Descargar el PDF Descargar el PDF

Las peleas no empiezan de la nada, van escalando. Debes aprender a controlar tus emociones al trazar una línea entre las cosas que puedes dejar pasar y las cosas por las que vale la pena enfadarte. Debes tener el control de la situación si te preocupa que estalle una pelea. Aprende a distinguir entre las peleas buenas y las peleas malas, y la forma de levantarte y defenderte de forma adecuada.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Establecer la línea

Descargar el PDF
  1. No vale la pena pelear por algunas cosas; no obstante, la línea de cada persona es diferente. ¿Tu hermano te robó tu juguete? ¿Tu pareja olvidó a qué hora se suponía que se encontrarían? ¿El tipo que está a tu lado en el bar habla cosas groseras sobre una mujer? Determinadas cosas son motivo para decir lo que piensas, pero hay otras cosas que es mejor que las dejes pasar. ¿Dónde está tu línea? ¿Qué debe hacer alguien para cruzarla?
    • Decide si “vas a tener una pelea buena” o si solo estás siendo mezquino. Si sientes que el comportamiento de otra persona va a afectar seriamente tu bienestar emocional o físico o que es impertinente y seriamente innecesario, di lo que piensas.
    • Cada vez que te sientas amenazado por un abuso emocional o físico, estarás sobre la línea. Tendrás que salir de la situación y buscar ayuda de inmediato si te sientes amenazado por alguien. El comportamiento ofensivo se deberá detener, ya sea retirándote o poniéndole fin.
  2. Las peleas tontas se producen cuando dejas que te atrape una reacción emocional, la cual por lo general da lugar a una reacción exagerada. Cada vez que alguien empiece a provocarte y a cruzar tus líneas, retrocede un paso. Respira profundamente. Cálmate antes de hacer cualquier otra cosa para que así puedas reaccionar de forma inteligente.
    • Esto es lo que los matones quieren conseguir de ti: una reacción. Si no permites que te inciten a dar un golpe tonto o a actuar de forma irracional, no te involucrarás en peleas que no tienen que pasar.
  3. ¿Quién te provoca y cuál es su intención? ¿Esa persona puede afirmar que tú provocas el agravio? ¿Trata de conseguir una reacción tuya? Es importante que trates de determinar qué es lo que pasa para que no actúes de forma tonta y para que no provoques una discusión que no necesite darse. [1]
    • Si te provoca un extraño, un matón o incluso un conocido que solo está siendo malo, es especialmente importante que mantengas la calma, pero que digas lo que piensas por ti mismo. No te metas en una pelea a gritos o es probable que escale más allá de tu control.
    • Si te provoca un familiar, un compañero de trabajo o un ser querido, es posible que sientas que tus inhibiciones disminuyen ligeramente y que te sientas más propenso a gritar o a reaccionar de forma emocional. En estos casos es todavía más importante dar un paso atrás. Cálmate y determina qué te hace enojar antes de responder.
  4. Lo primero que debes hacer en cualquier situación es hablar. Tu objetivo no debe ser “Empezar una pelea”, por el contrario, debe ser “Resolver un problema”. El hecho de que la situación escale o no a una confrontación física dependerá de la gravedad de la situación, de las personas involucradas y de lo que se diga después. Sin embargo, tienes que empezar por hablar, sea cual sea la situación y quienquiera que esté involucrado.
  5. Si te superan en número o si estás en un entorno muy hostil, no trates de empezar una pelea por tu cuenta. En algunas situaciones, no podrás ganar. En otras, es importante que tengas testigos presentes para que después nadie pueda acusar a ninguna de las partes de mentir si las cosas se ponen feas.
    • Los testigos son muy importantes en el caso de las peleas serias. Si estás en el lugar de trabajo, escuela o incluso en casa, es importante que tengas a alguien cerca para que todos después puedan ponerse de acuerdo sobre lo que pasó.
    • Es bueno tener a alguien que pueda poner fin a las cosas si la pelea escala más allá de lo que pensabas o a alguien que se pueda poner en contacto con las autoridades por ti.
  6. Por lo general, puedes distender una situación con tu inteligencia antes de tener que preocuparte en “ganar” una discusión o en defenderte durante una pelea física. Si puedes mantener la calma y tener la cabeza fría en una situación tensa, estarás mucho mejor que la otra persona.
    • Nunca bajo ninguna circunstancia debes ser tú el que provoque e instigue peleas sin la causa adecuada. Eso es lo que hace un matón y es una agresión física y por lo cual te pueden enjuiciar.
    Anuncio
Parte 2
Parte 2 de 3:

