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Las chuletas de cerdo pueden ser una cena rápida y deliciosa para cualquier noche de la semana, pero además son perfectas para entretener a los invitados. Saben muy bien solas, pero también podrás empanizarlas o cocinarlas con un glaseado dulce. Sigue leyendo para que aprendas a freír chuletas de cerdo de tres maneras.

Ingredientes

  • 4 chuletas de cerdo
  • 1 cucharada de mantequilla
  • sal y pimienta al gusto
  • condimentos opcionales como ajo picado, hojuelas de perejil o páprika (pimentón)
  • 4 chuletas de cerdo
  • 1/2 taza de harina
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de pimienta
  • 1/4 de cucharadita de páprika
  • 1 huevo
  • 2 cucharadas de leche
  • 3 cucharadas de aceite vegetal
  • 4 chuletas de cerdo
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • sal y pimienta al gusto
  • 4 cucharadas de miel
  • chuletas de cerdo
  • 2 huevos
  • 1 ½ cucharada de leche
  • galletas molidas
  • sal y pimienta al gusto
  • aceite
  • chuletas de cerdo
  • harina, sal y pimienta para empanizar
  • migas de pan a la italiana o hierbas provenzales para añadirlas a las migas de pan regulares
  • queso parmesano
  • 2 huevos
Método 1
Método 1 de 5:

Chuletas fritas básicas

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  1. Compra las chuletas con hueso o deshuesadas. Las deshuesadas suelen tener menos grasa, pero no tienen tanto sabor. Las que tienen hueso son menos costosas y desprenden mucho sabor al momento de la cocción.
  2. Espolvoréales sal y pimienta en ambos lados. Añádele otros condimentos como ajo en polvo o páprika, si quieres.
  3. Deja que la mantequilla se derrita completamente antes de proceder. La sartén tendrá que estar bien caliente.
    • También puedes omitirla y dejar que las chuletas se frían en su propia grasa.
  4. Asegúrate de que no estén una sobre otra. Si tienes que freírlas de dos en dos porque no tienes mucho espacio para cuatro chuletas, no habrá problema.
  5. Si las chuletas tienen más de 3 cm (1 pulgada) de grosor, fríelas un poco más.
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Método 2
Método 2 de 5:

Chuletas empanizadas

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  1. Pon el huevo y la leche en un tazón y revuélvelos con un batidor manual.
  2. Pon la harina, la sal, la pimienta y la páprika en un tazón. Revuelve hasta que esté todo bien integrado.
  3. Échalo en la sartén y caliéntalo a fuego medio. Deja que la sartén se caliente antes de proceder.
  4. Con tenazas o con tus dedos, remójala en el tazón hasta que el huevo cubra ambos lados.
  5. Asegúrate de que se enharine bien.
  6. Estarán listas cuando estén bien doradas.
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Método 3
Método 3 de 5:

Chuletas glaseadas con miel

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  1. Asegúrate de que no estén una sobre otra.
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Método 4
Método 4 de 5:

Chuletas empanizadas con galleta

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  1. Sécalas dándoles golpecitos con papel toalla.
  2. Cubre completamente la chuleta en ambos lados.
  3. Te lo reiteramos, asegúrate de que estén completamente cubiertas en ambos lados.
  4. Si tienen un color marrón dorado intenso, voltéalas.
  5. Las chuletas estarán listas cuando estén bien doradas en ambos lados y la carne interior no esté de color rosa.
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Método 5
Método 5 de 5:

Chuletas con doble empanizado

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    • Para el segundo empanizado, échale migas de pan a la italiana o hierbas finas como las provenzales a las migas de pan regulares.
    • Si tienes queso parmesano, agrégalo al segundo empanizado.
  1. Con un tenedor, pon cada chuleta en la mezcla de huevo y luego en la mezcla de harina empanizándola bien.
  2. Así tendrá una corteza más gruesa y crujiente que será deliciosa. Sobre todo les gustará a los niños.
  3. Hazlo hasta que estén doradas, o sea, unos 3 a 4 minutos. Voltéalas y fríe el otro lado otros 3 minutos más o hasta que estén doradas.
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Consejos

  • Si agregas la mitad de mantequilla y la mitad de aceite, evitarás que la mantequilla se queme.
    • Realmente no son necesarias la mantequilla ni el aceite, las chuletas se suelen freír en su propia grasa.
  • Asegúrate de comprar un buen ajo fresco, porque el rancio es una abominación.
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Advertencias

  • No tendrás necesariamente que seguir nuestras recetas sugeridas al pie de la letra. Un buen chef sabe cuándo voltear la carne, cuándo añadir las especias. Si crees que otro sabor complementará el platillo, ¡agrégaselo! Asegúrate de no recargar demasiado el platillo, sino el exceso de sabores resultará abrumador.
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