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Si quieres convertirte en un atleta olímpico, deberás entrenar arduamente y estar en buena forma. Este es un camino largo y duro, pero valdrá la pena una vez que estés compitiendo a nivel internacional. Para ser un atleta olímpico, necesitas someterte a un entrenamiento duro, de largo plazo y a nivel profesional en un deporte olímpico específico. Evita descuidar los demás aspectos de tu vida, pero prepárate para dedicar muchas horas de práctica y competencia, trabajar duro en el financiamiento de tus sueños, y comprometerte a llevar un estilo de vida sumamente saludable. Si estás listo para dedicarte completamente a un deporte durante los próximos años, significa que ya tienes la mentalidad correcta

Parte 1
Parte 1 de 3:

Establecer un plan

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  1. Es fácil mirar las Olimpiadas por la televisión y pensar “¡Yo podría hacer eso!”. Bien, si estás leyendo este artículo con una bolsa de papitas fritas en la mano y una botella de refresco en la otra, quizás debas replantearte ese pensamiento, pues se trata de algo serio. Las personas le dedican años de sus vidas a llegar a las Olimpiadas. ¿Estás dispuesto a hacer lo mismo?
    • No obstante, dependiendo del deporte olímpico que elijas, deberás desarrollar tu resistencia física, flexibilidad y habilidad. Por ejemplo, los nadadores, los jugadores de fútbol y los tiradores llevan regímenes de entrenamiento muy distintos.
  2. Probablemente quieras optar por un deporte que has practicado durante un buen tiempo. La historia de las 10 000 horas o 10 años de prácticas no es completamente cierta, pero tampoco es mentira. El atleta olímpico promedio practica su deporte entre 8 y 19 años antes de llegar a las Olimpiadas. [1] [2]
    • La mayoría de los atletas olímpicos comienzan a practicar deportes desde su juventud, en la escuela. [3] Si tienes más de 30 años y no tienes experiencia en deportes competitivos, considera la posibilidad de optar por la arquería, el tiro al blanco o el curlin. [4]
    • Es mucho más sencillo calificar para las Olimpiadas en deportes que no tienen mucha popularidad. Por ejemplo, en los Estados Unidos, menos de 1 de cada 30 000 jugadores de baloncesto o tenis a nivel competitivo logran llegar a las Olimpiadas en comparación con casi 1 de cada 100 competidores de judo. [5] No obstante, es posible que no tengas elección, pues es casi imposible llegar a las Olimpiadas en un deporte que nunca has amado.
  3. Los futuros atletas olímpicos dedican miles de horas a practicar su deporte. A continuación, verás un ejemplo de un típico programa de entrenamiento: [6]
    • Cuando comienzan a practicar el deporte durante la preadolescencia: 250 horas de entrenamiento al año durante más de 6 meses.
    • Después de entrar al equipo nacional junior en la adolescencia: 600 horas al año durante 9 meses y medio.
    • Después de ingresar al equipo olímpico a finales de la adolescencia o cuando tienen 20 años: 110 horas al año durante 11 meses.
  4. La mayoría de los atletas olímpicos concuerdan en que tener un entrenador es el factor más importante para lograr el éxito y lo recomiendan incluso antes de competir en un nivel local. [7] Un entrenador te ayudará a entrenar de manera eficaz y sin sufrir alguna lesión además de enseñarte tácticas y estrategias nuevas en tu deporte específico, y brindarte guías a lo largo del mundo de las competiciones.
  5. Las finanzas pueden ser una limitación seria para los atletas de élite. Mientras más te involucres en un deporte, más gastos tendrás en temas tales como entrenamiento, equipo y viajes. Por ello, es muy habitual que los padres de los aspirantes a atletas olímpicos terminen en la quiebra hasta tal punto que algunos gobiernos buscan organizar programas para ayudarlos. [8] En algún punto, podrías conseguir una beca universitaria o un patrocinio deportivo, pero muchos de los deportes olímpicos no tienen oportunidades importantes en estas áreas.
    • De ser posible, consigue un empleo que apoye tu entrenamiento, tales como un puesto en un gimnasio o una piscina. Actuar como tu propio entrenador es una excelente forma de involucrarte en el deporte que practicas.
    • La flexibilidad de horas son otro gran beneficio, pues tendrás que ausentarte durante un tiempo considerable una vez que empieces a competir a nivel nacional o internacional.
  6. Ya sabes lo que se dice en el mundo de la actuación: “No puedes tener un plan B”. Si quieres obtener cualquier cosa que requiera esfuerzo, debes desearlo por encima de todo. Ser un atleta es precisamente una de estas cosas: necesitas desearlo tanto que debes comer, dormir y respirar pensando en eso. Tienes que soñar con eso por las noches, pues no se trata de un pasatiempo que puedas practicar los domingos por la tarde.
    • No podrás lograrlo sin la ayuda de un equipo. La familia, otros atletas, los entrenadores y todas las personas de tu vida que te brinden apoyo te ayudarán a mantener la motivación y lograr tu sueño.
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Parte 2
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Tomarlo en serio

