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Cultivar tomates en interiores te permitirá producir tomates frescos y sabrosos durante todo el invierno. En vez de consumir tomates insípidos del supermercado, podrás deleitarte con tomates frescos de tu cosecha propia. Cultivar en interiores también es de utilidad si vives en un edificio multifamiliar y no tienes acceso a un espacio exterior para cultivar verduras.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Sembrar tus semillas de tomate

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  1. Las variedades indeterminadas de tomate son ideales para los jardines interiores. A diferencia de las variedades determinadas, los tomates indeterminados seguirán creciendo y produciendo frutos durante toda la temporada. Si buscas una variedad de tomate que produzca muchos frutos y que madure rápido, elige la variedad indeterminada ciruela o la cereza. [1]
    • Las indeterminadas nativas incluyen Pink Ping Pong, Siberia, Silvery Fir Tree, Tommy Toe y pera amarilla.
    • Las indeterminadas híbridas incluyen Micro Tom, Orange Pixie Tomato, Patio, Red Robin, Small Fry, Tiny Tim y Totem. [2]
    • Dichas plantas de tomate no son compactas y trepan naturalmente. Requieren una jaula, un enrejado o una estaca. [3]
  2. Moja tu mezcla para germinar semillas o tierra para macetas con agua fresca hasta que esté húmeda. Llena una bandeja germinadora con la mezcla o tierra húmeda. Haz un agujero de 0,6 cm (1/4 de pulgada) de profundidad en la tierra de cada celda. Inserta 8 semillas en cada agujero con la ayuda de unas pinzas o tus dedos. Cubre los agujeros con la mezcla o tierra húmeda.
    • Siembra las semillas 10 a 12 meses antes de la fecha programada para la cosecha de tus tomates.
    • Si no cuentas con bandejas germinadoras, puedes usar recipientes de plástico de yogur o latas.
    • Si vas a plantar las semillas en un recipiente usado, límpialo con una solución de 1 parte de lejía y 10 partes de agua. [4]
  3. La germinación es el proceso de transformación de una semilla a un plantón. Las semillas de tomate germinarán en 5 a 10 días. Existen diversas acciones que puedes tomar para acelerar dicho proceso y garantizar su éxito.
    • Inmediatamente después de plantar las semillas, cubre los plantones con una tapa o una lámina de papel film para evitar que la tierra se seque.
    • Mueve la bandeja o los recipientes a un lugar cálido. Durante todo el proceso de germinación, mantén la temperatura de la tierra durante el día entre 21 y 27 °C (70 y 80 °F). Si no puedes calentar el espacio al menos a 21 °C (70 °F), considera la posibilidad de comprar un tapete térmico o coloca la bandeja en un lugar soleado.
    • Todos los días, levanta la tapa y riega las semillas según sea necesario. [5]
  4. Los plantones y las plantas de tomate requieren entre 12 a 16 horas de luz al día. Sin la luz adecuada, las plantas de tomate se debilitan. Apenas las semillas hayan brotado, desecha la cubierta y dales amplia luz a los plantones. Si tienes una ventana orientada al sur, coloca la bandeja directamente delante de la ventana. Si no tienes una ventana que da al sur, enciende una luz para cultivo o una luz fluorescente sobre los plantones.
    • Debes colocar las fuentes de luz artificial a unos centímetros de la parte superior de los plantones. A medida que la planta crece, será necesario ajustar la altura de las lámparas.
    • Si mantienes las plantas en una ventana o delante de una ventana, rótalas con frecuencia para asegurarte de que cada lado se exponga a la luz. [6]
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Trasplantar y fertilizar los plantones

