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Sostener a un bebé por primera vez puede ser estresante, sobre todo si no estás seguro en cuanto a la mejor forma de hacerlo. Se puede sostener a un bebé de varias formas distintas, siendo una de las más comunes la posición de cuna. Esta es una posición segura que sirve para alimentar, sostener y calmar a un bebé, y te brinda apoyo a la vez que permite que establezcas contacto visual con el bebé. Si quieres colocarte en la posición de cuna, levanta al bebé hacia tu pecho dándole apoyo a su cabeza, cuello y trasero. Luego, gira el bebé de forma que su cabeza quede apoyada de forma segura en el recodo de tu brazo. Practica este agarre estando sentado y serás un experto en la posición de cuna en un abrir y cerrar de ojos.

Método 1
Método 1 de 2:

Entrar y salir de la posición

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  1. No levantes al bebé completamente hacia tu pecho, pues es mucho más fácil y seguro que te inclines hacia él mientras colocas las manos en posición. Esto minimiza la distancia que se debe mover al bebé teniendo únicamente el apoyo de las manos.
    • Si quieres levantar al bebé, es más fácil si se encuentra boca arriba. Asimismo, tu cuerpo debe encontrarse en paralelo al del bebé. [1]
  2. Al levantar a un bebé (sobre todo un recién nacido), es muy importante que les des apoyo a su cabeza y cuello, ya que los bebés no tienen la capacidad para sostener su propia cabeza. Desliza tu mano dominante debajo del cuello y la base de la cabeza del bebé. Mantén el dedo pulgar a un lado de su rostro y los otros dedos del otro lado. [2]
    • Coloca la base de tu dedo pulgar detrás del cuello del bebé y separa los dedos para brindarle un mayor apoyo alrededor de la base de la cabeza.
    • Evita sujetarlo con mucha firmeza. En cambio, sujeta con suavidad el cuello y la cabeza del bebé en la palma de la mano.
  3. Con el bebé aún recostado, desliza tu mano no dominante debajo de su trasero. Acércate a él por el lado opuesto, como si fueras a abrazarlo.
    • Nuevamente, separa los dedos para brindarle el máximo apoyo. [3]
    • Si eres diestro, la mano derecha debe estar debajo de la cabeza, y el cuello del bebé (desde tu lado derecho o el lado izquierdo del bebé) y la mano izquierda debe darle apoyo al trasero del bebé (desde tu lado izquierdo, que es el lado derecho del bebé).
  4. Cuando estés inclinándote sobre el bebé con las dos manos en la posición correcta, levántalo y sujétalo contra tu pecho. Al sostener al bebé contra tu cuerpo, le brindas un apoyo adicional que te facilitará más deslizar las manos a la posición de cuna. [4]
  5. Sujetando al bebé de forma segura contra tu pecho, puedes girarlo con lentitud hacia la posición de cuna. Gira al bebé hacia tu mano no dominante colocándole la cabeza y el cuello en el recodo de tu brazo no dominante. Mantén tu mano no dominante en su lugar para darle apoyo al trasero del bebé. [5]
    • Por ejemplo, si levantaste la cabeza del bebé con la mano derecha (dominante), colocarás su cabeza en el recodo de tu brazo izquierdo (no dominante).
    • Empezaste con el cuerpo del bebé en paralelo al tuyo al colocar las manos en la posición para levantarlo. Ahora, lo girarás con lentitud hacia un lado de forma que su cuerpo quede perpendicular al tuyo.
  6. Asegúrate de que la cabeza del bebé esté apoyada con comodidad y seguridad en el recodo de tu brazo no dominante. Puedes sacar la mano dominante con suavidad. No olvides sostener al bebé cerca de tu propio cuerpo con un agarre suave pero que le brinde apoyo.
    • No dudes en volver a posicionar la mano dominante para brindarle apoyo adicional al trasero o la barriga del bebé. Esto es importante si estás de pie, y puede ser de particular utilidad para hacer rebotar al bebé. [6]
    • Como otra opción, si el bebé está apoyado sobre tu regazo (o sobre un cojín encima de tu regazo), puedes hacer otra actividad con la mano dominante, como darle el biberón o amamantar al bebé. [7]
  7. Cuando estés listo para recostar al bebé, sigue el proceso inverso que al levantarlo. No olvides inclinarte lo más cerca posible de la cuna o el asiento del bebé para minimizar la distancia que tenga que desplazarse sin apoyo. Vuelve a colocar la mano dominante debajo de la cabeza y el cuello del bebé, y luego gíralos de forma que abraces su cuerpo estrechamente y en paralelo al tuyo. [8]
    • Sigue dándole apoyo al trasero del bebé con tu mano no dominante.
    • Coloca primero el trasero sobre la cuna o el asiento y luego recuesta su cabeza de una forma lenta y suave.
    • Después de que todo el cuerpo del bebé esté en contacto con la cuna o el asiento, puedes sacar los brazos con suavidad de abajo del bebé.
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Método 2
Método 2 de 2:

Usar la posición de cuna

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  1. Posiciona una silla cómoda cerca y siéntate inmediatamente después de levantar al bebé. Esta es una excelente forma de practicar entrar y salir de la posición. Asimismo, sentarte puede ser ventajoso cuando quieras sostener o alimentar al bebé.
    • Una mecedora o un sillón cómodo funcionarán perfectamente.
    • Practicar la posición de cuna en una silla cómoda te será de ayuda para adquirir un poco de confianza.
    • Si el bebé empieza a retorcerse para escaparse de tus manos, puedes darle apoyo con tu regazo o con un cojín sobre tu regazo mientras vuelves a posicionar los brazos. [9]
    • Usar una silla y tu regazo como apoyo adicional será útil para dejar libre tu mano dominante para otras actividades. Por ejemplo, puede ser de ayuda al amamantar al bebé o ajustarle la ropa. [10]
  2. Después de que tengas confianza en tu capacidad para sujetar al bebé en la posición de cuna estando sentado, puedes probar con esta posición estando de pie. Puede serte de ayuda usar la mano dominante para darles apoyo adicional a la barriga y el trasero del bebé.
    • Prueba con flexionar y estirar las rodillas para hacer rebotar al bebé mientras lo sostienes en la posición de cuna. Asegúrate de separar un poco los pies para tener el apoyo suficiente. [11]
    • Asimismo, puedes probar con mecerlo de lado a lado mientras esté en la posición de cuna para calmar a un bebé que esté de mal humor o ayudar a que se duerma.
    • Más adelante, puedes pasar a caminar mientras sostienes al bebé en la posición de cuna.
  3. En el caso de los bebés excepcionalmente movidos o molestos, quizás te resulte más fácil sostenerlos en la posición de cuna después de envolverlos con una frazada. [12]
    • Envolver a un bebé no solo ayuda a reconfortarlo, sino más bien te ayuda a equilibrar su cuerpo con mayor facilidad, ya que no podrá mover los brazos y las piernas de un lado a otro.
  4. Independientemente de que amamantes o les des un biberón al bebé, la posición de cuna puede ser ideal. Esta posición dejará libre tu mano dominante de forma que puedas sostener el biberón o ayudar a que el bebé se prenda de tu pecho, sobre todo si vas a usar tu regazo y posiblemente un cojín como apoyo adicional. [13]
    • Al amamantar al bebé, gíralo de forma que su pecho mire hacia el tuyo. Métele el brazo debajo del cuerpo y levántale la cabeza hacia tu pecho con el codo. [14]
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Consejos

  • En la posición de cuna, la cabeza del bebé debe estar un poco por encima de sus pies. Esto es más cómodo tanto para él como para ti.
  • Los bebés únicamente pueden ver alrededor de 30 cm (1 pie) frente a ellos, por lo que inclinarte hacia el bebé maximiza la cantidad de contacto visual que puedes establecer con él. Este contacto visual es de particular importancia si el bebé está molesto, ya que hará que puedas calmarlo y consolarlo.
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Advertencias

  • Siempre debes lavarte las manos antes de levantar a un bebé (sobre todo a un recién nacido), ya que ellos tienen una gran sensibilidad a la suciedad y las bacterias y podrían enfermarse.
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