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Una fiebre puede provenir de una variedad de fuentes (de los virus, de las infecciones bacterianas o incluso de los resfríos comunes) y puede causar malestar en tu bebé. Las fiebres son una reacción natural del cuerpo para combatir una infección o una enfermedad. Se caracteriza por un aumento temporal de la temperatura temporal, lo que puede ser preocupante e incómodo si llega a 39,4° C (103° F) o más. Algunas veces, para los bebés, una fiebre puede indicar algo más serio, así que debes prestar mucha atención a tu bebé. Como padre o cuidador, tendrás que tomar las medidas necesarias para aliviar el malestar del bebé.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Tratar la fiebre en casa

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  1. Mantén a tu bebé hidratado dándole abundantes líquidos. Las fiebres causan la sudoración excesiva y, por tanto, la pérdida de fluidos es mayor y puede conducir a la deshidratación. [1] Habla con tu doctor acerca de la posibilidad de darle una solución de electrolitos (como Pedialyte), además de la fórmula.
    • Evita darle a tu bebé jugo de frutas (tampoco debes diluirlo con cincuenta por ciento de agua).
    • Las paletas heladas o la gelatina también son aceptables.
    • Evita las bebidas con cafeína, ya que estimularán la orina y la pérdida de fluidos.
    • Ofrece a tu bebé su dieta usual, pero toma en cuenta que es probable que tu bebé no quiera comer mucho si tiene fiebre. Trata de ofrecer alimentos blandos (como los panes, las galletas saladas, las pastas y la avena).
    • Los bebés que están en la etapa de lactancia solo deben tomar leche materna. Mantenlos hidratados dándoles abundante leche materna.
    • Nunca obligues a tu bebé a comer si rechaza la comida.
  2. No permitas que tu bebé haga un esfuerzo excesivo o su temperatura se puede elevar. En vez de eso, coloca a tu bebé en una habitación con una temperatura cómoda, entre 21,1° y 23,3° C (70° y 74° F). [2]
    • No dejes funcionando la calefacción sin parar para que tu bebé no se sobrecaliente.
    • Lo mismo se aplica al aire acondicionado. Mantenlo apagado para que tu bebé no tenga escalofríos y su temperatura no se eleve.
  3. Incluso ponerle mucha ropa a un bebé puede subir su temperatura. Vestir excesivamente a tu bebé puede atraer el calor haciendo que sufra. [3]
    • Mantén a tu bebé vestido cómodamente y cúbrelo con una manta ligera si la temperatura es demasiado fría en la habitación o notas que tu bebé tiene escalofríos. Ajusta la temperatura de la habitación según sea necesario para mantener a tu bebé cómodo.
  4. Un baño ni muy caliente ni muy frío, puede aliviar la fiebre. [4]
    • Si planeas dar a tu bebé un baño con agua tibia, dale alguna medicina para asegurarte de que su temperatura no se elevará después de salir del baño.
    • Evita los baños fríos, el hielo o las frotaciones con alcohol. Todo esto hará que tu bebé tenga escalofríos y empeorará la situación.
  5. Sé precavido al darle a tu bebé Tylenol, Advil o Motrin. Lee la etiqueta cuidadosamente para asegurarte de darle la dosis correcta según su edad. Puede ser una buena idea que consultes a un médico antes de darle a tu bebé un medicamento contra la fiebre. [5]
    • Por lo general, el acetaminofeno (Tylenol) y el ibuprofeno (Advil y Motrin) son medicamentos que un doctor o una enfermera recomienda para las fiebres de los bebés.
    • Si tu bebé tiene menos de tres meses, llama a un doctor antes de administrar el medicamento.
    • No excedas la dosis recomendada. Esto podría causar potencialmente daño hepático o renal o, aún peor, podría causar la muerte.
    • El acetaminofeno se puede tomar cada cuatro a seis horas y el ibuprofeno se puede tomar cada seis a ocho horas siempre y cuando el bebé sea mayor de seis meses.
    • Mantén un registro de lo que le das a tu bebé (cuánto y cuándo se lo das) para que no excedas la dosis.
    • Para las temperaturas de menos de 38,9° C (102° F), trata de abstenerte de usar algún medicamento a menos que un doctor o una enfermera lo recomiende.
    • Nunca le des aspirinas a un bebé, puede desencadenar un trastorno raro pero fatal llamado el síndrome de Reye.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Buscar atención médica

