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Las crisis convulsivas ocurren cuando las células cerebrales (neuronas) sufren una sobrecarga de la actividad eléctrica o un "cortocircuito", lo cual produce un cambio en la conciencia, desmayos y generalmente, convulsiones. [1] Estas son el síntoma principal de una condición del cerebro llamada epilepsia. Aunque muchos factores pueden provocar convulsiones únicas u ocasionales, como estrés, lesiones en la cabeza, deshidratación, niveles bajos de azúcar en sangre, algunos alimentos y una variedad de químicos presentes en la comida. Ningún alimento o aditivo alimenticio provoca convulsiones en todo el mundo, pero algunas personas son mucho más sensibles al gluten, los productos de soya, el azúcar procesada, el glutamato monosódico (GMS) y los edulcorantes artificiales (en especial, el aspartamo). Trata de evitar dichos alimentos o aditivos si sospechas que causan tus convulsiones.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Evitar los alimentos potencialmente peligrosos

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  1. El gluten es un término general que designa las proteínas presentes en el trigo, el centeno, la cebada y algunos otros granos; es lo que le da consistencia al pan, las pastas y los cereales. [2] Las reacciones alérgicas al gluten y los problemas intestinales relacionados parecen ir en aumento durante las últimas décadas, pero el gluten también puede provocar convulsiones en algunas personas debido a su naturaleza inflamatoria. Por lo tanto, trata de adoptar una dieta libre de gluten por unos meses para ver si desaparecen tus convulsiones.
    • El gluten siempre ha estado en los granos, pero distintas prácticas agrícolas, la hibridación y las modificaciones genéticas desde los 70 han cambiado algunas de sus propiedades, lo cual también ha cambiado la reacción del cuerpo a dicho ingrediente.
    • Aparte de su contenido de gluten, los granos también son ricos en glutamato y aspartato, dos aminoácidos muy excitadores que influyen en la actividad eléctrica del cerebro. [3]
    • Además de la mayoría de los panes, los productos horneados, las pastas y los cereales, el gluten también está presente en muchas sopas enlatadas, salsas, aliños de ensaladas, productos vegetarianos e incluso en la cerveza.
  2. La soya es una legumbre y se considera un cultivo importante debido a que es una fuente económica de proteína vegetal. Los productos y los aditivos de soya han alcanzado una gran popularidad durante las últimas décadas y mayormente se encuentran en los alimentos para bebés y las fórmulas infantiles. Desafortunadamente, la soya es uno de los alérgenos alimenticios más comunes entre los niños y puede causar graves reacciones alérgicas y convulsiones. [4]
    • Si tu hijo tiene convulsiones, considera eliminar los productos de soya de su dieta para ver cómo responde. La soya podría estar etiquetada como "proteína vegetal", "proteína vegetal texturizada" o "aislado de soya"; en ocasiones ni siquiera está etiquetada.
    • Al igual que la mayoría de los granos, la soya también es muy rica en glutamina y aminoácidos excitadores que afectan la química del cerebro.
    • La soya y sus derivados están presentes en la salsa de soya, tofu, edamame, fórmula para bebés, muchos productos horneados, cereales, sopas envasadas, aliños de ensaladas, carnes procesadas, salchichas, atún enlatado, barras energéticas, mantequilla de maní baja en grasa y la mayoría de las alternativas no lácteas (leche de soya, helado de soya, etc.).
  3. Aunque la glucosa (un tipo simple de azúcar) normalmente se considera como la principal fuente de energía para el cerebro, su consumo excesivo se relaciona con promover o provocar convulsiones en algunas personas. Según los científicos, reducir el consumo de azúcar puede controlar las convulsiones gracias a que esto reduce las descargas impredecibles y anormales de actividad eléctrica en el cerebro. [5] Esto es muy importante para los epilépticos, pero también para las personas que tienen un gusto por los dulces y que sufren de convulsiones.
    • Una dieta baja en azúcar y rica en grasa (llamada la dieta cetogénica) es beneficiosa para cualquier persona que padezca de convulsiones, debido a que fuerza a las neuronas cerebrales a dejar de alimentarse de la glucosa y a sustituirla con los cuerpos cetónicos (de la grasa).
    • Los azúcares naturales que provienen directamente de las frutas y verduras frescas no son responsables de las convulsiones. Pero sí debes reducir tu consumo de azúcares muy procesados como el jarabe de maíz rico en fructosa, el azúcar para hornear y el azúcar de mesa.
    • En cambio, los caramelos, los chocolates, los helados, los postres congelados, la mayoría de los productos horneados, muchos cereales para el desayuno, los cafés especiales, las gaseosas y muchas bebidas azucaradas están cargados de azúcares procesados.
  4. Los productos lácteos son otros tipos de alimentos y bebidas problemáticas que desencadenan muchas reacciones alérgicas, además de algunas convulsiones en niños y adultos. La leche de vaca no solo contiene diversas hormonas y (a veces) contaminantes que influyen de forma negativa en el cerebro, sino también es rica en glutamina. [6] Hace muchas generaciones, los productos lácteos ofrecían muchos más nutrientes y beneficios para la salud que efectos negativos, aunque no podamos decir lo mismo hoy en día.
    • Cambiarse a una dieta sin lácteos podría ser la opción más saludable para algunas personas, sobre todo si son alérgicas, intolerantes a la lactosa o experimentan convulsiones.
    • Los productos lácteos (como el helado y el yogur) con frecuencia se mezclan con mucha azúcar procesada, lo cual puede ser un "doble agravante" para provocar convulsiones.
    • Los quesos a base de leche de vaca que aparentemente son los peores para provocar convulsiones y otras reacciones negativas incluyen el queso parmesano, queso cheddar, queso suizo, queso Monterey Jack y queso mozzarella.
    • Para los epilépticos y otras personas que sufren de convulsiones, los productos lácteos a base de leche de cabra aparentemente son una muy buena alternativa a los que son a base de leche de vaca y sin duda, mucho mejores que las alternativas de soya.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Evitar los aditivos potencialmente peligrosos

