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Los detalles pueden marcar la diferencia entre una lectura aburrida y un relato apasionante, o entre un argumento débil y uno fuerte. En concreto, los detalles pueden dar vida a las descripciones, convirtiendo un "par de zapatillas gastadas" en "un par de Air Jordans con los cordones deshilachados y la suela desgastada desde hace mucho tiempo". Si bien los escenarios y los personajes de la ficción y la no ficción literaria se benefician más de la redacción detallada, hay una serie de medidas que puedes tomar para incluir más detalles en cualquier texto, desde hacer una investigación detallada hasta eliminar los adverbios e incluir los sentidos (como el gusto y el olfato).

Método 1
Método 1 de 3:

Añadir detalles al texto

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  1. Ya sea que escribas ficción, no ficción creativa o una declaración de cierre de juicio, este consejo fundamental de la redacción es útil. No le digas al lector que el personaje está molesto, muéstralo a través de la tensión en la mandíbula, la gravedad de la voz o la postura ligeramente rígida. No le digas que el edificio de apartamentos estaba en ruinas, sino más bien describe las ventanas rotas, la pintura descascarada y el olor penetrante a orina. La clave está en los detalles.
    • Toma el ejemplo de una casa de La primera agencia de mujeres detectives de Alexander McCall Smith. Este describe una choza de barro tradicional, pero va mucho más allá diciendo "Era una casa de tierra simple en el estilo tradicional; paredes de barro marrón, unas cuantas ventanas sin vidrio y una pared a la altura de la rodilla que rodeaba el patio. El dueño anterior, hace mucho tiempo, había hecho dibujos en la pared, pero la negligencia y los años los habían borrado y solo quedaban sus fantasmas".
  2. Demasiados detalles pueden arruinar el ritmo de la historia o complicar el argumento. La clave no es describir todo, sino escoger algunos detalles precisos y dejar que el lector imagine lo demás. [1] Piensa en la razón por la que incluyes detalles. ¿Te dicen algo de un personaje o de la historia? ¿Contribuyen de alguna manera específica al argumento que creas?
    • En este extracto de El dios de las pequeñas cosas , Arundhati Roy se centra en un aspecto de la iglesia, el calor, que usa para establecer un contraste que revela el estado emocional de un personaje: "Hacía calor en la iglesia y los bordes blancos de los lirios de arum se encresparon y plegaron. Una abeja murió en una flor del ataúd. Las manos de Ammu temblaban y el himnario con estas. Su piel estaba fría".
  3. Una manera de asegurarte de mostrar y no decir es buscar descriptores vacíos en el texto. Son palabras (por lo general, adjetivos) como "delicioso", que describen sin realmente decir nada. Así que la comida estaba deliciosa. ¿Por qué? ¿Las sardinas ligeramente fritas y el vino dulce que olía a albaricoque dieron paso a un tartrato de huevo y queso picante, condimentado con cardamomo y una docena de otras especias que ella no pudo identificar? ¿El pan era grueso y rico, con un toque de terrosidad, como si hubiera crecido directamente de la tierra oscura del exterior de la cabaña? Los siguientes son algunos descriptores vacíos a los que hay que prestar atención:
    • hermoso
    • maravilloso o increíble
    • adjetivos de tamaño (alto, corto, grande, largo o pequeño)
    • bueno o malo
    • joven o viejo
    • También existe el lenguaje vacío en la redacción académica de no ficción. Por ejemplo, una declaración de tesis que dice que " Hamlet de Shakespeare es una buena obra sobre el contraste entre el bien y el mal" es superficial y no proporciona ningún detalle sobre la afirmación. En contraposición, compara la siguiente declaración detallada de tesis: " Hamlet de Shakespeare examina los matices de la intención. La intención de Hamlet de vengar a su padre puede ser noble, pero su deseo de aniquilar a todos los que se interpongan en su camino hacia la venganza finalmente supera cualquier buena intención y lo convierte en alguien tan malo como el rey Claudio".
