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A primera vista, ser orgulloso podría parecer una fortaleza. De hecho, resulta ser sinónimo de darse elogios e importancia a sí mismo, lo cual significa que las personas orgullosas podrían tener dificultades para ver sus propios resultados. Si eres orgulloso, podrías verte como alguien mejor que los demás. Al final, el orgullo puede arruinar relaciones y evitar el desarrollo personal. Supera tu orgullo al reconocer este mal hábito, eliminar la vergüenza y reemplazarla con humildad.

Método 1
Método 1 de 3:

Reconocer tu orgullo

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  1. Si eres una persona orgullosa, podrías tener problemas en admitir que estás equivocado. En cierta forma, todos tienen dificultades para aceptar los errores. Es posible que niegues responsabilidad porque el acto de “estar equivocado” no se alinea con tu autoconcepto. No obstante, admitir que estás equivocado no es una debilidad, simplemente es parte de ser humano. [1]
    • Aprende a admitir el error y a disculparte o rectificarte cuando estés equivocado. Simplemente di “Lo siento, ese fue mi error”. Hacerlo te servirá para mantener relaciones e incluso podría beneficiar tu crecimiento personal.
  2. En cierta forma, el orgullo en exceso hace que seas inestable porque siempre tienes miedo a perder favores o estatus. Debido a esta inestabilidad, podrías ser muy propenso a defenderte. Estar a la defensiva hace que te veas inflexible e inseguro y, además, cierra los canales de comunicación.
    • En vez de estar a la defensiva, haz una pausa. No sigas tus instintos que te dicen que te defiendas. Respira un poco profundamente. Acepta (hasta un determinado punto) al decir “Sí, y…”. Esto es preferible a decir “Sí, pero”, lo cual te pone a la defensiva. Después trata de trabajar con la otra persona a fin de intercambiar ideas sobre una solución efectiva que no ponga en peligro la relación. [2]
    • Haz tu mejor esfuerzo a fin de desarrollar una actitud curiosa y considerar los puntos de vista de los demás.
    • Esfuérzate en aceptar la crítica como una experiencia de aprendizaje. Tomar las cosas a título personal hace que te sea difícil reflexionar y mejorar.
  3. Practica la conciencia plena . La conciencia plena te permite reducir la velocidad y conectarte con el momento presente. Esto da conciencia a tus ideas y puede ayudarte a reconocer tus pensamientos y reacciones orgullosos. Empieza una práctica de conciencia plena al notar y aceptar al final esas partes de ti mismo. [3]
    • Puedes activar la conciencia plena durante los momentos en que tu orgullo tenga el control. Por ejemplo, cuando te sientas amenazado por un compañero de trabajo que realiza un trabajo sobresaliente. Puedes reducir la velocidad y sintonizar tus pensamientos y sentimientos. Recuerda que no tienes que ver el éxito de los demás como una amenaza. En vez de eso, piensa en algunas formas en que puedes aprender de esa persona. Podría serte útil celebrar el éxito de los demás.
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Método 2
Método 2 de 3:

Deshacerte de la cohibición

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  1. El orgullo hace que te sientas cohibido. Como resultado, es menos probable que hagas algo que altere tu estado. Podrías evitar hacer cualquier cosa que haga que las personas te juzguen, lo cual podría implicar no correr riesgos ni probar cosas nuevas. [4]
    • Identifica una cosa que te gustaría aprender o hacer y elabora un plan para empezar dentro de la siguiente semana. No lo pienses demasiado, simplemente hazlo.
    • A medida que te involucres en esta actividad desafiante, concéntrate en cómo te sientes a fin de desafiar tu cohibición. Abstente de pensar en las opiniones o juicios de otras personas. Si cometes un error, acéptalo como parte de tu desarrollo. Es normal y natural cometer errores.
  2. . Las personas orgullosas rara vez buscan comentarios. Sin embargo, conseguir otro punto de vista algunas veces es la única forma de mantener una perspectiva precisa de ti mismo. Asume el compromiso de empezar a buscar y utilizar la crítica constructiva. [5]
    • Para empezar, pide a algunos amigos o colegas que te den una lista honesta de tres rasgos que admiran de ti y luego tres rasgos en los que podrías tener que trabajar un poco. No te defiendas. Di “Gracias” y mira cómo puedes usar tales sugerencias para tu crecimiento personal.
  3. Cuando te comparas, buscas la forma de ser mejor que los demás. Como persona orgullosa, podrías vincular tu autoestima a aquello que tienes o que has hecho. Sin embargo, la forma más saludable de autoestima está relacionada con el hecho de quién eres. No depende de logros ni de pertenencias. [6]
    • Reconoce tus convicciones actuales pero aprende a cuestionarlas. Esto te ayudará a crecer.
  4. El orgullo y la cohibición con frecuencia te hacen creer que sabes todo lo que hay que saber. Y, si no es así, no te atreverías a hablar con nadie. Supera el orgullo al admitir que no tienes todas las respuestas. Siéntete bien al decir “No sé”. Ten la valentía de hacer preguntas para ampliar tu forma de pensar. [7]
    • Por ejemplo, estás en clase y el profesor te hace una pregunta. Tu reacción típica cuando no sabes algo podría ser ponerte a la defensiva. En vez de eso, podrías decir algo como “No estoy seguro. ¿Puede ayudarme a entender?”.
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Método 3
Método 3 de 3:

Desarrollar la humildad

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  1. Si el orgullo te guía, es probable que tengas dificultades para admitir tus deficiencias. Haz un ejercicio de vulnerabilidad y empieza a revelar tus imperfecciones. Podrías darte cuenta de que los demás se sienten más atraídos hacia ti. Además, estarás en una mejor posición para ofrecer tus comentarios sin ser arrogante.
    • Esto no tiene que ser una gran revelación. Puedes empezar por cosas pequeñas. La próxima vez que escuches que otra persona se siente vulnerable ante algo (por ejemplo, si ves que alguien dice “¡Oh, cómo tengo problemas para resistirme a los dulces!”), tal vez puedas identificarte con ella. Si es así, dilo. No evites desarrollar conexiones más profundas en un esfuerzo por parecer perfecto. [8]
    • La vulnerabilidad requiere coraje; sin embargo, será más fácil si practicas más.
  2. Escucha de forma activa . Puedes aprender algo de todos, incluso de personas que parecen estar por debajo de ti. Si adoptas la idea de que lo que tienes que decir es más valioso que aquello que los demás tienen para decir, alejarás a las otras personas. Este enfoque también limitará bastante tus opciones de crecimiento. [9]
    • Incluso si alguien se acerca a ti con una idea excéntrica, muéstrale el respeto de escuchar. Quién sabe, tal vez a mitad de camino de su discurso, podrías empezar a ver la genialidad de su plan.
  3. Ya sea en tu vida personal o profesional, vale la pena compartir el protagonismo. Algunas veces las personas orgullosas no saben si deben dejar brillar a los demás. Podrías pensar que eso reducirá tus propios logros; sin embargo, no será así. Da crédito donde corresponde. Y, si ves algo positivo en otra persona, díselo. [10]
    • Por ejemplo, si notas que un amigo parece ser muy bueno para escribir, díselo. Di algo como “Guau, siempre pensé que yo era el escritor del grupo, pero tú tienes algunas habilidades, José. ¡Esto es asombroso!”.
    • Levantar a los demás también te ayuda a levantarte a medida que te desarrollas más plenamente como persona.
  4. La gente humilde entiende que todos, en algún momento, necesitan ayuda. Sin embargo, las personas orgullosas podrían tratar de hacerlo todo ellas mismas y así fingir que no necesitan a los demás. Pedir ayuda no es un signo de debilidad. De hecho, si así reduces el sufrimiento y promueves la colaboración, es algo inteligente que puedes hacer. [11]
    • Da unos primeros pasos al pedir a otros que te ayuden cuando lo necesites. Esto podría ser tan simple como pedirle a alguien que está delante de ti que sostenga la puerta o decirle a un amigo que tú podrías ser alguien que lo escuche. Fíjate cuán receptiva es la gente a tus pedidos. ¡A la gente le gusta ayudar!
  5. Ser humilde no se traduce en poner a los demás delante de ti a costa de ti mismo. Más bien significa simplemente no estar tan enfocado interiormente como para perder oportunidades de servir. Dirige tu enfoque hacia afuera e identifica cómo puedes servir y conectarte con los demás como iguales. [12]
    • La próxima vez que veas que alguien tiene problemas, ofrécele una mano. Pregúntale a tu compañero de trabajo, pareja o amigo “¿Hay algo que pueda hacer para que tu día sea mejor?”.
    • También puedes servir al ofrecer tu tiempo de forma voluntaria en la comunidad local.
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