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  1. Muchos aditivos alimenticios como el GMS se consideran como "excitotoxinas" debido a que estimulan las células nerviosas para disparar sus impulsos eléctricos tan rápido que se agotan y mueren, lo cual produce una convulsión en el cerebro. [7] El GMS se usa ampliamente en la industria alimenticia y los restaurantes como un potenciador del sabor; es decir, intensifica el sabor salado y carnoso de las comidas. Evitar el GMS puede ser difícil debido a que muchos productos alimenticios que se venden en el supermercado y se usan en los restaurantes lo contienen.
    • Este con frecuencia figura en las etiquetas de los alimentos como "saborizante", debido a que los fabricantes saben que el GMS ha desarrollado una mala reputación.
    • Ten en cuenta que los alimentos naturales y frescos no deben requerir (y con frecuencia no requieren) un intensificador del sabor. Por lo tanto, preparar tus propias comidas en casa con ingredientes frescos es la mejor forma de evitar el GMS.
    • El GMS es particularmente excitador de las neuronas debido a que está hecho del aminoácido llamado glutamato.
  2. Diversos edulcorantes artificiales, en especial el aspartamo (como NutraSweet, Equal, etc.), manifiestan una actividad excitotóxica muy fuerte una vez que ingresan al cuerpo, lo cual hace que las células nerviosas disparen sus impulsos en exceso y aumenta el riesgo de sufrir ataques epilépticos y otros tipos de convulsiones. [8] Esto no es sorprendente ya que el aspartamo está hecho de aspartato, un aminoácido muy excitador, el cual tiende a irritar el sistema nervioso en grandes cantidades o de ciertas formas.
    • El aspartamo también contiene fenilalanina, la cual es tóxica para las neuronas y también se relaciona con el daño neurológico y la actividad convulsiva. [9] [10]
    • El aspartamo es uno de los aditivos alimenticios excitotóxico más consumidos en el mundo.
    • Otros edulcorantes que también podrían provocar efectos negativos en el cerebro y aumentar el riesgo de convulsiones son Splenda y la sacarina.
    • Los edulcorantes artificiales son muy comunes y están presentes en los productos etiquetados como "sin azúcar" y "bajos en calorías".
  3. Otro aditivo alimenticio común que debes evitar si experimentas convulsiones es el carragenano, debido a que puede provocar trastornos de la glucemia, irritación intestinal e inflamación en el cuerpo. [11] El carragenano se deriva de las algas rojas y con frecuencia se agrega a las bebidas para evitar que sus ingredientes se separen. Se encuentra en muchos batidos nutritivos, productos lácteos y alternativas a los lácteos, como la leche de soya. [12]
    • También está presente en las sopas, los caldos, los yogures, los chocolates y los helados para darles una consistencia más espesa (es decir, actúa como un estabilizador) y para hacer que las versiones bajas en grasa tengan un sabor más completo.
    • El carragenano no tiene valor nutricional y con frecuencia está dentro de los productos que figuran como "orgánicos".
    • Échale un vistazo a las etiquetas de los alimentos. El carragenano debe aparecer legalmente en las etiquetas de los alimentos, así que revísalos detenidamente y evita los alimentos (incluso las variedades orgánicas) que lo contienen.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Saber cuándo acudir a un doctor

