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La mayoría de las personas sienten ansiedad de vez en cuando, pero si la sientes todos o casi todos los días, es posible que sufras de un trastorno de ansiedad. Si te preocupa el hecho de tener un trastorno de ansiedad, es importante que consultes con un profesional de la salud mental para que te dé un diagnóstico y un tratamiento. Sin embargo, puedes tener en cuenta algunos de los síntomas para identificar si lo que sientes es una ansiedad normal o algo más grave. Conoce los trastornos específicos de ansiedad para estar más informado sobre el tipo de ansiedad que sufras, cuando busques ayuda profesional.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Reconocer los síntomas de un trastorno de ansiedad

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  1. Con frecuencia, la ansiedad se relaciona con los sentimientos de temor y de preocupación. Estos sentimientos pueden producir conductas distintas. Además del miedo y de la preocupación, algunos otros síntomas emocionales son los siguientes: [1]
    • sentirte irritable e inquieto
    • sentirte tenso o nervioso
    • sentir aprensión o temor
    • esperar que ocurra lo peor
    • perder la concentración o quedarse con la mente “en blanco”
  2. Además de los síntomas emocionales, suelen presentarse algunos síntomas físicos con la ansiedad. Muchas personas que sufren de un trastorno de ansiedad tienen algunos síntomas físicos todos o casi todos los días. Entre estos síntomas se incluyen los siguientes: [2]
    • corazón acelerado
    • manos sudorosas
    • malestar estomacal o náusea
    • micción frecuente o diarrea
    • tensión en los músculos
    • dolores de cabeza
    • dificultad para respirar
    • contracciones nerviosas o temblores
  3. La ansiedad puede hacer que te comportes de formas distintas. Es posible que evites enfrentarte a ciertas situaciones a causa de la ansiedad que podrían provocarte. [3] Estas situaciones incluyen el trabajo, la casa, la escuela o las situaciones sociales. Evitar estas actividades podría impedir que tengas una vida normal.
    • Quizás te des cuenta de que evitas las situaciones sociales a propósito, como las fiestas o las salidas con tus amigos.
  4. Tener un trastorno de ansiedad significa que los síntomas pueden impactar tu vida de una forma negativa y reducir tu desempeño. Esto incluye tener problemas en el trabajo, en la escuela, en la casa o en las situaciones sociales como consecuencia de la ansiedad. Por ejemplo, es posible que pierdas tantos puntos en una clase debido a la ansiedad, que al final esto te impida pasar de curso.
    • También es posible que observes que no puedes controlar tus temores o preocupaciones y que te impiden tener una vida normal. [4] Por ejemplo, quizás tengas dificultades para dormir o para concentrarte en una tarea importante porque te preocupa mucho una prueba que se avecina.
  5. Pregúntales a tus amigos y a tus familiares si han observado alguna señal o síntoma de ansiedad. Algunas veces, las demás personas pueden darte comentarios acertados sobre tu conducta y explicarte las situaciones en las que han observado tu ansiedad. Pregúntales a las personas que sean cercanas y que observen tu conducta con frecuencia. Tus familiares pueden responderte con honestidad e identificar los síntomas que has presentado desde niño.
    • Este tipo de comentarios pueden ser útiles si no sabes en qué momento sientes ansiedad o qué situaciones la provocan.
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    Observa la duración de los síntomas. Las personas que padecen un trastorno de ansiedad tienen síntomas continuos. Para recibir un diagnóstico de trastorno de ansiedad, los síntomas deben presentarse por más de seis meses y casi todos los días durante este período. [5]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Recibir un diagnóstico profesional

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  1. Programa una cita con un psicólogo o un terapeuta para consultar sobre el diagnóstico de ansiedad. Algunos profesionales médicos están calificados para diagnosticar la ansiedad, como los psiquiatras, los psicólogos y algunos médicos bien capacitados en los diagnósticos de salud mental. Puedes pedirle al médico general que te refiera con alguien que pueda darte un diagnóstico. Quizás te hagan una evaluación psicológica, en la cual deberás contestar algunas preguntas sobre tus síntomas, pensamientos, conductas, estados de ánimo y sentimientos, y responder un cuestionario. [6]
    • Luego de recibir el diagnóstico, quizás sientas un gran alivio, ya que estarás al tanto y podrás curarte y mejorar tu salud.
  2. Quizás quieras descartar ciertos diagnósticos o usos de medicamentos, por lo que será de utilidad visitar al médico general. Cuéntale sobre tus síntomas. Es posible que te haga un examen físico o algunas pruebas de laboratorio. [7]
    • Asegúrate de consultar sobre cualquier medicamento, suplemento, vitaminas o hierbas que tomes.
    • Habla sobre las sustancias que hayas usado recientemente y de tu consumo de alcohol, de tabaco y de cafeína.
  3. Si recibes un diagnóstico de ansiedad, será mejor que empieces el tratamiento de inmediato. Cuanto más rápido combatas el trastorno de ansiedad, mejor empezarás a sentirte. Muchas personas deciden recibir una terapia como la forma principal de abordar los síntomas. La terapia cognitivo-conductual es una técnica que te ayuda a pensar y a actuar de una forma diferente, desafiando las creencias irracionales que se basan en el temor y en los patrones de pensamiento negativo y los sustituye por pensamientos más positivos. [8]
    • Es posible que el terapeuta te enseñe algunas técnicas de relajación que te ayudarán a calmar la ansiedad, como la respiración profunda y la relajación muscular progresiva. Practica con frecuencia la relajación y las actividades tranquilizantes para controlar el estrés y la ansiedad.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Identificar los trastornos específicos de ansiedad

