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¿Se te pasó la mano con la sal? Trátalo como una oportunidad de ampliar tu conocimiento culinario. Comprender cómo la sal interactúa con otros sabores te ayudará a salvar tu comida.

Método 1
Método 1 de 2:

Arreglar una comida pasada de sal

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  1. Si estás preparando una sopa, plato al curry u otra comida líquida, la opción más fácil es agregar más líquido. Vierte un poco del líquido salado y bótalo. Agrega más agua, caldo sin sal o leche, dependiendo del plato. [1]
  2. Añadir un ingrediente completamente nuevo es un paso audaz, pero puede recompensarte mucho. Los sabores ácidos y dulces son excelentes opciones para complementar o esconder la salinidad. [2]
    • Los ingredientes ácidos funcionan con casi cualquier plato. Usa un jugo cítrico, vinagre, vino, tomate o alimentos encurtidos. [3]
    • Aparte del azúcar, podrías añadir miel o leche condensada. Funcionan mejor en combinación con el ácido. Agrega una cucharadita (5 ml) de cada azúcar y vinagre de sidra, después repite el proceso hasta que el plato esté perfecto.
  3. Si tienes el tiempo y los suministros en la alacena, agrega más ingredientes. Por ejemplo, agrega más carne y verduras a tu guiso, o mantequilla sin sal a tu salsa. Esto reducirá la proporción de sal en los otros sabores. Esta es la única manera de arreglar una comida pasada de sal.
    • Si prefieres sabores más neutros, debes moler una coliflor hasta alcanzar una consistencia muy fina. Después, mézclala en el líquido.
  4. Puedes agregar arroz, pasta o papas a casi cualquier plato. El almidón no contrarresta el azúcar, pero es una manera fácil de aumentar el tamaño de la receta.
    • No creas en el mito que indica que debes dejar que la papa absorba la sal de un caldo y después botarla. La papa absorbe tanto el líquido como la sal. El porcentaje de sal no cambia. [4]
  5. Puedes enjuagar las verduras ligeramente hervidas y colocarlas en agua menos salada. Este procedimiento puede malograr la textura y sabor de las verduras cocinadas al vapor, asadas o rehogadas, pero podría funcionar si te das cuenta del error en cuanto empiezas a cocinar.
  6. La temperatura afecta el sabor de muchas maneras, pero un plato frío puede tener un sabor más salado que uno caliente. [5] Si calentar el plato no es una opción, considera servirlo con una bebida caliente, como café o té.
    • Esto no tiene muchos efectos. Combínalo con otras soluciones.
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Método 2
Método 2 de 2:

Evitar pasarte de sal

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  1. Los granos pequeñitos de la sal de mesa se caen rápidamente del salero, echándole fácilmente demasiada sal a una comida. Los cristales más grandes de la sal kosher son mucho más fáciles de controlar. Necesitarás un volumen más grande para obtener el mismo sabor, ya que la sal kosher viene más suelta. [6]
    • Cíñete a la sal de mesa para los asados. Los cristales pequeños son necesarios para disolverse en la comida. [7]
  2. Cuando espolvorees la sal, coloca tus dedos unos 25 cm (10 pulgadas) arriba de la comida. La sal se esparcirá de manera más uniforme en el plato. Tus invitados valorarán el hecho de que no haya áreas muy saladas. [8]
  3. Echa un poco de sal cada vez que añadas un ingrediente nuevo y que no sea salado. Prueba la comida con frecuencia para mantener un registro del desarrollo del sabor. Es mucho más fácil ajustar el sabor en la mitad del proceso que cinco minutos antes de servir la comida.
  4. Recuerda que la sopa que vas a sazonar estará con un sabor mucho más fuerte después de que el agua haya hervido de media hora a una hora. Al inicio echa poca sal y después añade más para probar la sopa cuando estés por terminar.
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Consejos

  • Las hierbas y las especias pueden ayudar un poco, pero no son tan eficaces como el ácido o el azúcar. Asegúrate de no agregar mezclas de especias que contengan más sal.
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