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  1. Incluso una fiebre baja puede indicar una infección seria en los bebés. Por tanto, dependiendo de la edad de tu bebé, un aumento significativo en la temperatura requiere de una llamada al pediatra. [6]
    • En el caso de los bebés recién nacidos mayores de tres meses que tengan una temperatura de 38° C (100,4° F) o más, debes ponerte en contacto con un pediatra para recibir instrucciones.
    • Si tu bebé es mayor de tres meses y tiene una temperatura de 38,9° C (102° F), la cual ha durado más de un día, llama a un pediatra.
    • Si alguna vez tienes dudas, llama al pediatra para que estés seguro.
  2. Si tu bebé tiene fiebre, pero sigue jugando y comiendo normalmente, entonces generalmente no hay nada de qué preocuparse por el momento. La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda llamar a un pediatra si el bebé es menor de tres meses y tiene una temperatura de 38° C (100,4° F) o más. Si tu bebé es mayor de tres meses y tiene una fiebre que dura más de 24 horas y otros síntomas (como la tos, el dolor de oído, la pérdida del apetito, el vómito o la diarrea), llama a un pediatra o visita una clínica de urgencias. [7]
    • Si tu bebé no está alerta ni cómodo cuando baje la fiebre, si está muy irritable, tiene el cuello rígido o no aparece ninguna lágrima cuando llora, ponte en contacto con tu doctor inmediatamente.
    • Si tu hijo tiene algún problema médico especial, como los problemas cardíacos, los problemas inmunológicos o la enfermedad de las células falciformes, asegúrate de consultar a tu doctor cuando tenga fiebre.
    • Llama a tu doctor si tu hijo tiene una fiebre que haya durado más de 48 horas, una disminución de la cantidad de los pañales mojados, una diarrea excesiva o náuseas, ya que esto puede indicar una enfermedad que se debe evaluar.
    • Llama a tu doctor si tu hijo tiene una fiebre mayor de 40,5° C (105° F) o tiene una fiebre de más de tres días.
    • Llama al número de emergencias de tu país si tu bebé tiene fiebre, parece confundido, no puede caminar, tiene problemas para respirar o si sus labios, su lengua o sus uñas se ponen azules.
  3. Si tu bebé necesita atención médica asegúrate de llevar contigo toda la información necesaria para asegurar que traten correcta e inmediatamente a tu bebé. También debes estar preparado para saber qué esperar mientras te encuentras en el consultorio del doctor. [8]
    • Registra toda la información necesaria acerca de la fiebre de tu bebé (como cuándo empezó, hace cuánto que tomaste su temperatura y cualquier otra información que deba saber el doctor).
    • Haz una lista de los medicamentos, de las vitaminas y de los suplementos que toma tu bebé. Además, debes anotar si tu bebé es alérgico a algo.
    • Piensa en las preguntas que quieras hacerle al doctor. Por ejemplo: ¿qué es lo que causa la fiebre? ¿Qué clase de pruebas se deben hacer? ¿Cuál es el mejor método de tratamiento? ¿Mi bebé tendrá que tomar algún medicamento?
    • Debes estar preparado para responder las preguntas del doctor. Por ejemplo: ¿cuándo empezaron los síntomas? ¿El bebé ha tomado algún medicamento? Si la respuesta es afirmativa, ¿cuándo? ¿Qué has hecho para tratar de aliviar la fiebre?
    • Si tu bebé está muy enfermo o es menor de tres meses, prepárate para el hecho de que quizás deba ingresar al hospital para estar en observación o hacerle más pruebas.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Prevenir las fiebres futuras

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  1. Tener el control de las vacunas de tu hijo (incluyendo la vacuna anual contra la gripe) ayudará a disminuir la probabilidad de que se enferme.
  2. En casi todas las situaciones, trata de mantener limpias las manos. La mano es la parte del cuerpo que entra en contacto directo con los gérmenes y que puede transferirlos a otras partes del cuerpo. [9]
    • Lávate las manos, particularmente, antes de comer, después de usar el inodoro, de acariciar a un animal o de jugar con él, de usar el transporte público o de visitar a una persona enferma.
    • Asegúrate de lavar tus manos cuidadosamente (por delante y por detrás, entre los dedos, debajo de las uñas y al menos por veinte segundos con agua caliente y jabón).
    • Lleva desinfectante de manos contigo cuando viajes o no tengas acceso ni a agua ni a jabón.
  3. La zona “T” consiste en la frente, la nariz y el mentón (los cuales forman la letra “T” en la parte frontal de la cara). La nariz, la boca y los ojos (que están localizados en la zona “T”) son los puntos principales de entrada para los virus y las bacterias que ingresan al cuerpo y causan la infección. [10]
    • También debes tener cuidado con todos los fluidos orgánicos que salen de la zona “T”: cubre tu boca al toser, cubre tu boca y tu nariz al estornudar y límpiate la nariz cuando esté congestionada (luego lávate las manos).
  4. Mantén a tu bebé en casa y fuera de la guardería cuando esté enfermo o tenga fiebre para prevenir el contagio a los demás. Si conoces amigos o familiares que estén enfermos, trata de mantener lejos a tu bebé de estas personas hasta que se mejoren.
  5. Trata de no compartir los vasos, las botellas de agua o los cubiertos con tu bebé, ya que esta es una manera sencilla de transferir los gérmenes de una persona a otra, especialmente de un padre a un bebé (el cual no ha desarrollado un sistema inmunológico fuerte aún). [11]
    • Evita poner el chupete de tu bebé en tu boca para limpiarlo y luego ponerlo de nuevo en la boca de tu bebé. Los gérmenes de los adultos son potentes en la boca del bebé y pueden causar fácilmente una enfermedad. Lo mismo se aplica a los cepillos dentales.
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