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  1. Durante la temporada de entrenamiento, los atletas de élite suelen entrenar seis días a la semana, pero eso no quiere decir que lo hagan constantemente. Por ejemplo, en la halterofilia, un día de entrenamiento puede consistir únicamente en dos horas de levantamiento de pesas y ocho de recuperación y descanso activo. [9] Tu cuerpo necesita un tiempo de recuperación para fortalecerse y estar saludable, y esforzarte mucho solo será un medio para terminar en el hospital en lugar de en las Olimpiadas.
    • El entrenamiento cruzado es otra parte valiosa del entrenamiento. Dependiendo del deporte que practiques, deberás dedicar una gran cantidad de tiempo a desarrollar tu flexibilidad, fuerza y resistencia.
    • El programa de entrenamiento exacto dependerá del deporte que practiques, lo que es en parte la razón por la que un entrenador es un factor muy valioso.
  2. Es muy recomendable tener un entrenador, practicar a diario y tomarse muy enserio el entrenamiento, pero deberás poner a prueba tus habilidades. En muchos deportes, esta es la única forma de escalar posiciones y lograr reconocimiento (muchos de los deportes olímpicos no cuentan con “pruebas”). Por consiguiente, comienza compitiendo a nivel local, luego regional y, por último, ¡llega a las competencias nacionales!
    • Mientras más hagas algo, más fácil se volverá. ¡Imagina que las Olimpiadas sean tu primera competencia! Tener la experiencia de muchas competencias, incluso las pequeñas, te ayudará a estar mentalmente preparado.
  3. El entrenamiento no dura solo unas cuantas horas al día, sino todo el tiempo. Todo lo que hagas determinará tu progreso, rendimiento y éxito. Por ello, necesitarás ser diligente, perseverante, paciente, estable a nivel mental y disciplinado. Aquí verás la manera de hacerlo:
    • Vigila tu dieta. Todo lo que comes tiene un efecto sobre ti. Consumir una gran cantidad de carbohidratos en el momento incorrecto puede afectar negativamente tu entrenamiento. Si consumes mucha cafeína, no podrás dormir. Por consiguiente, evita consumir en exceso o muy poco cualquier cosa que te impida tener un rendimiento del 110 %.
    • Presta atención a tu horario de sueño. La mayoría de los aspirantes a atletas olímpicos duermen durante 8 a 10 horas diarias y suelen tomar siestas durante 30 a 90 minutos al día. [10] Tu cuerpo necesita un tiempo de inactividad para repararse y recargarse después de un ejercicio intenso.
    • Cuida tu estilo de vida. Si bebes una botella de cerveza entre cada cigarrillo, las Olimpiadas no son lo tuyo. Simplemente olvídate de eso.
  4. Si has participado en competencias durante un tiempo, probablemente tendrás cierto reconocimiento. Los mejores atletas suelen recibir alguna especie de remuneración por su tiempo, ya sea proveniente de los patrocinadores o de la federación deportiva que organiza el deporte en cuestión. No esperes recibir grandes cantidades de dinero, pero mantente atento a cualquier oportunidad que surja.
    • Por ello, procura formar parte de la federación deportiva del deporte que practicas. Mientras más te des a conocer, mejor para ti.