Defenderte

Descargar el PDF
  1. Confronta a la persona que te molesta con la mayor tranquilidad y de la manera más concisa que sea posible y di lo que tengas que decir. Si alguien te molesta, dile que se detenga con la menor cantidad de palabras que sea posible. Ponte de pie, haz contacto visual y di “Quiero que dejes de hacer eso ahora. ¿Está bien?”.
    • Si planteas algo que consideras que se podría convertir en una discusión resonante y local y quieres aprender a hacerlo con calma y seguridad, es importante que establezcas las bases de la discusión, por ejemplo, puedes decir “Estoy un poco molesto, pero no estoy enojado. Pienso que tenemos que hablar sobre eso y podría demorar un poco”. Lee este artículo para obtener más información sobre cómo tener discusiones seguras durante una relación.
  2. Es importante que te impongas en cualquier tipo de enfrentamiento para que la otra persona sepa que hablas en serio y que no andas con tonterías. Evitar el contacto visual hará que los agresores piensen que podrán intimidarte más, pero hacer contacto visual demostrará seguridad y seriedad. Si la gente piensa que podrá intimidarte
    • Se puede poner fin a muchas peleas con una buena mirada intimidante y algunas palabras. Cierra los ojos y di “Puedes detener esto ahora” o simplemente di “Detente”.
  3. Utiliza afirmaciones en primera persona si tienes más cosas que decir en la discusión. Es importante que mantengas las cosas enfocadas en tus propios sentimientos o, de lo contrario, la otra persona se sentirá atacada y será probable que las cosas escalen de una forma fea. Debes tratar de evitarlo si es posible. [2]
    • En vez de decir “Eres tan fastidioso”, “Estás siendo un gran idiota con esa mujer” o “Te has robado mi juguete”, enfócate en ti mismo. Puedes decir “Me siento realmente poco apreciado y me fastidia de forma injusta. ¿Podemos hablar al respecto?”, “Pienso que no es necesario que le hables así y no quiero escucharlo” o “Ese es mi juguete. Me gustaría que me lo des”.
    • No solo critiques ni lloriquees. Es importante mantenerte lo más calmado que sea posible y así tendrás mucha más credibilidad y también parecerás más intimidante. Si la gente ve que no reaccionas porque estás molesto, eso tendrá un mayor significado. [3]
  4. Una buena forma de terminar una pelea en la fase de discusión es darle una elección a la otra persona. Si tu amigo no deja de burlarse de ti por algo o si tu pareja insiste con el mismo asunto molesto, pon las cosas en claro y luego dale una elección. Puedes decir “Necesito que sepas que, si no dejas de hacerlo, esto terminará. Tienes esta elección. Si lo haces una vez más, me iré”.
    • Sigue y toma la acción si es necesario. Si amenazas con hacer algo si no se detiene y de hecho no se detiene, entonces debes hacer lo que dijiste.
  5. Cuando confrontes a alguien, muchos agresores, instigadores y matones contarán con tácticas juveniles y probadas. Se reirán de ti por hablar en serio. Te gritarán. Se burlarán de ti. Tratarán de hacer cualquier cosa para que reacciones exageradamente. Es muy importante que mantengas la calma. Imagina que alrededor tienes una burbuja impenetrable y espera que los demás digan algo ofensivo.
    • No dejes que te provoquen. Alguien podría plantear algo que no tiene nada que ver con lo que hablan, desenterrar cosas feas del pasado, jactarse de sí mismo o decir cosas ridículas como “¿Quién crees que eres?”. No respondas nada de esto. Limítate a tu afirmación original al repetir “Tengo que detener esto ahora”.
    • Si alguien se sale de sus casillas en el trabajo y actúa de forma irracional, dale unos minutos para que lo reconsidere. Si el jefe pierde los papeles por algo pequeño, párate y di “Voy a salir y esperaré en el pasillo. Cuando esté tranquilo, podemos hablar. Me gustaría que me hablaran como un adulto”. [4]
  6. La mayoría de las discusiones llegan a un punto en el que no tiene sentido repetir las mismas cosas una y otra vez. Si has dicho lo que tenías que decir, deja sola a la persona y considera hablar al respecto cuando ambos tengan la oportunidad de calmarse. Es especialmente importante alejarte si sientes que te puedes enojar hasta el punto de reventar. Conoce cuándo alejarte y dejar la discusión.
    Anuncio
Parte 3
Parte 3 de 3:

Defenderte físicamente

Descargar el PDF
  1. Nunca es recomendable optar por una pelea física. La pelea física solo debe suceder si no tienes otra opción. Si tienes que defenderte físicamente, puedes aprender a hacerlo con fuerza e inteligencia a fin de ponerle fin lo más rápido posible. Sin embargo, nunca, bajo ninguna circunstancia, debes optar por pelear.
    • Optar por una pelea con alguien es técnicamente una agresión. Si quieres pelear por deporte o si simplemente para salir de la agresión, toma una clase de boxeo o entrena en un gimnasio de artes marciales mixtas .
    • No obstante, si te enfrentas con un agresor y tienes que defenderte, algunas veces es mejor dar el primer golpe y tratar de ponerle fin rápidamente. Si tienes el elemento sorpresa en tus manos, será más probable que puedas terminar la pelea según tus términos.
  2. Si se trata de pelear, defiéndete con la postura correcta. Es importante que mantengas las rodillas flexionadas y el peso hacia delante para mantenerte equilibrado y móvil. Si te paras con los pies planos y te ruborizas frente a tu oponente, te derribará.
    • Flexiona las rodillas y gira un poco hacia los lados con las caderas, de tal modo que gires hacia tu oponente el lado no dominante o desde el que no puedes golpear. Da un paso adelante con tu pie no dominante.
    • Levanta las manos, con los puños apretados, pero no demasiado hasta el punto de cortar el flujo de sangre. Pon la mano no dominante ligeramente hacia arriba cerca de tus ojos y la mano que golpea al costado de tu cara.
    • Sigue moviéndote, dando brincos y saltos con las puntas de tus pies. Si te paras con los pies planos, te golpearán en la cara y perderás.
  3. Aprende a dar un golpe de forma correcta . Primero, haz un puño con tu mano de forma correcta al pasar el pulgar por la parte inferior de los dedos, como si tuvieras un gusano dentro de la mano que quisieras mantener. Mantén los codos metidos y piensa en los golpes como si fueran líneas rectas, no como curvas salvajes. Tendrás que hacer que tu puño salga directamente desde tu cuerpo, el cual será más poderoso que un golpe fuerte y salvaje. [5]
    • Cuando golpees, dispara tu puño directamente desde tu cuerpo, con golpes cortos y compactos que estén llenos de fuerza. Da un paso adelante cuando golpees con tu mano dominante para darle más fuerza.
    • Apunta a la nariz, el estómago, los riñones, justo debajo de las costillas flotantes y justo debajo de la mandíbula. No golpees a nadie al costado de la cabeza o te romperás los nudillos.
    • Utiliza también otras extremidades. Las patadas, codazos, cabezazos y rodillazos son golpes efectivos que debes utilizar si tienes que terminar la pelea lo más rápido posible.
  4. Muévete hacia adelante a los golpes . Si empiezas una pelea, tu instinto por lo general será retroceder; sin embargo, debes aprender a resistir ese impulso y avanzar hacia adelante a los golpes. Si piensas que estás por recibir un golpe en la cabeza o en la cara, tensa los músculos de la mandíbula y cuello y sigue avanzando lo más que puedas. Si te mueves hacia atrás, será más probable que te derriben y que te llegue un golpe en la cúspide de la fuerza de tu oponente en vez de lo que podía haber pasado justo antes.
  5. Un golpe fuerte en la parte inferior de la mandíbula o quitarle el aire a alguien con un golpe duro en el estómago debe poner fin a casi todas las peleas. La mayoría de la gente no quiere pelear. Trata de terminar una pelea lo más rápido posible y sigue adelante antes de que las cosas se pongan muy feas.
    • Si alguien es derribado, la pelea debe terminar. Termina la pelea al ser tú el que se vaya y el que llame a la policía si es necesario. Di la verdad.
  6. Mantente alejado del piso . Empezar un altercado físico no es estar en un gimnasio de artes marciales mixtas. Tu objetivo no será “tumbar y golpear”. Es importante mantener estas peleas lo más breves y seguras que sea posible, en términos relativos, y no tendrás que permitir que te derriben bajo ninguna circunstancia. Si sigues pegándole a alguien una vez que cayó al piso, eso será una agresión. [6]
    • Si alguien trata de derribarte, abre las piernas y mantén tu base lo más ancha que puedas. Cambia de lugar si es posible.
    • Si te derriban, tendrás que protegerte la cara y tratar de levantarte lo más pronto posible. Pelear en el piso te hace vulnerable a todo tipo de golpes y estrangulamientos.
    Anuncio

Consejos

  • Asegúrate de tener amigos que digan que tú no empezaste la pelea.
  • ¡Asegúrate de que tu oponente sea alguien a quien puedas vencer!
Anuncio

Advertencias

  • Bajo ninguna circunstancia empieces peleas físicas. Las peleas solo deben suceder cuando te defiendas y la situación sea inevitable.
Anuncio

Acerca de este wikiHow

Esta página ha recibido 15 431 visitas.

¿Te ayudó este artículo?

Anuncio