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Usar sarcasmo en exceso puede hacer que una persona parezca falsa, pasiva agresiva e insensible. Algunas veces se utiliza cuando uno se siente molesto, desconfiado y frustrado por algo y no puede encontrar el coraje de hablar directamente sobre eso. [1] Puede ser un hábito difícil de romper si hablas con sarcasmo como si fuera tu segundo idioma; no obstante, no es imposible si empleas algunos trucos y consejos útiles.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Reconocer el uso de sarcasmo

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  1. Si deseas dejar de ser sarcástico, lo primero que tendrás que hacer es determinar cómo y cuándo lo usas. Si eres una persona muy sarcástica, esto puede ser una tarea difícil. Es posible que no te percates de cada vez que utilices el sarcasmo o se te podría escapar antes de que te des cuenta.
    • Presta atención a cada palabra que salga de tu boca y anota cada vez que digas algo sarcástico.
    • ¿A quién se lo dijiste? ¿Por qué? ¿Te sentiste enojado, molesto, frustrado, celoso o inseguro? Trata de averiguar qué provocó que digas algo sarcástico. [2]
  2. Son las situaciones que provocan el sarcasmo de tu parte y puedes identificarlas viendo tu lista de comentarios sarcásticos. ¿Qué tuvieron en común los incidentes? Tal vez notes que utilizas el sarcasmo cada vez que te sientes avergonzado. Quizás recurras al sarcasmo cuando te sientes enojado o estás a la defensiva. Al averiguar qué provoca que uses el sarcasmo, podrás estar en guardia cuando estés en esas situaciones de nuevo.
    • Algunas situaciones desencadenantes podrían parecer muy diversas; sin embargo, tendrán la misma causa principal. Por ejemplo, podrías utilizar el sarcasmo con tu novia cuando ella te indique algo que haces mal, así como cuando estés en una reunión en la que recibes críticas constructivas. En ambas ocasiones el sarcasmo se deriva de la vergüenza o de estar a la defensiva.
    • Las situaciones desencadenantes se pueden pensar fácilmente como “emociones desencadenantes”.
  3. Esto puede sonar extraño; no obstante, te puede ayudar a analizar de cerca lo que dices y a identificar tus comentarios sarcásticos. Simula que un taquígrafo judicial está en la habitación contigo y que transcribe cada palabra que dices. El sarcasmo no se puede plasmar en el papel. Si mueves tus ojos hacia arriba y cambias la inflexión de tu voz mientras dices sarcásticamente “¡Buen trabajo!”, eso en el papel se percibirá como un elogio genuino. Si alguien lee la conversación más adelante, ¿representará una reflexión precisa de tus pensamientos y sentimientos? ¿Indicará todo lo que dijiste?
    • Recuerda la cita: “Di lo que piensas y haz lo que dices”. Si no piensas lo que dices y no quieres que tu nombre aparezca en el papel, ¡simplemente no lo digas!
  4. En una escala del 1 al 10, ¿cuán sarcástico eres? Si sabes que estás en un 9 o 10, tendrás que trabajar realmente fuerte para romper ese hábito. Si solo dices un comentario sarcástico de vez en cuando, tendrás una clasificación más baja y no harás una revisión total del lenguaje. Una vez que trabajes en cambiar tu discurso, podrás clasificarte tú mismo de nuevo. [3]
    • Si utilizas el sarcasmo varias veces al día, estarás en un extremo superior del espectro. Si notas que solo lo utilizas un par de veces a la semana, estarás en el extremo inferior del espectro.
    • Al ser honesto contigo mismo sobre dónde te encuentras, podrás medir mejor tu progreso.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Ser responsable