  5. Estas metas pueden ser concretas, alcanzables, a corto y a largo plazo. Enfócate en objetivos que no sean “ser increíble” o “entrenar a diario”. Existen récords que merecen romperse y competencias que deben ganarse. Por ende, fíjate meta solo para esta semana, para este mes, para este año. Eso hará que concentres tus esfuerzos.
    • Lo excelente de esto es que probablemente lidies con una gran cantidad de números. Independientemente de que se trate de aumentar la rapidez, la dificultad o la cantidad, siempre hay números que están relacionados. Por consiguiente, mantén un registro de lo que eres capaz de hacer. Si sabes dónde empezaste, sabrás lo que has recorrido y a dónde puedes ir.
  6. Millones de atletas son lo suficientemente buenos como para competir en un determinado nivel. Para saber si tienes la calidad de un atleta olímpico, debes analizarte de manera realista. ¿Cómo te comparas? ¿Cuánto tiempo te tomará realizar esta comparación? ¿Vale la pena invertir tu tiempo? ¿Qué tan bueno ha sido tu progreso? ¿Qué eres capaz de hacer? ¿Qué opina tu entrenador sobre ti?
    • Es importante que realices esta evaluación de manera regular. Desde luego, esto le quita la diversión, pero estás tomando una decisión que afectará años de tu vida. Deberás saber en qué punto te encuentras en un momento determinado. Asimismo, necesitarás desarrollar la capacidad para aceptar comentarios, evaluar tu progreso y comprender los sacrificios que deben hacerse si deseas continuar.
  7. Las Olimpiadas no siempre estarán a la vuelta de la esquina y habrá momentos en que simplemente entrenes para mejorar ¡y esos son los días que ocuparán la mayor parte de tu día! Luego, llegará el momento en que solo falten 6 meses para las Olimpiadas y el entrenamiento se convertirá en “toda tu vida”. Prepárate mentalmente para alejarte completamente de tu familia y amigos.
    • No será sencillo. También habrá días en que sentirás que el esfuerzo no vale la pena, y son justamente esos días en que deberás dominar tu mente y someterla. No has trabajado tanto por nada. Ya habrá tiempo para que puedas volver a beber una copa de vino y mirar películas con tus amigos no atletas.
  8. No es necesario que aprendas a amarlo, pero deberás conocerlo, tolerarlo y, en ocasiones, anhelarlo. Como escribió el autor y corredor Haruki Murakami, es gracias al dolor que “podemos sentir […] que realmente estamos vivos ”. [11] Algunos días, no podrás levantar los brazos por encima de la cabeza, pero eso pasará y, la próxima vez que te sientas así, no será tan malo.
    • Ten en cuenta que las lesiones no son un tema de juego. Si te lesionas, desperdiciarás años de tu vida. Desde luego, en ocasiones, se requiere un poco de dolor para evitar uno más intenso. No obstante, siempre procura mantenerte seguro y nunca te hagas tanto daño hasta el punto de no poder retomar el entrenamiento. Ten en cuenta lo que tu cuerpo puede soportar y lo que no, y ten cuidado.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Buscar una medalla olímpica

