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El proceso de recoger información de un participante involuntario es un proceso complicado. Ya sea que seas parte de una investigación interna sobre la delincuencia empresarial o estés tratando de averiguar si tu hijo adolescente miente acerca de fumar marihuana, muchas de estas técnicas de este artículo pueden ayudarte. Sin embargo, cada situación es diferente, así que asegúrate de adaptar realmente tu estrategia.

Parte 1
Parte 1 de 4:

Interpreta el papel

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  1. Los estudios y pruebas empíricas han demostrado consistentemente que la mejor manera de obtener una confesión de un tema es hacerle sentir al participante cómodo contigo. Él tiene que confiar en ti y no lo conseguirás si actúas como un nazi de alguna película de Hollywood o un policía estilo Bruce Willis. Actúa como alguien que por lo general es despreocupado y solo trata de hacer su trabajo; de esta manera, simpatizarás mucho más con la persona a quien estás interrogando (el primer paso para llegar a que confíe en ti).
  2. Esto no significa que gobiernes con una mano de hierro, sino que necesitas lucir profesional, organizado, seguro y llevar la batuta. Esto le permite pensar a la persona que tú eres quien tiene el poder para sacarla de problemas o ponerla en peores problemas si no coopera.
  3. Permitir que la persona te vea enojado o angustiado comunica que él o ella puede afectar tus emociones. No permitas que eso suceda y esfuérzate para lucir tranquilo y sereno en todas tus interacciones con el tema.
  4. Esta es una técnica bien conocida y común en los medios de comunicación, por lo que esa persona será capaz de darse cuenta de lo que estás haciendo. Esto aumentará su sospecha, lo cual no deseas hacer. Apégate a ser el policía bueno; te llevará mucho más lejos.
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Parte 2
Parte 2 de 4:

Desarrolla una relación

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  1. ¿Has oído sobre la historia del terrorista que reveló información solo porque la persona que lo interrogaba le dio una galleta especial (debido a que era diabético)? Este no es un caso aislado. Sé cortés, amable y por lo menos luce preocupado por su comodidad y bienestar. Esto hará que esté más dispuesto a abrirse.
  2. Habla con ella sobre temas ocasionales que no tienen nada que ver con la investigación. Esto te puede dar la oportunidad de relacionarte con ella y entenderla más, haciendo que esté más dispuesta a hablar y te ayude a comprender cómo piensa y qué valora.
    • Por ejemplo, pregúntale acerca de dónde creció y luego di que siempre quisiste viajar a ese lugar. A continuación, puedes hacerle preguntas acerca de cómo era, qué te recomienda, etc.
  3. Hazle preguntas acerca de sí misma y por lo general haz que hable acerca de lo que le gusta, lo que piensa y lo que le importa. Esta información hará que se abra más y te dará ventajas.
  4. Identifica una necesidad que tenga que puedas cumplir a cambio de información. Tal vez su hijo necesita ayuda médica y puedes facilitarle asistencia del gobierno. Tal vez a su hermano pequeño le está yendo mal en el colegio y tu hijo adolescente es un genio académico que le puede proporcionar tutoría. Si puedes identificar algo que sea más importante para esa persona que la información, entonces es todo lo que necesitas una vez que confíe en ti.
  5. Hacer que alguien hable acerca de sus opiniones sobre temas relacionados o sobre la misma investigación puede revelar cómo piensa y también hace que sea más fácil que cometa un desliz y brinde más información de la que se ha dado cuenta. Pregúntale cosas como quién cree que es la causa del problema o qué haría en tu posición. Pregúntale lo que piensa sobre robar o de lo que sea que se trate tu investigación. Si eres bueno leyendo entre líneas, te sorprenderás de lo mucho que puedes aprender.
  6. La persona a quien interrogas tiene que verte como alguien que va a protegerla y hacer lo mejor para ella, pero solo si puedes darle lo que necesita. Es decir, ¿todavía tienes que hacer tu trabajo, verdad? Por lo tanto, si esa persona te da la información para que tu jefe te deje de presionar, entonces puedes empezar a ayudarla a descubrir cuál es el mejor resultado. Esto significa dejar que vea la amenaza de un peor resultado y ofrecerle uno mejor. Amenazar a esa persona y hacer valer tu rango impedirá instantáneamente el uso de esta técnica realmente útil.
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Parte 3
Parte 3 de 4:

Hazle preguntas de la manera correcta

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  1. Las preguntas cerradas solo se pueden responder con un “sí” o con un “no”, o con una respuesta específica. Si alguien trata de evitar responder estas preguntas, utiliza este tipo de preguntas e insiste en una respuesta directa. Algunos ejemplos de preguntas cerradas son:
    • “¿Quién hizo…?”, “¿Qué hizo…?”, “¿Cuándo fue que…?”, “¿Acaso tú…?”, “¿Puedes…?”, etc.
  2. Las preguntas abiertas no se pueden responder con un “sí” o con un “no”. Este tipo de preguntas son útiles para hacer que las personas digan más y posiblemente cometan un desliz, y desde luego obtengas más información o una imagen más completa de la situación. Algunos ejemplos de preguntas abiertas son:
    • “Explícame cómo…”, “¿Por qué…?”, “¿Qué pasó...?”, “¿Cómo es que…?”, etc.
  3. Las preguntas embudo en un principio son amplias y aparentemente seguras de responder, pero poco a poco se van haciendo más estrechas y se limitan a la información que realmente quieres obtener. Por lo general puedes empezar a hacer preguntas embudo con preguntas cuyas respuestas conoces. Este tipo de pregunta hace que la persona entre en un ritmo de respuesta y sea más propensa a cometer un desliz.
    • Por ejemplo: “¿Conoces el robo de anoche?”, “¿Quién estuvo en la oficina la otra noche?”, “¿Cuándo se fue?”, “¿Cuándo te fuiste?”, etc.
  4. Cuando hagas cierto tipo de preguntas, como cuando estás tratando de obtener detalles acerca de una situación o atrapar a alguien diciendo una mentira, usa un lenguaje descriptivo. Usa palabras como “cuéntame”, “descríbeme” o “muéstrame” para que la persona te cuente una historia y te dé detalles específicos. El recuerdo de detalles tiende a permitir que la información se escape.
  5. Las preguntas que cuestionan a alguien cómo piensa acerca de algo más allá del nivel superficial no solo puede hacer que revele información, sino que también puede ayudarte a entender cómo piensa y de qué manera puedes ser capaz de persuadirle para obtener mayor información. Hazle preguntas como “¿Por qué alguien robaría esos archivos?” y lee sus reacciones.
  6. Este tipo de preguntas traicionan tus suposiciones sobre lo que pasó y pueden darle la oportunidad a la persona de dar respuestas falsas solo para complacerte o salir del apuro. Es posible que parezca útil, pero lo que quieres es la verdad. Si estás interrogando a alguien que en realidad es inocente, terminarás perjudicando tu propia investigación y prologarás el problema.
    • Por ejemplo: “Laura es muy poco fiable, ¿no lo crees?”.
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Parte 4
Parte 4 de 4:

Usa otras herramientas

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  1. El silencio puede ser una herramienta poderosa. Haz silencio después de que responda algunas preguntas o si no decide abrir los labios, míralo directamente a los ojos. Trata de hacer esa cara que tu madre solía poner cuando hacías algo malo y ella lo sabía. Simplemente míralo a los ojos con esa cara y espera. La mayoría de las personas del Occidente están condicionadas a incomodarse durante los espacios de silencio y terminarán por decir lo que pueden, algunas veces revelando información.
  2. Esta es una técnica un tanto sombría y puede meterte en problemas con la ley si te pillan usándola, pero emplear cosas como fólderes llenos, fotos negativas, bolsas de plástico con hisopos en ella, tarjetas SD, cintas de videos y otras cosas para que la persona crea que tienes pruebas, no te traerá ninguna consecuencia. No digas nada acerca de los accesorios, simplemente deja que la persona vea que los tienes y luego dale una oportunidad para confesar. Pensará que le conviene.
  3. Una técnica consiste en hacer que el sujeto piense que ya lo sabes todo. Empieza con información básica (mientras más, mejor) y dile que tienes todo lo que necesitas para completar tu investigación. Ten presente que estás obligado a confirmar los detalles. Hazle preguntas cuya respuesta ya sabes e inclúyela en la pregunta. Por ejemplo, “¿Estabas en la oficina a las 9:10 de la mañana el día 17, verdad?”. Luego, conduce la pregunta hacia información que no sabes y deja que la apertura llene los vacíos. Por ejemplo, “Ahora, lo que simplemente no entiendo es la información que tengo acá sobre los archivos que entregaste. ¿Puedes explicarme por qué lo hiciste? Siento que debes haber tenido una buena razón”.
  4. Debes evitar a toda costa las técnicas que son más comunes estos días, en donde los interrogadores utilizan amenazas, intimidación grave o lo que pueda constituir una tortura con el fin de obtener información que deseas. Se ha demostrado que estas técnicas en realidad afectan tanto a la persona a quien interrogas como a ti. Evita los problemas psicológicos a largo plazo y evita este método.
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Consejos

  • Haz que todo lo que hagas tenga un motivo.
  • Ten una cámara presente en la habitación (ya sea real o falsa).
  • Échale un vistazo a los enlaces en las referencias para conocer técnicas específicas de interrogación.
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Advertencias

  • Ten en cuenta que interrogar a alguien por lo general requiere de encarcelamiento. Como ciudadano que eres, es ilegal retener a alguien en contra de su voluntad. Puedes enfrentar cargos de encarcelamiento.
  • No tortures a la persona. La víctima te dirá lo que quieres oír solo para detener la tortura. Es muy probable que cualquier declaración que obtengas no sea precisa.
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