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Las heridas de bala son una de las lesiones más traumáticas que una persona puede sufrir. Es difícil evaluar con precisión el daño que ocasiona una herida de esta magnitud, ya que por lo general es mucho más grave de lo que se observa a simple vista. La mejor opción es llevar a la víctima a un hospital tan pronto como sea posible. Sin embargo, existen algunas medidas que puedes tomar antes de que llegue la ayuda profesional.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Administrar los primeros auxilios básicos

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  1. Si la víctima recibió un disparo de manera accidental (por ejemplo, mientras iba de cacería ), asegúrate de que todas las armas de fuego apunten lejos de las demás personas y descárgalas. Si la víctima recibió un disparo en un crimen, verifica que el tirador ya no se encuentre en la escena y asegúrate de que tanto tú como la víctima se encuentren a salvo para evitar una lesión mayor. Utiliza el equipo de protección personal si está disponible.
  2. Pide ayuda . Comunícate con los números de emergencia de tu localidad para recibir asistencia médica. Si llamas desde un teléfono celular, asegúrate de proporcionarle tu ubicación al operador, ya que si no lo haces, tendrá dificultades para localizarte de otra manera. [1]
  3. No muevas a la víctima, a menos que sea absolutamente necesario para salvaguardar su integridad. Mover a la víctima podría agravar una lesión en la columna. Al elevar la herida puedes reducir la hemorragia, pero no debes considerar esta opción a menos que estés completamente seguro de que no existe una lesión en la columna.
  4. El tiempo es tu peor enemigo al socorrer a una víctima. Las víctimas que llegan al hospital dentro de la "hora de oro" tienen muchas más probabilidades de sobrevivir. Trata de moverte rápidamente sin enloquecerte ni entrar en pánico.
  5. Presiona directamente sobre la herida para controlar la hemorragia . Toma un pedazo de tela, una venda o una gasa y presiona directamente sobre la herida utilizando la palma de tu mano. Mantente así por lo menos durante diez minutos. Si la hemorragia persiste, verifica la ubicación de la herida y considera cambiar de posición. [2] Coloca una segunda capa de vendas. Si las vendas se mojan, no las retires. [3] .
  6. Si la hemorragia disminuye, coloca un paño o gasa sobre la herida. Envuelve la herida para ejercer presión. No la envuelvas con demasiada fuerza para que la víctima no pierda la circulación o la sensibilidad en sus extremidades. [4]
  7. Prepárate para socorrer a la víctima si presenta una conmoción . Con frecuencia, las heridas de bala producen una conmoción (lesión causada por un trauma o pérdida de sangre). Debes anticipar que la víctima mostrará signos de una conmoción, por lo que debes tratarla como corresponde, asegurándote de que la temperatura de su cuerpo se mantenga constante (debes abrigarla para que no se enfríe). Afloja la ropa apretada y cubre a la víctima con una manta o un abrigo. Normalmente, se debe elevar las piernas de la víctima mientras sufre una conmoción; sin embargo, debes abstenerte de hacerlo ya que podría tener una lesión en la columna o una herida en el torso. [5]
  8. Dile que todo va a salir bien y que no la dejarás sola. Es importante que la tranquilices. Pídele a la persona que te hable y trata de mantenerla abrigada en todo momento.
  9. Continúa tranquilizándola y manteniéndola abrigada. Espera a que lleguen las autoridades. Si la sangre se coagula alrededor de la herida, no retires los paños, ya que estos evitan que la sangre se salga.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Evaluar el estado de la víctima

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  1. Para el tratamiento avanzado es importante que tengas en cuenta el estado de la víctima. Las siglas “V.R.C.D.E.” (Vías respiratorias, Respiración, Circulación, Discapacidad, Exposición) son una manera sencilla de recordar los factores importantes que debes considerar. Evalúa estos cinco factores fundamentales para verificar qué tipo de ayuda requiere la víctima. [6]
  2. Si la persona está hablando, probablemente sus vías respiratorias están despejadas. Si está inconsciente, asegúrate de que sus vías respiratorias no estén obstruidas. Si no existe ninguna lesión en su columna, inclina la cabeza de la víctima. [7] Presiona suavemente sobre su frente con la palma de la mano, mientras colocas la otra debajo de su barbilla y la utilizas para inclinar su cabeza hacia atrás. [8]
  3. Verifica si la víctima está respirando con normalidad. Verifica si su pecho se hincha (inhalación) y se deshincha (exhalación). Si la víctima no respira, libera su boca de obstrucciones y aplícale la respiración artificial de inmediato.
  4. Presiona sobre cualquier hemorragia. Luego, verifica el pulso de la víctima sobre su muñeca o garganta. Si no logras percibir su pulso, debes iniciar la reanimación cardiopulmonar . Controla cualquier hemorragia grave.
  5. Con esto, nos referimos a algún daño en la médula espinal o el cuello. Verifica si la víctima puede mover las manos y los pies. Si no puede hacerlo, es probable que exista una lesión en la columna vertebral . La deformidad se refiere a cosas como fracturas compuestas, dislocaciones obvias o cualquier otra cosa que no parezca natural o se encuentre fuera de su lugar. Si la víctima muestra signos de discapacidad, debes evitar moverla.
  6. Debes buscar siempre una herida con orificio de salida. Revisa minuciosamente a la víctima para detectar otras heridas que no se ven a simple vista. Presta especial atención a las axilas, los glúteos u otras áreas que se encuentren cubiertas. Evita desnudar completamente a la víctima antes de que llegue la ayuda profesional, ya que esto puede hacer que la conmoción avance.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Tratar una herida en los brazos o piernas