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  1. Para muchos deportistas, los campeonatos nacionales son la clave para el resto de sus carreras. Es en ellos que puedes demostrar si estás cualificado para las Olimpiadas y asegurar los siguientes años de tu vida. Por lo tanto, una vez que hayas participado en todas las competencias pequeñas, será hora de apuntar alto o regresar a casa.
    • Desde luego, no todos los deportes funcionan de la misma manera. Algunos cuentan con ensayos preolímpicos y otros incluso tienen pruebas de selección auténticas. No obstante, si bien pertenecer a un equipo nacional no te garantizará un cupo en las Olimpiadas, es un buen paso adelante.
  2. Solo puedes representar a un país que te acepte como ciudadano, pero una vez que seas un atleta de élite, no será difícil lograrlo. Algunos equipos cuentan con requisitos adicionales, pero si tienes un ancestro de un país extranjero, considera la posibilidad de competir representando a esa nación. [12]
    • Puede haber equipos de los que ni siquiera has oído que no te exijan tener una nueva nacionalidad. Por ejemplo, los ciudadanos estadounidenses pueden competir representando a Guam, las Islas Marshal o Samoa Americana, y casi no hay competencia por esos lugares. [13]
  3. Una vez más, si bien no todos los deportes son iguales, es posible que debas participar en las pruebas de selección olímpica. Además, en ellas, deberás estar entre los mejores participantes, no bastará simplemente con hacerlo bien. Una vez que alcances los primeros lugares en el deporte que practicas, ¡estarás oficialmente dentro! ¡Felicidades!.
    • De acuerdo, eso no necesariamente es cierto. Por ejemplo, en el caso del boxeo, aun cuando pases las pruebas, aún deberás participar en un torneo nacional (son las nuevas reglas, así que ya puedes imaginar lo “superfelices” que están los competidores). [14] No obstante, incluso en estos casos difíciles, tener un buen rendimiento en las pruebas es una ventaja importante.
  4. Entre las competiciones, los campamentos y las visitas a los diferentes centros de entrenamiento, probablemente viajes todo el tiempo. Esto no solo te costará una buena cantidad de dinero, sino que también puede ser muy agotador. Es algo difícil si tienes una relación sentimental, sin contar con el hecho de que es muy desagradable vivir viajando. Sin embargo, ten en cuenta que conocerás el mundo, aunque la mayor parte del tiempo a través de la ventanilla de un avión.
  5. Muchos países cuentan con instalaciones especialmente dedicadas al entrenamiento de atletas de talla olímpica. Allí te brindarán acceso a entrenadores y equipo de primer nivel, además de presentarte a la comunidad internacional del deporte que practicas. Algunos centros de entrenamiento incluso ofrecen alojamiento para los atletas, lo que puede ser un excelente apoyo financiero. [15]
    • Por ejemplo, en los Estados Unidos, los centros de entrenamiento olímpico se encuentran el Colorado Springs, Lake Placid y Chula Vista. Infórmate sobre su ubicación en el país donde vives.
  6. Esto no es ninguna broma. Muchos atletas olímpicos descansan un poco más de tiempo a medida que se acercan las Olimpiadas. Desde luego, de todas formas se ejercitan mucho más que cualquier persona promedio pensaría, pero siguen teniendo un mayor tiempo de reposo. Evita lesionarte, agotarte para no poner en riesgos tus oportunidades de participar. Disfrútalo, pues lo complicado está por llegar. Te mereces un tiempo de descanso justo en ese preciso momento.
  7. Visualiza el éxito . Visualiza cada paso del proceso, así como la manera en que quieres llevarlo a cabo. Visualiza al detalle el evento, cada parte de tu cuerpo y cada sonrisa que quieras mostrarle a la cámara. Tener todo planificado en tu cabeza con anticipación puede ser sumamente tranquilizador. ¡Ten en cuenta que al no sentirte nervioso ya habrás ganado la mitad de la batalla!
    • Todos los atletas serios tienen su propio ritual para relajarse. El tuyo podría ser la meditación , el yoga o incluso cantar tu canción favorita. Haz lo que sea que permita que tu cerebro se mantenga en el lugar correcto. ¡Lo sabrás cuando lo sientas!
  8. Suena un poco cursi, pero es necesario decirlo. Incluso las personas que tienen talento natural fracasan cuando no ponen corazón a lo que hacen. Un atleta decente que no quiere nada más que ganar puede vencer a uno que desea estar en algún otro lugar. Así que ponle corazón a lo que haces, pues eso puede hacer toda la diferencia.
    • De acuerdo, si buscas algo un poco más científico, aquí lo tienes: un estudio británico sostiene que el talento innato no lo es todo. “Las diferencias en las experiencias pasadas, las preferencias, las oportunidades, los hábitos, el entrenamiento y la práctica son los verdaderos factores determinantes de la excelencia”. [16] Así que si no crees en cursilerías, hazle caso a la ciencia. Incluso si no posees un talento innato, puedes convertirte en el mejor.
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Consejos

  • Si tienes algún impedimento físico o intelectual, incluyendo un daño en la vista o un control deficiente de los músculos, considera la posibilidad de participar en los Juegos Paralímpicos. Se trata de un evento altamente competitivo que se organiza después de los Juegos Olímpicos. Cada deporte tiene sus propias reglas que determinan qué discapacidades te califican para la competencia. [17]
  • Una vez que sepas en qué Olimpiadas participarás, infórmate sobre las condiciones climáticas u otras particularidades del lugar donde se llevarán a cabo. Si vas a competir en zonas tropicales o de gran altura, deberás entrenar bajo estas condiciones. [18]
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Advertencias

  • Las lesiones son un peligro constante. Nunca entrenes más de lo que sepas que puedes soportar, incluso si tu entrenador te lo exige. El umbral anaeróbico, los esguinces, los tirones musculares, los huesos rotos, el daño cerebral son solo algunos de los peligros a los que estás expuesto, y la lista continúa.
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