cada 2 a 3 meses y coloca un filtro nuevo cuando enciendas un sistema por primera vez cada año.
    • La frecuencia con la que necesitas cambiar los filtros depende de tu sistema específico de climatización, del tipo de filtros que utilizas y de las condiciones de tu casa. Por ejemplo, si tienes varios gatos o perros, debes cambiar los filtros cada 3 semanas. [1]
    • Si no estás seguro, habla con la persona que te suministra el sistema de climatización sobre la frecuencia con la que debes cambiar los filtros.
    • Cuando colocas un filtro nuevo, filtrarás el aire cada vez que enciendas el sistema de climatización.

    Consejo: algunos sistemas tienen filtros reutilizables que necesitan lavarse y secarse antes de reutilizarse. Estos te permiten ahorrar dinero con el paso del tiempo, pero su uso requerirá un poco más de esfuerzo.

  2. Los purificadores de aire HEPA son los mejores para eliminar el polvo, puesto que filtran incluso la materia fina del aire. Están ampliamente disponibles en los hipermercados y en las tiendas virtuales. [2]
    • Por lo general, los purificadores de aire HEPA son aparatos independientes que se conectan a un tomacorriente de pared.
    • Coloca el nuevo purificador de aire en la habitación que se siente más polvorienta. Muchas veces, se trata de tu dormitorio, debido a que la ropa de cama y la cantidad de tiempo que pasas allí crean mucho polvo.
  3. A medida que el filtro se ensucia, tiene menos capacidad de filtrar el polvo en el aire. Sigue las instrucciones que vienen con el filtro de aire para saber con qué frecuencia debes limpiarlo. Sin embargo, no temas limpiarlo más seguido de lo que se recomienda. [3]
    • Muchos purificadores de aire vienen con un prefiltro y un filtro. El prefiltro suele ser lavable, pero el filtro principal grande debe cambiarse cuando se ensucie.
    • La limpieza o el cambio de un filtro depende de tu purificador de aire específico. En general, los filtros que pueden limpiarse cuestan más, pero con el tiempo ahorrarás dinero al no tener que cambiar el filtro.
  4. Muchas personas creen que las plantas de interior mejoran la calidad del aire en una casa, pero no lo hacen menos polvoriento. De hecho, la tierra en la que viven las plantas puede añadir polvo al aire y algunas incluso añaden polen y otras partículas al aire. [4]
    • Eso no significa que no sea buena idea tener plantas de interior en casa. Simplemente no son una solución mágica para los problemas de polvo.
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Método 2
Método 2 de 3:

Eliminar el polvo limpiando de forma adecuada

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  1. Pasar la aspiradora de forma regular es una de las mejores medidas que puedes adoptar para eliminar el polvo del aire. Las superficies que debes aspirar son los tapetes, las alfombras, los sofás, debajo de las camas, los marcos de las ventanas y los zócalos. [5]
    • Al pasar la aspiradora, eliminas todos los desechos y la suciedad que se levantan en el aire cuando caminas o cuando hay circulación de aire.
    • Es recomendable utilizar un filtro HEPA en la aspiradora. Así te asegurarás de que el polvo succionado no pase a través del filtro y regrese al aire.
  2. La suciedad y los desechos que se acumulan en los pisos duros también se levantan en el aire. Para evitarlo, limpia las zonas del piso que no pueden aspirarse con un trapeador húmedo.
    • También puedes utilizar un trapeador seco en las superficies duras. Sin embargo, no quitan tanto polvo como lo hace un trapeador húmedo.

    Consejo: antes de trapear, barre el piso con una escoba. Tal vez levantes un poco de polvo en el aire, pero limpiarás mejor el piso en general.

  3. Los productos de microfibra son excelentes para atrapar el polvo que recogen de las superficies. Puedes humedecer ligeramente el trapo o utilizarlo seco, dependiendo de si la superficie que vas a limpiar puede mojarse. [6]
    • Los viejos plumeros tradicionales no son eficaces para atrapar el polvo que recogen. Al contrario, tienden a lanzar mucho polvo al aire y sobre otras superficies.
  4. Dado que todos pasamos mucho tiempo en las sábanas, tienden a acumular mucho polvo y suciedad que sale del cuerpo. Sin embargo, si las lavamos semanalmente, el polvo y la suciedad no tendrán la oportunidad de entrar en el aire.
    • Lavar las sábanas una vez por semana también reduce la cantidad de ácaros del polvo, bacterias y otros alérgenos en tu cama que pueden generar problemas respiratorios. [7]
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Método 3
Método 3 de 3:

Reducir el polvo controlando tu ambiente

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  1. Controlar la cantidad de suciedad que ingresa a tu casa reduce de forma significativa la cantidad de polvo y alérgenos que terminan en el aire. Cuando utilizas los zapatos adentro, la suciedad y los alérgenos del exterior se trasladan a los pisos y terminan en el aire de tu ambiente. [8]
  2. Las puertas y las ventanas abiertas permiten la entrada de una gran cantidad de polvo y suciedad. Aunque puede ser tentador recibir una brisa fresca en tu casa, recuerda que esa brisa incluye polvo y alérgenos que se asientan en las superficies de tu casa y se levantan cuando camines.
    • El lugar en donde vives, la época del año y las condiciones actuales del aire influyen mucho en la cantidad de aire que ingresa a tu casa a través de una puerta o una ventana abierta. Algunas zonas normalmente tienen más polvo y desecho en el aire que otras, así que ten en cuenta tu ubicación específica.
  3. Sella las grietas o huecos de tu casa. El polvo puede entrar a través de todas las aberturas. Tómate el tiempo de calafatear o rellenar los huecos de las paredes de modo que tu casa sea más hermética. Además, sella los huecos alrededor de las puertas y las ventanas con burletes. [9]
  4. Si tienes una chimenea, es importante mantener el conducto cerrado cuando no la utilices. De este modo, sellarás el exterior y mantendrás el polvo en el aire al mínimo. Es esencial cerrar el conducto, sobre todo si hace viento afuera, puesto que el viento puede bajar por la chimenea y traer el polvo y los desechos a tu casa.

    Consejo: también debes limpiar la chimenea de forma regular para que haya la menor cantidad posible de desechos. [10]

  5. Cuando tienes muchas superficies irregulares en casa, es difícil hacer una limpieza eficaz. Primero deshazte de lo que no necesitas. Luego, limpia los objetos necesarios guardándolos en armarios y despensas. Deshazte de los objetos que no necesitas y tendrás espacios fáciles de desempolvar y aspirar regularmente. [11]
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