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  1. Evalúa cuidadosamente la situación para determinar que no existe ningún signo de discapacidad o heridas que sugieren que la víctima sufrió una lesión en la columna. Si este es el caso, eleva la extremidad por encima del corazón para reducir el flujo de sangre. Presiona directamente sobre la herida para detener la hemorragia como se describe líneas arriba.
  2. Además de presionar directamente sobre la herida, también puedes presionar de manera indirecta las lesiones de las extremidades para reducir el flujo de sangre en la herida. Tan solo debes presionar sobre las arterias (que también se conocen como puntos de presión). Estas se sienten como venas particularmente grandes y duras. Al ejercer presión sobre las arterias, se limitará la hemorragia interna, pero es necesario que presiones para comprobar que la arteria corresponde con la herida. [9]
    • Para disminuir el flujo de sangre en el brazo, presiona sobre la arteria braquial al lado interior del brazo (opuesto al codo). [10]
    • Para las lesiones en la ingle o el muslo, presiona sobre la arteria femoral (entre la ingle y la parte superior del muslo). Esta es particularmente grande. Debes utilizar toda la base de la mano para reducir la circulación. [11]
    • Para las heridas en la parte inferior de la pierna, presiona la arteria poplítea (detrás de la rodilla). [12]
  3. No debes tomar a la ligera la decisión de aplicar un torniquete, ya que la víctima podría perder una de sus extremidades. Sin embargo, si la hemorragia es demasiado grave y tienes vendas o telas a la mano, puedes considerar elaborar un torniquete . Envuelve el vendaje con fuerza alrededor de la extremidad (entre la herida y el corazón) lo más cerca que puedas de la herida. Envuelve la extremidad varias veces y hazle un nudo. Deja tela suficiente para amarrar un segundo nudo alrededor de un palo. Luego, dobla el palo para restringir el flujo de sangre. [13]
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Tratar una traumatopnea

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  1. Si una bala ha penetrado en el pecho, es probable que ocurra una traumatopnea. El aire entra a través de la herida pero no sale, lo que hace que el pulmón colapse. Los signos de una traumatopnea incluyen un sonido de succión que proviene del pecho, tos con sangre, sangre espumosa proveniente de la herida y falta de aire al respirar. Si tienes dudas, debes tratar la herida como una traumatopnea. [14]
  2. Busca la herida y retira la ropa que está sobre esta. Si la tela se pega, córtala alrededor la herida. Determina si existe un orificio de salida y de ser así, debes tratar a ambos lados de la herida de la víctima.
  3. Utiliza material hermético (el plástico es el más óptimo) y pégalo con cinta adhesiva alrededor de la herida cubriendo todos los lados excepto la esquina inferior. El oxígeno se escapará por este orificio. [15]
    • A medida que sellas la herida, pídele al paciente que exhale por completo y continúe respirando normalmente. Esto forzará al aire a salir de la herida antes de terminar de sellarla. [16]
  4. Es posible realizar esto utilizando dos almohadillas sobre cada herida. Sujétalas firmemente en su lugar envolviéndolas con vendas.
  5. Puedes hablar con el paciente o verificar si su pecho se hincha y deshincha.
    • Si existe evidencia de insuficiencia respiratoria (dejar de respirar), reduce la presión sobre la herida para no obstruir el paso de aire a los pulmones.
    • Prepárate para aplicar la respiración artificial.
  6. Lo más probable es que utilicen tu sello o lo reemplacen con uno mejor.
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Consejos

  • Una vez que llegue la ayuda profesional, debes estar preparado para informarles todo lo que has realizado hasta el momento.
  • Las heridas de bala ocasionan tres tipos de trauma: penetración (el proyectil destruye la piel), cavitación (la onda de choque de la bala provoca daños en el cuerpo) y fragmentación (causada por los fragmentos del proyectil o el plomo). [17]
  • Es muy difícil evaluar con precisión la gravedad de una herida de bala en la víctima a simple vista. El daño interno puede llegar a ser muy grave, incluso en circunstancias en las que las heridas con orificios de entrada y de salida son pequeñas.
  • Si no cuentas con apósitos estériles o tienes las manos sucias, no te preocupes. Las infecciones pueden tratarse más adelante. Sin embargo, debes tomar precauciones para protegerte de la sangre u otros fluidos de la víctima. Utiliza guantes, si te es posible.
  • Las heridas de bala son una causa común de lesión en la columna vertebral. Si la víctima parece tener este tipo de lesión, no la muevas a menos que sea absolutamente necesario. Si te ves en la necesidad de mover a la víctima, asegúrate de mantener la cabeza, el cuello y la espalda alineados.
  • La clave es ejercer presión para detener el flujo, restringir la sangre y ayudar a formar un coágulo.
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Advertencias

  • Evita las enfermedades de transmisión sanguínea. Si tienes heridas abiertas, asegúrate de que no entren en contacto con la sangre de la víctima.
  • Recuerda que aún si aplicas los primeros auxilios de manera excelente, la víctima puede llegar a fallecer.
  • Nunca pongas tu propia vida en riesgo al tratar de socorrer a la víctima.
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