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  1. Apenas tus plantones desarrollen una o dos series de hojas, estarán a punto de sobrepasar sus celdas o recipientes. En este momento, trasplanta los plantones a una maceta que sea lo suficientemente grande como para contener una planta madura; lo ideal es un recipiente de 10 a 20 litros (5 a 10 galones).
    • Retira los plantones de sus celdas sin romper las raíces. Sostén el plantón entre dos dedos y coloca la palma de tu mano sobre la tierra. Voltea la celda hacia abajo y golpetea suavemente el fondo de la celda hasta que salga el plantón.
    • Afloja las raíces “haciendo cosquillas” a las raíces externas.
    • Entierra el plantón hasta los pequeños pelos rizados de la base de la planta. Dichos pelos rizados se convertirán en raíces.
    • Riega generosamente el plantón después de trasplantarlo. [7]
  2. Después de trasplantar los plantones, es necesario seguir regándolos regularmente. Verifica a diario la sequedad de la tierra metiendo tu dedo en ella. Si la tierra está seca, riega la planta. Si la capa superior de la tierra está seca pero el resto está húmedo, riégala más tarde.
    • Dejar que la tierra se seque por completo producirá tomates de base rugosa. [8]
  3. Si bien las plantas de tomate requieren mucha luz, también necesitan un periodo de oscuridad. Si usas luces artificiales, debes simular la salida y la puesta del sol. Enciende las luces en la mañana. Después de 12 a 16 horas, apaga las luces y deja que las plantas descansen en la oscuridad.
    • Puedes poner las luces con un temporizador. [9]
  4. Las variedades indeterminadas de tomate siguen creciendo y produciendo durante toda la temporada. Para mantener este ciclo intenso, debes brindarles los nutrientes adecuados a tus plantas de tomate. Después de dos semanas de haberlas trasplantado, aplica tu primer tratamiento fertilizante. Tras la aplicación inicial, sigue fertilizando las plantas cada dos o tres semanas hasta que maduren.
    • Usa un fertilizante rico en fósforo.
    • Sigue las instrucciones del producto. [10]
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Polinizar, orientar y cosechar

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  1. Las plantas indeterminadas de tomate requieren el apoyo de una estaca o un enrejado para sus vides. Puedes “orientar” los tomates para que crezcan en un enrejado, estaca o jaula. Empieza a orientar tus plantas de tomate más o menos un mes después de haberlas trasplantado.
    • Si usas una sola estaca o un enrejado con una cuerda, orientarás el tallo principal. Ata el tallo al soporte con una cuerda cada 15 a 20 cm (6 a 8 pulgadas). Ata la cuerda con un nudo flojo para no dañar la planta. A medida que crecen los chupones (vides que surgen entre el tallo principal y las ramas), pódalos quebrándolos con tus dedos en la unión.
    • Si usas una jaula o un enrejado con varias cuerdas, empezarás orientado el tallo principal. Ata el tallo principal al soporte con una cuerda cada 15 a 20 cm (6 a 8 pulgadas). Deja que permanezcan en la planta los primeros tres o cuatro chupones que aparezcan. Oriéntalos de la misma manera: ata los chupones al enrejado o la jaula cada 15 a 20 cm (6 a 8 pulgadas) mientras crecen. Poda los chupones a medida que surgen nuevos. [11]
  2. Cuando cultivas tomates al exterior, las abejas, las aves y el viento crean vibraciones en las plantas para distribuir su polen y desarrollar frutos. Cuando cultivas tomates en interiores, debes simular dicho proceso. Para lograrlo, puedes:
    • dirigir un ventilador hacia tus plantas para simular el viento;
    • dar golpecitos o agitar suavemente el tallo principal de cada planta con tu dedo;
    • Polinizar las plantas manualmente con un pincel o un hisopo. [12]
  3. Los tomates indeterminados producen frutos después de 7 a 8 días después de plantarlos. Estos siguen produciendo frutos durante toda la temporada. Sabrás que los tomates están maduros una vez que hayan adoptado un color rojo brillante e incluso amarillo o rosa. Los tomates deben estar ligeramente suaves al apretarlos.
    • Para recoger el tomate, agárralo cerca de su tallo y tuércelo hasta que se desprenda. [13]
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Consejos

  • Las rutinas de riego y fertilización para los tomates de interiores serán similares a las de los tomates de exteriores. Sin embargo, la tierra en interiores no se secará tan rápido como en exteriores.
  • Piensa en colocar trampas adhesivas para insectos cerca de la planta de tomate. Los insectos que suelen atacar las plantas de interiores (como pulgones, moscas blancas y arañas rojas) provocan daños considerables en la planta de tomate si no te mantienes vigilante.
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Cosas que necesitarás

  • semillas de tomates indeterminados
  • bandejas germinadoras
  • mezcla para macetas o mezcla para germinar semillas
  • luces para cultivo o una ventana orientada al sur
  • agua
  • un fertilizante
  • un ventilador
  • un enrejado, una jaula o una estaca

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