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  1. Algunas veces los demás notarán tu sarcasmo cuando tú no lo notes. Al decírselo a todos, ellos podrán recordártelo si empiezas a volver a lo antiguo. Asegúrate de decírselo a las personas que ves regularmente, como un amigo, compañero de trabajo u otra persona importante. Diles que te interrumpan cada vez que noten que hablas sarcásticamente. [4]
    • No te ofendas cuando las personas indiquen tu sarcasmo. ¡Necesitarás algo de amor fuerte si deseas hacer un cambio real!
    • Al incluir a los demás en tu objetivo, te abrirás tú mismo al consejo y aliento. Tener el apoyo de las personas que te rodean puede ser muy útil cuando hagas un cambio.
  2. Haz un frasco del sarcasmo (por ejemplo, un frasco de juramentos) y pon una moneda ahí cada vez que digas algo sarcástico. Al dar dinero en efectivo cada vez que digas un comentario sarcástico, elegirás tus palabras con mucho más cuidado o pondrás una carga en tu cuenta bancaria. Cuando hayas acumulado una buena cantidad de dinero en el frasco, úsala para algo productivo (por ejemplo, para pagar una factura). [5]
    • No utilices el dinero para premiarte. Ese dinero es un pago de un castigo, por lo tanto, no deberás usarlo para algo divertido.
    • Coloca el frasco en algún lugar que puedas ver para que así tu objetivo siempre esté en mente. Esto te servirá como un recordatorio físico para observar tus palabras y evitar usar el sarcasmo.
  3. Tal vez viste ser sarcástico a un amigo y te diste cuenta de cuán poco favorecedor es eso. Quizás heriste los sentimientos de alguien sin intención y quieres trabajar en hablar con más amabilidad. Sea cual sea tu razonamiento, asegúrate de recordártelo regularmente. Puedes llegar a ser la persona que quieres ser, simplemente tendrás que estar enfocado en tu objetivo. [6]
    • Trata de anotar esos recordatorios y publícalos en algún lugar que veas todos los días.
  4. Esto puede ser algo como decirle al azar a un amigo algo que realmente admiras sobre él o decirle a un extraño en el bus que te gusta sus zapatos o su bolsa. Quizás simplemente desees tuitear algo cada día que te haga realmente feliz. No importa lo que hagas, solo asegúrate de que sea serio, amable e inspirador. No solo obtendrás el hábito de hablar con la verdad, sino que también empezarás a crear una nueva imagen de ti mismo a las personas que te rodean.
    • Incluso si tienes un día horrible y particularmente no quieres ponerte a prueba, simplemente hazlo. Después te sentirás mejor porque la amabilidad es contagiosa.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Cambiar la forma en que hablas

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  1. Digamos que notas que eres sarcástico cada vez que sales con un grupo particular de personas que te hicieron sentir inseguro. En vez de hablar con sarcasmo, trata de hablar con autenticidad . Puedes ofrecer cumplidos sinceros a la vez que destacas tus propias características excelentes. Si notas que hablas con sarcasmo cuando estás enojado con tus compañeros de trabajo, trata de abordar tus frustraciones en vez de usar el sarcasmo para ridiculizar o desahogarte.
    • Trata las palabras como si fueran moneda valiosa. Al usar el lenguaje para transmitir pensamientos veraces, directos y sinceros, estarás sacando el máximo provecho a tu “dinero”.
  2. Debe ser alguien que hable con seriedad, sin ningún sarcasmo. No importa si hablas con esa persona directamente o si simplemente la admiras de lejos. ¿Puedes emularla? ¿Cómo te hace sentir su sinceridad? El sarcasmo puede herir y ridiculizar a los demás, revelar una falta de seguridad y poner a los demás a la defensiva. [7]
    • Identifica a alguien que haga reír a las personas sin usar sarcasmo ni herir a los demás. Fortalece y motiva ver a alguien que puede hacer chistes reales y serios sin menospreciar a alguien.
  3. Los malos hábitos pueden volver a nuestras vidas fácilmente si no estamos atentos, especialmente cuando nos sentimos frustrados. En primer lugar recuerda por qué querías sacar el sarcasmo de tu lenguaje y analízate constantemente. Si observas y te evalúas con honestidad y te das cuenta de que dices cosas poco sinceras y sarcásticas, trata de determinar la razón. [8]
    • Aborda todos los problemas que te causen angustia o que te hagan sentir incómodo. Trata de solucionar los problemas que causen que retomes tu lenguaje sarcástico.
    • Recuérdate que la amabilidad y sinceridad te llevarán más lejos que el sarcasmo y burla alguna vez.
  4. Si constantemente se te escapan comentarios cínicos y sarcásticos y simplemente no puedes contenerte, el problema podría ser más profundo que simplemente romper un hábito. No te avergüences de pasar tiempo “poniéndote en contacto con tus emociones” o incluso pidiendo ayuda. Algunas veces el sarcasmo se puede utilizar como un mecanismo de defensa o soporte emocional, por lo tanto, resolver el problema central puede ayudarte a cambiar tu discurso. [9]
    • Si te das cuenta de que utilizas el sarcasmo como un medio para sentirte mejor contigo mismo, trata de encontrar otras formas de elevar tu autoestima y de sentirte fortalecido sin sacrificar los sentimientos de los demás. [10] Pasa el tiempo haciendo una afición que ames, ejercítate y rodéate de personas que te hagan sentir seguro.
    • Si consideras que estás luchando contra problemas de ira o depresión, no tengas miedo de pedir ayuda de un psicólogo o psiquiatra.
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