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Un vaporizador consiste en un aparato mecánico que hace que el agua se convierta en vapor, el cual es liberado en el ambiente cercano. Por lo general, estas máquinas son de utilidad para eliminar la congestión o humectar los conductos nasales secos. Es probable que cada modelo de vaporizador cuente con sus propias instrucciones; no obstante, todos requieren algunos procedimientos generales.

Método 1
Método 1 de 3:

Elegir un vaporizador

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  1. El doctor hablará de tus síntomas (si cuentas con alguno) y todo problema ambiental que haya en tu casa. Asimismo, te hará recomendaciones sobre las siguientes medidas apropiadas a adoptar, como el uso de un vaporizador o un humidificador.
    • El uso de un vaporizador podría brindarle un alivio temporal a las personas que padecen de enfermedades respiratorias agudas (a corto plazo), como el resfriado, la gripe o la bronquitis. [1]
    • El vaporizador puede ser de utilidad para aquellos que cuenten con enfermedades respiratorias crónicas; no obstante, es probable que el doctor te sugiera usar aparatos más especializados.
    • Los vaporizadores le agregan humedad al aire, por lo que pueden ser de utilidad para las casas en las que haya un aire muy seco o un clima muy frío o seco, ya que brindarán una mayor comodidad en general.
    • Debes consultar con el doctor acerca de los posibles efectos secundarios del uso del vapor, como el aumento del desarrollo de bacterias u otros problemas con el aire húmedo.
  2. Ambos aparatos funcionan de manera similar, pero brindan beneficios un poco diferentes para tu salud y el ambiente de tu casa. Deberás tener en cuenta a la persona y el objetivo para los que vas a comprar estos aparatos.
    • Los vaporizadores de vapor caliente emplean calor para hacer que el agua se convierta en vapor y agregarle humedad al ambiente.
    • Los humidificadores de vapor frío liberan un leve vapor de agua fría en el aire, lo cual también brinda humedad.
    • Ten en cuenta que la American Academy of Pediatrics desaconseja rotundamente el uso de vaporizadores en las habitaciones de los niños. [2] [3]
  3. Podrás elegir el tipo y el tamaño del aparato que vas a comprar si determinas cuál será la habitación en donde lo colocarás.
    • Si el aparato es para un niño, su habitación debe contar con espacio suficiente para que esté fuera de su alcance.
    • Si vas a adquirir el vaporizador para mejorar el ambiente de tu casa en general, elige la habitación que probablemente les brinde el mayor beneficio a tu familia y a ti.
  4. Podrás tomar una decisión más informada sobre tu salud y tu comodidad si te tomas un tiempo para leer la información del empaque y, si es posible, observar el aparato en sí.
    • Ten en cuenta el espacio con el que cuentas para colocar y guardar el vaporizador. Los de mayor tamaño podrían hacer que tengas dificultades para mantenerlos lejos de los niños; no obstante, es probable que los aparatos más pequeños no brinden el vapor necesario para surtir efecto.
    • Puedes tener una idea de la facilidad con la que se puede usar y limpiar el aparato si lees el empaque y observas las revisiones, si vas a comprar por Internet. Elige un aparato cuyas instrucciones de uso sean más sencillas si tienes muchas cosas que hacer o si cuentas con problemas de salud que hagan que tengas dificultades para limpiarlo de manera minuciosa.
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Método 2
Método 2 de 3:

Emplear el vaporizador

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  1. Los aparatos pueden asemejarse de muchas maneras; sin embargo, los requisitos para su cuidado y su uso podrían ser diferentes. Asimismo, las instrucciones te indicarán la manera de desarmar y limpiar el vaporizador.
  2. Puedes usarlo en cualquier momento; no obstante, la mayor parte de las personas prefieren hacerlo durante la noche. Es probable que puedas dormir con más comodidad, ya que estos aparatos alivian la sequedad o la congestión en los conductos nasales.
    • No debes usar el vaporizador todo el día, ya que esto hará que el aire cuente con demasiada humedad, lo que podría provocar un aumento en el desarrollo de moho u hongos en tu casa. Estos pueden provocar mayores problemas respiratorios.
    • La humedad interior de tu casa nunca debe ser mayor al 50 %. [4] Puedes medir la humedad del aire de tu casa con un higrómetro para interiores.
  3. El agua de grifo contiene minerales, algunos de los cuales pueden atorar el aparato o esparcir el polvo y los contaminantes en el aire de tu casa. [5] [6]
    • La mayor parte de los vaporizadores cuentan con “líneas de llenado” que indican cuán elevado debe ser el nivel de agua. No llenes el contenedor en exceso, ya que podrías causar derrames.
    • Algunos vaporizadores se apagarán de manera automática cuando el contenedor se haya vaciado; no obstante, debes llenarlo cada vez que desees empezar a usar el aparato, como a la hora de dormir.
  4. Debes colocarlo alejado del contacto directo con la piel de las personas, a una distancia aproximada de 122 cm (4 pies). [7] Si el vapor caliente de un vaporizador entra en contacto con la piel, este puede provocar quemaduras, en particular si esto ocurre por un largo lapso de tiempo.
    • Si vas a usar un vaporizador en la habitación de un niño o en una casa con niños, este debe estar en una superficie elevada que no puedan alcanzar, así evitarás que se quemen por accidente. Asimismo, debes cerciorarte de que la superficie cuente con la resistencia necesaria para soportar las vibraciones que podrían mover el vaporizador.
    • No uses ni coloques el vaporizador en un área en donde la ropa de cama, las cortinas, las alfombras u otros materiales de tela puedan humedecerse. Puedes colocar toallas debajo del aparato, así evitarás que el agua gotee o que la condensación dañe la superficie de tu mueble.
  5. Algunos vaporizadores se encienden justo después de conectarlos. No obstante, la mayoría de ellos cuentan con un interruptor, botón o selector que deberás rotar para encenderlos.
  6. [8] Un ambiente húmedo y cálido puede ser excelente para el alivio de la congestión; sin embargo, las bacterias y el moho pueden empezar a desarrollarse si la habitación está húmeda por demasiado tiempo.
    • Tu familia y tú podrían sufrir de más problemas respiratorios si las bacterias o el moho empiezan a desarrollarse.
    • Mantén abiertas las puertas y, si es posible, las ventanas durante el día, si no estás usando el vaporizador. Si es necesario, enciende un ventilador eléctrico, así harás que el aire circule en el interior de la habitación.
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Método 3
Método 3 de 3:

Limpiar el vaporizador

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  1. Estas deben indicar la frecuencia con la que debes limpiarlo y los químicos que sean seguros para su limpieza.
    • Para limpiar un vaporizador, por lo general requerirás una solución de limpieza, un cepillo para botellas o vegetales, agua limpia y un paño de microfibra o papeles toalla.
    • Puedes conseguir unos guantes de caucho para proteger tu piel durante la limpieza.
  2. Las bacterias se desarrollan en los ambientes con humedad, y estas pueden empezar a brotar dentro del vaporizador si no lo limpias y lo secas de manera adecuada. Si las bacterias se desarrollan en el interior del aparato, este las liberará en el aire cuando cree vapor. [9]
    • Reemplaza el agua destilada todos los días y limpia el aparato una vez cada tres días como mínimo. [10]
    • Si también usas el aparato durante el día, debes limpiarlo con más frecuencia.
  3. Por lo general, basta con mezclar un poco de jabón antibacteriano o detergente para vajilla suave con agua caliente. Si deseas una solución más fuerte, usa peróxido de hidrógeno al 3 %. [11]
    • Si el vaporizador que usas requiere el uso de una solución de limpieza específica, sigue las indicaciones del fabricante y emplea esa solución recomendada.
    • Si deseas realizar una limpieza muy minuciosa, emplea una solución con 1 % de lejía, que esté compuesta por 1 parte de lejía y 9 partes de agua.
    • Sin importar el tipo de lejía que uses, protege tu piel usando guantes de caucho.
  4. Para hacerlo, sigue las instrucciones del fabricante. Por lo general, el contenedor es la única parte que debes desmontar para limpiar el aparato.
    • Verifica si el tanque presenta signos de crecimiento de moho. Si debes limpiar la base, ten cuidado de no sumergir ninguna pieza mecánica; en lugar de ello, emplea un cepillo mojado con un poco de la solución de limpieza y seca con un paño.
    • Algunos modelos no pueden desarmarse. En el caso de estos humidificadores de vapor, solo tendrás que abrir la tapa o la cubierta del contenedor de agua e intentar limpiarlo cuando está conectado al resto del aparato.
    • Para desarmar el aparato, solo debes aplicar presión de manera leve. Si ejerces demasiada fuerza, podrías dañar los componentes de cierre y hacer que el uso del aparato ya no sea seguro.
  5. Basta con usar un cepillo para biberones o para vegetales; no obstante, también puede ser de utilidad usar un paño de microfibra. Moja el cepillo o el paño con la solución de limpieza y restriega por completo el interior del contenedor de agua. Vuelve a mojar el paño con la solución según sea necesario, hasta que todo el contenedor esté limpio.
  6. Puedes emplear agua de grifo o agua destilada. Echa un poco de agua en el contenedor, agítala y deséchala de inmediato, así eliminarás todo rastro de jabón o detergente en el contenedor.
    • Enjuaga bien el contenedor, luego remoja los componentes en vinagre blanco, así desinfectarás el aparato por completo.
    • Si es necesario, toma un mondadientes y limpia todo rastro visible de moho en los tubos y las válvulas más delgados.
  7. Debes secar el contenedor por completo, así evitarás que el aparato se contamine con los gérmenes o los minerales del agua. Esto es importante en particular si estás alistando el vaporizador para guardarlo.
    • La opción más higiénica son los papeles toalla, ya que podrás usar uno fresco cada vez que seques, lo que no ocurre con las toallas, las cuales pueden retener y propagar los gérmenes.
    • Antes de volver a colocar el contenedor en la base, deja que seque al aire por completo.
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Consejos

  • Si el vaporizador no es eficaz, emplea un humidificador de vapor frío. Este funciona de la misma manera que un vaporizador y tiene la misma eficacia; [12] sin embargo, algunas personas podrían considerar que es más cómodo inhalar vapor frío, en lugar de la humedad cálida que el vaporizador emite.
  • Si no vas a usar tu vaporizador, guárdalo de manera adecuada. Cerciórate de limpiar y secar el aparato por completo antes de guardarlo por un largo tiempo, así disminuirás la probabilidad de que las bacterias y el moho se desarrollen en los componentes.
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Advertencias

  • No se recomienda usar vaporizadores en las casas en donde vivan niños. El vapor y el agua calientes conllevan riesgos considerables de sufrir quemaduras. [13] [14]
  • No uses el vaporizador si su cable luce dañado o deshilachado. Esto conlleva un peligro eléctrico considerable, en particular si se tiene en cuenta que el aire que está cerca del cable dañado se volverá húmedo.
  • Es probable que los síntomas de las personas con asma empeoren si el aire es más húmedo y si se encuentran en un entorno con un mayor desarrollo de moho. Si sufres de asma o una enfermedad relacionada, conversa con un doctor. [15]
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