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  1. Una crisis convulsiva son los síntomas o los cambios en la conducta que ocurren después de un episodio de actividad eléctrica anormal en el cerebro. [13] Estas crisis pueden variar de leves (los cuales involucran solo episodios de mirada fija) a graves y no necesariamente involucran convulsiones (sacudidas del cuerpo). Los signos comunes de una crisis convulsiva incluyen desmayos, babear o echar espuma, movimientos oculares rápidos, gruñir, pérdida del control de la vejiga o los intestinos, cambios de humor repentinos, colapsar, apretar los dientes, espasmos musculares y sacudidas de las extremidades.
    • Los síntomas de la crisis convulsiva pueden detenerse tras unos segundos o minutos o en ocasiones, pueden durar hasta 15 minutos.
    • Antes de sufrir una crisis convulsiva, podrías presentar las siguientes señales de alerta: sentir un sabor amargo o metálico, percibir un olor a caucho quemado, ver luces intermitentes o líneas onduladas y sentir ansiedad o náuseas. [14]
  2. La mayoría de las convulsiones no indican epilepsia, un trastorno neurológico que se caracteriza por la interrupción de la actividad celular nerviosa en el cerebro. [15] Pero sí pueden surgir a causa de una gran variedad de factores ambientales, incluyendo las alergias alimentarias y las reacciones tóxicas a muchos aditivos alimenticios (como lo indicamos anteriormente).
    • Encontrar la causa puede ser muy difícil, pero necesario si no quieres que tú o tu hijo tomen potentes anticonvulsivos por muchos años.
    • Las convulsiones son más comunes en la niñez, pero tienden a desaparecer durante la adolescencia. Las causas comunes de convulsiones en la niñez son las infecciones, fiebres altas, lesiones en la cabeza y reacciones negativas a los medicamentos.
    • Con frecuencia, las migrañas intensas imitan las convulsiones leves.
    • En ocasiones, es posible que no se encuentre ninguna causa de las convulsiones, en cuyo caso se les llama convulsiones idiopáticas (es decir, de origen desconocido).
  3. Saca una cita con tu doctor de inmediato si tú o un familiar presentan cualquier signo de sufrir una crisis convulsiva. Aunque la epilepsia es una condición grave, dista mucho de ser tan fatal como algunas otras causas de las convulsiones, por ejemplo, un tumor cerebral, derrame cerebral, infección cerebral (meningitis) o grave lesión en la cabeza. [16] Tu doctor llevará a cabo diversas pruebas para diagnosticar la condición y poder administrar el tratamiento adecuado.
    • Dichas pruebas pueden incluir las siguientes: análisis de sangre, tomografía computarizada o resonancia magnética de la cabeza, electroencefalograma del cerebro (para ver sus patrones eléctricos) y posiblemente, una punción lumbar para examinar el líquido cefalorraquídeo (con el fin de descartar la meningitis).
    • Por lo general, las alergias a los alimentos y las reacciones tóxicas a los químicos de las comidas no se diagnostican en un ambiente hospitalario, sobre todo en el departamento de emergencias.
    • Por lo tanto, es probable que necesites que te deriven a un especialista en alergias o convulsiones que tenga experiencia diagnosticando las causas ambientales de las convulsiones.
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Consejos

  • Cambiarte a una dieta cetogénica (una que sea rica en grasas buenas y baja en proteínas y carbohidratos) te permitirá controlar o reducir la frecuencia de las convulsiones. [17] [18]
  • La intoxicación por metales tóxicos al interior del cerebro es un factor que contribuye con más frecuencia a la actividad convulsiva. [19] En teoría, los metales tóxicos pueden contaminar cualquier alimento o bebida, aunque el pescado enlatado, las gaseosas en latas de aluminio y los alimentos muy procesados son los de mayor riesgo.
  • Los metales tóxicos más comunes son el mercurio, el plomo, el arsénico, los niveles excesivos de cobre, el aluminio y el hierro.
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Advertencias

  • Las convulsiones no siempre son un signo de epilepsia, daño cerebral o cualquier otra condición incurable. En vez de eso, se relacionan con las reacciones negativas a los factores dietéticos.
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