  4. Stephen King cree que "el camino al infierno está pavimentado con adverbios" y no es el único. [2] Los adverbios (palabras que modifican los adjetivos, los verbos u otros adverbios, y que generalmente terminan en “mente”) se deben usar con cautela. Ocasionalmente, pueden ser útiles, pero en la mayoría de los casos, debes buscar verbos más descriptivos o añadir un contexto que haga innecesario el adverbio. Por ejemplo: [3]
    • Evita los modificadores de lo dicho. En vez de "decir suavemente", prueba diciendo "susurrar". En vez de "decir temerosamente", prueba con "lloriquear".
    • Evita los modificadores de movimiento. En vez de "caminar lentamente", prueba con "dar una caminata", "deambular" o "pasear". En vez de "caminar rápidamente", prueba con "apurarse" o "correr".
    • Reemplaza los adverbios con contexto detallado. En vez de escribir "ella caminó sigilosamente", piensa en la razón por la que camina de esa manera y en qué es lo que siente. "Pasó de puntillas al guardia, cada crujido del parqué era como un trueno para ella".
  5. El olfato, el oído, el gusto y el tacto pueden hacer las descripciones más vívidas y tangibles. Pueden transportarte a un lugar de una manera que la descripción visual a menudo no puede. Piensa en el olor salado del aire marino o en el silbido del viento a través de la nieve que acaba de caer.
    • Olfato. "El perfume: la historia de un asesino" de Patrick Suskind tiene, como corresponde, algunas descripciones particularmente vívidas del olor. "Hombres y mujeres apestaban a sudor y a ropa sucia; en sus bocas apestaban los dientes infectados, los alientos olían a cebolla y los cuerpos, cuando ya no eran jóvenes, a queso rancio, a leche agria y a tumores malignos".
    • Gusto. Particularmente efectivo con la comida, el lenguaje del gusto puede ser aún más poderoso en otras partes. Por ejemplo: "Una ola lo engulló. Se acercó y escupió el agua salada de su boca".
    • Oído. Escucha la manera en que Robert Frost describe el sonido de un bosque por la noche: "...de sonidos familiares, el crujir de ramas, el rugir de árboles, cosas comunes, pero nada como golpear en una caja" (Robert Frost, "Noche invernal de un anciano").
    • Tacto. En "Una vez más al lago", E. B. White evoca vívidamente la sensación de tirar de un traje de baño mojado y frío: "Sacó sus pantalones goteantes de la línea... Lo vi, su pequeño y rígido cuerpo, flaco y desnudo, lo vi hacer un leve gesto de dolor cuando levantó la diminuta, empapada y helada prenda alrededor de sus órganos vitales".
  6. Un símil es una figura retórica que emplea la palabra "como" para hacer una comparación entre dos cosas. Por ejemplo: "Sus ojos eran tan grandes como platillos cuando miraba el pastel". Una metáfora hace una comparación implícita sin emplear "como". Por ejemplo: "Sus ojos eran platillos cuando miraba el pastel". Una metáfora bien escogida, como la famosa de Shakespeare "Todo el mundo es un escenario", puede servir para aclarar, mientras que una mala solamente confundirá. Para hacerlo bien, sigue las siguientes reglas: [4]
    • Trata de que las metáforas y los símiles que uses sean simples y claros. Cuanto más elaborados sean, más probable será que confundan y no aclaren nada.
    • No hagas mezclas. Escoge una comparación y enfócate en esta. De lo contrario, te arriesgas a escribir algo absurdo como "El presidente pondrá la nave del estado de pie". [5]
    • Emplea solo originales. Usar comparaciones trilladas como "lento como un caracol" no aportará nada al texto. Si la comparación no es interesante ni vívida, simplemente enfócate en una descripción directa.
    • Úsalos para evocar vívidamente sensaciones. Las metáforas y los símiles más poderosos generalmente pintan un cuadro o evocan un sonido, un sabor, un olor o una sensación en particular. Cuanto más tangible, mejor. Como en el caso de "El agua hizo un sonido como de gatitos lamiendo" ( El despertar de Marjorie Kinnan Rawlings).
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Método 2
Método 2 de 3:

Investigar para para dar más detalles

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  1. El punto de partida de cualquier texto debe ser la investigación general del tema. Esto significará diversas cosas para los distintos tipos de textos.
    • Ficción. Explora a fondo los detalles que son importantes para la historia. Esto puede significar aprender más sobre el trabajo del personaje principal o el escenario. El objetivo es aprender lo suficiente como para empezar a escribir. No te preocupes por saber cada mínimo detalle.
    • No ficción académica. La investigación del contexto significa estar al tanto de la literatura del campo en relación con el tema. Debes haber leído y digerido todos los trabajos con los que el artículo o el libro que escribes guarde relación.
    • Redacción profesional. Ya sea que escribas un discurso o un alegato, tendrás que investigar los detalles importantes. Debes saber lo suficiente como para estructurar el esquema del argumento. Luego, rellena esa estructura a medida que escribas.
  2. Wikipedia es un buen sitio para comenzar con la información general. Pero nunca te conformes con la investigación por Internet. Es sabido que las fuentes en línea son poco confiables. Asegúrate de verificar cualquier información que vayas a usar con al menos tres fuentes independientes. [6]
    • Si haces una investigación, los artículos de revistas con la revisión de colegas del campo son el estándar de oro. Los libros de editoriales prestigiosas, especialmente de universidades, y las fuentes gubernamentales son también sitios en los que puedes buscar. Siempre trata de encontrar las fuentes más reputadas posibles.
  3. Ya sea que escribas ficción, no ficción o un documento profesional, terminarás perdiendo el tiempo si tratas de investigar cada mínimo detalle antes de empezar a escribir. Esto se debe a que es imposible saber exactamente qué información necesitarás hasta que empieces a escribir. Es mucho más efectivo aprender los aspectos básicos, establecer un esquema y luego incluir los detalles que necesitas sobre la marcha.
  4. Si encuentras un hecho interesante en un libro, usa la cita para averiguar de dónde proviene. Lee esa fuente. Esta es una buena manera de conseguir fuentes primarias. Ahí es adonde debes llegar. Debes analizar el material real para que puedas aportar tu propia visión o dar tu propio enfoque a las cosas.
  5. Los bibliotecarios de las universidades, particularmente, pueden ser un buen recurso. Estos pueden conducirte a fuentes útiles que quizás no encontrarías de otro modo. Además, por lo general, les gusta la idea de ayudar. Es su trabajo. [7]
  6. Apunta con cuidado dónde encontraste cualquier información que pienses utilizar. En el caso de las obras de no ficción, citar las fuentes es vital para establecer la legitimidad del argumento y evitar las acusaciones de plagio. Sin embargo, incluso al investigar para una obra de ficción, es útil saber dónde encontraste las cosas en caso de que necesites buscarlas de nuevo.
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Método 3
Método 3 de 3:

Crear una ficción más detallada

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  1. Es importante saber cómo lucen los personajes, pero cómo piensan, hablan o se mueven puede dejar una impresión aún más fuerte. Piensa en Sherlock Holmes. Sus rasgos distintivos son que es increíblemente inteligente, no le agrada la gente y que es un poco drogadicto. Prueba lo siguiente al crear un personaje: [8]
    • Usa las reacciones de otro personaje para transmitir la información. Por ejemplo: "La conversación cesó cuando Esmeralda entró en la habitación. Todos los ojos se posaron en ella".
    • Usa la historia de una persona para transmitir sus cualidades. Por ejemplo: "Su apetito era legendario. Se decía que una vez se comió un jabalí entero al instante" o "Una vez había pasado un año sin decir nada más que “sí, señor”, “no, señor” o “creo que no, señor”".
    • Enfócate en el movimiento del personaje en vez de en su apariencia. Por ejemplo: "Se movía con la gracia de una bailarina".
    • Si vas a hablar de la apariencia, no describas todo. Escoge un rasgo distintivo en particular. Por ejemplo: "Vic es cuadriculado, dispuesto y estable, el tipo de persona que se frota las manos al principio de algo. Sus manos siempre están limpias" (Graham Swift, Últimos pedidos ).
  2. Los personajes más fuertes se suelen definir por la manera en que hablan o piensan, como Balram Halwai, el héroe de El tigre blanco de Aravind Adiga. Su voz es inteligente, graciosa y viva. Por ejemplo: "Por respeto al amor a la libertad mostrado por el pueblo chino y también por la creencia de que el futuro del mundo está en manos del hombre amarillo y del hombre moreno ahora que nuestro antiguo maestro, el hombre de piel blanca, se ha consumido a sí mismo a través de la sodomía, el uso de teléfonos celulares y el abuso de drogas, me ofrezco a decirles, gratuitamente, la verdad sobre Bangalore".
  3. No es necesario que sigas y sigas para crear una imagen vívida. Hacerlo solo hará que la historia sea más lenta. En vez de eso, enfócate en algunos detalles clave y deja que el lector imagine el resto.
    • Muy pocos escritores lo hacen mejor que Erin Morgenstern en El circo de la noche , un libro lleno de descripciones sorprendentemente ingeniosas y concisas, como esta acerca de un reloj fantástico: "El cuerpo del reloj, que ha estado girando de adentro hacia afuera y expandiéndose metódicamente, se ha convertido ahora en tonos sutiles de blanco y gris. Y no son solo piezas, son figuras y objetos, flores y planetas perfectamente esculpidos, y libros diminutos con páginas de papel reales que dan vueltas".
  4. En muchos libros, especialmente en los de ficción histórica, el escenario es casi otro personaje. Sin embargo, cuando se describe un lugar real (por ejemplo, la Francia del siglo XIX), no debes ahogar al lector con los detalles. En vez de eso, escoge unos cuantos para crear una impresión del lugar; por ejemplo, los pequeños círculos de luz que lanzan las lámparas de gas y que iluminan secciones de la calle pavimentada, el olor del pan recién horneado mezclado con el hedor del Sena o el tintineo de las campanas de cien iglesias.
    • Incluye los nombres de los lugares para crear una impresión del lugar. En vez de "el río", "el Sena". En vez de "una gran plaza", la "Place de la Bastille".
    • Las palabras extranjeras también pueden crear una impresión del lugar si se incluyen moderadamente a lo largo del texto. "Shogun" de James Clavell, ambientado en el Japón feudal, hace un fantástico trabajo en este sentido. Usa "hai" en vez de "sí", "tomodachi" en vez de "amigo" o "domo" en vez de "gracias".
  5. A veces, el detalle clave es lo que no está ahí. [9] Una mujer puede llegar a un baile con un vestido fabuloso y una sonrisa en la cara, pero no tener alegría en los ojos. En un bosque puede haber robles altos y maleza exuberante, pero no cantos de pájaros ni llamadas de animales, ni siquiera el zumbido de los insectos. Recuerda que lo que no está ahí a veces puede revelar más que lo que está.
    • Nuevamente, El circo de la noche de Erin Morgenstern, proporciona un buen ejemplo de descripción a través de la ausencia. Al presentar el circo, lo define a través de lo que le falta, color. "Las tiendas de campaña tienen rayas blancas y negras, no se ven tonos ni dorados ni carmesíes. Ningún color en absoluto, excepto por los árboles vecinos y la hierba de los campos circundantes... Incluso el suelo que se ve desde el exterior es negro o blanco, pintado o pulverizado, o tratado con algún otro truco de circo".
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