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Todas las personas interactúan con alguien que no les agrada en algún momento de sus vidas. Es posible que no puedas evitar por completo a alguien que no te cae bien si se trata de un compañero de trabajo, un vecino o un familiar. Estas interacciones pueden terminar mal al decir algo de lo que puedas arrepentirte en el futuro o al tener un ataque de furia. Sin embargo, ¡esto no tiene por qué suceder! Puedes atravesar estas instancias sin mayores problemas al tomar medidas proactivas que te ayuden a llevarte bien con estas personas y tener una perspectiva más positiva. Siempre es mejor saber cómo lidiar con estas situaciones para evitar que se conviertan en un problema y terminen mal.

Parte 1
Parte 1 de 3:

Ser proactivo durante las interacciones

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  1. A la hora de lidiar con alguien que no te agrada, lo mejor es abreviar las cosas. Cuanto más tiempo estés cerca de esta persona, menor será tu irritación. Es por eso que los encuentros deben ser breves y amables. [1]
    • Comunícate lo necesario para ser comprendido (como simplemente decir “hola”) y márchate a otro lugar.
    • Por ejemplo, después de saludar a la persona, puedes decirle "¿Esas salchichas son del bufé? Permiso, voy a buscar algunas". Una vez que llenes tu plato, dirígete a la dirección opuesta.
  2. Establece cuánto estás dispuesto a tolerar y no tengas miedo de imponer límites en algún momento. Determinar cuánto puedes soportar hasta perder el control puede ayudarte a desarticular una situación tensa antes de que se vuelva explosiva. [2]
    • Por ejemplo, si un compañero de trabajo siempre alardea acerca de su dinero, puedes decirle “Juan, he asumido el compromiso personal de no hablar de dinero todos los días. Estoy seguro de que podrás comprenderme”.
    • Si la persona siempre te presiona para que hables de tu vida privada, puedes simplemente decirle “Mi regla es no hablar de mi vida personal en el trabajo”.
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    Observa la situación desde su perspectiva. Evalúa por qué la otra persona actúa de tal forma. ¿Es posible que no sepa que su comportamiento te molesta? ¿Tiene algún motivo para hacer esas cosas? Quizás percibas que esa persona no tiene la culpa. Puedes hablar con ella para ver si está dispuesta a cambiar su conducta cuando está contigo.
    • Por ejemplo, si un compañero de trabajo siempre te habla mientras trabajas, quizás solo quiera ser amigable. En este caso, puedes decirle "Oye, estoy intentando terminar un trabajo. ¿Te molestaría que hablemos más tarde?".
  4. Si una persona que no te agrada menciona un asunto que te molesta o irrita, cambiar el rumbo de la conversación puede ser suficiente para reducir la incomodidad y facilitar la interacción.
    • Asegúrate de que el tema que menciones sea positivo o neutral. También es posible que tengas que hacer una transición natural, y no abrupta.
    • Imagina que tu compañero de trabajo murmura acerca del supuesto amorío del jefe antes de una reunión y menciona un restaurante donde supuestamente ha visto a la pareja “ilícita”. Puedes cambiar el rumbo de la conversación al decir “He escuchado que ese restaurante tiene los mejores langostinos. ¿Los has probado?”.
  5. Si no puedes alejarte de la persona que te desagrada, tomar distancia podría ser lo mejor para todos. Encuentra la forma de evitarla, en caso de ser posible. [3]
    • Por ejemplo, si sabes que tu primo entrometido asistirá a una barbacoa familiar, puedes llegar más tarde si suele irse una hora antes.
    • En el caso de que no puedas evitar estar cerca de la persona, al menos intenta colocar un espacio entre ambos. Puedes trabajar en un área separada si se trata de un compañero de trabajo o de clases. En un encuentro o una cena, escoge un asiento en el lado opuesto de la mesa para limitar las interacciones.
  6. Si no sabes cómo lidiar con alguien, observa a los demás para ver cómo interactúan con la persona en cuestión. De esta forma, podrás ver qué es lo que funciona y qué no sin tener que experimentar por cuenta propia. [4]
    • Si observas que los demás parecen llevarse bien, haz lo mismo. Adapta tu forma de interactuar para reflejar el comportamiento de los demás.
    • Por ejemplo, si uno de tus compañeros de trabajo solo habla de sus intereses compartidos con la persona que no te agrada, puedes usar la misma táctica para mantener un clima civilizado.
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Parte 2
Parte 2 de 3:

Mantener una perspectiva positiva

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  1. Antes de perder la calma con la persona que no te agrada, prueba dar un paso hacia atrás para tranquilizarte. Inhala profundo a través de la nariz y exhala a través de la boca. Repite varios ciclos de respiración profunda mientras recitas una afirmación positiva. [5]
    • Puedes repetir en silencio “Tengo todo bajo control”.
  2. En ocasiones, es posible que alguien quiera molestarte de manera intencional. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las personas que no te agradan no harán nada a propósito para fastidiarte. Comprende que la otra persona quizás no tenga la intención de molestarte como para que te tomes sus acciones como una ofensa personal. [6]
    • Si una persona es grosera con todo el mundo, entonces no hay nada en ti que haga que se comporte de esa forma. En este caso, puedes etiquetarla como “grosera” y no dejarte abatir por su comportamiento.
  3. La persona que no te agrada no es perfecta, pero tú tampoco lo eres. Todos tienen algunas características que podrían molestar a los demás, incluyéndote a ti. Cuando tengas que estar cerca de esta persona, sé honesto contigo mismo y pregúntate por qué te molesta tanto. [7]
    • En ocasiones, quizás no te agrada porque hay algo en ella que te recuerda a ti. Por ejemplo, quizás no toleres la necesidad imperiosa de tu compañero de trabajo de llamar la atención porque, en secreto, también anhelas la atención de los demás.
  4. Es muy raro encontrar a alguien que no tenga ni una sola cualidad positiva. Aunque este lado bueno esté cubierto por capas y capas de disgusto, identifica al menos una o dos cualidades y enfócate en ellas para poder tolerar a la persona en cuestión. [8]
    • Por ejemplo, quizás tu suegra autoritaria se preocupe mucho por sus hijos y nietos. Enfócate en estas cualidades buenas cuando exhiba las características menos positivas.
  5. Sé positivo con la persona que no te agrada al tratarla como tratarías a quienes te caen bien. Salúdala con calidez y con una sonrisa. Procura ser tan amable y cordial como puedas. [9]
    • Para ello, imagina que interactúas con alguien que te agrada.
    • ¡Nunca se sabe! Quizás al tratarla con amabilidad puedas cambiar la dinámica de la relación y hacer que te resulte menos molesta.
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    Identifica lo que te molesta. Si la persona se comporta con maldad hacia ti, quizás se trate de un conflicto de personalidades. Escribe las cosas que te hace y que te molestan, y cómo te hacen sentir (enojo, celos, molestia, etc.).
    • Cuando termines de escribir, evalúa si el problema tiene solución. Por ejemplo, si te desagrada mucho que una persona mencione políticas divisivas en las cenas familiares, crea la regla de no hablar de política en la mesa.
    • Si se trata de una cuestión de celos o envidia, evalúa si hay algo que quieras mejorar en tu vida. Utiliza esta reflexión para crear y alcanzar objetivos nuevos.
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Parte 3
Parte 3 de 3:

Lidiar con las dificultades

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  1. No seas una presa fácil. Si la persona te acosa o no respeta tus límites, defiéndete con calma al utilizar frases en primera persona. [10]
    • Una frase en primera persona puede ser “Me siento humillado cuando criticas la forma en que trabajo. ¿Podrías señalar una solución, en vez de enfocarte en lo que hago mal?”.
    • Si insistes en discutir o ponerte a la defensiva, las cosas pueden empeorar. Sin embargo, si expresas tus necesidades con calma, puedes aliviar la tensión y resolver las cosas directamente.
    • Jamás culpes al otro. Puedes defender tu punto de vista sin ponerte a la defensiva o acusar a los demás. Es suficiente con repetir las cosas con calma y no tomarte las cosas personalmente.
  2. Si bien puedes probar todos los trucos y consejos, en ocasiones, no habrá nada que puedas hacer para que las interacciones sean más fáciles de tolerar. Si la persona en cuestión no te respeta o intenta molestarte aún más, lo mejor que puedes hacer por todos es alejarte de la situación. [11]
    • Sé educado al abordar la situación. En vez de alejarte de manera abrupta o decir que ya no la toleras más, vuelve a establecer tus límites y discúlpate para retirarte.
    • Por ejemplo, puedes decir “Prefiero no hablar del tema, por lo que me marcharé”.
  3. Desarticula la situación antes de que se salga de control. Si tienes que lidiar con una persona que no te agrada y la conversación empeora rápidamente, encuentra un punto en que ambos estén de acuerdo para calmar las cosas. Esta actitud puede desarmar la hostilidad de los demás, por lo que las interacciones serán un poco más tolerables. [12]
    • Este aspecto es muy importante, principalmente si la antipatía es mutua y los desacuerdos con esta persona son constantes. Por más que intente iniciar una discusión, le resultará difícil lograrlo si estás de acuerdo con ella.
  4. En ocasiones, puede ser más fácil resolver un desacuerdo con una mayor efectividad al recurrir a un tercero para lograr una mediación. Dependiendo del tipo de relación, averigua si hay alguien que esté dispuesto a actuar de mediador para que ambos puedan resolver los problemas. [13]
    • Escoge a alguien imparcial, como un compañero de trabajo o familiar conocidos por ser objetivos.
  5. No pierdas la calma, por más que el otro te presione de manera intencional para que explotes de nervios y te enfurezcas. Si pierdes los estribos, le darás una ventaja a la otra persona. Es posible que se aleje haciéndose la víctima y te haga quedar como “el malo de la película”. [14]
    • Si adoptas un comportamiento tranquilo, respetuoso y educado, los demás creerán tu versión de las cosas, en el caso de que surja un conflicto mayor entre tú y la persona que no te agrada.
    • En definitiva, tú eres el mejor para decidir cómo sentirte y reaccionar ante las situaciones. El otro no puede hacerte sentir mal sin tu permiso.
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