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  1. Todas las personas tienen preocupaciones de vez en cuando, pero el trastorno de ansiedad generalizada afecta a largo plazo y sientes ansiedad en varias situaciones y no debido a un acontecimiento específico. Es posible que te preocupes por muchas cosas y sientas preocupación una gran parte del día. A pesar de los esfuerzos que hagas, parece que no logras sacar las preocupaciones de tu mente. Con el TAG, la ansiedad y la preocupación se presentan todos los días y pueden provocar síntomas emocionales y físicos con mucha frecuencia. [9]
    • Es posible que la preocupación te distraiga de las cosas que debes hacer o que sientas constantemente que es inevitable que suceda algo malo. Quizás no sepas por qué te sientes tan preocupado. [10]
    • Para obtener más información, consulta el artículo Cómo reducir el trastorno de ansiedad generalizada.
  2. Es normal que te sientas nervioso antes de una cita o de una presentación. Sin embargo, algunas personas tienen temores tan intensos relacionados con los acontecimientos sociales, que perjudican sus vidas. Si tienes un trastorno de ansiedad social, es posible que tiendas a sentir temores intensos por hablar con la gente, estar en grupos grandes, o dar discursos o presentaciones. La ansiedad social puede surgir cuando conoces a personas nuevas, hablas en un grupo o te sientes el centro de atención. Quizás sientas que todos los ojos están puestos en ti o que las personas esperan que cometas un error para juzgarte o para criticar tu desempeño. [11] Algunas actividades, como hablar por teléfono, comer y beber en público, pueden causarte mucho temor. [12]
    • Es posible que evadas las situaciones sociales, como las fiestas y las reuniones, hasta el punto en que afecten tu vida.
    • Algunos síntomas de ansiedad social incluyen un miedo intenso antes de enfrentarte a las situaciones sociales, enrojecimiento o sensación de náusea al estar cerca de otras personas, sensación de mareo, temblores o agitación.
    • Si quieres conocer más al respecto, lee el artículo Cómo reconocer el trastorno de ansiedad social.
  3. El trastorno de pánico es cuando tienes una explosión de preocupación acompañada de síntomas físicos alarmantes. Algunas personas han informado que sienten como si tuvieran un ataque cardiaco, a pesar de tener una buena salud. [13] Es posible que empieces a respirar de forma superficial, a sudar, a sentir como si estuvieras ahogándote, a sentir mareos o a temer que pierdes el control o que te volverás loco. [14] Quizás empieces a sentir temor por los ataques de pánico e incluso la idea de tener un ataque de pánico te provoca una preocupación muy intensa. Es posible que cambies tu conducta para evitar sentir de nuevo un ataque de pánico.
    • El punto máximo de los ataques de pánico suele ser a los 10 minutos y muy pocas veces duran más de 30 minutos.
    • Para saber más sobre los ataques de pánico, consulta el artículo Cómo sobrevivir con trastorno de ansiedad y pánico.
  4. Si padeces de este trastorno, quizás tengas algunas obsesiones (“¿Dejé la puerta abierta? ¿Tengo las manos bien limpias?”) y compulsiones (“Será mejor que revise y vuelva a revisar las cerraduras. Debo lavarme de nuevo las manos para sentirme limpio”.) Las obsesiones son pensamientos repetitivos que provocan ansiedad. Las compulsiones se llevan a cabo para disminuir la ansiedad. Los pensamientos obsesivos pueden incluir algunos pensamientos violentos o “malos”, como querer quitarte la vida o matar a otra persona, a pesar de ser una persona cordial y tranquila. Es posible que estos pensamientos provoquen ansiedad y angustia intensas, pero las personas que sufren de este trastorno no pueden dejar de tenerlos. [15] Luego de realizar la compulsión, la persona siente cierto alivio, pero no se siente complacido con la compulsión. Los pensamientos y las compulsiones suelen empezar de nuevo, lo cual puede hacer que la persona se sienta frustrada y atrapada.
    • Si padeces de TOC, es probable que dediques una hora o más al día para llevar a cabo las compulsiones. Este trastorno afecta principalmente tu vida y tu desempeño cotidiano.
    • Para informarte más al respecto, lee el artículo Cómo saber si sufres del trastorno obsesivo compulsivo.
  5. Las fobias son temores exagerados que en realidad no presentan una amenaza inmediata. Algunas personas sufren de temores intensos a las serpientes, a las arañas o a los huracanes, a pesar de que viven en un área donde existen pocas amenazas. Si padeces una fobia, es posible que tomes medidas extremas para evitar tener contacto con esa fobia. Este tipo de conducta solo hace que el temor persista e incluso puede aumentarlo. [16]
    • Aunque es normal temer a las alturas, si tienes una fobia, es probable que te niegues a hacer las actividades que parezcan amenazantes, aunque solo se trate de una amenaza que presumas.
    • Si quieres saber más sobre este tema, lee Cómo superar una fobia.
  6. Este trastorno se produce después de sufrir un acontecimiento traumático o estresante. Es normal que sientas angustia durante y después de tener un trauma, pero algunas personas siguen sintiéndola mucho tiempo después de que el acontecimiento ha pasado. Es posible que tengas recuerdos o sueños del acontecimiento, pensamientos atemorizantes, o que evites ciertos lugares, personas u objetos. Para recibir un diagnóstico de TEPT, los síntomas deben presentarse durante un mes o más e incluyen volver a experimentar el trauma, evitar los factores que lo provocan, tener pensamientos alterados o sentimientos asociados con el trauma y una mayor capacidad de reacción. [17]
    • Por ejemplo, si sufres de este trastorno después de tener un accidente automovilístico, es posible que evites conducir un auto o acercarte a los autos a causa del temor intenso que te provocan.
    • Conoce más sobre el TEPT en el artículo Cómo saber si tienes TEPT (trastorno de estrés postraumático).
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