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Es probable que aprender la forma adecuada de actuar y hablar con una persona que tiene una discapacidad no sea tan intuitivo como parece. A menudo, existen formas de hablar y comportarse que pueden considerarse demasiado irrespetuosas para este tipo de personas, lo que puede causarles molestia, enojo o frustración. En lugar de ocasionar un posible problema, debes aprender la mejor manera de actuar y hablar de manera respetuosa con estas personas.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Actuar de manera apropiada

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  1. Una de las primeras reacciones que muchas personas tienen al ver o conocer a una persona con discapacidad es tratar de ayudarla. Si bien este gesto puede parecer atento, en realidad podrías terminar irritando o estorbando a esa persona. Debes preguntarle si necesita que realices alguna tarea determinada.
    • “¿Deseas que te ayude con la silla de ruedas?”
    • “¿Necesitas ayuda para caminar?”
    • “¿Te gustaría que te guíe?” (si se trata de una persona ciega)
    • “¿Deseas que aparte esta silla de tu camino?”
  2. Evita acariciar o jugar con un perro de servicio . Es difícil pasar al lado de un adorable perro de servicio y no hacer nada. Sin importar cuán tentador te resulte, nunca debes correr y jugar o acariciar a un perro de servicio sin pedir permiso.
    • Los perros de servicio llevan a cabo trabajos importantes, de los que los podrías distraer si corres y empiezas a acariciarlos entre las orejas. Si ves un perro de servicio, siempre debes pedirle permiso a su dueño antes de asumir que puedes acariciarlo.
    • Si el dueño está de acuerdo en dejar que lo acaricies, trata de no tomarte demasiado tiempo al hacerlo. Si el dueño rechaza tu solicitud, no lo tomes de forma personal, ya que el perro constituye una herramienta importante para él (que además podría estar necesitando en ese momento).
    • No le des un bocadillo a un perro de servicio a menos que el dueño lo apruebe.
    • No dejes que tu perro juegue con un perro de servicio si te atraviesas con uno en la calle.
    • Probablemente quieras aprovechar la oportunidad de contar con más espacio en el baño. Sin embargo, si no eres una persona con discapacidad, el hecho de que utilices estos servicios puede resultar demasiado irrespetuoso y frustrante. Las personas con discapacidad realmente necesitan estos servicios, ya que es probable que no les resulte cómodo utilizar los compartimientos más pequeños del baño, pero necesitan el espacio adicional para colocar la silla de ruedas o dejar al perro de servicio.
    • Sin importar cuál sea el motivo, estos servicios y herramientas se implementan específicamente para ayudar a personas con discapacidad. Al tomar uno de estos servicios, lo más probable es que estés privando a otra persona de utilizar un servicio que verdaderamente necesita.
    • Algunos restaurantes tienen designadas mesas o arreglos de asientos accesibles. Incluso si tu grupo es grande, debes evitar utilizarlas.
    • Al estacionar al lado de un espacio de estacionamiento designado y accesible, debes dejar un poco de espacio adicional en ese lado (si es posible). Es probable que una persona con discapacidad necesite un poco de espacio para entrar y salir con una silla de ruedas. [1]
  3. Es divertido empujar cualquier cosa que tenga ruedas. Sin embargo, si lo haces con la silla de ruedas de una persona, esto puede resultarle desagradable y perjudicial.
    • No importa si se trata de un extraño o un amigo, no debes tocar la silla de ruedas de una persona con discapacidad a menos que te dé permiso o te lo pida. Esto es particularmente cierto si te apoyas en la silla como si fuera un reposabrazos o lo empujas para divertirte.
    • Esta misma regla se aplica a cualquier persona que utilice un scooter eléctrico, muletas o cualquier otro dispositivo necesario para que pueda moverse.
    • Evita hacer comentarios sobre carreras en silla de ruedas o lo asombrado que estás de que esas personas puedan utilizarlas tan bien. Quizás esto sea algo nuevo para ti, pero para las personas con discapacidad es parte de su vida cotidiana, por lo que es grosero hacer comentarios frívolos.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Hablar de manera apropiada

