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Además de la dureza, los niveles elevados de hierro en el agua son el problema más común que los dueños de pozos deben afrontar. No obstante, si consigues el filtro de agua adecuado, podrás eliminar este mineral con rapidez y facilidad. Algunos filtros (como los ablandadores de agua) son ideales para eliminar los rastros leves de hierro, mientras que otros como los de ósmosis inversa son mejores para eliminar muchos minerales y substancias perjudiciales. Elige el filtro adecuado para el agua de tu pozo y así lograrás que vuelva a ser apta para el consumo.

Método 1
Método 1 de 3:

Conseguir un sistema de ablandamiento de agua

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  1. Antes de elegir la forma en la que vayas a filtrar, deberás enviar una muestra a un laboratorio para que la evalúen. Esto te dará una noción más clara de los minerales perjudiciales (además del hierro) que contenga, y te ayudará a elegir un sistema de purificación.
  2. Estos ablandadores suelen estar diseñados para remplazar el hierro con otros minerales en el agua, pero podrían no eliminar los más perjudiciales, como el arsénico o el azufre. Si has evaluado el agua del pozo adecuadamente y has encontrado otros minerales además del hierro, podría haber otra opción que sea más adecuada para tus necesidades. [1]
  3. Estos reemplazan el hierro con sodio, y podrían requerir sal para funcionar. Si actualmente no puedes llevar una dieta rica en sodio, lo ideal podría ser que emplees otro método de eliminación de hierro (como el filtrado de oxidación o la ósmosis inversa). [2]
    • El sodio no puede absorberse en cantidades considerables a través de la piel. Por ello, las personas que sigan una dieta baja en él podrán usar el agua de un ablandador para lavarse o limpiarse sin problemas. [3]
  4. Instala un sistema de ablandamiento de agua por tu cuenta o llama a un profesional. Cada sistema de ablandamiento de agua será diferente. Algunos tan solo se unirán a la bomba del pozo o al grifo, y podrás instalarlos por tu cuenta. No obstante, hay otros que podrían requerir que un profesional se encargue de su instalación. Lee las instrucciones de tu modelo y, si no sabes con certeza cómo instalar el sistema de forma apropiada, solicita la ayuda de un plomero o la compañía que te lo haya vendido.
  5. Al comprar sal para ablandadores de agua, deberás buscar una de alta pureza (como la evaporada o la solar). Estas dejarán menos residuos en el tanque del sistema. [4]
    • Algunas de estas sales están diseñadas específicamente para las concentraciones elevadas de hierro. Revisa la etiqueta para identificar la sal que sea adecuada para tu agua.
  6. Una vez que lo hayas instalado, tendrás que enviar otra muestra a un laboratorio cercano para que la evalúen. Detecta todo mineral perjudicial remanente en el agua que el ablandador podría no haber filtrado.
    • Si aún hay niveles considerables de un mineral perjudicial, podrías tener que probar otra opción de filtrado.
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Método 2
Método 2 de 3:

Instalar un filtro de oxidación

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  1. Los filtros de oxidación suelen ser más fuertes que los ablandadores, y pueden eliminar los químicos perjudiciales que se encuentran con frecuencia en el agua de pozo (en especial, el arsénico). Si necesitas tratar el pozo para eliminar los rastros de arsénico y hierro, tendrás que filtrar el agua con uno de estos sistemas. [5]
    • Los filtros de oxidación también pueden eliminar el olor y sabor a “huevo podrido” del agua, el cual se debe al ácido sulfhídrico (azufre).
    • Si aún no has evaluado el agua para determinar si tiene rastros de arsénico, es recomendable que lo hagas. Los niveles elevados de este elemento son un problema común en los pozos privados.
  2. Investiga sobre las compañías locales que vendan sistemas de filtrado y compara los precios de sus filtros para pozos o casas. Elige el precio más adecuado para tus necesidades y comunícate con la compañía para que instale el sistema. Si preferirías instalar el filtro de oxidación por tu cuenta, deberás buscar en internet o en una tienda de suministros del hogar un producto que se promocione como fácil de instalar.
    • Si compras uno de estos filtros en internet, podrás comunicarte con un plomero para que te ayude a instalarlo.
  3. Algunos de estos filtros requerirán el uso de cloro, el cual es un químico peligroso. Lee con cuidado las instrucciones de mantenimiento del filtro para no agregarle demasiado cloro al agua potable. Nunca toques el cloro con las manos desnudas y mantenlo fuera del alcance de los niños o las mascotas. [6]
    • Los filtros con cloro desinfectan el agua con más eficacia que aquellos que no lo usan.
  4. Envía otra muestra de agua a un laboratorio luego de instalar el filtro y compara sus resultados con la lectura inicial. Si tal parece que el filtro de oxidación no elimina todos los minerales perjudiciales, podrías tener que probar otra opción para purificar el agua.
  5. Tendrás que limpiarlo con frecuencia, según las instrucciones del producto, así lo mantendrás en el mejor estado posible. Si en algún momento te preocupa su funcionamiento, deberás enviar una muestra de agua a un laboratorio cercano para cerciorarte de que funcione adecuadamente.
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Método 3
Método 3 de 3:

Probar un filtro de ósmosis inversa

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  1. Estos filtros pueden ser de utilidad para eliminar el hierro, el manganeso, la sal, el flúor y el plomo. Si has evaluado el agua del pozo y los resultados muestran que contiene diversos minerales además del hierro, es probable que la mejor opción sea emplear la ósmosis inversa. [7]
    • Esta también puede ser de utilidad para eliminar las cantidades pequeñas de arsénico. [8]
    • La desventaja de estos filtros es que no solo pueden eliminar los minerales perjudiciales del suministro de agua, sino también los beneficiosos, como el calcio. [9]
  2. Por cada 4 L (1 galón) de agua tratada que produzcan, estos filtros generarán de 25 a 35 L (de 7 a 9 galones) de aguas residuales. Si tratas de llevar un estilo de vida “más ecológico”, deberás emplear un filtro de oxidación o un ablandador de agua. [10]
  3. Al igual que los ablandadores, cada filtro de ósmosis inversa se instalará de forma diferente. En algunos casos, podrás instalarlo por tu cuenta. Lee el manual de instrucciones con cuidado y, si te confunde, comunícate con un plomero o la compañía que te lo haya vendido.
    • Podrás conseguir estos filtros en internet o en muchas tiendas de suministros para el hogar.
  4. De todos los filtros de agua de pozo disponibles, los de ósmosis inversa son los que requerirán menos mantenimiento. Estos solo necesitarán una rutina de cuidado cada 1 o 2 años, siempre y cuando se instalen de forma correcta. Comunícate una vez al año con un plomero o una compañía de instalación de filtros de ósmosis inversa para que le den mantenimiento, o si notas que el agua vuelve a tener un sabor a hierro o metal. [11]
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Consejos

  • Evalúa el agua del pozo para identificar las bacterias y los minerales antes de elegir un sistema de eliminación de hierro. Esto podrá ayudarte a elegir el mejor sistema para tus necesidades y alertarte sobre todo patógeno perjudicial o substancia residual.
  • Si el agua está contaminada con bacterias además del hierro, podrás tratar el pozo con cloro para que su consumo sea más seguro.
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