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El óxido en las superficies pintadas interiores o exteriores puede ser un problema para muchos propietarios. No dejes que las manchas de óxido arruinen una superficie pintada en el interior ni en el exterior de la casa, sino abórdalas con algunos productos domésticos o productos profesionales para quitar el óxido.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Usar productos domésticos

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  1. De esta forma, podrás eliminar el óxido de la superficie de la pintura sin dañarla. Puedes usar un cepillo de plástico o de metal. Mezcla con agua un poco de detergente para lavar y frota el área hasta quitar el óxido. [1]
    • Deja que el área se seque por completo antes de aplicar la pintura o el sellador porque no querrás que el área retenga la humedad.
  2. El bicarbonato de sodio puede ayudar a eliminar el óxido. Aplícalo en el área oxidada y usa un cepillo con agua para frotar y quitar el óxido de la superficie pintada. Frótala con suavidad para no dañarla. [2]
  3. Si te preocupa dañar la superficie pintada o si es delicada, puedes cortar a la mitad una papa y sumergirla en un tazón con jabón para platos. Luego, puedes frotar la papa cortada contra la superficie pintada para quitar el óxido. [3]
    • Luego, puedes cortar la capa superior de la papa y sumergirla de nuevo en el jabón para seguir frotando el área hasta eliminar el óxido.
  4. Otra opción es usar un papel de lija muy fino, fino o medio para no dañar la superficie pintada cuando la lijes. [4]
    • Usa siempre unas gafas de seguridad para protegerte los ojos del papel de lija. Quizás también quieras usar una máscara de protección para no inhalar las partículas del papel de lija.
    • Si no puedes eliminar el óxido con el papel de lija porque se ha acumulado una cantidad excesiva de óxido, quizás quieras usar un abrasivo para taladro. Puedes colocar el abrasivo en el taladro y ponerlo en marcha sobre la superficie hasta quitar el óxido.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Aplicar productos para eliminar el óxido

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  1. El ácido puede opacar o incluso eliminar la pintura. Evita dañar la superficie pintada al usar un producto para eliminar el óxido que tenga un pH neutro o alto, porque será suave y tendrá menos acidez. Busca los productos para eliminar el óxido con un pH neutro en la ferretería de tu localidad. [5]
  2. Puedes encontrar las pinturas para primera mano en la ferretería local o en las tiendas de pinturas. Puedes aplicar este producto en una superficie pintada para evitar que el óxido se esparza y se desarrolle en la superficie pintada. [6]
  3. Si te preocupa usar productos químicos fuertes en el área pintada para quitar el óxido, elige un producto ecológico. Estos productos están hechos con ingredientes naturales y pueden enjuagarse con agua. Busca los productos ecológicos en la ferretería de tu localidad. [7]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Prevenir el óxido en la pintura

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  1. Para evitar que vuelva a aparecer el óxido, debes identificar y abordar la(s) causa(s) del mismo. Podría ser una lámpara, una baranda de metal o un elemento que no sea resistente al óxido o cualquier otro objeto de hierro o de acero que se encuentre en la superficie pintada. Localiza cualquier elemento metálico que podría provocar el óxido y quítalo o sustitúyelo por uno que sea resistente al óxido. [8]
    • Aunque es posible que un elemento esté hecho con materiales resistentes al óxido, como aluminio o latón, quizás los tornillos, las tuercas u otros sujetadores no sean resistentes al mismo, por lo que podrían producir óxido. Revisa los tornillos y las tuercas para asegurarte de que sean resistentes al óxido.
  2. Si quieres conservar los accesorios que no sean resistentes al óxido en la superficie pintada, debes crear un hábito de quitar los herrajes y aplicarles una capa de base metálica resistente al óxido. De esta forma, protegerás el metal y evitarás que el herraje o la superficie pintada llegue a tener óxido. [9]
  3. Una de las causas más comunes del óxido son los clavos que se han oxidado en o junto con la superficie pintada. Debes localizar cualquier clavo oxidado en la superficie y sustituirlo por uno nuevo. Usa un punzón para encastrar los clavos para que queden ½ cm (⅛ de pulgada) por debajo de la superficie. De esta forma, evitarás que retengan la humedad del aire del exterior y el óxido. [10]
    • Luego, puedes rellenar los agujeros de la superficie pintada con masilla para evitar que el agua se introduzca en la superficie pintada. Asegúrate de que la superficie esté lisa y no tenga óxido antes de pintarla.
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