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  1. Siempre habla directamente con la persona y no con su asistente, traductor o intérprete. De la misma forma en que a ti no te gustaría que alguien te hable a través de tus padres o amigos, es molesto para una persona con discapacidad que te comuniques a través de su asistente.
    • Si vas a hacer una pregunta o conversar con una persona que tiene una discapacidad, siempre debes hacerlo de manera directa. Esto puede parecerte particularmente difícil en el caso de alguien que necesita un traductor, pero debes mantener tu mirada y palabras dirigidas a esa persona.
  2. Si una persona presenta una discapacidad cognitiva o un impedimento del habla, es probable que hable de manera distinta.
    • Es importante que le dejes establecer el ritmo de la conversación. Si tratas de hablar demasiado rápido o terminar sus oraciones, esto podría resultar demasiado frustrante para esa persona. Incluso si esto significa que tienes que esperar varios minutos para terminar de escuchar todo lo que tiene que decirte, es mucho más apropiado que no te apresures.
    • Una persona con discapacidad apreciará tus habilidades de escucha y el tiempo que le estás dedicando.
  3. Es un cliché común hablar con una persona con discapacidad como si se tratara de un niño o como si no entendiera. La mayoría de las discapacidades no alteran la capacidad de comprender una conversación, pero pueden retardar el habla o el tiempo de respuesta.
    • No utilices sobrenombres infantiles ni levantes la voz al hablar con una persona que tiene una discapacidad. Siempre debes utilizar un vocabulario habitual (no uno limitado) y tu voz normal para hablar (sin gritar). Las personas con discapacidad te agradecerán que actúes de manera normal a su alrededor y que respondas de manera mucho más agradable
    • Solo debes limitar tu vocabulario si observas que emplean un vocabulario limitado.
  4. Si toda la conversación consiste en comentarios como “Lamento mucho que tengas que lidiar con todo esto” o “Debes tener una vida bastante difícil”, es seguro que la persona se enojará.
    • Aunque puedes decir estas cosas con las mejores intenciones, podrías insinuar que su desempeño es inferior y que su vida es horrible.
    • Del mismo modo, debes evitar hacer comentarios condescendientes y cumplidos ambiguos como “Tienes bastante éxito para ser una persona en silla de ruedas” o “Nunca he conocido a un ciego tan elegante”. Estos comentarios no serán recibidos de manera positiva y solo harán que la persona se frustre con lo que le dices.
  5. Algunos sobrenombres y frases han sido utilizados en exceso en nuestra cultura que ya no parecen ofensivos. Sin embargo, esto no significa que las personas con discapacidad no los tomen de manera personal, ya que se las suele comparar con cosas malas al utilizar estos términos. No importa si te diriges a una persona con discapacidad o no, debes evitar utilizar los siguientes sobrenombres y términos:
    • minusválido
    • lisiado
    • retrasado
    • loco
    • demente
    • deforme
    • tonto
    • mudo
    • enano
    • idiota
    • hipoacúsico (“Sordo” y “persona con problemas de audición” son términos con los que la mayoría de las personas sordas escogen identificarse, aunque la comunidad médica prefiere el término anterior. La única vez que una persona debe ser referida como hipoacúsica es si esta escoge identificarse de esa manera)
  6. No seas prepotente . Ciertos “consejos” relacionados con alguna discapacidad en realidad resultan molestos para las personas con discapacidad. Entre las cosas que les molestan, se encuentran las siguientes:
    • No te inclines para hablar con una persona en silla de ruedas. Esta acción puede considerarse prepotente, ya que por lo general solo se trata de esta manera a los niños.
    • No empieces a describir cada cosa de manera automática a una persona ciega ni trates de deletrear tus oraciones con los dedos a una persona sorda. Lo más probable es que no seas de gran ayuda, por lo que es mejor que preguntes primero.
    • No intentes darle terapia a una persona autista o con una enfermedad mental. Estas personas reciben suficientes tratamientos, por lo que es probable que tu conocimiento sobre técnicas terapéuticas no les sea de gran ayuda.
  7. No tengas miedo de hacer preguntas. Una excelente manera de meterse en problemas es hacer suposiciones. Muchas veces, las suposiciones suelen ser erróneas y pueden conducir a estereotipos y comentarios ofensivos.
    • Muchas personas discapacitadas preferirían que les preguntes acerca de su estado o la forma en que desean que las trates, en lugar de asumir que ya lo sabes.
    • Sin embargo, debes tener en cuenta que tus preguntas deben continuar siendo apropiadas y críticas, en lugar de entrometidas e indiscretas. Si la persona no desea responder a tus preguntas, no lo tomes de manera ofensiva.
    • La discapacidad puede ser personal y es probable que no deseen hablar acerca de ello con un extraño. [2]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Tratar de entender

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  1. Las personas con discapacidad no se ven a sí mismas como inspiradoras o valientes solo por el simple hecho de existir. Lo más probable es que no estén sufriendo. Estas personas se adaptan a su discapacidad de la misma forma en que tú podrías adaptarte a tu odio por las comidas picantes o a los mareos en el auto.
    • Puedes decirles cosas como: “Escuché que querías comprar un gato” o “Vamos a pasear”, ya que esto no les molestará.
    • Si una persona no se ha adaptado aún a su estado, es probable que sea recientemente discapacitada y esté experimentando depresión.
  2. El hecho de que alguien “se vea normal” no significa que su discapacidad no sea real o importante.
    • No todas las personas con discapacidad que necesitan espacios de estacionamiento especiales utilizan aparatos de movilidad.
    • Las personas pueden estar deprimidas mientras lucen felices, tener enfermedades crónicas mientras se ven saludables, o ser autistas mientras pueden relacionarse con normalidad.
  3. Algunas personas con discapacidad se comportan de manera diferente. Incluso si no entiendes por qué hacen lo que hacen, tan solo debes asumir que es importante y dejar que sean libres. Esas acciones pueden constituir una importante estrategia de afrontamiento, o algo que está fuera de su control. Entre las cosas que las personas con discapacidad podrían hacer, se encuentran las siguientes:
    • presentar estímulos (balancearse, agitar las manos, realizar movimientos nerviosos, etc.)
    • dar saltos
    • manifestar tics nerviosos (contracciones, parpadeo, hacer sonidos)
    • andar de un lado a otro
    • no hacer contacto visual o mirarte cuando les hablas
    • remedar
  4. Su nivel de discapacidad no los define ni les impide comprender sus necesidades y su discapacidad.
    • Se considera muy grosero tratar de incluir a una persona en las etiquetas de "alto nivel de capacidades" o "bajo funcionamiento". [3]
    • Nunca les digas que están demasiado o no lo suficientemente discapacitadas para comprender lo que necesitan.
  5. Estas pueden oscilar según el nivel de energía de la persona, el clima, lo que hizo durante el día, su salud general y muchas otras cosas. Solo porque una persona puede hacer algo un día, no significa que podrá hacer lo mismo al día siguiente.
    • Las personas en sillas de ruedas pueden caminar distancias cortas o incluso no utilizar la silla de ruedas en algunos días.
    • Las personas autistas pueden disfrutar los abrazos un día y no soportarlos al día siguiente.
    • Si tienes dudas, es mejor que preguntes primero.
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